Dos pistolas escarlatas (Novela y Guin literario para Cine) -4-
Publicado en Feb 05, 2013
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Cuando el Gran Salón de Baile está totalmente repleto de gentes que han llegado desde todas las partes de Phoenix y Arizona, sobre todo por ver de cerca a la señorita Jara, ésta aparece, deslumbrante y bellísima, con el vestido más sexy que ha encontrado y que la hace todavía más apetitosa, en lo alto de la escalera de caracol... hasta que todos y todas levantan la cabeza explotando un ¡ooooooooohhhhhhhhh! de asombro general, que estalla como un disparo de pistola en toda la estancia. A algunos se les escapan las copas de champán que caen al suelo emitiendo ruidos de cristales rotos, producto de la emoción. 
 
- ¡Fantástica! ¡¡Realmente fantástica!! ¡¡¡Verdaderamente fantástica!!!
- Cálmate, Jimmy, que se te nota demasiado.
- ¿Qué dices, Boby? -responde Jimmy sin dejar de mirarla.
- Que se te está notando mucho lo emocionado y conmocionado que estás.
- Es sólo un signo de admiración nada más.
- Yo diría que han sido varios signos de admiración al mismo tiempo.
- Cállate y métete en tus asuntos, Max... y procura que no se te caiga ninguna copa más...porque eso sí que es señal de estar totalmente emocionado y conmocionado a la vez.
- Emocionado, Jimmy, solamente emocionado.
- No, Max. Emocionado y conmocionado a la vez. Cuando la emoción se convierte en conmoción suelen ocurrir desgracias como que se caigan al suelo copas llenas de champán...¿vale, Boby?
- Esto... sí... sí es cierto... y me voy a buscar otra de esas copas porque yo también estoy emocionado y conmocionado.
 
"Escarlata" Jara está ya harta y hasta las narices de que todos y todas la estén mirando.
 
- ¡Puedo ya bajar las escaleras o es necesario espere una hora más para todos ustedes sigan admirándome!
 
Todos los caballeros y todas las damas presentes se quedan asombrados y asombradas ante aquella espléndida y natural sonrisa y, cuando "Escarlata" baja el salón, van dejando espacio para que ella camine sin que nadie llegue a rozarla tan siquiera... pues todos y todas saben de lo que es capaz de hacer con sus pistolas.
 
- No es necesario que se atropellen todos. Solamente necesito unos pocos centímetros na damás. No estoy preciamente gorda como ocurre con otras que comen más de la cuenta... corriente por supuesto... 
- ¡¡¡Escuchen todos muy bien!!! ¡¡La señorita Jara es mi principal invitada!! ¡Y por lo tanto ordeno que nadie la acose!
- Muchas gracias, sheriff Ben Saltz, se lo agradezco de verdad... aunque la verdad es...
- No, por favor, señorita. Nada de asuntos transcendentes esta noche.
- ¿Qué estaba usted creyendo que iba a decir, sheriff?
- Supongo que cantarle las cuarenta a alguien.
 
"Escarlata" simplemente sonríe antes de continuar.
 
- Usted no parece estar muy preocupado por eso...
- Es por los demás. Ya sé yo muy bien de qué pie cojean.
- ¿Y usted cojea de algún pie?
- Yo no.
- Pues cuando camina parece usted algo así como un pato mareado.
- Es que he bebido un poquito nada más.
- Espero que no tenga que seguir bebiendo demasiado. El champán hace estragos en el instentino delgado y luego entra en acción el intestino grueso.
- ¡Jajaja! ¿Qué buen humor tiene usted esta noche?
- Suelo tener buen humor todas las noches cuando, antes de dormir, recuento las hazañas que he logrado durante el día.
 
Ben Saltz se dirige, de nuevo, a todos los asistentes.
 
- ¡¡El anfitrión es el primero que tiene derecho a bailar con la principal invitada!!
 
Después se dirige a ella extendiéndole su mano derecha y poniendo su brazo izquierdo tras la espalda e inclinándose ligeramente hacia adelante como caballero de finos modales.
 
- ¿Quiere usted bailar conmigo?
- Ni con usted ni con nadie de los que hay aquí... damas incluídas por supuesto. Yo sólo he venido a hacer acto de presencia y a ser solamente una más de esas con las que nadie desea bailar porque no las consideran lo suficientemente atractivas; así que no deseo bailar con ningún machista de mierda. Sólo bailo con mi novio y como no tengo novio todavía...
- ¿Que no tiene todavía novio siendo tan escultural y bella?
- Repito que me molestan los machistas de mierda, señor sheriff. A nadie le importa esto ni lo otro ni lo de más allá. ¿Entendido?
- ¡Será porque usted no quiere tenerlo!
- ¡Cállese, señor José Luis Maya y Caja, porque usted ya está casado! ¡Si no ha tenido éxito alguno en su matrimonio no es por culpa de nadie y, menos aún, de ella... que ni conoce a su fea esposa ni tampoco le conoce a usted! ¡¡Así que deje ya de ir diciendo que todas han pasado por su cama, fantasmón!! ¡¡¡Dedíquese a sus negocios de la Banca que en eso es usted todo un lagarto!!
- ¡¡Lagarto, lagarto!! ¡¡¡Usted, señor sheriff, si que es una buena pieza!!!
- ¿Yo una pieza? ¿Una pieza de magro de cerdo como usted, comisionista de estraperlos? 
 
