Dos pistolas escarlatas (Novela y Guión literario para Cine) -15-
Publicado en Feb 09, 2013
En el "saloon" se encuentran, a aquellas avanzadas horas de la noche, solamente unos pocos vaqueros jugando al póker y algunos más en la barra. Pero el ambiente está más pacífico que nunca.
- ¡¡Ya estamos aquí!! ¡¡Esto está muy aburrido!! - ¡Dios mío, los cuatro Saltz! Escucha, Jimmy, no quiero más problemas en mi "saloon". - ¿A qué problemas te estás refiriendo, viejo carcamal? - "Escarlata" me avisó que mueren muchos hombres en mi local y que debe de dejar de ocurrir eso. Y me aclaró, con su mirada, que ningún inocente iba a ser asesinado más veces en mi local sin que el asesino pagara con su vida. A Jimmy le da un ataque de risa. - ¡¡Jajajajaja!! ¿"Escarlata"? ¿Ha dicho eso "Escarlata", viejo estúpido? - Sí. Lo dijo con su mirada. Y si tú vieses su mirada cuando se pone sería no te reirías tanto. No quisiera yo verla más veces en mi local. - ¿Es que no te parece preciosa? - Me parece la chavala más preciosa que he visto en mi vida... pero también la mujer más terrible que conozco. - ¡No te preocupes por "Escarlata", viejo cobarde! ¡La verás muchísimas veces entrando conmigo y agarrada a mi brazo derecho! - Jimmy... ya está bien... tomad lo que querráis y marcharos pronto. Esta noche quiero cerrar más pronto que nunca. - No tan deprisa, viejo esclerótico... ¿por qué tienes tanta prisa si la noche acaba de comenzar? Si la noche es joven todos tenemos que ser jóvenes. Incluso tú también, viejo Tommy. ¡Así que bebe un trago de whisky conmigo! - Jimmy, si quieres puedes servirte todos los whiskys que desees, pero yo no bebo nunca cuando estoy trabajando. - ¡¡He dicho que tomes un trago conmigo!! El viejo Tommy comienza a temblar cuando ve la pistola de Jimmy apuntando a su cabeza. - ¡Está bien, Jimmy, pero no me mates, por favor! - ¿Es que alguna vez has visto que yo haya matado a algún cobarde como tú? - Bien, Jimmy, pero baja esa pistola, por piedad. Piensa que tengo esposa y mucha familia a quien mantener. - De acuerdo. Bajo la pistola pero sube tú el ánimo y no me lloriquees más como una gallina clueca. ¡He dicho que tomes un whisky conmigo! El viejo y atemorizado Tommy abre una botella de whisky y llena dos vasos. - ¿Sabes por qué cosa vamos a brindar? - Supongo que por algo bueno, Jimmy. - ¡Algo muy bueno, sí señor! ¡Tú lo has dicho! ¡Algo muy bueno! - Entonces brindemos, Jimmy. - ¿De verdad no sabes por qué cosa vamos a beber? - No es necesario que me lo cuentes. - ¡¡Sí es necesario que te lo cuente!! ¡¡Si es necesario que se lo cuente a todos los que hay aquí!! - Está bien, Jimmy... pero baja un poco la voz. - ¡¡No me da la real gana de bajar la voz!! ¿Sabéis todos vosotros por qué cosa vamos a beber ahora este viejo miedoso y yo? Todos guardan un silencio sepulcral... - Parece que tenéis todos mucho miedo esta noche. ¡Está bien! ¡¡Os lo voy a decir bien alto para que todos lo escuchéis bien claro!! ¡¡¡El viejo marica Tommy y yo vamos a brindar por la muerte de "Triple A"!!! - ¿Has matado a "Triple A"? - ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡No lo he matado yo, viejo!! ¡Él sería incapaz de enfrentarse contra mí! Nadie ha matado todavía a "Triple A" pero lo va a hacer "Escarlata". Rápidamente Ben Saltz le hace callar dándole un tortazo en la parte derecha de su rostro. - ¡Bebe todo el whisky que quieras y cállate, imbécil! ¡¡Hablas más de la cuenta, estúpido!! ¡¡¡Te dije que vendríamos a celebrar pero en la inteligencia de que aquí mando yo y solamente yo!!! - ¡¡Es la última vez que me pones la mano encima, tío!! ¡¡La próxima vez que lo hagas te corto el cuello, analfabeto!! ¡¡En la inteligencia de que aquí yo también mando y ordeno!! ¡¡En la inteligencia!! ¡¡¡Jajajajaja!!! - ¡¡Y tú es la última vez que dices lo que no debes decir, sobrino!! ¡¡pareces más un primo que un sobrino!