Dos pistolas escarlatas (Novela y Guin literario para Cine) -17-
Publicado en Feb 09, 2013
Faltan escasos minutos para que sean las seis de la tarde en el reloj de la torre de la iglesia y toda la Calle Mayor de la ciudad de Phoenix es un hervidero de habitantes de la ciudad e incluso de muchas personas que han llegado desde todas las partes de Arizona y hasta muchísimos mejicanos que han acudido, desde el otro lado de la frontera, atraídos para ser testigos de "El Duelo del Siglo". Nadie quiere quedarse sin verlo. Está repleta de gentío toda la Calle Mayor y están, abarrotados de personas, todos los "saloones", todos los comercios y todas las casas que que tienen puertas y ventanas desde donde poder observar. En las aceras de la Calle Mayor ya no cabe ni un alfiler. Todos y todas buscan los mejores lugares para presenciar aquel duelo entre una pistolera y un pistolero, de los cuales se dicen que el más rápido del Oeste es él y que la más rápida del Oeste es ella. Muhos dicen que él. Muchos dicen que ella. No hay ningún hombre ni ninguna mujer, en todo el Oeste americano, que los supere en rapidez y puntería. Las opiniones están divididas al cincuenta por ciento. Corren las apuestas y no se cesa de apostar en ningún momento. Algunos afirman que "Escarlata" matará a "Triple A"; pero otros afirman lo contrario y que será "Triple A" quien mate a "Escarlata". El local donde más gentío se agolpa es el "saloon" del viejo Thomas Oswald Lukas Mountblack, conocido por todos y por todas como Tommy pero, ni él ni su nieta llamada Yenny Mercedes, están en el local... así que todos y todas beben lo que les da la real gana mientras las apuestas, dentro del "saloon", van aumentando. Corren las apuestas y no dejan de correr los niños y las niñas, de un lado para otro, mientras juegan a ser pistoleros con pistolas que echan agua y los perros callejeros ladran en la Calle Mayor de Phoenix. Por fin ha llegado la hora de solucionar el problema y se determinará, definitivamente y para siempre, quién es el numero 1 o la número 1 de entre los más rápidos pistoleros y pistoleras del Gran Oeste americano. Todos y todas están enfrascados y enzarzados en discusiones. Muchas veces hasta gritándose unos a otros y subiendo el tono de sus palabras has que, de repente, el reloj de la torre de la iglesia hace sonar las seis de la tarde en punto. Un imponente silencio se apodera de toda la escena mientras los niños y las niñas corren a refugiarse con sus mamás y sus papás. Los perros aúllan huyendo, a toda prisa, hacia las afueras de Phoenix. Nadie quiere perderse ni un solo detalle de aquel ya conocido como "El Duelo del Siglo". Los amigos de los bienes ajenos están haciendo su agosto hurtando todas las billeteras y monederos que pueden aprovechando que el sheriff y su ayudante no están presentes.
- ¡Una bellísima mujer siempre es la perdición de un valiente vaquero, Mónica Leví! - ¡Callate, Bill Clenton, cállate inútil... porque tú eres de los que se creen que todas somos iguales! - Pero mujer... si estoy diciendo sólo las bellísimas... - ¿Me estas llamando fea, cara de estropajo? - Pero si estoy diciendo la verdad... y nada más que la verdad... - ¡Tu verdad vale menos que un monedero falso! ¡Esta semana te vas a lavar tú mismo tus calzones por calzonazos y por bocazas! Y de esta manera discute aquella pareja de chiflados mayores de edad apretujados por la masa de personas que les rodean. Una voz cercana les hace callar. - ¡¡Cállense, por favor, que nos distraen la atención!!
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