Dos pistolas escarlatas (Novela y Guin literario para Cine) -5-
Publicado en Feb 05, 2013
Una vez en el jardín, el sheriff Ben Saltz, tras cerciorarse de que nadie está lo suficientemente cerca como para poder escuchar, comienza a desarrollar su estratégico plan que lleva ya pensando durante varias horas...
- Escucha, "Escarlata"... - Señorita Jara si no le importa. - Está bien. No discutamos por eso. Lo que tiene que hacer es conquistar a Joe Atienza Arteche y Argoitia. - Eso ya me lo ha dicho antes. - Sí. Pero el plan consiste en enamorarle de tal manera que le pida matrimonio. - ¿Matrimonio? ¿Es que tengo que casarme con él? - De momento, sí. - ¡Cómo que de momento sí! Qué extraño es todo esto... - El plan consiste... pero no puede decírselo a nadie... - Si es algo rentable para mi bolsillo no diré nada. - Bien. Cuando usted se case con él le hace firmar que todos sus bienes pasan a ser bienes gananciales y así, después, le matamos nosotros y queda usrted joven viuda. Pasará a poseer una enorme fortuna. - Vaya... vaya... vaya... - ¿Es interesante? - Muy interesante. Siga contándome. - Pero matarle no podemos hacerlo nosotros con las pistolas porque él es "Triple A", el mejor pistolero de todo el Oeste... aunque hay otra manera muy efectiva de hacerlo. Usted le acusa de violencia de género, de abuso sexual y de todo lo demás que a usted se le ocurra añadir en la declaración ante el Juez Mayo. - ¿Es que el juez de Phoenix es el mismo que el juez de Durango? - Sí. Conseguí que lo nombraran también juez de Phoenix. - Vaya... vaya... vaya... ¿cómo se llama el Juez Mayo? - Agustín Mayo Segundo. - ¿Es que hubo un Agustín Mayo Primero? - No... jajajajaja... es que su segundo apellido es Segundo. - Y supongo que se apellido tercero es Tercero. - Sí... jajajajaja... su apellido tercero es Tercero. - Me gusta conocer hasta el cuarto apellido de las gentes con las que tengo que tratar asuntos serios. - ¿Quieres saber hasta el cuarto apellido del Juez Agustín Mayo Segundo Tercero? - Sí. Es para no equivocarme. No vaya a ser que mayo se convierta en abril. - De verdad que estás muy chistosa esta noche. - Es para romper el hielo. ¿Puede usted responder a mi petición y así me voy preparando para cuando "Triple A" me haga la petición de mano? - Está bien. Su nombre completo es Agustín María Mayo Segundo Tercero Arnoriaga. Redacta muy bien todos sus escritos. Has de saber que imparte clases de redacción de informes en el Colegio de Abogados de Nueva York además de impartir enseñanzas de redacciones escolares a los niños ricos de aquella gran ciudad. - ¿Y ha venido esta noche aquí? - No. Es necesario que no le vean entre nosotros. - ¿Cuál es la causa? - La causa es que no debe ser visto por aquí hasta que tú denuncies a Joe. - ¿Asi que redacta fantásticamente bien ese tal Segundo Tercero Arnoriaga? - Se le da de maravilla. Sobre todo porque tiene todo un espléndido equipo de colaboradores que hacen el trabajo por él. - ¿Eso quiere decir que es una mierda redactando? - Exacto. Pero es nuestro juez y todo saldrá muy bien. Redacta peor que un japonés escribiendo en quechua pero eso no importa. Los informes de acusación contra Joe los elaborarán su equipo de redactores. - Vaya... vaya... vaya... - Deja de decir tantas veces vaya que me estás poniendo nervioso. - Caramba... caramba... caramba... - Eso está mejor. - Y mucho mejor se va a poner el asunto. Siga contando. - ¿Es interesante? - Muy interesante. ¿Y después que pasa con esta película de miedo? - Y después yo, como responsable de la ley... y Juan