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡En la inteligencia de que la próxima vez que lo hagas te corto la lengua!! - Está bien... está bien... calma, por favor... no discutan por tan poca cosa... - ¿Crees, viejo charlatán, que esa tal "Escarlata" es una poca cosa? ¡¡En la inteligencia de que como hables algo indebido te convierto en un colador!! - ¡No, Jimmy, baja otra vez la pistola! ¡Lo que yo digo es que brindemos por la mujer más preciosa que hemos visto en nuestras vidas y que siga la fiesta en paz! - Bueno. Guardo mi pistola y brindemos ya... pero en la inteligencia... ¡Jajajajaja!... de que esta noche va a ser muy especial e inolvidable. El viejo Tommy y Jimmy Saltz beben de sus vasos de whisky al unísono y de un solo trago. - Esto ya está mejor. ¡Ahora quiero jugar! ¿Quién es, de todos los aquí presentes, el que desea jugar al póker conmigo? - Ten cuidado, Jimmy, ten cuidado con lo que haces... en la inteligencia de que yo soy una gran autoridad en Phoenix... - Está bien, tío Ben. Lo que sucede es que con vosotros tres me aburro más que un burro. - Cada uno se aburre como lo que es. - Sin ironías, tío, sin ironías. Boby y Max son más aburridos que pasarse todo el día sentado en medio de un campo de cactus en el Desierto de Sonora y contando un desfile de hormigas y en la inteligencia de que tú eres igual de aburrido. Aburres hasta a las ovejas del ovejero Ovejero. Me refiero a Iselín Santiago Ovejero "El Cacique". - No es ovejero sino cabrero, Jimmy. - Da lo mismo, Ben. Sea ovejero o sea cabrero no deja de ser más que un pastor aunque tenga tanto dinero. Más le valiera haberse casado con una becerra que con la linda Margareth Judith Meredith Smith. Si le veo alguna vez ya se lo diré en su propia cara. - ¿Es que te gustaba Maragareth Judith? ¿Por qué no le me lo dijiste a tiempo? - El asunto ya no tiene importancia. - Ahora comprendo por qué estuviste tantos meses más borracho que una cuba. - ¡¡Que te he dicho que ya no tiene importancia!! Así que no es muy agradable jugar al póker con vosotros tres. ¡¡Espero que alguien de los que estáis aquí, esta inolvidable noche, sea más divertido para jugar!! Todos los jugadores de cartas se levantan y dejan sus sillas vacías. Todos excepto Míchel Arp. Hacia él se dirige Jimmy Saltz con la botella de whisky en su mano derecha. ¡Hola, descendiente de franceses! Me caen muy bien los descendientes de franceses como tú, así que... ¿te gustaría jugar un póker conmigo? - Escucha, Jimmy Saltz. Yo ya he terminado de jugar. Sólo estoy descansando un poco. - ¿Y por qué no te has quedado descansando un poco en tu Canadá querido? Todos sabemos que Montreal es un excelente lugar para descansar un poco. - No quiero líos con ningún Saltz. En Phoenix yo soy tan buen ciudadano como cualquier otro. Y ahora, si me lo permites, quiero irme a mi casa. - ¡¡Ah, no!! ¡¡Nada de eso!! Digamos que Phoenix es una ciudad como otra cualquiera y, por eso, es una buena ciudad para ti y para mí, dos excelentes vecinos. Por eso quiero