guilas Negras -9- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en Feb 19, 2013
Juan aparece, repentinamente, por la espalda de ella, que está cocinando, y la rodea con sus brazos cogiéndola por la cintura.
- ¡Sorpresa! ¿Cómo estás, bombón ecuatoriano? Ella se vuelve repentinamente, descubre que es Juan y sonríe mientras le amenaza con la sartén que tiene asida por el mango con su mano derecha. - ¡¡No vuelvas a darme un susto así o te estampo, sin querer, los huevos calientes en tu cerebro de chorlito!! - ¿Atravesándome el cráneo por la parte anterior o por la parte posterior? - ¡¡Jajajajaja!! ¿De dónde vienes, sinvergüenza? ¡Te estoy esperando durante todo el día! - Perdona, pero eres la única chavala que me gusta tener entre mis dedos, entre mis falanges, entre mis carpos, ente mis metacarpos y hasta entre mis yemas ahora que hablas de huevos. - ¡Deja de decir tonterías! ¿Cómo crees que estoy yo ya que todavía no has tenido el detalle de preguntarme cómo estoy y eso es lo que que diría cualquier hombre caballeroso y enamorado de una chavalilla monumental en lugar de todo eso de los dedos y las yemas de los huevos? - No te lo he preguntado porque lo sé de sobra. En lo psíquico estás tan loca como yo por estar con un loco como yo, valga la redundancia ya que hoy está de moda esta palabra... pero en lo físico es imposible que estés mejor. No he visto neuronas tan saludables en un ejemplar de mujer tan perfecta como tú. - ¿Y te encanto o no te encanto? - Me encantas del todo pero me aguanto lo suficiente... porque mis neuronas me podrán patinar más que si yo fuera un danzante de ballet sobre la pista de hielo de Palacio de los Deportes de Laponia, pero en cuanto a saber lo que encuentro resulta que no encuentro a ninguna que sea mejor. - ¿Y cómo te vas a librar de todas ellas? - Como hizo Perseo para acabar con la Medusa que tenía la cabeza llena de serpientes. - ¿Le cortó la cabeza? - ¡Eso es! No voy a perder el tiempo matando serpientes sino que voy a ser muy directo y voy a ir a por el líder de todas ellas y en cuanto le corte la cabeza... ¡adiós para siempre! - ¡Eres el hombre más valiente del mundo! - Pero tengo hambre... - ¿Ahora o después de cenar? - Después... después de cenar... después de charlar contigo... porque me gusta hacerlo contigo con total normalidad y totalmente tranquilo porque me pongo muy nervioso hasta que me caliento del todo y entonces pasa lo de siempre... - ¡¡Jajajajaja!! Vamos a cenar. - ¿Me has puesto los huevos muy calientes? - No... no te preocupes por eso... te he puesto los huevos templados... pero que muy templados... tan templados que por poco se me va la mano y te los quemo. Y así discurre la cena sin mayor importancia... hasta que llega la hora del café... - Escucha, Ángeles, tengo que contarte algo muy importante. - Si es asunto de trabajo mejor me lo cuentas mañana... o sea después de... - No. Estoy ahora hablando en serio. Me ha llamado el Jefe Superior de la Policía de Madrid para encargarme de resolver un caso muy grave. - ¿No será lo de ese lunático asesino en serie? ¿Verdadero o falso? - Verdadero. Es lo de ese lunático asesino en serie. - ¿Y no te das cuenta de que corres un gran peligro de muerte? - Escucha, Ángeles... si no corriese un gran peligro de muerte no merecería tu amor... por no ser lo suficentemente capaz... pero yo muero por ti desde que te conozco... ahora bien, esto no se lo digas a nadie y que quede solamente entre nosotros dos... ¿de acuerdo? - ¿Por qué no puedo decírselo a nadie? - Porque no quiero que seas tú la que corras ese peligro de muerte. Necesito que ese lunático asesino, sea quien sea, no sepa absolutametne nada de ti ni de tu existencia. Escucha. Me he dado cuenta de que no me puedo fiar de todos los policías de esta ciudad porque hay alguna manzana podrida entre ellos. - Que se corrompe y pudre a todas las demás manzanas... - Exacto. Eso es lo que debe estar ocurriendo con todo el Cuerpo de la Policía de Madrid y de eso he estado hablando con el Jefe, Diego Castillejo Ríos, así que no quiero que te expongas a ningún peligro hasta que