guilas Negras -7- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en Feb 17, 2013
- Pues pensándolo muy bien, Juan...
- Pues pensándolo muy bien... ¿qué te sucede, Diego? - Que está claro ques es clarividente. - No te confundas tantas veces, amigo. Debes decir evidente y no clarividente... a ver si aprendemos todos ya a hablar con propiedad y no seas como ese tal Jean Charles Varona Gordon, al que tienes como empleado de la limpieza, que no sabe distinguir entre lo que es el autor de una obra literaria y un simple director nada más. Ese tal Varona, además de chorizo, es un ignorante más inculto que un burro estudiando artes dramáticas en Disneylandia. O sea, uno de esos que sin tener ni puñetera idea de quiénes son Homero y Víctor Hugo se hace pasar por el autor de La Odisea o Los Miserables... como si el mundo estuviera lleno de paletos como él que hasta escribe Omero por Homero y Víctor de Baltasar por Hugo de Balzac. A esa clasde de idiotas mi abuela los califica de tontos del higo. ¿Comprendes? - Me equivoqué al contratarle. - Sí. Te equivocaste al contratarle como te has equivocado con otros muchos. Al final resulta que tienes a todo el Cuerpo lleno de espías por todas partes... aunque eso a mi ni me importa ni tiene por qué importarme hasta que me tocan las narices y se quieren llevar la gloria que me pertenece. En realidad no me interesa para nada la gloria pero sí mi honor. Si soy el autor de algo no pienso permitir que un paleto se aproveche de mi trabajo. Y si ese tal Varona se cree que es mejor que yo, quítale la fregona, dale una pistola y que vaya a por el asesino en serie. ¡Se caga a la pata abajo! - Pero... - Pero nada, Diego. O hago un trabajo perfecto o no lo hago porque no me interesa para nada perder mi prestigio haciendo una chapuza como esos chapuceros en los que confías tanto. A ve si tenemos el juicio en su debido lugar... ¿me estás siguiendo la onda? - Me parece que sí. - Pues parecer no es suficiente. A mi lo que dirija o deje de dirigir Jean Charles Varona Gordon me la trae floja. Como de eso ya hemos hablado bastante entre nosotros dos le dices de mi parte, cuando haya terminado de hacer la limpieza, que yo ya estoy de vuelta cuando él está intentado ir. Sabrá todo lo inglés que quiera pero sabe menos de lo que pasa en las calles madrileñas que un japonés en el barrio de Lavapiés. Y de paso no te olvides de saludarle, también a tu teniente Antonio Muros Caramillo. - ¿Conoces bien a mi teniente Antonio Muros Caramillo? - Me parece que sí. Y espero que tú también le conozcas bastante mejor de lo que le conoces. Pero hablaremos de ello en otro momento. Tú sigue confiando en él todo lo que quieras no vayas a pensar ahora que yo tengo envidia o celos de él. Si yo estoy aquí para intentar detener a ese asesino que anda suelto es solamente porque tú me has llamado pero si no estás de acuerdo en que trabaje a mi estilo con darme la media vuelta y marcharme está el asunto solucionado. - ¿Por qué no quieres trabajar con el teniente Muros? - Porque está demasiado gordo para lo que yo entiendo que debe ser un teniente de policía. Me cae demasiado gordo para que sea mi compañero de trabajo. No tengo nada en contra de los gordos salvo que sean gordos por culpa de la gula y de otros vicios todavía peores. - ¿Me estás intentando hacer chantaje para que yo crea que el teniente Antonio Muros Caramillo es un tramposo en ciertos asunto que yo desconozco? - Pero... ¿de verdad sabes quién soy yo? ¿Tú te crees que yo me acabo de caer de un guindo y no sé lo que pasa en La Guindalera? Te repito y te aclaro que no quiero que ese gordo trabaje conmigo. Si crees que te estoy haciendo chantaje es tu problema y no el mío. Y como es tu problema solucionalo tú porque yo tengo las ideas muy claras. Si confías plenamente en mí y logro descubrir toda la verdad sobre este asesino en serie y toda la mierda que hay en este asunto hasta te ayudo más de lo que te debería ayudar. No me gusta el teniente Antonio Muros Caramillo ni su compañero de trabajo el también teniente Pepito Donoso Salinas de Chiloeches. Y ya que yo soy ahora capitán, aunque sólo sea mientras dure esta investigación, quiero que esos dos estén más lejos de mí que Plutón de la Tierra. - No entiendo nada. - A lo mejor te crees que también tengo envidia y celos de Pepito Donoso Salinas de Chiloeches. Voy a ponerte las cartas boca arriba porque no tengo nada que ocutar. No trabajo con idiotas que se creen la quinta maravilla de la época ultramoderna