jugar un póker contigo... para seguir manteniendo nuestra amistad. - Me gustaría seguir jugando pero ya me están esperando en mi casa. Jimmy Saltz se sienta frente a Míchel Arp. - No importa. También me están esperando en la mía. Como no estamos haciendo nada malo ni pecaminoso, juguemos al póker en la inteligencia de que será sólo una sola partida. - Prefiero no hacerlo, Jimmy. - ¿Prefieres no hacerlo conmigo? - No. No me estoy refiriendo a ti en particular. Prefiero no jugar contra nadie más esta noche. - Esta inolvidable noche, Míchel... - Está bien. Prefiero no jugar contra nadie esta inolvidable noche. - Pero yo prefiero seguir cultivando una buena relación amistosa con todos los buenos ciudadanos de Phoenix como tú; así que no me vengas a despreciar una amistosa partida... en la inteligencia... ¡jajajajaja!... de que es solamente amistosa... ¿verdad o mentira, Míchel? - Está bien, Jimmy. Sólo una partida nada más. - Mejor que todo eso y mucho más rápìdo, Míchel Arp. Sólo una baza nada más. En la inteligencia... ¡jajajajaja!... ¿no te hace gracia lo de en la inteligencia? - Si, Jimmy. Jajaja. - Pues en la inteligencia de que después de una sola baza se acaba el juego. Repartamos los naipes y juguemos directamente con las cartas que nos hayan tocado y sin ningún tipo de descarte. ¡A todo o nada y a la primera! ¿Qué te parece, francés? Jimmy coge la baraja y se queda mirando, desafiante, a Míchel. - No soy ni un francés ni un canadiense... pero está bien... juguemos como tú dices pero sin ninguna clase de trampas. - ¿Acaso insinúas que yo soy un tramposo jugando? - No. No eres tramposo jugando a cualquier juego pero... - ¿Pero? ¿Existe algún pero en mis maneras de jugar? - Que existen malas lenguas, Jimmy. - ¿Y tú haces caso de las malas lenguas? - No. Pero cuando el río suena... - ¿Hago o no hago trampas cuando juego? - No es de mi incumbencia saberlo. - ¿Estás pensando que hago trampas cuando practico alguna clase de juego? - Repito que no es de mi incumbencia saberlo. Eso sólo es parte de tu conciencia nada más. - Está bien. ¿Y qué crees que dice mi conciencia? - Cuando alguien hace trampas en algún juego sólo Dios, él mismo y los que juegan con él lo saben. - ¿Me has visto tú alguna vez haciendo trampas cuando juego? - Lo invisible es lo primero que siempre vemos. - ¡Vaya! ¡¡Escuchen todos!! ¡¡¡Nos ha salido filósofo el francés!!! - No, perdona, Jimmy, no quiero decir que esté filosofando sino que sólo tú sabes la verdad. - ¡Ah, bueno! Eso es otra cosa muy distinta. Pero vuelvo a insistir en que si insinúas que soy un tramposo... - No. Lo que quiero decir es que como ninguno de los dos somos tramposos es necesario no romper la tradición. - ¡Fantástico! Siempre me ha gustado conservar la tradición de las buenas costumbres. ¡En la inteligencia... ¡jajajajaja!... de que veo que tienes ahí, sobre la mesa, un total de 200 dólares! - No. No quiero jugarme lo único que tengo. Jugemos solamente 10 dólares cada uno. Como es una partida amistosa el dinero es lo de menos. - Pues yo no creo que sea muy divertido ni muy interesante jugarnos nada más que 10 dólares cada uno; por eso te propongo que tú te juegues los 200 dólares y yo juego mis 100 dólares que pongo sobre la mesa. ¡En la inteligencia de que mis 100 dólares valen incluso más que tus 200 dólares porque soy americano descendiente de ingleses y tú eres americano descendiente de franceses! Jimmy saca los 100 dólares del