sepa quién es esa manzana podrida. ¿Me estás comprendiendo? - ¿Me estás intentando dar a conocer que corro peligro porque hay algún policía que es un psicópata y un chivato que pone al corriente al asesino en serie de todo lo que se planea para atraparle? - Eso es. Te estoy diciendo que algún policía es un soplón y está de acuerdo con ese depravado que atormenta, viola y asesina a todas sus víctimas, sean jóvenes guapas de muy poca edad o señores tan mayores que, de puro viejos que son, no se sabe qué edad pueden tener. - ¿Soplón es lo mismo que chivato? - A veces sí... pero otras veces... - ¿Es o no es lo mismo? - No siempre... pero es lo que quiero descubrir... - De verdad que eres muy extraño trabajando. - Intuiciones, Ángeles, intuiciones... sólo son intuiciones nada más... pero alguna vez un soplón es mucho más peligroso que un chivato. - ¿Sospechas de alguien? - Sólo te puedo decir que la única persona de la que no sospecho es de ti. Así que te puedes figurar lo que es de peligroso todo este asunto de mocarras metidos a macarras. - ¡Jajajajaja! ¿Es que tú no eres capaz de tomarte nada en serio? ¿Por qué hasta en los momentos más trágicos eres capaz de hacer reír a quien está a tu lado? - Por no hacer llorar porque bastante tenemos con ver llorar a tantos y a tantas que sufren por culpas ajenas. No lo hago con premeditación ni alevosía pero alguna vez si lo hago con nocturnidad. - ¡¡Jajajajaja!! Ella le da un beso en la boca y lo retiene callado durante todo el tiempo hasta que decide que ya es suficente castigo y él puede, por fin, respirar y reaccionar saliendo de su ensoñación. - Oye, Lulú... - ¡Peligro, peligro! ¡Siempre que me llamas Lulú es que quieres que te dé informaciones! - Eso es. Quiero informarme sobre "Las edades de Lulú". Cuéntame todo lo que sepas. - ¿Algún misterio impenetrable? - Que yo sepa "El misterio impenetrable" es otra película distinta también muy interesante. Pero eso me lo cuentas después. Ahora quiero saber de "Las edades de Lulú". - ¿Qué quieres saber? - ¿Me vas a contar la verdad? - Nunca te he contado ni te contaré nunca una sola mentira. - Entonces... ¿desde cuándo has aprendido a besar asi? - Sabes perfectametne que aprendí por primera vez a besar de esta manera, y en la boca, cuando me besaste tú por primera vez en mi vida. - Entonces... ¿nadie más te había besado en la boca? - Alguien más... - ¿Quien es ese tipo? - Se llama Juan. Es un tipo de mucho cuidado. - De ese tipo nunca me has contado nunca nada. ¿Quién es ese otro Juan? - ¡¡Jajajajaja!! ¿Pero de verdad no sabes que eres tú? - Esta bien. Me lo creo. Ese otro Juan soy yo mismo pero... ¿cuándo sucedió eso? - Es que eres muy despistado, cabeza de chorlito... - Mejor empecemos de nuevo. - ¡Jajajajaja! Ahora no vuelvo a besarte otra vez hasta que no recuerdes cuándo fue la primera vez que alguien, que solamente eres tú, me dio un beso en la boca. - Espera... espera... me están llegando imágenes al cerebro... - ¿Y qué ves? - Una escena en technicolor... en medio de la noche... y dentro de un pub de jovencitos y jovencitas... - Pues es verdad. - Entonces, ya que lo he acertado y me he vuelto a encontrar conmigo mismo que ya es bastante difícil de conseguir, sigamos con lo de "Las edades de Lulú". Te estoy hablando en serio. Necesito datos para poder empezar... - Sólo te permito una sola pregunta sobre ese asunto. Asi que espero que sepas preguntarme. - ¡La sinopsis! ¡Cuéntame la sinopsis! - Está bien. Buena pregunta con muchas respuestas por cierto. Eres muy hábil preguntando. - Desembucha la sinopsis. - No me queda más remedio si te va a servir para poder empezar con la solución del caso del asesino en serie. - Por eso necesito seguir recordando... - Según la novela, Lulú, la protagonista, es al comienzo de la obra una joven de quince años carente de afecto que siente atracción por Pablo, un profesor de universidad, amigo de su hermano. Después de su primera experiencia sexual, Lulú alimenta durante años, fantasías sobre aquel hombre que acaba por aceptar como permanente el juego amoroso de ella. La pareja vive en un mundo