Cuando despierta de su profundo dormir, Franck Louis Reynolds Black contempla, con espanto, que Jota Jota ya tiene todo preparado para hacer saltar por los aires a toda la Pirámide de Cristal y, con ella, todo aquel infernal laboratorio y hasta el mismísimo Palacio de Oro.
- ¡Vámonos de aquí, inmediatamente! ¿Quiere usted volar definitivamente o quiere usted escapar con nosotros?
- ¡¡¡Quiero vivir!!! ¡¡¡Quiero vivir!!! ¡¡¡Quiero vivir!!!
- Le repito, una vez más, que eso es lo que estarían clamando también todos los que murieron incinerados y devorados o devoradas por los grandes yaguares y por los buitres carroñeros. Ya es demasiado tarde para todos ellos y todas ellas, para todos los que no pudieron vivir por su culpa. Puede venir con nosotros para que tenga un poco más de vida, algo que a muchos inocentes les negó usted acortando su existencia de manera inhumana. ¡Vivir! ¡Usted podrá tener el privilegio de vivir un poco más; pero sólo para enterarse de que el Gran Brujo Jatun Layqa no le va a poder salvar porque ya está muerto desde hace muchísimas horas, y está esperándole a usted en los infiernos! Esperemos a ver qué pasa con el Gran Rey Mayor Inka Kurax, con el hechicero Gran Adivino Huatuc y con todos sus pequeños brujos del Pueblo Puka. Digamos que quien es capaz de esperar nunca desespera. Y esta vez no es un chiste fácil. Tanto a Inka Kurax como a Huatuc y a todos los pequeños brujos les vamos a dar una sorpresa.
- You have archieved to finish off all as great scorer that you are. I have never seen major spate of goods!
- ¡Hola, Luz Celeste, ya está todo preparado! ¿Qué me quieres decir?
- Significa, poco más o menos, que ¡has logrado rematar a todos como buen goleador que eres. No he visto nunca mejor goleador!
- ¡¡Jajajajaja!! Gracias, Luz Celeste. Sí. Soy un buen goleador en el equipo en que juego.
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Tú siempre con el fútbol! Se nota mucho que eres deportivo y olímpico; pero me estoy refiriendo a otra cosa.
- Bueno. Sólo ha supuesto un poco de esfuerzo nada más, Luz Celeste... y ahora vamos ya a liberar a tus compañeras para sacarlas vivas del infierno en que se va a convertir todo esto, porque se van a achicharrar todas las feromonasy todos los orgones aquí coleccionados y esperando a ser volátiles. ¡Vaya que si van a volar! ¡Van a volar y van a servir para calentar un poco a la selva! Calor y polvo al mismo tiempo.
- ¡¡Jajajajaja!!
- ¿Qué te hace tanta gracia, Luz Celeste?
- ¡Eso del calor y el polvo!
- Pero... ¡si va a ser verdad!
- Por eso... por eso mismo me entra la risa...
Minutos después toda la comitiva inicia la gran marcha hacia la Ciudad Oculta en medio de la oscuridad de la noche. Abre la fila Luz Celeste, seguida por seis de las Vírgenes del Sol lideradas por Cuyabena. Cierran la fila Jota Jota, llevando a Franck Louis Reynolds Black atadas sus manos y sus brazos a la espalda a su derecha. La más pequeña de las Vírgenes del Sol camina al otro lado de Jota Jota y está muy nerviosa.
- ¿Cómo te llamas, preciosa?
- Yo soy Camaví.
- ¿Tienes miedo?
- A tu lado no.
Dspués, en medio de un tenso silencio para evitar ser sorprendidos por los animales salvajes, siguen caminando a paso ligero; hasta que a la distancia de 15 kilómetros de la Pirámide de Cristal y el Palacio de Oro, que están ya ocultos tras las altas montañas, Jota Jota da una orden.
- ¡Detengámonos todos y todas un momento!
- ¿Qué pasa, Jota Jota?
- ¡¡Vamos a presenciar una gran fiesta de fuegos artificiales sentados y sentadas en esta alfombra verde, Luz Celeste!! ¿A cuántos kilómetros exactos estamos de distancia?
- ¡¡Exactamente a 15 kilómetros!!
- ¡¡Pues éste es el sitio adecuado!!
Toda la comitiva se sienta en el suelo, cómodamente, sobre una verdadera alfombra de verde vegetal. Es cuando Jota Jota saca, del interior de su chaqueta de cuero, de color negra, dos dispositivos que ha encontrado y que sirven para hacer detonar, a gran distancia, todos los explosivos hábilmente colocados por él mismo.
- ¡¡Tapaos todas los oídos, y usted también, gran dios blanco, porque va a sonar bastante fuerte!!
Jota Jota aprieta el conmutador del primer detonador...
- ¡¡¡BOUUMMMM!!!
La explosión, seguida de un gran estallido de luces, hace que toda la oscuridad de la selva parezca una verdadera función de fuegos artificiales.
- ¡¡¡Ha estallado la Piramide de Cristal y, con ella, todo el Salón-Laboratorio!!!
Franck Louis Reynolds Black patalea diabólicamente mientras gruñe.
- ¡¡¡No!!! ¡¡¡Noo!!! ¡¡¡Nooo!!!
- ¡Tranquilo, inteligente gran dios blanco! ¡Ahora viene la segunda parte del espectáculo!
Jota Jota aprieta el conmutador del segundo detonador...