bolsillo superior de su camisa vaquera y los coloca sobre los 200 dólares de Míchel Arp. - No creo que sea ni justo ni equitativo, ni tampoco igualitario, que yo arriesgue mis 200 dólares y tú solamente 100. Si quieres apostamos cada uno 100 dólares que sería lo justo, lo equitativo y lo igualitario para estar equilibrada la apuesta. Los otros 100 dólares los necesito para mantener a mi familia. - ¿Los necesitas para mantener a tu familia? ¿Estás intentando darme lástima? ¿Cómo es que un jugador tan experto y tan excelente como tú se acobarda de esa manera en la inteligencia de que sólo es una partida amistosa? Jimmy Saltz saca su pistola y la coloca sobre la mesa y al alcance de su mano derecha. - Sabes que no estoy armado, Jimmy. - ¿Crees que voy a usar la pistola si pierdo? Te equivocas en dos puntos muy esenciales: el primer punto es que no voy a perder y el segundo punto es que el que va a perder eres tú. A veces uso mi pistola cuando alguien me hace trampas. En la inteligencia... ¡jajajajaja!... de que solamente la uso por eso. - Yo no he jugado jamás haciendo trampas. - Ni yo tampoco... aunque estoy viiendo que crees lo contrario. ¿Crees lo contrario de lo que yo digo, Míchel? - Yo sólo puedo creer en lo que hago yo. Lo que hacen los demás no me interesa para nada. - O sea, que quieres decir que tienes dudas... - No es importante saber si tengo dudas o no tengo dudas; pero sigo creyendo que no es justo, ni equitativo ni igualitario, que yo apueste los únicos 200 dólares que tengo y tú sólo 100 dólares de los muchos que tienes. Pero ya que tienes tanto empeño en no cambiar de opinión, lo acepto. - ¡¡Muy bien, muchachote, muy bien!! Por cierto... lo del apellido Arp ¿es porque desciendes de algún vagabundo tocador de arpa? ¡¡¡Jajajajaja!!! ¿No te ríes conmigo? ¿No te ha hecho gracia mi chiste? ¿No soy gracioso? ¿Soy gracioso o no soy gracioso, artista? - Eres muy gracioso, Jimmy Saltz. - Entonces... ¿por qué no te has reído conmigo? - ¡Jajajajaja! ¿Está mejor así? - No del todo. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Vale de esta manera? - No del todo. - ¡¡¡Jajajajaja!!! Es la risa más grande que recuerdo. - Eso está mucho mejor. En la inteligencia de que esto quiere decir que yo soy muy gracioso contando chistes... ¿no es cierto? ¿Soy o no soy muy gracioso? - Si tú lo dices será verdad. - ¡En la inteligencia de que dejes de burlarte de mí o se acaba el juego! - ¡Tú a lo tuyo, tío Ben! ¡En la inteligencia... ¡jajaja!... de que no estoy pensando en ti! - Ya sé yo en quién estás pensando... - Pues sí. Me río porque estoy pensando en ella. - No sueñes con que ya tienes a "Escarlata" entre tus brazos. - No me digas, tío Ben, que quien la está soñando eres tú... - Bueno está el asunto. Tengamos la noche en paz, Jimmy, y juega todo lo que quieras... pero en la inteligencia de que si vuelves a decir en la inteligencia se rompe la armonía que existe entre tú y yo. Todavía ninguno de los dos la tiene entre sus brazos ni la ha tenido jamás excepto en sueños. ¿Entendido? - Entendido. - Pues juega y no te burles más de mi persona. - Entendido, tío, pero deja tú de soñar con ella. - Entendido, sobrino... pero en la inteligencia de que si no sabes la diferencia que existe entre la gracia y la burla corto de raíz el juego. - ¡Que ya lo he entendido, tío! Tú a lo tuyo y yo a lo mío. Vamos a ver, Míchel... ¿tú dudas de que yo soy muy gracioso? - No lo dudo. Eres más gracioso que