de experimentación, fantasía y acuerdos privados hasta que Lulú, ahora mujer de treinta años, decide buscar nuevas experiencias fuera de ese entorno seguro, lo que la involucrará en relaciones diversas de sexo de pareja, tríos, travestis y orgías. - ¡Bravo! Me has dado muchas pistas para poder buscar a ese asesino. Ahora... ¿te puedo hacer otra pregunta complementaria? - Si es complementaria, sí. - Cuéntame la sinopsis de la película a ver si coincide o hay algún otro detalle que me dé más pistas. - Bien. También te voy a ayudar en eso. Todavía inmersa en los miedos de una infancia falta de atención, la joven quinceañera Lulú sucumbe a la atracción de un amigo de la familia. Durante años se verá atrapada en el recuerdo del hombre que irrumpió en su vida y la convirtió en mujer, despertando en ella un poderoso deseo sexual al que da rienda suelta. Pero esos deseos pueden ser peligrosos... - Perfecto. ¡Ya estoy en la onda! - ¿Entonces qué vas a hacer ahora? - Hacerte otra pregunta para seguir recordando... - Es la tercera pregunta que te admito. - Cuéntame la sinopsis de "El misterio impenetrable" a ver si sigo aclarándome por dónde debo empezar a cercar a ese asesino. - ¿Tú te crees que yo soy la Biblia del Cine? - No. Pero seguro que recuerdas esa sinopsis. - Está bien. Voy a ver si te ayudo un poco más. No conozco ninguna película con ese nombre y si existe esa película no la he visto jamás, pero te puedo contar otra mucho mejor para tus asuntos detectivescos. - Vamos... vamos... larga... - Oye que yo no soy una delincuente para me me trates así... - Perdona. Es deformación profesional. A veces se me va la imaginación a la otra orilla del Manzanares y me entusiasmo, cuando estoy a tu lado, más que un colegial con su jovencísima profesora de Laboratorio de las Prácticas Físicas o con la guapísima profesora de Historia del Art. - ¡Jajajajaja! A ver si te interesa esta sinopsis. Se trata de "Terror en la niebla". En la pequeña localidad de Antonio Bay, una fuerza terrorífica y malévola, oculta en una niebla espesa y mortífera, aterroriza a los vecinos del lugar. Envuelto en la bruma se esconde un espeluznante misterio que busca una venganza despiadada, un misterio que los habitantes de la población deberán desvelar antes de que sea demasiado tarde. - ¡Perfecto, chavalilla! ¡Me has ayudado más de lo que te imaginas! En realidad me sirve para ir confirmando mis sospechas. - ¿Puedes decirme qué sospechas son esas? - De momento no. Ya te irás enterando cuando llegue la ocasión. - ¿Es que piensas mezclarme en el asunto? - De momento, no. De momento tengo que evitar que se entere que existes. - ¿Algún donjuán acaso? - Si. Y no tienes ni idea de lo que puede hacer un donjuán cuando se siente acorralado. ¡Tú gustas demasiado a todos los donjuanes porque eres excesivamente guapa y escultutral!... así que de momento te quedas escondida... - ¿Estás hablando en serio? - Tan en serio como para saber que tú has ligado conmigo pero que a cualquier donjuán asesino eso no le importaría si te descubre. - He ligado contigo y con nadie más porque no deseo ligar con nadie más. - Lo sé... lo sé... pero ahora eso hace que no te expongas... de momento... ayudándome en la investigación hasta que suceda algo que te permita ayudarme directamente... ¿has comprendido por dónde van los tiros de toda esta historia? - Así es. Pero quiero preguntarte algo, Juan. - No tengo secretos para ti. - ¿Tú has conocido a otras Lulús que no fuesen yo? - Si. He conocido y conozco a otras Lulús pero nunca te he traicionado ni te traicionaré jamás con ninguna de ellas. ¿Me crees? - Sí. - Entonces voy a comenzar a recomponer este rompecabezas. - Pues yo, lo siento Juan, no voy a romperme la cabeza intentando interpretar tus intuiciones... así que vamos ya a la cama... - No. Nada de eso todavía. Ahora necesito conseguir otra información. La noche es muy joven aún. Podemos seguir hablando porque en la cama yo no hablo como bien sabes tú. - Está bien. Tú ganas de nuevo. Hablemos otro rato más. ¿Buscas más datos? Si te puede ayudar en algo, estamos hablando de una