- ¡¡¡BOOUUUUMMMMMMMM!!!
La explosión es tan enorme que tiembla ligeramente el suelo mientras que las luces relampagueantes y los estallidos hacen que toda la comitiva se aplaste contra el césped.
- ¡¡¡Ha estallado el Palacio de Oro!!! ¡¡¡Fin de la Fiesta!!!
Franck Louis patalea otra vez diabólicamente y ruge...
- ¡¡¡Noo!!! ¡¡¡Noooo!!! ¡¡¡Noooooooo!!!
Después el monstruoso ser se desmaya y Jota Jota sólo puede darle una tremenda bofetada en la mejilla derecha para que despierte.
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
- Veo que ya vuelve usted a su lenguaje preferido. Deje de gritar como una loca y póngase ya en pie. ¡¡Sigamos todos hacia adelante!!
- ¡¡¡No tengo ganas de seguir!!!
- ¡Tranquilo, inteligente gran dios blanco! ¡Tranquilo porque está usted todavía vivo y se lo podrá usted contar todo y con toda clase de detalles, dentro de muy poco tiempo, a su amado Jatun Layqa cuando se encuentren en los infiernos! ¿Ves cómo se iba a calentar la selva, Luz Celeste? Y no te quiero ni contar el polvo que habrá allí...
- ¡¡Jajajajaja!!
- Pero... ¿por qué te ríes tanto, Luz Celeste? ¡¡Mira cómo llora el inteligente gran dios blanco!! ¡Un poco de seriedad ante las lágrimas de un cocodrilo por favor!
- Pero si no me río de las lágrimas de ningún cocodrilo...
- Entonces... ¿te ríes por el polvo de allí?
- Si... ¡¡Jajajajaja!
- Ya... ya... pero ahora es mejor solamente recordar y guardar silencio...
- Está bien... pero no sé cuánto tiempo más voy a aguantar sin partirme de risa...
- ¡Vámonos ya! ¡¡Aquí ya hemos terminado!!
- ¡¡¡Yo no quiero, no quiero y no quiero!!!
- ¿Recuerda usted las hostias?
- ¡¡¡No!!! ¡¡¡Más hostias no, por favor!!!
- Pues entonces pórtese bien por una sola vez en su vida y camine.
Toda la comitiva reanuda su marcha otra vez en completo silencio hasta que, dos horas después, llegan a la Ciudad Oculta donde encuentran a todo el Pueblo Puka fuera de sus chozas y asustados tanto los niños como las mujeres y los hombres. No salen de su asombro al ver llegar a todas las Vírgenes del Sol, Luz Celeste, Jota Jota y aquel monstruoso personaje que nadie sabe quién es.
- ¿Cómo están ustedes?
- ¡¡Jota Jota!! ¿Eres tú?
- Si... Güeppi... y traigo sana y salva a su hija y a las demás Vírgenes del Sol.
- ¿Quién es ese monstruo que traes atado de manos y brazos?
- ¿Se refiere a ésto? Será mejor que nos lo explique Inka Kurax. ¿Dónde se encuentra el Gran Rey Mayor?
- Supongo que se ha ido a clamar al Gran Dios del Fuego, Oomba Woomba Soomba, para que apacigüe sus ánimos. ¡Hemos visto, en el horizonte, su tremenda cólera!
- ¡Hola, Huatuc! ¿Adivinando cómo siempre las señales de los dioses?
- Es que no puedes ni imaginarte lo que hemos visto. ¡El Gran Dios Oomba Woomba Soomba está verdaderamente enfurecido con todos nosotros!
- Gúeppi... ¿no vas a saludar a tu hija?
- ¡Gracias Jota Jota! ¡Gracias por devolvérmela sana y salva! ¡Bravo, español!
- Un momento padre... yo no me voy a quedar aquí...
- ¿No os quedáis a vivir con nosotros?
- Tenemos otro Destino, Güeppi.
- Es lógico, Jota Jota. Sois ya matrimonio legal y yo no debo ser tan egoísta como para interponerme en vuestra felicidad.
- Es lo mismo que hizo usted con "La Niña Blanca". Ley de vida natural.
- Lo entiendo... lo entiendo... he estado meditando largo tiempo con Jampiri sobre esas cuestiones... pero... ¿quién es este ser tan mosntruoso?
- Tenemos que esperar a que regrese Inka Kurax de sus rezos al Gran Dios del Fuego.
- Yo ya no creo en los falsos dioses.
- ¿En quién cree usted ahora, Güeppi?
- En el Dios de los cristianos. Jampiri me contó quién es.
- A mí no me mire con tanta ilusión, Güeppi, porque yo no soy...
- Pero eres lo más parecido que he conocido... y estoy contento por eso...
- Pues entonces, ya que estamos todos y todas tan contentos, menos este infeliz que no se sabe en realidad qué es, lo vamos a celebrar yendo todos a Coca.
- ¡¡Eso es imposible!! ¡¡Nos matarían a todos!!
- ¡Hola. Gran Rey Mayor Inka Kurax! ¿Ha conseguido ya calmar a Oomba Woomba Soomba?
- Sí. Gracias a mis rezos he conseguido calmarle. Hace ya dos horas que ha dejado de rugir.
- Dice usted muy bien, Inka Kurax, porque no vamos a ir todos a Coca. Ya que el Gran Dios del Fuego se ha calmado, no arderá el Pueblo Puka... así que no tenemos por qué irnos todos...
