Creacin -3- (Invitacin a la Literatura)
Publicado en Feb 14, 2013
Este caminar como navío entre bosques, parajes y sentidos de la vida plena... llena el cántaro la moza que cree en los locos poetas peregrinos. Ahí, en medio de la fuente, se escucha el rumor de las anáforas. Una nueva y aún más hermosa noche se alumbra de luciérnagas temblorosas. Han cerrado las rosas sus capullos y alguien canta, como sumergido en una necesidad, sus ademanes calientes. Mi perro suelta su ladrido. La paloma, dormida en el alero, sabe que el cielo no se acaba. Y pienso entonces en la paz profunda de los caserones donde, impaciente, el tiempo se despierta. Yerma, la hora del festín soñado pasa lentamente... lentamente...
Traigo las horas del reloj cambiadas por saetas de veletas. Y, en las fogatas, los gitanos creen que el canto es la respuesta. Descifran el código de las siluetas que recortan el espacio con un entrar de voces en el alma. Y se produce la calma de la sed junto al riachuelo que, humilde y murmurando una oración, se esconde y se asoma por el horizonte. Una especie de relámpago hace que suene el tiempo: Si tu cuerpo en mis manos enlazado / siempre habita enamorado / es que existo... / porque he visto / el árbol de abedul bien elevado... Un coro de sombras refulgentes junto a las tapias del cortijo y una especie de copa entre los labios de alguien que se duerme de repente. ¿Habrá un mañana para su presencia? Sólo Dios sabe la grandeza del alma humana. Lo otro, lo que no es mi presente, es un recuerdo ya no recordado. Es lo que no me pertenece y es lo que yo he perdonado. Me inundo en la corriente del tiempo transmutado... Se escuchan las palabras de los pájaros...
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