niña guapa de muy poca edad y de un hombre mayor que no sabemos qué edad tiene. - ¡Perfecto, Ángeles! Eso es lo que yo quería confirmar. Una vez cotejados nuestros mutuos conocimientos llegamos a la misma conclusión. Me parece que no me voy a equivocar en lo que planteé ante el Jefe y sobre quién puede ser la próxima víctima. - ¡Jajajajaja! O sea, que quieres decir que ya lo sabes. - No. No lo sé todavía pero estoy seguro de que lo voy a saber y no me voy a equivocar. ¿Me puedes seguir ayudando un poco más? - Pero date prisa que la cama nos está esperando... - ¿Tú sabes algo de Lolita? - Te puedo poner al corriente, aunque ya sé yo que tú lo sabes tan bien como yo, que Lolita es la novela más conocida del escritor ruso Vladimir Nabokov, publicada por primera vez en 1954. La novela está posiblemente basada en El hechicero, una novelette en donde un hombre de mediana edad se enamora de una joven en un París de la época. Otras fuentes hablan de autor alemán que publicó en esos años una novela corta sobre el mismo tema: «la atracción malsana que ejercen las nínfulas». Sea como fuere, Nabokov retomó todo ese material y lo transmutó en su obra, Lolita. El libro contiene diferentes niveles de lectura, desde el relato romántico y erótico hasta el retrato de una sociedad autocomplaciente, así como temas sobre la moral y la perversión psicopatológica. La novela fue publicada por una editorial erótica francesa, fue tachada de pornográfica, logró que el director de cine Stanley Kubrick la llevara al mundo de la filmografía, con un guión del propio Nabokov. - ¡¡Jajajajaja!! - Pero... ¿de qué te ries ahora?... ¿te parezco muy graciosa cuando hablo de cine?... - ¡¡Jajajajaja!! Es que no es eso... - ¿Cómo que no? ¡Si quieres te cuento el argumento para que sepas que la he visto y sé lo que digo! Juan sonríe y la deja seguir hablando. Le encanta verla cuando se muestra, a la vez, tan mujer interesante y tan niña ingenua a la vez. Esa doble manera de ser la hace muchísimo más atractiva de lo que ya es por propia naturaleza. - Te lo voy a demostrar para que dejes de sonreír como creyendo que yo soy una pardilla... - Cuenta entonces... - Como profesor, Humbert Humbert deja Europa por los Estados Unidos de Amèrica y alquila una habitación en la casa de Charlotte Haze después de conocerla a ella y a su hija Dolores mientras tomaban el sol en el jardín. Dolores tiene doce años y le dicen, de manera cariñosa, "Lo" o "Lolita". Su madre Charlotte es una viuda solitaria y se convierte inconscientemente en el enlace de Humbert con su hija. En poco tiempo, Charlotte se casa con Humbert. Un día, Charlotte encuentra el diario de su nuevo marido, lleno de confesiones de su obsesión con Dolores y de su desengaño con su nueva mujer. Ella, enfadada y triste, sale de casa rápidamente y muere atropellada. Humbert queda entonces como legítimo encargado de la joven Lolita con la que convive durante un tiempo en el que aumentan sus deseos de poseerla. Humbert comienza a viajar por todo Estados Unidos, de motel en motel, acompañado por Lolita, con la que se ayunta. Esto empieza tras una serie de intentos por parte Humbert que queda sorprendido cuando se da cuenta de que Lolita había descubierto ya algunos de los secretos del sexo en un campamento, el campamento Q., esa letra coincide con la inicial del apellido de Quilty. Clare Quilty, un depravado artista, acaba con la relación cuando convence a Lolita para dejar a Humbert y escaparse con él. Al final de la novela, cuando Humbert se encuentra de manera fugaz con Lolita, solo lo hace para darle el dinero que ella le había pedido para poder empezar desde cero ella y su nuevo marido, en Alaska. Entonces es cuando Humbert comprende que aún desea a Lolita, no solo por la atracción sexual que sentía por esta clase de mujeres, sino porque él está realmente enamorado de ella. Humbert, como forma de redimirse y vengar los sufrimientos pasados de Lolita, decide asesinar a Clare Quilty. La novela culmina con un episodio de violencia refinada. De acuerdo con el prólogo de la novela, Humbert morirá de trombosis en la