Lecho de piedras
Publicado en Aug 13, 2009
Cauce del arroyo seco, de las piedras carcomidas
que el sol blanquea impiadoso en esas siestas bravías. Verte así me causa pena, porque yo te conocía en el tiempo en que mirarte era un canto de alegría. El agua fresca bajaba de cumbres y serranías, perfumada con aroma de menta y de peperina. Tus orillas se poblaban de pequeñas avecillas que bajaban a bañarse en sus aguas cristalinas, batían después las alas sobre la verde gramilla y un coro de puros trinos, con placer te despedía, solo por un breve tiempo, sólo hasta el siguiente dia cuando el calor y el agobio a tus aguas, las volvía. Las chicharras, asociadas con su recia melodía al bochorno del verano, con las aves competían. Cuando Febo, en el ocaso, tras los cerros, se perdía, era el turno de las ranas. Croar sus monotonías de interminables conciertos, una eterna letanía. El arroyo, que recuerdo, música propia tenía alegre nos invitaba y triste nos despedía. Las aves, desde los cielos, cinta de plata verían bajar de los altos cerros por su áspera anatomía y entre saltos y cascadas, discurrir en tropelía hasta el cauce desbordante que alegre la recibía. Entre la hierba esmeralda de las frondosas orillas te ví correr tantas veces y alguna vez, te seguía, hasta que me aventuré por saber donde morías. Abrí camino entre zarzas y arbustos de aguda espina, guardianes de tu misterio, burlados en mi osadía. Fuí acercándome a un paraje de vegetación umbría, albergue de una laguna de aguas profundas y frías. Allí entregabas tus aguas, tributo de cada día. Así es cómo te recuerda y como verte querría, el serrano que partió a enfrentarse con la vida y al volver, trás muchos años de infortunios y alegrías, buscó lo que el corazón, sin darle tregua, pedía. Sediento se arrodilló a beber en tus orillas y tan sólo encontró piedras, que el ardiente sol fundía.
Página 1 / 1
|
Alfonso Z P
acompañaste en tus dias tempranos, cuando era cantarín y bullicioso, ahora, con
nostalgia ves que como todo, se va secando y es sólo una sombra de lo que fue,
Besos: Alfonso
Orlando Jos Biassi
solimar
Diego Lujn Sartori
lindo texto.
Te invito a leer la mujer del río, tengo cincuenta años y poema andariego en destacados de textale.
Gracias.
Diego
Margarita