Nerón cuando incendió Roma. Eres tan gracioso que haces reír a cualquiera mucho antes de que hayas contado una gracia. Nerón a tu lado es San Inocencio Bendito. - ¿Quieres decir que cuando no cuento chistes también soy gracioso o que soy gracioso hasta cuando dejo de contar chistes? - De las dos maneras eres muy gracioso, - Así que soy muy gracioso... ¿verdad o mentira? - Sí. Eres muy gracioso siempre, Jimmy. Eres el tipo más gracioso de todo el Oeste americano. - ¿Soy o no soy gracioso siempre? - Repito mil veces si es necesario que siempre eres muy gracioso. - ¿Siempre soy muy gracioso o a veces no soy muy gracioso? - Nunca dejas de ser muy gracioso. Eres como el Mar Salado de lo salado que eres. - ¡Juguemos ya! ¡¡Me estás poniendo nervioso!! Yo reparto los naipes porque me apetece esta noche repartir a diestro y siniestro porque soy así de generoso. Ya sabes que no podemos cambiar ninguna carta y que nos jugamos todo lo que tenemos sobre la mesa. Y no olvides nunca que yo soy muy gracioso. ¡Jajajajaja! ¿No te ríes conmigo porque soy muy gracioso? - ¡Jajajajaja! - ¡Qué lástima me da que mi gran ex amigo Francisco Ricardo Gallardón Viana "Manizales" no tuviese tan gran sentido del humor como tú, Míche! - ¿Tu gran ex amigo? ¿Es que ya no sigues teniendo amistad con él? - Se habia vuelto muy pesado y cantaba demasiado. Cantaba más de la cuenta. Asi que, entre que se habia vuelto pesado del todo y cantaba mucho más de lo que era necesario... le tuve que dar el pasaporte. - ¿Lo enviaste a Canadá? - Si Canadá está en el infierno... pues sí... - ¿Lo mataste? - Ya no me interesaba que no se riese con mis gracias. Un día llegó a decirme que "Triple A" era mejor que yo en todo y hasta más guapo. ¿ Y tú que dices?... ¿Te parezco el más guapo de toda América y no ese tal "Triple A"? - ¡Eres el más guapo de todo el mundo entero! - ¿Lo dices en serio o lo dices en broma? - Lo digo más en serio que cuando el padre Florent hace sus prédicas en la iglesia. - ¡Aquí todavía no me aprecian lo suficiente pero cuando paso la frontera, en el país vecino, las tengo a todas las chamacas locas! - ¿Locas por tu culpa? - Locas del todo. Con razón en Méjico me llaman Jaimito Verbenas "El Capricho de las Nenas" asi que... como todos veréis a su debido tiempo... "Escarlata" Jara es, para mí, pan comido. !Se va a arrojar entre mis brazos cuando vea de verdad lo enormemente guapo que soy! - ¡Deja de decir idioteces, Jimmy, y juega o nos vamos ya de aquí! - ¡No tengas tanto celo, tío Ben, que se te ve más salido que el padre Forent en el jardín durante la pasada fiesta! ¿Para que se salió tan deprisa? - ¡Que no seas tan estúpido, Jimmy, y juega ya ese maldito póker porque me aburres más que un cantante de rancheras en Alaska! - ¡Es que soy guapo de verdad!... y no como tú... - Es la última vez que te lo advierto. O dejas de burlarte de mí o se acaba la fiesta. - Está bien. Esto... apreciado Míchel... soy muy guapo, muy gracioso y muy generoso al mismo tiempo. ¿Verdadero o falso? - Verdadero... verdadero... eres muy guapo, muy gracioso y muy generoso a la vez... o sea, las tres ges juntas. !Jejeje! - Entonces... ¿quedamos o no quedamos en que soy el más guapo, el más gracioso y el más generoso de los hombres que existen en la Tierra? - En la Tierra y en todos los planetas que giran alrededor del Sol, Jimmy. Si tú quisieras serias Míss Universo... esto... no... no... no... quise decir Mister Universo... - Me