Navidades 12-13 (Diario)
Publicado en Jan 08, 2013
He pasado unas inolvidables Fiestas Navideñas en Yebes-Valdeluz (Guadalajara) y hoy, además, cumplo 18 años de edad. Desde mis afanes comunicativos en la Biblioteca hasta la gran generosidad de los Reyes Magos, todo ha sido como una ruleta mágica y yo, con mis Mágicos Solitarios, todavía tengo mucho que contar y, sobre todo, mucho que escribir.
No recuerdo, con mis 18 años de edad recién cumplidos, ninguna mancha de honor sobre la persona que más he amado, que más amo y que más amaré hasta el infinito de la Eternidad. Y cuando hablo del infinito de la Eternidad... desfila por mi mente tanto caudal de recuerdos que los recojo con mi simple y sencilla sonrisa. Porque, a decir y sentir verdades, la vida es siempre una aventura diferente pero una aventura unida a un compromiso es mucho más que mil aventuras intranscendentes. Por eso la afirmación de saber o no saber vivir la aventura con ellas es algo tan normal como ser amigo de todas y amante de una sola nada más. A mis 18 años de edad, Ella está siempre igual, como aquella vez que la soñé y la imaginé y la creé en mis Mágicos Solitarios. ¿Solitarios? Quizás las Soledades no sean más que apariencias a superar. En estas Navidades 12-13 siempre hay una corta distancia entre los recuerdos, los olvidos y eso que nuna me ha dejado de acompañar desde que Ella nació. ¿Qué pueden tener los cielos nocturnos que me atraen tanto la mirada? Son sus ojos. Una vez más son sus ojos. Y el resto es Milagro de Dios. Hace algo más de dos mil años que nació Jesucristo y, por ello, hoy cumplo 18 años de edad para poder sentir y para poder amar. ¿Qué se hicieron de las oportunidades perdidas? En realidad no fueron oprotunidades perdidas sino victorias tras victorias de Ella. Eso es lo que descubro al mirar el cielo en esta Navidad 12-13. ¿Hay algo más importante que los Milagros de Jesucristo? El mío es el 16-18 y los demás sólo son añadiduras de Él. Las añadiduras, a mis 18 años de edad, las considero en su verdadera medida. Más allá de todas ellas está Ella. Y Jesucristo y yo sabemos de lo que nos hablamos. Hoy la niebla disipa mis recuerdos. Batallas perdidas. Batallas ganadas. Pero siempre, en la mitad exacta de los caminos, están las aventuras de saber salir vitorioso. A veces los puntos suspensivos... dejan en la memoria... recuerdos... olvidos... más recuerdos,,, más olvidos... más aventuras de un capitán con una sola estrella dentro de su alma y grabada encima del corazón... y el álbum de las fotografías sigue creciendo y yo sigo, con mis literaturas varias, creando las imágenes que busco. A veces estoy dentro y me lleno de presencia. A veces estoy fuera y la ausencia me convierte en mi propia leyenda. Ser pesimista es insultar a la inteligencia. Por eso mantengo siempre el optimismo de mi voluntad. Mágico Soltiario de mi Liberación cristiana. Recuerdo mis largos paseos por las alamedas madrileñas hasta llegar a ese cansancio infinito que te hace ser hombre de verdad con 18 años de edad. Soledad primera de mí mismo. Es un poema de autoconciencia y de expresividad sincera e inmemorial. Recojo toda la memoria y me convierto en Transformación Real. Compañía eterna y eterna compañía con Ella y de Ella. 18 vueltas al mundo. Una vuelta por cada año cumplido. Mi último libro siemrpe es mi penúltima esperanza. Ahora, en estos días de mis 18 años de edad, me ilumina la luz celeste de la bóveda arco iris de mi Fantasía. Estoy en el límite de ese tiempo en que todo es solamente esperanza. Verde esperanza de selva virgen y virginal. Verde esperanza de infinito sin límites ni fronteras. Verde esperanza de ser los dos (Ella y Yo) sólo uno. Escuchando villancicos navideños toda mi experiencia es ética. Y también estética. Es la intuición de las sensibilidades. El estadio ético de mi oficio y el estado estético de mi profesión. Cifro, en esta selva de hoy, al cumplir mis primeros 18 años de edad, mi propia decisión de volver a empezar nuevos proyectos. Y me proyecto. Una vez más, al cumplir 18 años de edad, me proyecto para ser Yo el que soy y para ser Ella la que sueño que es. Una tarde de verano, en el Paseo de Pintor Rosales de Madrid, comencé a cumplir 18 años de edad y no he terminado todavia de cumplirlos. Sé que nunca voy a cumplir más pero sé que siempre cumpliré con mi compromiso. Hay hoy, en la llamada/llamarada de mi corazón, una aventura que rebasa a mis propias musas y agradezco a Jesucristo la presencia de este estadio ético de mi oficio y la presencia de este estado estético de mi profesión. ET buscaba su casa. Yo, por ser un extranjero, puedo ofrecerle un cobijo en la mía hasta que cambie el mundo. Hoy he cumplido 18 años de edad... Ella sólo tiene 16... y Jesucristo y yo sabemos de lo que nos hablamos. Felices Navidades 12-13.
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