cuando son los demás los que trabajan para ellos y ellos quienes se llevan la gloria. - Sigo sin entender nada. - Espero que al final lo entiendas... pero también espero que no sea demasiado tarde... - ¡Mis policías siempre trabajan para demostrar lo que es demostrable! - Pero yo soy distinto a todos ellos. Yo trabajo para demostrar lo indemostrable. - ¿Estás diciendo que no confíe en ellos? - Te repito que eso me da lo mismo y me es indiferente porque es tu problema y no el mío. Yo no deseo trabajar con compañeros muy gordos y con compañeros muy ratas. O sea, de esa clase de tipos vivos que creen que la viveza es un gran valor no quiero saber nada de nada. No tienen nada que ver con mi forma de trabajar y nos somos compatibles. Si eres tan buen Jefe Superior de Policia ya deberías saber que quienes no son compatibles no pueden trabajar juntos en una investigación. Avisa a Atilano Eros y espero conseguir demostrarte lo indemostrable. Sólo quiero trabajar con él. Y recuerda siempre, para que no lo olvides nunca, que no lo hago para hacerme el interesante como lo hacen la mayoría de los hombres que forman tu Cuerpo. Siendo tan claros nos comprenderemos mejor. - ¿De qué me estás hablando? - Ya veo que no confías del todo en mí y creo, sinceramente, que si no confías del todo en mí es mejor que le des este caso a otro. Tengo asuntos mucho más interesantes en qué ocuparme que perder el tiempo con gente que duda de mí. O confías por completo en mis capacidades o lo dejo todo y que lo resuelva algunos de esos tenientes que tienes que sólo son capaces de demostrar lo demostrable. Yo no soy tan lógico. - Es que no sé de qué me estás hablando. - Pues si no lo sabes quizás sea mejor que sigas sin saberlo. En ese caso las consecuencias no serán por mi culpa. Por eso quizás sea mejor que no cuentes conmigo porque yo no me voy a callar ni voy a guardar silencio. Ya lo sabes. Ahora decide y aceptaré lo que decidas. - ¡Quiero que seas tú el que investigues este caso y quiero que me hagas saber cosas que desconozco! - Poco a poco, amigo Diego. Te voy a adelantar algo para ver cuanta capacidad de observación tienes. Ella es realmente guapa y muy linda de cara pero yo tengo otra mucho mejor tanto en lo físico como en lo espiritual así que, como verás, no me interesa cambiarla por la tuya. - ¡¡Ya no te entiendo otra vez nada!! - Sigues chillando demasiado cuando te pones nervioso como si estuvieras jugando un simple partido de fútbol amistoso y te lo tomaras como un partido de vida o muerte. De esa manera sólo obtendrás la derrota. Algún día te recordaré que debes cerrar la boca cuando tengas que escuchar en lugar de querer atacarme a mí cuando ni tienes idea de quien soy. Quizás no te lo creas, Jefe... pero soy capaz de darte una hostia y convertirte en obispo si vuelves a decir que yo voy detrás de alguna que no sea la mia. Ten cuidado con la lengua, Diego, y utiliza más los ojos antes de hablar. - Sigo sin entender del todo... - Pues eso demuestra que eres demasiado duro de mollera por culpa de haberte criado siempre como un niño mimado mientra que yo he teniio que sacarme las castañas del fuego solo con mis propios esfuerzos. A lo mejor es que tú tuviste hasta tatas que te ayudaban a vestirte y anudarte los cordones de los zapatos y yo tuve que aprender a vestirme y a anudármelos como podía y sin la ayuda de nadie. Y no es una parábola sino una realiad. Si has nombrado como el más destacado de tus tenientes a Antonio Muros Caramillo quizás sea necesario que no me contrates a mí ni me nombres capitán para este asunto. - ¿Qué has hablado con mi mejor teniente? ¿De qué habéis hablado Antonio y tú y qué pasa entre vosotros dos? ¿Es algo que tenga que ver conmigo? - Creo que en cuanto a lo referente conmigo ya se lo dejé bien claro a tu teniente Antonio pero en cuanto a lo referente contigo ten cuidado... no te fíes demasiado y ten bien guardada tu casa porque quizas no sepas todavía, bien del todo, lo que te puede pasar... - Que no sé, bien del todo, lo que me puede pasar... ¿Qué me estás insinuando? - Que si no lo sabes ya es hora de que lo sepas. La próxima vez, antes de que vuelvas a decir que yo soy culpable te lo piensas mucho mejor. No soy ningún santito pero tú a veces eres un poco tontito. - ¿Está relacionado con mi linda esposa? - Yo no la conozco muy bien a ella pero ella me conoce muy bien a mí. Y no pienses nada malo porque sólo es pura y noble amistad. Tú crees que conoces mucho mejor que yo a tu teniente