- ¿Quieres decir que tú y mi hija os quedáis?
- No, Gúeppi. Luz Celeste y yo no nos vamos a Coca pero tampoco nos quedamos aquí.
- ¿Otra vez te la vas a llevar a la selva?
- Tampoco. Deje usted ya de preguntar tanto porque ahora me toca preguntar a mi. Y me refiero al Gran Rey Mayor Inka Kurax.
- Pregunta lo que quieras pero deja de reírte de nuestros dioses.
- No me río de vuestros dioses sino que me aguanto la risa.
- Entonces debes saber que Luz Celeste se queda con nosotros.
- Ya. Eso es un asunto que debemos resolver ya mismo de una vez por todas, Inka Kurax. ¿Usted sabe quién es este monstruoso ser?
- ¡No lo he visto jamás en mi vida!
- ¿Será, quizás o tal vez, el emisario diabólico de Oomba Woomba Soomba?
- Te repito que no te rías de nuestros dioses.
- ¡Ya me está hartando usted demasiado con tantos dioses por todas partes¡ ¿No serán, quizás o tal vez, los fantasmas de las selvas en vez de dioses?
- ¿Los fantasmas de la selva, dices?
- Eso he dicho, Gran Adivino Huatuc. ¿Puede usted adivinar quién es este monstruoso ser?
- Tendría que consultar los oráculos de las cenizas de alguna hembra...
- ¿Le gustaría que fuese Pacha Qushi la sacrificada?
- Sería una buena idea para calmar a los insultados dioses de la selva.
- Pues yo tengo una idea mejor. ¿Qué le parece, Gran Adivino Huatuc, en quién estoy pensando?
- ¡Tú no puedes pensar por el Pueblo Puka!
- Pero puedo pensar por mi esposa.
- ¿Quién crees que es la más apropiada para ser sacrificada?
- ¿Y si cambiamos de género en esta ocasión tan especial?
- ¿Te estás refiriendo a ese monstruoso ser?
- Por ejemplo... pero yo no puedo pensar por el Pueblo Puka...
- ¡Entonces entréganos a Pacha Qushi y vete lejos de aquí con ese monstruoso ser!
- ¿Está pidiéndome, Gran Rey Mayor Inka Kurax, que te entregue a Luz Celeste a ti y me quede yo con el gran dios blanco? ¡Está usted loco de remate!
Una exclamacion de asombro resuena en todo el Pueblo Puka cuando escuchan, por boca de Jota Jota, que aquel monstruoso ser es el gran dios blanco del que tanto les hablaba Jatun Layka.
- ¡Decir que ese monstruoso ser es nuestro gran dios blanco es un sacrilegio imperdonable! ¡Tendrás que entregarme a tu esposa y luego deberás ser tú el sacrificado, insolente español!
- En cuanto a que yo voy a ser el sacrificado no se lo cree usted ni adivinando el futuro a través del corazón de un mono, Inka Kurax... y en cuanto a que te entregue a mi esposa, como tú acabas de reconocer y todo el pueblo lo sabe... ¿por qué no lo intentas tú mismo?
- ¡¡Puedo destrozarte hasta con una mano atada a la espalda!!
- Me da usted más miedo que Boris Karloff haciendo de Frankenstein y es que en verdad que es usted clavado a Frankenstein haciendo de Boris Karloff.
- ¿De qué diablos estás hablando, insolente?
- ¿Diablos? ¿Ha dicho usted diablos? Voy a contar, con su permiso, una historia de diablos a todo el Pueblo Puka reunido en este lugar y en este momento.
- ¡No sigas blasfemando contra los dioses! ¡Me parece buena idea que si quieres llevarte a tu esposa tengas que vencer en duelo a muerte a nuestro amado Inka Kurax!
- ¡Me niego en rotundo a esa pelea, Huatuc! ¡Yo soy su esposa y solo le pertenezco a él! ¡Jota Jota ya derrotó a Balugo y no va a tener que luchar contra nadie más!
- Tranquila, Luz Celeste. Una noche le prometí a nuestro Dios, en medio de la selva, que lucharía por ti hasta la muerte si era necesario... así que no me preocupa darle una lección a este Gran Rey Mayor porque tú sabes que más grande que Jesucristo no puede haber nadie.
- ¿Estás diciendo que tú eres Jesucristo?
- Escuche Güeppi, si usted ya conoce la verdad de Jesucristo, no me haga esa pregunta.
- ¿Quieres decir que Jesucristo está en ti?
- ¿Es usted un verdadero cristiano o no es usted un verdadero cristiano?
- Creo que sí.
- Entonces limítese a ver, oír y callar.
- ¡Pero yo no voy a permitir que por mi culpa pongas tu vida en peligro!
- No es por tu culpa, Luz Celeste, sino que el cupable será quien quede derrotado para siempre.
- Entonces... ¿aceptas combatir contra mi?
- Contra ti sería mucho decir... digamos que acepto combatir contra tu fantasma...
- ¡¡A un Gran Rey Mayor del Pueblo Puka no le llama nadie fantasma y menos todavía un extranjero como tú!!
- Entonces le llamaré algo así como mierda seca, por ejemplo, para poner a tono lo cagado que ya está.
- ¡¡¡Esto no lo puedo aceptar jamás en mi vida!!!
- Entonces considérelo un piropo y quedemos todos en paz.