cárcel después de escribir su historia; mientras Lolita lo hará al dar a luz a un niño en la Navidad de ese mismo año. ¿Qué tal? ¿Te he ayudado para darte más pistas de por dónde empezar? - Pues sí. Ha sido muy interesante e instructivo para mi investigación... pero resulta que yo no te estaba pregunta por la novela "Lolita" sino por Lolita. - ¿Y a qué Lolita te estás refiriendo, sinvergüenza? - No pienses tan mal. Ni tan siquiera fue un ligue de cafetería. Me estoy refiriendo a que si alguna vez conociste a María Manuela Bancales de Canalejas. - ¿Y quién es esa? - La verdad es que ella no tiene ninguna importancia pero pensé que si la habías conocido me podrías ayudar a hilvanar ciertas sospechas que tengo... - ¿Maria Manuela Bancales de Canalejas? ¿Alguna descendiente de aquel politico liberal llamado José Canalejas Méndez, gallego de El Ferrol, que murió el 12 de noviembre de 1912 en un atentado terrorista como antes había ocurrido con Juan Prim en 1870 y con Antonio Cánovas del Castillo, en 1897? - ¡Para, para, preciosidad! ¡No sólo pareces la Biblia del Cine sino que también pareces el Vademecum completo de la Historia de España! - ¿Es que no te estás refiriendo a una descendiente de José Canalejas Méndez? - No, Ángeles, no. Lolita sólo ha sido una compañera de trabajo nada más y no he cruzado jamás palabra alguna con ella. - ¿No era atractiva? - Sí. Era algo atractiva. - Pues ya es raro que siengo algo atractiva no la hayas saludado nunca o no hayas cruzado palabra alguna con ella siendo compañera de trabajo. No me engañes, Juan... porque te conozco mosco. - Pues aunque no te lo creas te estoy contando la verdad. - ¿Entonces se puede saber para qué me preguntas por una desconocida de la cual no sabes ni qué edad tiene? - Por el tenis. - ¡Dios mío! ¿Te estás volviendo tarumba del todo por culpa de la investigación en donde te vas a meter? - No. Es otra de mis intuiciones y sé que me puedes ayudar mucho. - ¿Con lo del tenis? ¿Qué tiene que ver el tenis con un asesino en serie a no ser que los mate en los vestuarios o las duchas de las instalaciones deportivas? - No. ¡Jajajajaja! No van por ahí los tiros. - Pues entonces espera que te prepare un café bien cargado y me sacas de dudas. - Pero si precisamente quien quere que me saques de dudas soy yo. - Entonces digamos que estamos empatados. Yo te saco de dudas si puedo y tú, si puedes, me sacas de dudas a mí. - ¡Jajajajaja! Venga, ecuatoriana, prepara ese café cargado para los dos mientra empiezo a ordenar una imágenes que estroy ordenando en mi cerebro y luego charlamos a ver si me aclaras un poco cierto tema. - ¿De verdad están dichas imágenes de tenis relacionadas con el caso del asesino en serie? - Estoy empezando a pensar que sí... y si me ayudas hasta es posible que estén relacionadas con el propio asesino y más de lo que en principio parece. - Cuando desarrollas tus teorías es mejor estar lo más lejos posible... - De verdad, Princesa. De verdad que puede ser que sea otra pista muy importante si me ayudas a componer ciertas escenas. - ¿Cómo cuál? - Es que me estoy acordando de Esteban Estébanez Estebanillo "El Viruelas". - ¿Y quién es ese? - El Guardia de Seguridad del Edificio de la Policía Nacional de Madrid. - ¿Y qué ocurre con ese tipo? - Que acosa continuamente a Lolita pero he comprobado que tiene la cara muy colorada de tanto que bebe... - ¿Para poder olvidar a Lolita? - No. Jugué una vez al tenis con ese tal Esteban Estébanez Estebanillo y comprobé que bebe mucho porque tiene miedo... - ¡Esto se pone cada vez más interesante! Espera un poco a que prefare los cafés y seguimos charlando. La bellísima y escultural ecuatoriana se dirige hacia la cocina para preparar los cafés mientras Juan queda recordando... - Me dolían las falanges de tanto darle a las cifras para cuadrar aquella vida de absurdos hombres sin serlo y absurdas niñas que lo eran. Absurdo. Me dolían las falanges de tanto vivir entre absurdos. Un villano de la Villa acosando y llevándose a las niñas a los moteles de las carreteras donde la finalidad era detener el reloj de las puras esencias