Se supone que estabamos a nada de serlo todo.
Se supone que todo iba bien. 
Se supone que tu eres mi todo y yo el tuyo.
Se supone que nuestras vidas eran perfectas.
Se supone que tu me amabas.
Se supone que haríamos todo lo que fuera para estar bien.
Se supone que no abandonaríamos a este amor por muy fuerte que sean las tormentas o los huracanes que puedan aparecer. 
Se supone que esta vez sería un por siempre y para siempre.
Se supone que yo iba ser la única.
Se suponen tantas cosas de nosotros, que como se dicen son "SUPOSICIONES". Pues la realidad es que:
Estamos a todo de no ser absolutamente nada.
Estamos mal, pues todo va mal.
Resulta que yo no soy tu todo, así que tu tampoco serás mi todo.
Somos dos estúpidos con vidas perfectamente imperfectas.
No me amas, y yo con el tiempo no lo haré.
No hicimos absolutamente nada para arreglar las cosas.
Al mínimo soplo de aire nos derrumbamos y lo dejamos caer nuestro amor como un castillo de naipes.
La realidad es que no existen los por siempre y para siempre, porque tampoco nunca existieron los "Vivieron felices para siempre".
Yo no soy la única... esa es la realidad...