- ¡Nada de paz! ¡¡Has ofendido al Gran Rey Mayor!! ¡¡¡Y eso quiere decir que has ofendido a todo el Pueblo Puka!!!
- Está usted muy interesado en que luche contra Inka Kurax, Gran Adivino Huatuc... ¿quiere que adivine yo por qué está usted tan interesado en que me maten?
- ¿Estás diciendo que escondo algún interés?
- Eso digo... pero no un interés simple sino un interés compuesto... porque no es usted solo quien está tan interesado...
- A mí, como a todo el Pueblo Puka, sólo nos interesa recuperar a Pacha Qushi.
- Pero Pacha Qushi ya no existe...
- ¿Qué locura estás diciendo ahora? ¿Quién es entonces esa bellísima joven que está a tu lado?
- Se llama Luz Celeste.
- ¿Sigues burlándote de todos nosotros?
- No. Sólo me burlo de los ignorantes; pero no todos los aquí reunidos son ignorantes.
- ¡¡¡No le hagáis caso, amado Pueblo Puka, porque sólo quiere dividirnos!!!
-¿Usted se cree que yo soy Julio César conquistando amazonas en vez de galas?
- ¡Te estás burlando demasiado de mí! ¿Qué estás diciendo ahora?
- Escucha Huatuc... ¿no sabes quién fue Julio César?
- Ese nombre no es propio de nuestro pueblo.
- Pero resulta que es propio de la Historia. Da la casualidad de que Julio César se llamaba Julio porque nació en julio. ¿Qué le parece la de chismes que hay en la Historia de la humanidad?
- Ya veo tu maniobra. Quieres enrtretenernos para poder escapar...
- Pues a mí me parece que, dentro de muy pocos minutos, los que van a querer escapar son otros y no yo.
- ¡¡Ya estoy harto de tanta palabrería inútil!! ¿Luchas contra mí o te pierdes para siempre llevándote contigo a ese monstruo que has traído a nuestra presencia?
- Le repito que no tengo tan mal gusto como usted, Inka Kurax. ¿De verdad cree que voy a cambiar a Luz Celeste por esto que no se sabe bien lo que es?
- ¿Estás diciendo que yo no tengo buen gusto?
- Por lo mucho que come, mientras deja a su pueblo muchas veces en ayuna, tiene usted demasiado gusto, abanto.
- ¿Qué quiere decir abanto?
- Que es usted como un alimoche.
- ¿Qué quiere decir alimoche?
- Que usted es como una ave rapaz diurna de la familia del buitre y por eso tiene esa cara tan amarillenta y lleva en la cabeza ese laberinto de plumaje blanco con la punta de las alas de color negro. ¡Le gusta a usted mucho la carroña, so abanto!
- ¡¡Esto ya si que no lo consiento!! ¡¡Prepárate a morir, insolente extranjero!!
- Perdone, Gran Rey Mayor, pero yo no me llamo extranjero sino que todos me conocen como Jota Jota.
- ¡¡Esto ya es demasiado!!
- Demasiado poco querrá decir...
- ¡¡No hace más que distraernos en vez de pelear!!
- ¿Por qué no peleas tú conmigo, hechicero? Quizás sería más fácil que me derrotaras tú con alguna de tus brujerías...
- ¡¡Ponte en guardia, extranjero, porque ya no voy a soportar más que te burles de nuestro Gran Adivino!!
- Adivino que tiene usted ganas de calentarse, Inka Kurax.
El Gran Rey Mayor Inka Kurax se lanza en tromba contra Jota Jota pero éste, con la habilidad de un gran maestro de artes marciales, se lanza al suelo y, poniendo su pies en la enorme bariga de Inka Kurax, lo voltea hacia adelante y le hace volar hasta cinco metros de distancia. El Gran Rey Mayor se da tal costalazo contra el duro suelo de la plazoleta que le duelen todas las costillas que tiene debajo de su hermosa túnica de color azafrán.
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
Jota Jota se da un impulso a sí mismo y se pone en pie.
- Veo con sumo agrado que también conoce usted el idioma de los grandes dioses, barragano.
- ¿Barragano yo? ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
- ¡Levántese ya de una vez por todas, reyezuelo!
- ¡¡¡Eso si que no lo voy a consentir!!!
Inka Kurax se levanta totalmente mareado...
- No se preocupe usted y tómese los minutos que desee porque esto sólo ha empezado.
Inka Kurax, con el rostro desencajado por la ira, se vuelve a lanzar contra Jota Jota con la intención de darle un brutal puñetazo en el rostro pero éste, nuevamente mostrando una agilidad que sorprende a todos los allí reunidos, para el golpe sujetando el brazo derecho de Inka Kurax y doblándoselo contra la espalda.
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyyy!!!
- ¿Qué le sucede ahora, Gran Rey Mayor? ¡Deje usted ya de quejarse tanto porque va a despertar a todos los búhos de los alrededores! ¡Y ya sabe usted que despertar a los búhos antes de tiempo es señal de malos augurios!
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
- Está bien. Usted lo ha querido.
Jota Jota coloca su pie derecho sobre el trasero de Inka Kurax y lo lanza con tal violencia que el Gran Rey Mayor del Pueblo Puka sale despedido hacia adelante y, a trompicones, termina por estrellarse contra el grueso y macizo tronco de un enorme árbol.
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
- Le advierto que ya me estoy cansando de tanto ayayay y de tanto ayayay... que se parece a las letanías que suelta el sacristán del pueblo de mi abuela cuando le pilla el cura bebiéndose el vino de la misa.