conformo, de momento, con ser el cowboy más guapo del todo el Oeste americano... luego al cowboy más guapo de todo el Oeste americano le corresponde la cowboy más guapa de todo el Oeste americano. ¿Estamos o no estamos? ¿Verdadero o falso? - Verdadero... verdadero... eres el cowboy más guapo de todo el Oeste americano y te corresponde "Escarlata" solamente para ti. - ¿Es por eso por lo que me aman todas las hembras? ¿Verdadero o falso? - Sí. Te aman todas las mujeres. - Las mujeres no me interesan... - Pero... ¡Jimmy!.. a ver si ahora va a resultar que... - ¿Qué insinuas, Míchel? Digo que las mujeres no me interesan porque a mí sólo me interesan las hembras. - Si... claro... a un macho como tú sólo le pueden gustar las hembras en vez de las mujeres. - ¡Ajajá! ¡Eso ya está mejor! ¿Soy el mejor del mundo entero en todo? ¿Verdadero o falso? - Verdadero... verdadero... eres el mejor del universo en todo. - Me gusta ser más modesto pero sí... acepto que soy el mejor en todo de todo el universo. Y ahora... ¡¡¡A jugar!!! Jimmy Saltz sonríe diabólicamente mientras barajea los naipes, no hace ningún corte y reparte cinco cartas a Míchel Arp y luego se reparte seis naipes para él mismo. - Jimmy... perdona... pero te has confundido... me has dado cinco cartas pero tú te has dado seis. - Perdona, Míchel... es por la felicidad que me embarga esta noche lo que ha hecho que me equivocara sin querer queriendo... jajajajaja... pero no importa... miro las seis cartas que tengo y quito una y ya está solucionado el problema. - Yo creo que lo justo sería repartir de nuevo las cartas. -¡Y yo digo que después de mirar mis seis cartas y dejando una de las cartas que me sobra, después de haber visto bien que tengo seis y que debo quitar la que menos me convenga para mi juego es lo justo! ¿O no? La mano derecha de Jimmy Saltz está ya muy cerca de su pistola. - Si tú lo crees así... pues si... no vamos a discutir por eso... - Perdona, Míchel... ¿no estarás pensando que hago trampas, verdad? Lo que pasa es que me distraigo mucho con esa linda camarera. Míchel Arp mira sus propios naipes y una especie de miedo cerval brilla en sus ojos. - ¿Qué te sucede, Míchel? Mala suerte... ¿verdad? - No puedo jugar con estas cartas, Jimmy. Es mejor que anulemos esta baza y volvamos a repartir los naipes. - Nada de nada, monada! Siempre hay una solución para todo. ¡Esto es sólo la buena suerte o la mala suerte y la suerte, tanto la buena como la mala, lo soluciona todo. ¡Yo estoy de buena suerte esta noche y tengo un trío de reyes! ¡Tengo un trío de reyes y aquí estan! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡Vaya cara de miedo que se te ha quedado, Míchel!! - Es mejor repartir de nuevo, Jimmy. - ¿Tanto te importa perder todos los dólares que hay sobre la mesa? - No es eso, Jimmy. Es que es mejor que vuelvas a repartir los naipes. - ¿Has dicho que debo repartir otra vez los naipes cuando yo tengo un trio de reyes o has querido decir que debo repartir otra vez los naipes cuando yo tengo un trío de reyes? - No he querido decirlo, Jimmy. Lo he dicho. - ¡¡Pues resulta que no me apetece para nada repartir de nuevo!! - Entonces es mejor que hagamos como que no ha sucedido. Tú recoges tus 100 dólares y yo recojo mis 200 dólares y aqui no ha pasado nada. - ¡Vamos, Michel, no me llores como un mariquita! ¡Hasta esa linda camarera es muchísimo menos llorona que tú! ¿Tanto te apena perder 200 miserables