Antonio Jara Paredes, que es uno de tus familiares más admirador de tu belleza y que le he comprado por un pequeño puñado de monedas, declaramos que es verdad todo lo que digas. - Espere un momento. No conozco a ese tal Juan Antonio Jara Paredes. ¿Puede decirme quién es en realidad? - Un primo tercero o primo cuarto tuyo. - ¿Quieres decir que es un primavera al que le habéis comprado con un pequeño puñado de dólares? - Si... jajaja... tú lo has dicho. Sólo es un primavera nada más.... pero gracias a él vamos a hacer nuestro agosto. - A lo mejor hasta se llama también Augusto. - Exacto. Se llama Juan Antonio Augusto y vive muy a gusto a la sombra de tu apellido. - ¿Es que es algún bastardo? - Pues sí. Es producto de una relación extramatrimonial del viejo Galito. - ¿Quién es el viejo Galito? - Un pariente lejano tuyo. - No creo que se llame Galito. - No. En realidad le dicen Galito pero se llama Galo Jara Paredes y por eso a Juan Antonio le ha puesto sus apellidos ya que no se conoce quién es su madre. - De verdad que esto parece una película de risa en lugar de una película de miedo. Quiero que me diga su tercer y cuarto apellido. - ¿Los de Galo o los de Juan Antonio Augusto? - ¿No está diciendo que son los mismos? - ¡Ah, sí! Perdona pero estaba mirando a tus ojos y se me ha ido el santo al cielo... - Pues dile que baje ya y sigamos con lo interesante de todo este asunto... de cerdos por supuesto... pero como el negocio es el negocio... - Eso es. ¡Muy bien, "Escarlata"! - Señorita Jara... - Está bien. Sus tercero y cuarto apellidos son Vicario Sacristán. - ¡Atiza! ¿También está la iglesia de por medio? - Sí.... jajaja... todas tus acusaciones contra Joe serán confirmadas por el padre Florent quién será el que oficie vuestro matrimonio según estipula la religión de los cuáqueros puritanos. - ¡Atiza! ¿Quién es el padre Florent? - Si no me equivoco lo vas a conocer muy pronto. - Ardo en deseos de conocerle... para felicitarle por supuesto... - ¿Sigo con el plan? - Siga usted. Siga usted con el plan... porque ya estoy como un flan... - Pues no te veo nada nerviosa. - Será porque se le va el santo al cielo continuamente. - Perdone. Es que no puedo evitar mirarla a los ojos. - Está bien. Procure ser ya más escueto. - El caso es que, entre todos, le detenemos en nombre de la Justicia. - Ya. Como dijo Cesare Beccaria: "Los delitos deben ser calificados según el daño infligido a la sociedad". - ¡Carajo! ¿De dónde saca usted tanta sabiduría? - Digamos que de conocer un poco el mundo... - ¿A pesar de lo muy joven que eres? - A pesar de los muchos sinvergüenzas que he tenido que eliminar. - ¡Ostras! - ¿Puede usted ya abreviar porque me estoy aburriendo demasiado? - En seguida termino. Le apresamos e, ipso facto, le sometemos a un juicio público y sentenciamos que es un invertido sexual, un alcohólico irremediable y hasta de que sufre de fuerte invalidez mental para toda su vida y, aunque todo eso es más falso que un dólar de madera por supuesto y por eso es tan gracioso el plan... - Ya veo que es muy gracioso el plan. Por eso le dije que parece una película de risa en lugar de una película de miedo. Siga, por favor, y dese prisa que ardo en deseos de conocer al eclesiásitico. - La trampa mortal es que, sin compasión alguna, le declaramos demente crónico y le ahorcamos por violador sin escrúpulos. Entonces todas sus riquezas y posesiones pasan a ser propiedad suya. ¿Qué le parece el sanguijuela que tiene usted metido en su propia familia, un bastardo nada más, y que es un fanático enfermizo