- No puede ser... no puede ser... no puede ser...
- ¿Qué es lo que no puede ser, Huatuc?
- ¡No puede ser que tengas tanta energía!
- ¿Quiere usted también comprobarlo, ave de mal agüero?
Inka Kurax aprovecha que Jota Jota está distraído y hablando con Huatuc para levantarse silenciosamente del suelo y, sacando una daga que lleva escondida debajo de su túnica de seda de color azafrán se lanza con la intención de clavarla en la espalda de Jota Jota... pero Luz Celeste es mucho más rápida.
- ¡Cuidado, Jota Jota!
Jota Jota reacciona ante el aviso de su bellísima y jovencísima esposa y, dándose la media vuelta, se inclina hacia su derecha para esquivar la cuchillada y, sin dar tiempo a que Inka Kurax reaccione, le hunde su puño izquierdo en el abultado vientre del Gran Rey Mayor.
- ¡¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
Aprovechando la propicia ocasión de que Inka Kurax se ha doblado hacia adelante, Jota Jota junta sus dos manos y descarga tan fuerte golpe en la espalda del gigantesco reyezuelo que le derriba al suelo con total estrépito y ante el nuevo asombro de todo el pueblo.
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
- ¿Quiere usted ya levantarse o prefiere quedarse dormido?
Inka Kurax hace enormes esfuerzos para ponerse de pie.
- Bien, reyezuelo... ¿seguimos o no seguimos con la danza?
- ¡¡¡Te voy a partir el cráneo, extranjero!!!
- Y dale con lo de extranjero. ¿Es usted sordo de nacimiento o se ha quedado sordo de repente debido a las explosiones? ¡Le estoy diciendo que no me llamo extranjero sino que todos me conocen como Jota Jota! ¿Es tan difícil aprender algo tan sencillo?
- ¡¡¡Por los mil diablos de la selva que te machaco el cráneo!!!
Inka Kurax levanta sus dos brazos con la intención de dar un rotundo mazazo en la cabeza de Jota Jota pero, por esa misma razón, deja al descubierto todo su rostro; lo cual aprovecha Jota Jota para atizarle un derechazo al mentón seguido de un izquierdazo en la sien izquierda del Gran Rey Mayor que, definitivamente, se desploma al suelo.
- ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!!
Inka Kurax se queda completamente grogui. Ya no tiene fuerzas ni para levantarse y duerme en el suelo totalmente inconsciente.
- Bueno, Huatuc... ¿seguimos con nuestro interrumpido diálogo o ya no tiene más ganas de hablar?
- No puede ser... no puede ser... y no puede ser...
- ¿Se puede saber lo que no puede ser?
- ¡Algún dios te protege, extranjero!
- Escuche bien, palurdo... aquí no ha sucedido todavía nada grave... pero quizás pueda suceder... ¿desea usted también quitarme a Luz Celeste o se conforma con que sea mi esposa y de nadie más?
- Me conformo... me conformo... y me conformo...
- Pero yo todavía no estoy conforme del todo porque no he venido aquí a pelear contra nadie sino a que se haga justicia.
- ¿Quién eres tú para hacer justicia en el Pueblo Puka?
- Yo no. Es el mismo Pueblo Puka quien debe hacer lo que debe hacer. Yo me limito a aportar las pruebas suficientes. Recuerden todos ustedes que sólo soy un chaval de 18 años de edad y no un juez anciano. Por si no lo saben no soy estudiante de Derecho aunque de Derecho sé lo suficiente como para saber lo que está bien y lo que está mal.
- ¿Qué quieres decirnos, Jota Jota?
- Hola Jampiri. Lo que quiero hacer ante todos vosotros, y delante de todas ellas, es mostraros y demostraros quién es este ser tan monstruoso que os he traído atado desde más allá del horizonte.
- No... Jota Jota... no...
- Escucha bien, gran dios blanco, las injusticias son justas cuando de alcanzar el poder se trata... ¿no es esa tu ley?
- No... Jota Jota... no...
- Seguimos dando clases de Derecho. La tortura, el crimen y el asesinato son válidos cuando se quiere alcanzar el poder... ¿no es esa tu ley?
- No... Jota Jota... no...
- ¡Escuche bien todo el Pueblo Puka aquí reunido! Según dijo un tal Pierre Villaume, la esperanza de la impunidad es para muchos hombres una invitación al crimen.
- No... Jota Jota... no...
- Franck Louis, no olvides jamás que, como dijo un tal Paul Auster, si la jusiticia existe, tiene que ser para todos. Fin de la clase de Derecho. Y como dijo Mahatma Gandhi, nunca hay que pactar con el error... y yo añado que nunca hay que aliarse con el horror si queremos que el pueblo sea liberado. ¿De acuerdo, sir?
Franck Louis Reynolds Black ya no suplica nada más. Ha quemado su última oportunidad de no ser descubierto. Ya sabe que Jota Jota cumple con lo prometido de haber venido para ayudar al Pueblo Puka.
- ¡Prometí a la persona que más amo en este mundo que cumpliría con la obligación de ayudar a todo el Pueblo Puka y eso estoy haciendo, si es que Huatuc no tiene ningún inconveniente!
- ¿Qué sucede, Jota Jota? ¿Quién es este monstruo?
