Reparticin de bienes en un divorcio
Publicado en Aug 15, 2009
El cuarto era frío y la tenue luz que entraba por la ventana no aportaba ni un ápice de calor. Ellos se habían sentado de frente a cada uno y sus respectivos abogados anotaban cada una de las palabras que decían...
Ella> Me quedé con los días que se perdieron. El> Y yo con las palabras que no se dijeron. Ella> No te quedarás con la esencia de mi existencia. El>Ni tú con el aroma de mi piel. Ella> No te llevarás lo que queda de mis lágrimas secas. El> Ni tú te llevarás lo que resta de mi esperanza. Ella> No quiero que destruyas lo que queda de mí. El> Y yo no quiero que los restos de mi vida sean tuyos. Ella> Ni pienses que te quedarás con mis frutos. Ella se levantó de su silla dando señales de que iba a pelear hasta la última gota de sudor. Una ráfaga de viento entró por la ventana. El frío era tal que se estremeció entera. El> Son míos también, no lo olvides. El también se paró para enseñarle que él también iba a pelear hasta que no pudiera más. Ella> Tú nunca me amaste como yo te amé. El> No, yo te amé como nadie te amó nunca, como nunca te amará nadie. Ella> Pero... yo te amé incondicionalmente, a pesar de tu silencio. El> Nunca te lo dije, porque pensé que expresarlo valía más. Ella> Ni siquiera lo expresabas. El> Porque no sabía cómo. Ella> No te quedarás con mi alma. El> Nunca fue mía. Ella> No te quedarás con mi piel. El> Sabes que siempre será mía, así como la tuya siempre será mía. Ella> No te llevarás mis recuerdos. El> No soy tan cruel como para llevarme lo que un día te hizo feliz. Ella> ¿Cómo llegamos a esto? El> El tiempo nos bañó con los escombros de nuestros errores. Ella> No fue culpa del tiempo. El> Lo sé. En ese mismo instante ellos parpadearon al darse cuenta de que sus abogados ya no estabanjunto a ellos, se miraron y sendas lágrimas comenzaron a correr por sus rostos. No podían entender nada de lo que había pasado para llegar a el punto tal de amenazarse con quitarse cosas más preciadas que todo lo material en este mundo... Ella> ¿Crees que será muy tarde? El> No sé... No. Nunca es tarde para empezar de nuevo. Ella> ¿Y seremos felices? El> No hay garantía, pero habrá que arriesgarse. Ella> Entonces, ¿nos daremos otra oportunidad? El> Yo estoy dispuesto, más que motivado, y aún sigo enamorado de ti. Ella> Yo también te amo todavía. El> Lamento haberte dicho que mi aroma no sería tuyo. Ella> Lamento haberte dicho que mis frutos no serían tuyos. El> Tú eres más de lo que pedí en esta vida. Ella> Y tú siempre serás mi vida...
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