Más pronto de lo que esperaba la propia "Escarlata" se acaba de iniciar el rifirafe entre los más interesados en que se fije en alguno de ellos. 
 
- ¡¡Señor sheriff!! ¡Lo digo solamente porque mi sobrino Chus Maya y Gutiérrez de Cetrino, conocido en todos los lugares donde va como "El Pibe", porque es más bien un poco niño en estas cuestiones, está aquí y está en edad de merecer!
- ¿Merece la pena que alguna chavala guapísima sea la novia de su sobrino Chuchi?
- ¡¡¡No le llame Chuchi, por favor!!! 
- ¡¡¡Ni por favor ni por leches, señor banquero!!!
- Esto... no es que mis sobrinito sea una cosa del otro mundo...
- ¡¡¡Pues parece una cosa de otro mundo!!!
- Cálmese, por favor, señor sheriff... y deje que lo decida la propia señorita Jara.
- ¿Quiere callarse ya de una vez, gordinflón, y seguir bebiendo sin abrir ya más su sucia bocaza?
- ¡¡¡A mi no me llama nadie, y menos en público, un gordinfón y sucio bocazas. Y menos uno tan bobo como tú, Boby Saltz!!!
- ¡¡¡Si continúa así la fiesta yo, como atoridad que soy de Phoenix, que para eso soy el sheriff digo yo, te encierro toda la noche en la trena, Maya!!!
- Déjalo, tio Ben. A mí no me afecta en absoluto que me llame bobo, porque sólo sueña nada más. No me molesta, para nada, que descargue en mí sus frustración porque su fea esposa se la pegue con el tesorero del Banco. Como tampoco me afecta para nada que exista o no exista su sobrinito soplagaitas. Por otro lado, estoy seguro de que su mujer duerme tranquilamente cuando vuelve de la casa del Tesorero sin mirarle ni tan siquiera a su cara de sapo.
- ¿Sapo yo?
- ¡Sí! ¡Sapo usted! ¡Y además no un sapo normal sino un anormal sapo partero que lleva los huevos sobre su chepa en vez de llevarlos como Dios manda!
- Hagan el favor de calmarse ya todos ustedes o me marcho para nunca más volver. 
 
La amenaza de "Escarlata" Jara haciendo saber que está dispuesta a irse de la fiesta, calma el ánimo de todos.
 
- Ahora que todo está tranquilo y en paz, hablemos usted y yo a solas, sheriff Ben. 
- ¡Eso sí que está muy bien pensado y dicho, señorita Jara! Como sheriff de la gran ciudad de Phoenix me siento grande de verdad y no me lo tome como vanidad sino que soy muy superior a todos estos tragaldabas. Vamos al jardín, señorita Jara, si a usted le place y no le disgusta.
- Con esos modales sí... pero ni me place ni tampoco me disgusta. Me es indiferente. 
- ¿Yo soy indiferente para usted?
- Le estoy aclarando que me es indiferente que hablemos en el jardín o aquí mismo.
- ¡No! ¡Por Dios, "Escarlata", aquí es impropio e improcedente!
- ¿Qué bien domina usted el idioma español, señor sheriff? Ha dicho impropio e improcedente sin equivocarse. ¿Así que usted desea que hablemos a solas en el jardín?
- Si le place y no le disgusta.
- Está bien. Vayamos al jardín. Pero no me repita por tercera vez si me place y no me disgusta porque quien repite tanto esos halagos es más bien porque no sabe decir cosas más interesantes. 
- Te prometo, "Escarlata", que lo que vamos a hablar en el jardín sí que va a ser muy interesante.
- Pues para que sea más interesante todavía no se olvide de llamarme señorita Jara que es mucho más emocionante que llamarme "Escarlata" para ciertos asuntos. 
- Como mande usted, señorita Jara. 
- Pues mando que me siga hasta el jardín. 
- Lo haré como un corderito.
- No me haga reír porque tiene usted menos gracia que Sancho...
- ¿Quién es ese tal Sancho que tiene tanta gracia?
- Posiblemente algún asaltador de personas millonarias proveniente de Aguascalientes. Procure usted que no se haya enterado de esta fiesta porque es capaz de desplumarles a todos ustedes en menos que canta un lechuzo y les puede calentar bien calentados para que no pasen frío si les deja a todos en cueros. 
- Bien. En otro momento buscaré a ese Sancho que tiene tanta gracia.
- Le recomiendo que ni lo intente. 
- ¿No puedo intentar detenerle?
- No. Me refiero a lo que usted está pensando. Si salgo al jardín con usted es solamente para hablar de negocios... ¿me ha comprendido bien? 
- Comprendido. Lo primero es lo primero. De lo demás ya hablaremos en su momento oportuno. 
- Eso es. Prefiero que sea usted un lobo antes que un cordero... ¿me va entendiendo ya mejor?
- Sí. Me parece que sí
- Pues entonces vamos a lo que me interesa y lo único que me interesa es el negocio para el que he venido a estas tierras.
 
"Escarlata" se dirige discretamente hacia el jardín seguida del sheriff Ben Saltz. 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y Guin literario para Cine.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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