Banquete de sollozos
Publicado en Dec 18, 2012
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A todos aquellos que aderezan sus noches con algo más que tristeza...y los que creen que no vestirse con la colección del momento es tener problemas.
 
18.10.12
 
Tomandome un café volteo a ver en la ventana,
Un niño con guacal reteniendo esperanza,
Hace que se me enfríe hasta la pestaña,
Por esa sequedad que iba desde su frente hasta su pansa...
 
 
Su nombre era cualquiera,
No lo recordaba bien,
Confesó de manera sincera...
 
 
Hablándome por ilusiones de viaje,
Yo le pregunte la cotización de sus respiros,
Y cuanto cobraba el tren de la vida con todo y peaje...
 
Su historia me tocó las entrañas,
No por la tristeza,
Sino por ver como al niño,
Se le humedecían con el fantasma del desalojo,
Cada una de sus pestañas...
 
 
La rutina iniciaba a las 8:30 con el humo del autobus como despertador,
Con una carencia de amor,
Con el guacalito que sostenía,
Y algo más que sus costillas cargadas de dolor...
 
Se juntaba con un caballero alto gordo y que apestaba a sudor...
 
Fumándose los billetes en un puro cubano,
El caballero le entregaba al niño una caja de dulces en la mano,
El niño sonreía,
Y luego lloraba...
 
"Qué cruel es que eso que se puede comer,
Lo tengas tan cerca y solo lo puedas vender!..."
 
Me dijo el niño entre llanto.
 
La venta iniciaba en las calles aglutinadas,
Empresarios que solo corrían por itinerario,
Con celular para hablar con el amante,
Y hecharle un ojo al horario...
 
El niño bajo sol tocaba la ventana,
Y siempre era la misma escena,
Por costura rasgada,
Por la pierna golpeada,
Y el alma apaleada,
Se le incendiaba la sonrisa con la misma pena,
Niño siempre te veían como si tuvieras cangrena...
 
 
El solsticio ingrato no colabora,
El esfuerzo en las calles no se valora...
 
 
Rompiendose la espalda como alguien mayor,
El niño vendía sus dulcitos,
Intentando comprar el amor...
 
Pero no...
 
Su rutina terminaba a las 7 de la noche,
Y en la calle recóndita,
Lo esperaba el caballero en su luminoso coche...
 
Le arrancaba los centavos,
Las manos ásperas y frías como clavos,
Niño que deberías tener las mejillas manchadas por helados...
 
Al no llegar a lo suficiente,
Al niño no le alcanzaba para comprar el amor,
Y el caballero le regalaba el dolor...
 
Se abría la puerta del coche,
Y el hombre se ponía en pie,
De corduroy,
Y olor a lacoste,
El hombre se volvía un golpeador atroz...
 
Empujaba la cabeza del niño,
Desgarraba sus ideales,
Mientras pateaba genitales,
Y las paredes manchadas de sangre,
Se sentían especiales...
 
Banquete de sollozos,
Eso comía,
Banquete de sollozos, 
De eso vivía,
Y aunque la poesía,
Es fría...
 
Seamos honestos,
En muchas calles eso se vive cada día...
 
Con los ojos hechos un río,
El niño  muestra la marca en su pecho,
Un puñetazo,
Que es equivalente a su aguante,
Y un corazón perdido...
 
Bajo la amenaza de algo similar,
El niño no se atreve a charlar,
El niño que se acostumbra a llorar,
El niño que no aprende a jugar,
Sino a trabajar...
 
Banquete de sollozo,
Banquete de amargura,
En lugar de dulzura,
Banquete de madurez,
En vez de locura...
 
Eso se come en la calle,
A eso se juega en una avenida sin detalle...
 
Para concluir,
El niño se levantó y se terminó de ir,
Y aun con todo lo que me quiso decir,
Me enseñó,
Que entre miseria,
Si se tiene la oportunidad de vivir,
No hay excusa para negar SONREIR.
Página 1 / 1
Foto del autor Iván Herrera
Textos Publicados: 5
Miembro desde: Nov 19, 2012
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Descripción

Cuantas veces nos olvidamos de que a veces no sonreimos por lo que viene de dentro...sino de lo que hace que nuestro bolsillo pese más?

Palabras Clave: sonreir felicidad verdad calle abandono soledad tristeza locura madurez amargura violencia pobreza miseria amor dolor

Categoría: Poesía

Subcategoría: Gótica



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