4.- NO QUIERO SER MAMÁ
Publicado en Jan 08, 2013
- ¡Pobre Pedro!- gimió Amy –se ha quedado tan angustiado que hasta se olvidó de nosotras.
- Pero quería venir- dijo Lili con cierto enojo –le advertí que no iba a encontrar nada bueno. Caminaban por algunos callejones, cuando nuevamente se encendieron las linternas de ambas. Se volvieron a todas partes sorprendidas, pues no había nadie por allí. - ¿Qué clase de mamá anda paseándose en lugares tan peligrosos?- dijo Lili con recelo. Avanzaron un poco más, hasta que se encontraron una chica que estaba esperando ansiosamente en la puerta trasera de lo que parecía un expendio de comida. Debería tener alrededor de 16 años y tenía el cabello muy oscuro y los ojos verdes. - ¿De quién será mamá?- preguntó Amy - Mía no- dijo Lili –yo no tengo los ojos verdes - Yo tampoco- dijo Amy a su vez - Además es muy joven- dijo Lili –las madres adolescentes no saben cuidar bebés. Así que si es mi mamá prefiero regresarme al Reino de los No Nacidos aunque me castiguen. De la puerta de la bodega salió un chico con ropa mugrienta que traía una gorra al revés. También era muy joven. - Eli ¿no podías esperar a que terminara mi turno? El patrón me despedirá si se entera. Eli estaba muy emocionada y no reparó en el enfado del muchacho. - No quería esperar más tiempo para decírtelo, Max. Lo he descubierto esta mañana… - ¿Qué cosa? Eli bajó los ojos sonrojada. - Estoy embarazada. Max abrió mucho los ojos. Había asombro en su rostro, pero también consternación. - ¿Qué estás diciendo? - ¡Estamos esperando un hijo, Max! - ¿Y ahora qué vamos a hacer? Max estaba muy enojado. Su cara había enrojecido a tal punto que parecía a punto de estallar. Eli lo miró afligida. - ¿Qué te sucede? Creí que te alegraría la noticia. - ¡No! ¿Te has dado cuenta de que nuestras vidas están arruinadas? - ¿Por qué? Dijiste que íbamos a casarnos… - ¡Pero no ahora! ¡No tengo nada qué ofrecerte! Eli… hazme un favor. Vete… déjame solo. - Pero… - ¡Márchate!- le ordenó él -¡Ya tengo suficientes problemas por hoy! Eli se alejó cabizbaja. - No importa- dijo para sí –más tarde, cuando hablemos… le entusiasmará tu llegada. Estará tan feliz como yo, ya lo verás. -Está hablando con su bebé- dijo Amy enternecida. -Pues qué ridícula- exclamó Lili con una mueca de desdén. Empezaba a impacientarse, pues ninguna da las dos linternas se apagaba. La siguieron hasta su casa, que resultó ser una magnífica residencia en un fraccionamiento de buena clase. Eli abrió con cuidado la cerradura y entró de puntitas al vestíbulo. En eso las luces se encendieron y aparecieron en el umbral sus padres. - ¿Qué horas son de llegar, Eli? La chica se sobresaltó. - Yo… sólo… En eso, la linterna de Lili se apagó. Ésta suspiró de alivio. - ¡Qué bien…! Ya me estaba incomodando que resultara ser mi mamá. Pero Amy a su lado, temblaba enternecida con su linterna encendida. - Van a castigarla- dijo asustada. Ya está lo suficientemente triste y ahora esto… ¡Pobre mamá! - No te preocupes- le dijo Lili –ya no pueden hacer mucho, va a tener que soltarles la verdad. Pero Amy fue corriendo a buscar a Eli, que caminaba cabizbaja detrás de su padre. Lili salió de la casa, encogiéndose de hombros. - Todos son tan raros… ¿Por qué la vida tiene que ser una tragedia? Pero se le había metido una enorme curiosidad por averiguar en qué andaba su mamá.
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Antonio JImenez Villa
ABRAZXOS TE VISITARE DE NUEVO.
María Ester Rinaldi
El...vi...ra
Abrazos amiga.