Mis Memorias.- Espejismo.
Publicado en Feb 17, 2013
Espejismo
Retorna la musa ardiente, lujuriosa y provechosa, se desnuda y llega a un clímax literario, que toca con sus pantorrillas líricas memoriales y permite que escriba un nuevo comienzo, una vida en su piel. Muy descaradamente susurra de sus labios la frase: Me hice sentir, mi ausencia te confundió. De su pipa, una muy femenina, deja fluir el humo en una oscura habitación, su magia ilumina la sombra de la noche, solo se ven las letras surgir como luciérnagas liberadas, no se hacen esperar, no se dejan atrapar. En medio de mi desnudez, de la cama y a media noche me hace correr. Ya, con una pluma en la mano, se toma un trago de vino, y deja exhibir sus atributos en una tinta tan curva como su cadera, como su cintura. Juega deseosa por su dominio plasmar, lo toma, y lo lleva a mis palmas, ellas las decodifican y dejan salir una melodía erótica que ansía escuchar. De un chasquido, los olores se tornan rojo pasión, la situación se sale de control. -¡Ya que! me dejo levar, ella muy atrevida me comienza a guiñar, yo sin miedo alguno, complacido desde un ya-. Camina por mi sala, poco a poco de ella pétalos endulzados empiezan a brotar; Hacen una figura y mientras camina, tantas líneas, otra evocación planean publicar. Soy el más boyante, finalmente me da lo que quiero, una prueba de amor que hace mucho dejada de ver, incluso, mi sitio abandonado, no dejaba de cosechar quejidos de satisfacción, aunque se deba reconocer que se mezclaban entre balbuceos de desolación. El desespero al parecer quería nada y todo con mi pluma. Esta por su lado arrogante regresaba, más serena y luego de una agotadora faena escrita, no deja de embriagarse en mi copa de letras, las bebía mientras de mi empezaban a manar. El numen regresaba, era un hecho, y la hambruna volvía a desaparecer y con ella una tensa calma; Tanto tiempo pasó y tanto pasará, pero en ese momento previene estrujar. Hacía caso omiso a las ordenes tutoriales que le dictaban aulas, tanta noticia no se podía dejar pasar, Olía a explotación pero las únicas imprecaciones eran el no dejar de componer, el no tomar fotografía es banco. El foco de la cámara se empañaba con el aliento, de ella gotas brotaban, el tiempo había pasado y yacía como un febrero revelador. No es tiempo de parar, trazamos más y todavía no acabamos de firmar. Suerte en volver, desgracia en desaparecer, ya está aquí y mis gafas, extrañamente tapan mis ojos. Una huella como una rueda derrapada, así llegó, así se fue, tan bipolarmente como su elogio, como su caminar. Una vena que aparece cuando menos se espera, cuando del todo se va. Toma sus tacones, sus medias veladas, recoge su pétalos, apaga su pipa y se marcha, del todo se larga. Al llegar la soledad, el arropo con las hojas, testigos de un encuentro repentino poco nupcial, firman el divorcio entre ella y yo. Las letras se agotan en ese marital, pero la gama pliega amantes en una película pasajera. D’.’S. 14/02/2012
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