- Estimado Güeppi, este monstruo es la clave principal de todos los sufrimientos que habéis tenido que soportar durante muchas décadas. Y más de uno estaba de acuerdo con él.
- Dínos de qué se trata todo esto, Jota Jota.
- Calma, Ichuri, calma. A decir verdad tú bien sabes que la Naturaleza creada por Dios exige que sea respetada y cuando hay seres infrahumanos que atacan a la Naturaleza creada por Dios es totalmente justo que Dios entre en ira. ¿Sabes ya de lo que estoy hablando?
- Supongo que hemos estado siendo víctimas...
- Eso es. Habéis estado siendo víctimas de las fuerzas diabólicas. Por eso la justicia debe comenzar porque sean quienes han sufrido los que impartan el veredicto. Yo he terminado mi labor que era la de defender a mi chavalilla de todos estos animales que andan por la selva virgen destruyendo todo lo natural de la especie humana... y todos vosotros, salvo quienes os han estado martirizando, sois en verdad humanos. Como es necesario que sepáis la verdad es necesario que la verdad sea descubierta.
- ¡No podemos seguir escuchando a un loco!
- ¿Quién es el que no puede escuchar a quien le llaman loco los que de verdad están locos, Huatuc? ¿Yo soy loco mientras tú eres lúcido? Si eres tan lúcido como has dado a entender... ¿por qué no sabes la Verdad?.
- ¿A qué Verdad te estás refiriendo?
- A la única Verdad que existe cuando se trata de gobernar como Dios manda. ¿No es cierto Inka Kurax?
Inka Kurax todavía está medio adormecido.
- Es cierto... esto... es verdad... bueno... es justo...
- Entonces ha llegado la hora de deciros a todo el Pueblo Puka que habéis estado siendo martirizados por los pequeños brujos que os engañan con falsos poderes...
Un estallido de ira, procedente de todo el Pueblo Puka, rompe el silencio de la noche.
- Y habéis estado siendo martirizados por vuestro astuto hechicero el Gran Adivino Huatuc.
Otro estallido de ira, procedente de todo el Pueblo Puka, rompe nuevamente el silencio de la noche.
- Y también habéis estado siendo martirizados por vuestro avariento e insaciable Gran Rey Mayor Inka Kurax.
El estallido de ira, procedente de todo el Pueblo Puka, rasga el silencio de la noche mientras se oyen exclamaciones de sorpresa.
- ¿Y qué tiene que ver con todos ellos este monstruoso ser que nos has traído?
- La prueba de que no os estoy mintiendo, Güeppi. En cuanto a este monstruoso ser se refiere os vuelvo a decir que es el gran dios blanco del que tanto os hablaba Jatun Layka y que estaba dispuesto a usar la energía de Luz Celeste para sus diabólicos planes. Él mismo lo quiere confesar.
- No... Jota Jota, no... ¡¡¡Yo quiero vivir!!!
- Si quieres vivir un poco más cuenta la Verdad.
- Estás diciendo la Verdad a todo el Pueblo Puka. Yo era quien dirigía todos los martirios, todos los sacrificios humanos, todos los asesinatos y todos los crímenes que se han estado llevando a cabo en el Pueblo Puka.
La indignación de todo el Pueblo Puka es tan enorme que los Grandes Guerreros no tienen más remedio que detener a la masa para que no destrocen a Franck Louis Reuynolds Blake.
- ¡¡¡Deja que el pueblo destruya a ese monstruo!!!
- Te equivocas, Inka Kurax. Este monstruoso ser debe ser enjuiciado por quienes tienen el pleno derecho de enjuiciarle a él y, también, a los pequeños brujos, a Huatuc y a ti mismo.
- ¿Quienes deben ser los jueces de todos ellos?
En aquellos momentos los Grandes Guerreros ya han detenido a los pequeños brujos que estaban intentando escapar.
- Los únicos jueces legítimos que deben dar su veredcito, Jampiri, son todos los hombres y mujeres del Pueblo Puka que han sufrido y siguen sufriendo por sus familiares, amigos y amigas que fueron vilmente sacrificados, vilmente asesinados y vilmente convertidos en cenizas o convertidos en alimento de los grandes yaguares y los buitres carroñeros... a no ser que aceptéis que sean juzgados por las autoridades de Coca.
- Si los crímenes se han llevado a cabo en nuestro pueblo es a nuestro pueblo a quien le corresponde hacer justicia.
- Está bien, Jampiri. Por mi parte no tengo nada más que decir porque eso ya no me corresponde a mí decirlo. Yo sólo quiero saber, antes de irme con Ella, si existe algún otro hombre que desee quitármela.
Un silencio absoluto se impone en medio de la tensión emocional...
- Entonces mi misión se ha terminado.
- ¿No deseas quedarte con nosotros, Jota Jota?
- Sólo me quedaré para ser testigo de si se hace justicia legal o se comete alguna injusticia contra los culpables. Después me iré con Ella, Güeppi...
- Tengo una propuesta que hacerte, Jota Jota.
- ¿Qué propuesta, Jampiri?
- Como ya Inka Kurax no va a seguir siendo nuestro Gran Rey Mayor... ¿te gustaría aceptar que seas tú quien nos gobierne desde este mismo momento?
Un tremendo tumulto diciendo que sí surge de todo el Pueblo Puka.
