En esta sección complementaria, deseo compartir con aquellos de mis lectores que lleguen ocasional o directamente aquí, una serie de párrafos, frases y breves citas extraídos de lecturas cuya temática me causó sobresalto. Su intención se descubrirá con la lectura de tales fragmentos.
Del libro: El amor infinito es la única verdad. Todo lo demás es ilusión, del escritor David Icke, incluyo un estremecedor segmento sobre las Armas silenciosas para una guerra discreta. Quien sienta interés por indagar más al respecto, si busca con amplitud hallará una amplia bibliografía sobre el tema.

Escribe Icke:

“Un documento que salió a luz en 1986 describió brillantemente las técnicas n operación en lo que llamamos la “sociedad”. Fue llamado armas silenciosas para una guerra discreta (o callada), y s informa que otra versión ha estado en las manos de la Inteligencia naval estadounidense en 1969. El que tengo fue encontrado, aparentemente, dentro de una fotocopiadora de IBM comprada en una venta de segunda mano en Norteamérica.
Este documento larguísimo y detallado delinea una política que ha sido puesta en práctica desde al menos los años 1950. Dice que “la guerra discreta fue…declarada por la élite internacional en una reunión celebrada en 1954”. Una organización Iluminati significativa llamada Grupo Bilderberg se reunió por primera vez en 1954 (vea Y la verdad los hará libres) y esta consiste en la élite global en política, banca, negocios, militares, agencias de inteligencia, etc. El trasfondo, sin embargo, es menos importante que el contenido porque él encapsula la guerra discreta contra la psique humana:

 La experiencia ha demostrado que el método más simple de asegurarse un arma silenciosa y ganar el control del público es mantenerlo indisciplinado e ignorante de los principios básicos del sistema por una parte, mientras por otra parte se lo mantiene confundido, desorganizado, y distraído con asuntos de ninguna verdadera importancia.

Esto es conseguido por:

1. desacople de sus mentes (de la planificación); saboteando sus actividades mentales; proporcionando un programa de baja calidad de educación pública en matemáticas, diseño de sistemas y economía, y desalentando creatividad técnica.

2. comprometiendo sus emociones, aumentando su autoindulgencia y su indulgencia en actividades emocionales y físicas por:

a) endureciéndolos a afrentas y ataques emocionales (violación mental y emocional) mediante un bombardeo constante de sexo, violencia, y guerras en los medios –sobre todo la TV y los periódicos-.

b) darles lo que ellos desean –en exceso- comida basura para el pensamiento, y privarlos de lo que ellos realmente necesitan.

c. reescribir la historia y la ley y someter al público a la creación anormal, siendo así capaces de cambiar su pensamiento de las necesidades personales hacia muy fabricadas prioridades exteriores.

Estos impiden su interés en, y el descubrimiento de, las armas silenciosas de la tecnología de automatización social. La regla general consiste en que hay ganancia en la confusión; a más confusión, más ganancia. Por lo tanto, el mejor acercamiento es crear problemas y luego ofrecer soluciones.

En resumen:

Medios: Mantenga la atención pública distraída lejos de las verdaderas cuestiones sociales, y cautivada por asuntos de ninguna verdadera importancia.

Escuelas: Mantenga al público joven ignorante de verdaderas matemáticas, verdadera economía, verdadera ley y verdadera historia.

Entretenimiento: Mantenga el entretenimiento público por debajo de un nivel de sexto grado.
Trabajo: Mantenga al público ocupado, ocupado, ocupado, sin tiempo para pensar; de regreso en la granja con los otros animales.

El documento dice de la guerra  discreta:

Dispara situaciones, en vez de balas; propulsadas por procesamiento de datos, en vez de granos de pólvora; desde un ordenador, en vez de un arma de fuego; operado por un programador de ordenador, en vez de un tirador; bajo las órdenes de un magnate bancario, en vez de un general militar. Eso no hace ningún ruido obvio, no causa ningún daño físico obvio, y no interfiere obviamente con la vida social diaria de alguien.

Aún así hace un “ruido” inequívoco, causa daño físico y mental inequívoco, y de modo inconfundible interfiere con la vida social diaria, es decir, inequívoco a un observador entrenado, uno que sabe qué buscar. El público no puede entender el arma, y por lo tanto no pueden creer que ellos estén siendo atacados y sometidos por un arma.

El público podría sentir por instinto que algo está mal, pero debido a la naturaleza técnica del arma silenciosa, ellos no pueden expresar su sentimiento de un modo racional, o manjar el problema con inteligencia. Por lo tanto, ellos no saben cómo pedir ayuda, y no saben asociarse con otros para defenderse contra ella.

Cuando un arma silenciosa es aplicada gradualmente, el público se ajusta/adapta a su presencia y aprende a tolerar su invasión en sus vidas hasta que la presión (psicológica vía lo económico) se hace demasiado grande y ellos colapsan mentalmente. Por lo tanto, el arma silenciosa es un tipo de guerra biológica. Ataca la vitalidad, opciones y movilidad de los individuos de una sociedad conociendo, entendiendo, manipulando, y atacando sus fuentes de energía natural y social, y sus fuerzas y debilidades físicas, mentales y emocionales.

¿Reconocen esta sociedad? Por supuesto, vivimos en ella”.

El señalador y valiente libro de Icke puede descargarse gratis. Basta buscarlo en internet, si este segmento despierta deseos de indagar sobre todo aquello que dicho investigador nos revela y contra lo cual nos previene, si la curiosidad lectora va más allá de lo intelectual.

 Al funesto Gran Hermano que nos observa, nos cuantifica, nos cualifica y además de esquilarnos nos dispone para que lleguemos sonrientes al matadero moderno, debemos recordarle que cada día transcurrido, con un solo lector al cual llegue este texto; con autores como Icke, como incontables periodistas y escritores en Europa, en Norteamérica, en Latinoamérica que no temen al despectivo vocablo de conspiranóicos, surgirán millares de ojos que también lo observarán a él. Le seguirán sus pasos. Lo denunciarán. Le develarán todos sus propósitos. Para esos ojos de pupilas verticales surgidos del ojo del Gran Hermano, hay millares de ojos de pupilas horizontales que no duermen, no se cierran y, hoy por hoy, están más abiertos que nunca.