Antonio Muros Caramillo pero... ¿sabes lo que es estar al loro? - ¿Qué es eso? - Deberías conocer mejor las calles madrileñas en lugar de estar tanto tiempo encerrado en tu despacho. Los que conocemos muy bien las calles madrileñas es porque las hemos pateado de un lugar hasta otro hasta aprender lo que pasa en ellas diariamente. ¿Quieres que te explique ese dicho de que hay que estar al loro o lo dejamos para más tarde? - Si puede ser ahora... - Tengo poco tiempo y por eso voy a ser lo bastante claro que pueda ser. Estar al loro quiere decir que abras un poco más los ojos porque vas siempre medio dormido y puede que alguna vez, por estar tanto tiempo con los amigos fuera de casa, llegues demasiado tarde. - ¿Demasiado tarde? - Sólo te digo una cosa, amigo Diego, y te lo digo como amigo de verdad. A veces pueden surgir algunos temas de cuernos y, para eso, te pongo el ejemplo de Patricio Benavides Correa que bien conoces como Jefe de la investigación que se llevó a acabo; asi que no te duermas tanto en los laureles, Diego... y mantén siempre los ojos bien abiertos. Te voy a poner un ejemplo ilustrativo. Imagínate a alguien que tiene una novia guapísima, que está de muy bien ver y que hasta de rostro es linda... pero otro se encapricha con ella aunque ya está casado y se pasa todo el tiempo que puede provocando a un chaval para que el de la novia crea que es ese chaval quien ronda a su modelo amoroso resultando ser, y sigue imaginando, que seguramente ese chaval tiene a su vez su propia novia que está mucho mejor, en todos los aspectos, que la novia de su amigo. El ejemplo termina en que, viendo el envidioso casado que no la consigue, hace otra extraña maniobra para que caiga en el cerco otro que está también casado y consigue que se meta en la cama de la novia del que no sabe qué es lo que está pasando. Al final reulta que se mete en la cama con ella. ¿Sigo explicándote cómo puede terminar esta historia que sirve como ejemplo de la vida real? - Me parece que es un ejemplo muy gracioso. - Pues ten mucho cuidado con los ejemplos muy graciosos y piensa en lo que puede suceder a ver si te parece tan gracioso el ejemplo. Pueden ocurrir dos cosas: que la novia del despistado caiga seducida por el casado que ha sido utilizado por el casado envidioso o que intervenga el chaval que tiene una novia mucho mejor que la del despistado e impida que el casado que está siendo utilizado como tonto útil se la tire. ¿Sigo explicando el ejemplo? - Es que no entiendo cómo pueden producirse esas cosas. - Te lo he explicado antes. Cosas de brujos y de brujas. - ¡Ya lo he entendido! - Bastante picoso es el ají, amigo Diego. Bastante picoso es solamente un decir pero no digas luego que no te lo he dicho. ¿Sabes lo que es un picaflor? - Un pájaro que va picando de flor en flor. - Eso es. Ya veo que estás aprendiendo bastante, amigo Diego. Y no olvides que el picaflor tiene muhy buen verbo para engañar... - Cada ves estoy más liado. - Eso. De eso se trata. De líos y liantes te estoy hablando. De liantes alrdededor de tu linda esposa para hacer que el chaval que sólo es sincero, puro y sano amigo de ella, pase a que ser culpable ante tus ojos por culpa de las artimañas del brujo casado que la está deseando porque se ha encaprichado de ella. Espabila ya , Diego... porque quizás la próxima vez el chaval que tiene a otra novia mejor que la tuya no llegue a tiempo de evitarlo o, simplemente, ya no esté presente para evitarlo... ¿sigo o ya tienes suficiente?... - Seguro que trama algo. - ¿Quién? - El brujo. - Por supuesto que sí. Lo primero que hace un brujo es ganarse la admiración de la víctima a través de lo florido de su verbo. - ¡Cierto! - Tú lo has dicho fue lo que dijo Jesucristo. Y yo te digo que, de momento, ya no tenemos nada más que hablar sobre este tema. - ¡Demuéstrame que llevas razón y te creeré! - ¿Eres tonto del todo o solamente eres tonto perdido? ¡Ten cuidado con la mayoría de todos esos que crees que son tus amigos porque juegas todos los días al fútbol con ellos! Y ni se te ocurra pensar que tengo envidia o celos de ellos porque paso olímpicamente de todos... de absolutamente todos ellos para que te enteres. Prefiero jugar al fútbol con los chicos delincuentes antes que con ellos. ¡Demuéstrame tú a mí todo lo contrario de lo que te he dicho! Tienes demasiada fe depositada en José María Halcón Maza y por eso te digo que te zurzas tus calcetines, chorra. Eso te diría mi abuelita materna por lo tonto que eres. Llama