dólares? ¡¡¡Venga!!! ¡¡¡Muestra las cartas que llevas porque voy a reírme un buen rato!!! - Póker de ases. Lo siento, Jimmy, pero tú lo has querido... Jimmy se queda totalmente aturdido y desconcertado por unos largos segundos moviendo la cabeza como que eso no es cierto. - ¡¡Enseñámelo porque no me lo creo!! - Digamos que no ha sucedido nada, Jimmy. Tú recojes tus 100 dólares y yo recojo mis 200 dólares y esta partida no ha existido jamás. - ¡¡¡Enseñámelo porque no me lo creo!!! Míchel enseña sus cartas y, efectivamente, tiene un póker de ases de una sola vez y en la única baza que han jugado. El rostro de Jimmy Saltz se congestiona, se le corta de raíz todas las ganas de reírse que ha tenido durante aquella noche... ¡y se le hinchan las venas del cuello mientras descarga un tremendo pueñetazo sobre la mesa! - ¡¡¡Tramposo!!! - Todos los que están esta noche aquí presentes son testigos, además de Dios, de que no he hecho ninguna clase de trampas. Dios y todos los aquí presentes son testigos de que es verdad que no he hecho ninguna clase de trampas. - ¡¡¡Es imposible que tengas un póker de ases de una sola vez y en una sola baza sin haber descartes por medio!!! ¡¡De repente, sin que yo me diera cuenta por estar mirando a esa guapísima camarera, has podido dar el cambiazo de algún naipe o tenías los ases escondidos dentro de la manga izquierda de tu camisa!! - ¿Por qué es imposible? Es una probabilidad más entre las millones de probabilidades que existen, pero tan difícil o tan fácil de que salga como cualqier otra combinación. Las cartas son así de caprichosas... como ciertas mujeres, Jimmy... como ciertas mujeres... y a lo mejor como cierta hembra en la que estás pensando toda la noche... lo hemos visto muchas veces suceder en el Oeste... - ¡¡¡Jajajaja!!! ¡Buen humor, Míchel, buen humor el tuyo! !!Eres más gracioso y chistoso que quien fue, en vida, mi mejor amigo llamado Francisco Ricardo Gallardón Viana "Manizales"!! ¡¡¡Lástima que ya no esté entre los vivos para poder verlo!!! ¡Veo que también tú eres muy gracioso contando chistes o quizás hasta más gracioso que el único genio del hjmor que hay en estas tierras y que soy yo por supuesto! Sin decir nada más, y sin dar tiempo a reaccionar a Míchel Arp, Jimmy Saltz coge rápidamente su pistola y descarga todas sus balas sobre el cuerpo de Míchel que, levantándose al recibir el primer impacto sobre su pecho, y luego de ir dando trompicones mientras recibe todos los demás, derriba varias mesas de juego y cae, muerto, a menos de un metro de distancia de la puerta del "saloon". Todos quedan espantados y paralizados hasta que habla Tommy. - ¿Qué has hecho con este hombre, Jimmy? ¡Era un cabeza de familia y nunca hacía trampas cuando jugaba a cualquier juego, incluido el póker! Jimmy Saltz coge el montón de los 300 dólares y se lo guarda en el bolsillo superior de su camisa de vaquero. - ¿Quién te ha mandado opinar a tí. viejo sarnoso? - No me importa que me mates también a mí. He visto tantas cosas ya en mi larga vida que no me importa seguir viviendo o perder la vida por culpa de tantas injusticias que he visto. ¡Míchel Arp es el último hombre que cae muerto dentro de mi "saloon" porque pienso denunciarte y no voy a guardar silencio. ¡Así que ya sabes lo que tienes que hacer! ¡O me matas a mí también o todo Phoenix se entera de los sucedido esta noche! Jimmy se levanta lentamente de su silla y, lentamente, se dirige hacia la barra del bar. - ¡Escucha