infantiles. Me dolían las falanges de tantos absurdos entre los que yo vivía mientras cuadraba las cifras y ajustaba las cuentas a más de un donjuanesco chulesco metido a "celestino". Aguantando a tantos "giles" que se las daban de marqueses, a un "Pajarito" piándolas con los ojos desorbitados, a un "Guaperas" (Narciso de los espejos del retrete) que se ufanaba de ser tocador de mujeres y otros tantos parásitos del amor que solo eran polluelos dentro del cesto de las gallinas. Y ella pasando... pasando... pasando olímpicamente del "señor" de la Villa, del "Guapete de Cara" metido a tocador de mujeres, del "Pajarito" con el pico abierto y del "papanatas" que confundía al tenis con el ballet de los payasos mientras se hacía el vivo Vivas "peloteando" al absurdo y despótico jefe de las cuentas corrientes (por no decir cuentas vulgares). Y ella dicendo: "Hola Este". !Al Este estaba Irán Eory! Y el "Pajarito" con el pico abierto como cazando moscas... y el "Guapete de Cara" haciendo el Narciso en el espejo del retrete... y el niño de la Villa corriéndose de lado a lado hasta llegar a Zaragoza o más allá... y el Pájaro Bobo haciendo de chivato a toda aquella cuadrilla de chivos. A mí me seguían doliendo las falanges de tanto soportar absurdos donjuanes salidos de un comic de historietas como para partirse de risa de todos ellos. Pero yo no... yo no era de esos... y a mí me seguían doliendo las falanges de tanto cuadrar cifras en aquella vida absurda de hombres sin serlo y de niñss que sí lo eran. Palomas volando hacia no sé qué lugar de las veletas del tiempo junto a la Casa de Campo. Y ella pasando del "Pajarito", del "Guapete de Cara", del "señor de la Villa", del "Papanatas" y hasta del Pájaro Bobo. Y yo volviendo a seguir mi ruta porque ella me había tocado el corazón. A Juan le llega el olor del café que está elaborando Ángeles. Saca un cigarrillo, lo enciende y vuelve a seguir recordando... - Eras como una canción lejana rebotando continuamente en mi conciencia. Una especie de arma letal donde cada uno de sus disparos me atravesaba la razón y, en medio de todo aquel sinsentido mundo, el punto y aparte nunca dejabas de ser tú. Siempre tenía que seguir escribiendo un párrafo más que los demás en cada carta y así se hacía infinita la presencia de mi escritura en forma de delirio y de vida invertebrada; porque cada uno de mis verbos se partía en infinitas partículas de vida; como un laberinto de espejos en cada uno de los cuales había un yo distinto, un yo diferente, un yo pluriforme que formaba un puzzle de silencios y, en medio de aquel mundo de presencias recónditas y hundidas en el profundo sueño de la noche siempre inacabada, yo me construía y me deconstruía cada vez que nacía el alba. Hoy es diferente a ayer y mañana será distinto a hoy y, sin embargo, nunca dejaba de ser la única persona de mí mismo, el único personaje de mi historia repetida una y otra vez, hasta lo casi imposible, como una costumbre ya irremediablemente a superar. El listón estaba muy alto, pero en ningún momento, sin embargo, traicioné jamás a tu recuerdo y en cada milímetro de mi cuerpo se encontraba un encendido poema. ¿Por qué luchaba yo tan continuamente?. Por tu propia utopía convertida en una búsqueda sin renuncia. Hoy estabas a escasos centímetros de mí, al lado de la mesa de trabajo; hoy estabas a escasos centímetros de mí, sentada junto a mí en el verde césped germinado por la esperanza; hoy estabas a escasos centímetros de mí, al otro lado de la guitarra depositada sobre la fina arena de la playa; hoy estabas a escasos centímetros de mí, en el asiento de un autobús o jugando un partido de tenis... o en cualquier otro lugar... pero siemrpe te llevaba en el centro de mi corazón por todas las calles de la ciudad. Más allá de todos los límites imposibles siempre existía la única posibilidad de sentirte a través de mis letras encadenadas al recuerdo y en cada mirada de mujer estaba ese tu mirar silencioso al otro lado de la mesa de trabajo, al otro lado del parque, al otro lado de la playa, al otro lado del autobús, al otro lado de la