a Atilano Eros porque ya me está aburriendo hablar contigo. Y dile al inteligente y sabio José María Halcón Maza que te lo explique... porque ya me aburrí de explicártelo y ya se me ha agotado la paciencia. - ¿Qué me estás diciendo ahora? - Que no es un jueguecito de palabras cruzadas como si se tratara de un pasatiempo todo este asunto pero que, de seguir así, puede convertirse en una telenovela pero real y no imaginada. Escucha un buen consejo: cuidado con tu cabeza no vaya a ser que alguien que no es ese chaval que tiene a una novia mucho mejor que la tuya intente hacerse el toro y te ponga los cuernos. ¿Sabes lo que es estar adornado? - Sólo de oídas. - Pues a veces es muy importante saberlo. Es otra de las cosas que se aprenden mucho yendo a pie por las calles y no dentro de un autómovil. Cuídate mucho Diego y, te repito por si antes no me entendiste bien, que tengas cuidado y procura preguntar antes de amenazar... porque resulta que puedes estar enfrentándote a un chaval que practica muy bien las artes marciales y te puede soltar una hostia si es que te atreves a ponerle la mano encima. ¿De quién te estoy hablando? - ¿Quizás de ti mismo? - No soy vanidoso ni tengo el ego subido a la cabeza como tú. Pero sí... estoy hablando de mí mismo... y ahora ¿quién es el loco, amigo Diego? ¿Crees que estoy loco de verdad o te gusta hacerte el gracioso conmigo engañando a tu propia madre diciendo que era una broma? ¿Está loco quien sabe lo que hace o está loco quien intenta romper un teléfono a martillazos? ¿Quién es el loco de los dos? ¿Es de un ser normal intentar romper un teléfono a martillazos por culpa de la ira? ¿Quién es el loco, amigo Diego, el que habla tranquilo y sin ira o el que se vuelve tan iracundo que intenta romper un teléfono a martillazos? ¡Piénsalo antes de decir idioteces y, de paso, te repito por última vez que tengas mucho cuidado con amenazar a alguien que conoce y practica artes marciales porque te puedo romper la cara de un solo guantazo! No me interesa, para nada, explicarte más cosas. Llama a Atilano Eros. - Sólo quiero que me digas algo... ¿es verdad todo los que me estás contando incluyendo lo del chaval que conoce artes marciales y que evita que me pongan los cuernos porque es mi amigo verdadero? - Es verdad pero ya no me importa. Por cierto... recuerda cuando tembló la tierra... - Si. Lo recuerdo. - ¿Qué hiciste tú y todo tu Cuerpo de Policía junto? ¡Huír para poneros a salvo! - Como todo el mundo... - Te equivocas y sabes que estás mintiendo. Hubo algunos que fueron abandonados a su suerte y a alguno hasta le dejaron tan solo que pasó la experiencia solamente acompañado de un fiel perrillo que tuvo el valor de estar con él en esos momentos en que todos los de tu Cuerpo Policíaco, incluído tú mismo, huísteis como gallinas. Hubo personas que tuvieron que enfrentarse al peligro simplemetne solos y abandonados sin ninguna compasión. Así que cuando quieras hablar de la compasión cristiana busca a alguien que no sea yo porque ya me sé esa lección de sobra. ¿Te estoy contando verdades o mentiras? ¿Verdadero o falso? - ¿Verdadero? - No te quedes mirándome con esa cara de tonto. Fue verdadero. Y ahora llama a Atilano Erso. No quiero hablar más de cuando la tierra tembló ni de ningún otro tema contigo salvo lo que esté relacionado con ese asesino en serie. No quiero hablar ya de ningún otro asunto. Me quiero concentrar para cumplir con lo que me has pedido. Pero por supuesto que esta vez no trabajo gratis porque quiero regalarle algo improtante a Ella. Por Ella y sólo por Ella he aceptado este trabajo. ¿Has entendido que sólo lo hago por Ella y por nadie de vosotros? - Lo he entendido. - Pues ya sabes por qué lo voy a intentar solucionar. Por Ella y por nadie más. Deigo Castillejo Ríos, de mala gana, pulsa el timbre llamando al guardia de seguridad. - Hola Jefe. - Hola Pepe Columbia de la Chica, saca del calabozo a Atilano Eros y dile que se presente ante mí. - Eso es, Pepe Columbia de la Chica, y no te entretengas demasiado mirándote a un espejo para ver lo guapo que eres... - ¿Y usted quién es? - A partir de este momento soy tu capitán. Me llamo Juan y si quieres aprender algo más sobre mi personalidad vete al colegio a volver a estudiar biología humana para que aprendas lo que es un hombre. - ¡¡Saca a Atilano Eros del calabozo y haz que venga hasta aquí y no preguntes más idioteces, Pepe Columbia de la Chica!! - Entendido, Jefe.
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