admirador suyo que la desea hacer muy feliz entre sus brazos? Y conste que hay otros muchos que desean lo mismo. - Muy interesanrte... muy interesanrte... y muy interesante... pero usted se ha olvidado de algo también muy interesante... - ¡No puede ser! ¡El plan es perfecto porque, después, al gilipollas del bastardo le doy el mayor corte que le hayan dado en su estúpida vida! Escuche lo que tengo ideado. Como usted se queda viuda siendo muy jovencita yo, rápidamente y adelantándome a ese gilipollas de bastardo que se ha introducido en su familia, y también antes que los demás, me caso con usted. - ¿Que usted se casa conmigo, feo carcamal? Eso no entra en mis planes... - Bueno... si yo no le sirvo... usted se casa con mi guapo sobrino Jimmy. - Muy bueno... muy sorprendente... muy genial. Sigue usted olvidando algo muy interesante. - ¡Que no! ¡¡Que no me olvido de nada!! - Perdone usted y no se me irrite tanto, señor sheriff Saltz, pero... ¿y si él no me pide matrimonio? - ¡¡Caramba!! ¡¡Eso no lo tenía previsto!! - Pues es lo primero que hay que prever antes de desarrollar un plan tan bien desarrollado... así que márchese usted de mi lado y regrese cuando haya solucionado este problema. - Me voy a algún lugar donde nadie me vea. ¡Qué vergüenza, qué vergüenza y qué vergüenza!. A ver si puedo resolverlo... - Vaya... vaya usted al servicio por ejemplo... o mejor dicho al water... y mientras hace sus necesidades más perentorias se lo pìensa. Tarde todo lo que tenga que tardar... pero le advierto que debe solucionarlo pronto porque yo, muy pronto, pero que muy pronto, me voy de aquí para siempre. ¡Dele usted gusto a su cuerpo en el water de los caballeros y vuelva cuanto antes! Espero que le funcione muy bien el instentino grueso porque lo que es la cabeza... pues deja mucho que desear... - ¡Par favor, deme una hora! ¡Solamente una hora nada más! - ¿Quiere usted decir sesenta minutos? - ¿La hora se compone de sesenta minutos? - Que yo sepa, sí. Veo que está usted muy emocionado y muy conmocionado. Hasta se le ha perdido la noción del tiempo, señor sheriff. Le doy media hora para que evacúe sus aprietos estomacales y sólo porque soy la invitada especial. Vaya a meditar mirándose en el espejo del water a ver cómo se ve el asunto, pero hágalo pronto no se vaya a romper el cristal en mil pedazos y todos se enteren, por culpa del ruído que se puede armar, de lo feo que es usted. Piense usted rápido porque yo tengo prisa en hacer algo más interesante todavía de lo que me ha propuesto... y no es precisamente en casarme con usted, viejo lechuzo. ¡Mire! ¡Mire ese lechuzo que hay sobre este hermoso árbol! - No. Ahora no. No tengo tiempo de ver lechuzos. - Pues no se olvide de mirarse usted en el espejo del water porque tiene mucho parecido familiar con él. - ¡Vuelvo en seguida! ¡¡Vuelvo en seguida!! ¡¡¡Vuelvo en seguida!!! - Pero no se apresure usted tanto no vaya a ensuciarse en los calzoncillos. La ausencia de cualquier persona que les moleste hace que el sheriff Ben Saltz se crea que no ha sido escuchado por el padre Florent que espía detrás de los visillos de la ventana abierta. Parece la vieja de los visillos que siempre hay en todos los pueblos del Oeste americano. Y una vez que el sheriff Ben Saltz entra corriendo a toda velocidad en el water de los caballeros, el gordo padre Florent se prepara para salir con una página del periódico de Phoenix entre sus manos. Está mirando, insistentemente, a una fotografía que está impresa en dicha página.
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