pista, al otro lado de cualquier lugar; como si de un interminable partido de tenis nos marcara el final sin límites, con una distancia tan escasa que la convertía en mis sueños en un sólo segundo antes de despertar. Y escribía poemas imaginarios en el cuerpo de las mujeres imaginarias y, sin embargo, todo el conjunto de ellas eran poesías para ti. Jamás seré como él y jamás le pediré perdón por no ser como él, ni tan siquiera como la sombra de él; pues yo era tan distinto que a la hora de ganar o de perder tan sólo tenía que escribir una sola palabra llamada Fe. Y vencí su prepotencia elevándome a la enésima potencia de mí mismo. Así fue cómo conseguí tu beso y aquel momento ya irrenunciable de ser tu compañía eterna. - ¿Qué te ocurre, Juan? Llevo ya un largo minuto con los cafés en la mano. ¡La Tierra llamando a la Luna! ¡La Tierra llamando a la Luna! ¡La Tierra llamando a la Luna! Juan da un sobresalto y la ve, ante él, con los dos cafés. - ¿Has vuelto ya a la Tierra? - Esto... sí claro... he vuelto ya a la tierra de la pista de tenis... - Entonces... ¿puedes invitarme a sentarme a tu lado y seguir hablando como dos terrícolas? - ¡Claro! ¡Claro! - ¡Jajajajaja! Pero... ¿de verdad hay algo claro en todo este asunto? - Tranquila, preciosa... lo estoy aclarando... Ángeles deja los cafés sobre la mesa y se sienta, en el sofá, tan cerca de él que no hay ni un sólo milímetro de distancia entre los dos. - Me estabas contando algo de un tal Esteban Estébanez Estebanillo "El Viruelas". - Sí. Te estaba contando que bebía porque tenía miedo. - ¿Miedo de algo? - No. Miedo de alguien. Juan estrecha a su chavalilla ecuatoriana con su brazo izquierdo y habla directo, claro y sin rodeo alguno. - ¿Tu conoces a "El Padrino"? - Sí. Le conozco. - No me estoy refiriendo a la novela de Mario Puzo sino a "El Padrino" de las pistas de tenis de la Casa de Campo. - Yo también me estoy refiriendo a "El Padrino" de las pistas de tenis de la Casa de Campo. ¿Por qué me lo preguntas? -Es que me he enterado de que Atilano Eros Amazote le ha roto la cara a sus compañeros Fernando Morenosa Tachella y Giuseppe Garza Siboni por un asunto escabroso sobre ambigüedades sexuales. - ¿Y qué tiene que ver eso con "El Padrino"? - Eso intento esclarecer. Resulta que Fernando y Giuseppe deben estar liados entre sí y, además, recuerdo que el tal Fernando Morenosa Tachella estaba también liado con un tal Alberto Torodo Tardón. Los dos eran asiduos a las pistas de tenis de la Casa de Campo donde "El Padrino" tiene el poder de jugar todo el tiempo que le da la real gana y abusando de los derechos de los demás porque compra con dinero horas de tenis que les roba a muchos que se tienen que aguantar y quedarse sin jugar. Luego hay una conexión un poco dudosa entre todos ellos. ¿Sabes cuál es el nombre verdadero de "El Padrino" y por qué está tan empeñado en jugar mejor que nadie al tenis? - Sé cómo se llama ese tal "Padrino". Y quiere ser el mejor tenista profesional para deslumbarme. - ¿Me puedes ayudar diciéndome como se llama en realidad? - Por supuesto que sí. Se llama Luigi Michelángelo Rizzo Compensatore y se le conoce como "El Ricitos" en el mundo de los gays. - Todo esto quiere decir que "El Padrino" quiere deslumbrar a alguien y ese alguien eres tú como antes me has dicho. Ángeles no dice nada y sólo sonríe, pero Juan ya está atando todos los cabos sueltos. - Te voy a preguntar algo muy tascendente. ¿Eras tú la chavalilla que estaba en la pista de arena y, después, en la pista de cemento cuando yo jugaba al tenis? - ¿Cuándo te fuiste sin decir nada y cuándo "El Padrino" te llamó petardo? - Sí. Me refiero a esas dos ocasiones. Pero la primera vez sí te dije algo que los demás no escucharon. - Sí. Lo recuerdo. Dijiste que les diera una verdadera paliz. - Exacto. ¿Y qué hay de la pista de cemento? - Sí. También aquella modelo que estaba en la pista de tenis era yo misma. Díme quién soy y te llevarás muchas sorpresas. - Eso confirma mis sospechas... - ¡Oye, Juan! ¿Por quién me tomas? ¡Sabes bien del todo que jamás te he sido infiel con ningún otro hombre ni con