bien, viejo decrépito, porque es la última vez que lo digo! ¡Michel Arp era un tramposo y le he matado porque era un tramposo! ¡Eso es lo que todos los presentes, incluída esa preciosa camarera, debeis saber y debéis contar o te mato a ti y a toda tu familia! ¡Estaré presente en tu entierro o en el de cualquiera que diga lo contrario a lo que digo yo! - ¡Ya no sigue nadie más bebiendo aquí ni por miedo ni por cobardía! Este "saloon" queda definitivamente cerrado porque yo me voy . Si queréis seguir con la fiesta hacedlo en otro lugar y sin mí. - Está bien, Jimmy, está bien. Puedes ir a esconderte debajo de tu cama, pero esa preciosidad de camarera se queda aquí para seguir sirviéndonos a todos. - ¡¡Ni lo intentes, Jmmy!! ¡¡Sabes perfectamente bien que esa chiquilla es mi nieta favorita y que está trabajando aquí para ganarse honradamente sun sueldo y ahorrar para irse a estudiar a Nueva York!! ¡¡¡Así que si se te ocurre cometer o intentar cometer un abuso con ella juro ante Dios y ante todos los aquí presentes que te mato ahogándote con mis propias manos o me matas tú a mi de la manera tan traidora y traicionera como has hecho con el honesto y honrado Míchel Arp!! Ben Saltz se acerca rápidamente... - ¡Te dije que no volvieras a decir ni hacer ninguna estupidez más, Jimmy! ¡Ahora te mando y ordeno que no cometas ninguna otra estupidez de mayor calibre todavía y de las muchas que sueles hacer! ¡Vámonos de aquí, imbécil, o lo estropeas todo defintivamente! Si "Escarlarta" Jara se entera de la verdad de lo sucedido esta noche en este local se nos viene todo el plan al suelo. ¡Maldita sea! ¿Es que no tienes inteligencia suficiente como para comprendelo, so animal? ¡Tienes un cerebro más pequeño que el de una pulga! ¡Vámonos de aquí los cuatro antes de que entre, por esa puerta, "Escarlata" Jara o que alguien la ponga al corriente de lo verdaderamente sucedido! ¡¡Quiero deciros a todos los presentes, incluiida la señorita camarera, que si alguien le cuenta a "Escarlata" algo... que diga que el asesino ha sido un extraño y desconocido forastero que discutió con Michel Arpa y que, a pesar de que Jimmy Saltz intentó apaciguarle para defender a Míchel Arp, éste cometíó la torpeza de enfrentarse al extraño y desconocido forastero y éste le mató y luego huyó a toda velocidad, en su caballo, cuando mi sobrino Jimmy Saltz quiso enfrentarse con él para vengar la muerte de Míchel Arp!! ¡¡¡Y no digais nada mas si quereís seguir viviendo largos años!!! En cuanto a ti, Tommy, no es posible que cierres el "saloon" todavía y espérate a mañana porque mañana vamos a celebrar un festejo por toda la ciudad y este "saloon" estará abieroto todo el dia y toda la noche. ¡¡Mañana invito yo a todos y a todas quienes quieran beber y comer!! ¡¡Ya sé yo que a todos os gusta seguir viviendo largos años más así que ya sabéis lo que tenéis que hacer y decir si alguien os pregunta!! Y el sheriff Ben Saltz, juntos con sus tres guapos sobrinos Jimmy Saltz, Boby Saltz y Max Saltz, salen del local del viejo Tommy en dirección a su lujosa mansión, mientras la linda camarera, la nieta preferida de Tommy, se abraza a éste y ambos quedan llorando mientra los demás clientes van saliendo en silencio y cabizbajos, llenos de temor. - ¿Por qué Dios permite estos horribles crimenes, abuelito? - No es Dios quien los permite, Merceditas. Es la estupidez de los hombres.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|