- ¡¡Estáis todos muy equivocados conmigo!! ¡¡Yo no deseo, por nada del mundo, ser como Tarzán de la Selva!! ¡¡Si he venido aquí sólo ha sido porque Ella me lo pidió pero ni he tenido jamás deseos de ser vuestro Gran Rey Mayor ni jamás se me ha ocurrido pensar en ello!! Yo os propongo, si es que estáis de acuerdo, que desde este momento os gobierne, como Dios manda, el mismo Güeppi que ha conocido ya al verdadero Dios.
- ¿Eres tú ese al que llaman Jesucristo?
- Prefiero que sigáis vuestra existencia sin que nadie sepa nada más de mí salvo que todos me conocen como Jota Jota. Y ahora... ¿estáis o no estáis preparados para celebrar el juicio? Daos prisa porque tengo prisa...
- ¡¡Yo, el Gran Confesor del Pueblo Puka, nombro a Güeppi como nuestro nuevo Gran Rey Mayor!!
Todo el Pueblo Puka afirma en medio de la selva.
- ¿Cuál es tu primera orden como Gran Rey Mayor, Güeppi?
- Está bien, Jampiri. Acepto la responsabilidad de pedir a todos los que han sufrido la pérdida de algún familiar, de algún amigo o de alguna amiga, que dictamine qué hacemos con los culpables. ¡O los envíamos a las autoridades de Coca o los ahorcamos aquí mismo! ¡Que lo decidan los que más han sufrido!
- Eso es lo más justo, Güeppi... y yo, Jampiri, soy testigo de que es lo más justo.
- ¡¡Decidid entonces todos vosotros y todas vosotras!! ¡¡Es mi primera orden como nuevo Gran Rey Mayor del Pueblo Puka!!
En medio de un griterío ensordecedor, todos los nombrados y todas las nombradas exclaman rotundamente.
- ¡¡¡Colgarlos!!! ¡¡¡Colgarlos!!! ¡¡¡Colgarlos!!!
- Como Gran Confesor del Pueblo Puka considero que es la más razonable y a la vez la menos cruel de la justicia que se puede hacer con todos ellos. Es, en cierto modo, la manera más cristiana de hacer que mueran sin que sufran tanto como los demás hemos sufrido.
- Entonces... yo... como nuevo Gran Rey Mayor de todo el Pueblo Puka doy la orden de que los colguéis a todos en las afueras de la Ciudad Oculta.
De inmediato todos, acompañados por Jota Jota y Luz Celeste, caminan hacia las afueras de la Ciudad Oculta, con un desfile de antorchas encendidas, que da a la marcha un tinte de espectáculo espectral, hasta que llegan a un profuso robledal.
- ¡Aquí es donde la justicia empieza y aquí es donde la justicia termina!
- Bien dicho, Güeppi... veo que estás comenzando a ser verdaderamente sabio...
- Gracias a tí, Jampiri.
Todos esperan la orden de Güeppi.
- Ya. Ahora mismo y sin que nadie más se entere. Que éste sea el secreto más oculto para el futuro del Pueblo Puka.
- Supongo que alguna vez surgirán leyendas, Jota Jota...
- De eso estoy completamente seguro, Luz Celeste...
- Y en dichas leyendas aparecerá siempre un chaval que vino de lejanas tierras para hacer que la Ley de Viracocha dejara de ser incumplida.
- Supongo...
- Y que aquel chaval acudió a la llamada de sus instintos cristianos...
- Supongo...
- Jajajajaja... me gustas mucho más cuando supones... proque aciertas...
- No te rías ahora, Luz Celeste, o son capaces de colgarnos también a nosotros. No está el fuego para echarle más leña...
- Jajajajaja...
- Menos mal que el griterio impide que escuchen tu risa... sólo me faltaba ahora tener que dar alguna hostia a alguien... y, la verdad, no me gusta para nada ser un cura repartiendo hostias. Cuando lo hago es porque no me queda otro remedio.
El estruendo de los tambores da comienzo al acto del ahorcamiento. El ruido es tan ensordecedor que espanta a todos los animales de la selva que huyen en desbandada.
- ¡¡¡Silencio!!!
En medio de un silencio sepulcral se lleva a cabo el ahorcamiento de todos los culpables dejando, en último lugar, al ya espantado gran dios blanco.
- ¡¡¡Quiero vivir!!! ¡¡¡Quiero vivir!!! ¡¡¡Quiero vivir!!!
- Si te dejáramos con vida sería el final de nuestro pueblo.
- Aciertas de nuevo, Güeppi. Si este monstruo siguiera con vida el Pueblo Puka desaparecería de la faz de la Tierra.
- Es lo más lógico que te he oido decir, Ichuri.
- !!!No!!! ¡¡¡Noo!!! ¡¡¡Nooo!!!
- Escucha, monstruo sin sentimeintos. No puedo perdonarte lo que estás todavía deseando hacer con mi propia hija. Sería yo un pésimo padre si consintiera tal abominación. Ten al menos el valor que han tenido tus demás compinches de morir con la única valentía que han mstrado en sus miserables vidas. ¡Morir como Dios manda!.
A pesar de los pataleos diabólicos y las coces que suelta a diestro y siniestro el maniatado Franck Louis Reynolds Black, de cuya boca salen espumarajos de rabia, es por fin inmovilizado por un grupos de Grandes Guerreros y, pocos segundos después, su diabólico cuerpo pende, sin vida, del roble más grueso.
- Triste final para la triste historia de este ser, Jota Jota.
- A veces un triste final, Luz Celeste, es el comienzo de una vida feliz.
- ¿Por qué no te quedas para siempre con nosotros Jota Jota? "La Niña Blanca" se quedó conmigo renunciando a su mundo.
- Lo siento, Gúeppi. Mi Destino es otro. Tengo que aclararte que todavía tengo que ser un buen periodista.
- ¿Y te vuelves a la ciudad donde tanto te han acosado?
- Vuelvo a la ciudad donde tanto me han acosado para demostrarles que no les tengo miedo a ninnguno de ellos ni a ninguna de ellas y que nunca jamás les he tenido miedo.
- Nunca he visto mayor valentía.
- Los hay mucho más valientes que yo.
- ¡Jamás! ¡No de conocido jamás a un chaval de tan sólo 18 años de edad mostrar tanta valentía ante tantos y tantas cobardes!
- A la envidia no hay por qué tenerla miedo, Güeppi. Te podría decir muchas cosas sobre la envidia pero me limito a decirte lo que un día escribió el filósofo Arthur Schopenhauer: la envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
- Jamás he visto a nadie, ni joven ni adulto, que venza a sus enemigos con una sola sonrisa.
- Quizás porque la mejor manera de enfrentar a los enemigos sea escuchando la voz de Jesucristo.
- Pero... estás obligando a Luz Celeste a que se vaya contigo...
- Escucha, Güeppi... jamás he obligado a que nadie me siga... y Ella es testigo de eso. Vine aquí para liberarla de todos los que la deseaban en contra de su voluntad... y como tiene ya su propia voluntad desde que nació... Ella está liberada y puede decidir por si misma. No me importa perderla si Ella decide apartarse de mi lado. ¿Quieres quedarte con tu padre y tu pueblo o quieres venirte conmigo, Luz Celeste?
- Tú eres mi pasado, tú eres mi presente y tú eres mi futuro.
- ¿Hacia dónde quieres ir, Luz Celeste?
- Hacia dónde quieras ir tú.
- Estás totalmente liberada y no tienes por qué venir conmigo.
- Es que no quiero ir contigo sino que deseo ir contigo.
- Entonces vámonos hacia el Paraíso Escondido. Lo siento, Güeppi, pero usted debe quedarse gobernando la Ciudad Oculta de su pueblo. Usted nació para ser líder de los suyos y yo nací para ser solamente líder de Ella.
- Lo siento papá... pero es Ley de Vida proclamada por Dios... Tú fuiste para mí un guía hasta que apareció Él acudiendo a mi llamada. Puedes gobernar según tu criterio pero yo quiero ser gobernada según el criterio de Jota Jota. Puedes imaginarte, si quieres, que Jota Jota es Viracocha renacido pero no es eso... Jesucristo es quien me guía...
- Entonces... ¿Es en verdad Jesucristo este tal Jota Jota?
- Señor Güeppi. Limítese a ver, oír y callar. Si el mundo se entera de lo que ha sucedido esta noche aquí... en menos de un mes acudirán como lobos a conocerles todo un tropel de periodistas y aventureros en busca de la fama. Ni se les ocurra ir a contar nada a la ciudad de Coca y sigan ustedes viviendo tal como la Naturaleza de Dios les ha bendecido.
Los dos se despiden de un Güeppi por cuyo rostro resbalan las lágrimas. Jota Jota le da su mano derecha y, después, Luz Celeste le besa dulcemente en su mejilla izquierda.
- Supongo que es Ley de Vida.
- Eso es papá. Es Ley de Vida Cristiana.
Jota Jota y Luz Celeste se vuelven a adentrar, otra vez solos, en la espesura de la selva.
- Lo que no comprendo bien, Jota Jota, es que teniendo solamente 18 años de edad ya estés en Tercer Curso de Periodismo.
- Es muy fácil de entender. Todo se lo debo a una beca especial que me dieron cuando entré a formar parte del CNI.
- Ahora lo entiendo.
- Algún día le daremos una alegre sorpresa al Director General del Centro de Inteligencia en Madrid porque has de saber que llevo en el bolsillo interior de mi chaqueta una pequeña grabadora donde he recogido toda mi conversación con el que era, en vida, Franck Louis Reynolds Black y, además, el disquete de ANMABO GEBE.
- ¿Vamos a ir a España?
- Sí. Vamos a ir al corazón de España. Un corazón que se llama Madrid pero antes tenemos que encontrar el Paraiso Escondido.
- ¿Sabes donde se encuentra, Jota Jota?
- Okey, Luz Celeste.
- ¿Dónde está?
- Siguiendo siempre adelante en la dirección que he elegido.
- Si. Siguiendo siempre adelante... pero hacia dónde...
- Hacia Edén.
- Okey, Jota Jota. Será un placer para mí llegar a Edén.
- Pues sigamos caminando. Cuando llegue el alba habremos llegado nosotros también.
Y Jota Jota le da el más tierno beso en la boca que hace llorar a Luz Celeste.
- No creas que lloro por irme de aquí. Lloro solamente porque soy feliz.
- Sí. Lo sé. Siempre he sabido que las mujeres actúan así cuando son felices.
- ¿Quién te ha enseñado tal cosa?
- Digamos que El Libro de la Vida. Vamos. Tenemos que llegar con el alba.
Y al llegar el alba divisan Edén.
- ¿Dispuesta a seguir siempre conmigo?
- Dispuestas a vivir siempre contigo.
A Él sólo se le ocurre ya volver a besarla en la boca.
FIN