ninguna otra mujer y que nunca jamás te voy a ser infiel con nadie humano ni divino! - Lo sé, Ángeles, no tengo ninguna clase de sospechas en ese sentido. Lo que sospecho es que yo te he visto a ti muchas veces antes de que comenzáramos a salir juntos y nos hiciésemos novios. - Y si estás tan seguro de eso... ¿por qué no me hiciste alguna proposición de conocerme cuando me veías en tantos sitios? - Por dos razones. - La primera ya la conozco: por tu timidez. Pero la segunda. ¿Cuál era tu segunda razón? - Aunque no te lo creas, por mi inteligencia. - ¿Cómo dices? - Porque tenía que hacer que cierto hombre no te conociera jamás como mi enamorada o como mi novia. - Muy interesante. - Por eso eres una buena pista para mí. Asi que también tú dime quien soy y te llevarás muchas sorpresas. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Le damos un meneo al café o no le damos un meneo al café? - De momento le damos un meneo al café aunque luego tenga que darle un meneo a alguien que llevo un tiempo pensando. - ¿Me puedes decir de quién sospechas? - No. No quiero equivocarme ni que tú sepas en quién estoy pensando. - A eso se llama prudencia. - Para que sepas que yo también tengo muchas sorpresas en mi personalidad. - Pues tú dirás qué más quieres saber... - Por ejemplo... ¿quién era el que estaba a tu lado cuando me quiso insultar "El Padrino" pero no lo contesté ni le hice ni puñetero caso porque sólo me estaba fijando en ti y el tenis a mí siempre me ha importado menos que un pimiento morrón? - ¡Mira que le echas morro a la vida, Juan! - Sí. Le echo mucho morro a la vida pero te lo pregunto en serio. - El que me acompañaba aquella tarde era un agente de la Interpol. - ¿Y por qué estabas tú allí? - Porque le quería demostrar a "El Padrino" que sólo me estaba fijando en ti y que no le hacía ni puñetero caso a él ni a lo que decía; ya que ni tan siquiera para una décima de segundo me interesaba "El Padrino" ni ninguno de su pandilla de "dudosos". - Pero... lo de la presencia del agente de la Interpol... - Lo llevé para que te conociera. Es por eso por lo que el Jefe Superior de la Policía, gracias al informe que aquel agente hizo de ti, te ha contratado para que puedas resolver el caso del asesino en serie. - ¿Está también la Interpol interesada? - Sí. En este asunto hay conexiones internacionales. - ¿Y no han podido descubrir al asesino todavía? - No. Es demasiado astuto. Todos confían en que tú seas más astuto que él y que lo puedas detener. - Volvamos a Esteban Estébanez Estebanillo "El Viruelas" para comenzar a recomponer el cuadro que tenemos delante... - ¡Jajajajaja! ¿Por qué te has fijado tanto en ese borracho gordinflón? - Porque bebe demasiado y por eso no era capaz de meterla... - ¡Dios mío! ¿Qué estás diciendo? - Me refiero a que por culpa de su mal estado físico era incapaz de meter la bola en el cuadro de recepción cuando sacaba. - ¿Y eso qué significa? - Que si es incapaz de hacer eso tan sencillo es que está ocupado en querer olvidar algo... -¿Y por eso bebe más de la cuenta? - Evidente, querida Princesa. Te lo cuento porque quizás me tengas que echar una mano. - Sí. ¡Jajajajaja! Una mano al cuello para ahorcarte. - ¡Jajajajaja! En serio, ecuatoriana. Ese tal "Viruelas" jugó una vez conmigo al tenis y resulta que conoce a ese tal "Padrino" que es el líder de los mafiosos del tenis amateur madrileño; el más déspota del hampa. ¿Que tal mi deducción? - Quizás sea verdadero. - Pues hay algo que no es cierto en lo que te acabo de decir. - ¿Me estás mintiendo? - No. Es que quiero saber si te has dado cuenta de algo muy importante. - ¿Qué es? - Que "El Padrino" no puede ser el líder de esos mafiosos que controlan el tenis aficionado madrileño porque le falta astucia... - ¿Cómo deduces eso? - Porque alguien con astucia no me hubiese llamado petardo en público. El líder debe ser alguien que no comete esa clase de errores. ¿Comprendes? - Pues pensándolo bien... llevas razón... - Estoy seguro de que el tal Esteban Estébanez Estebanillo, "El Viruelas", bebe demasiado porque es el chivato... - ¿Chivato? - Sí. Como sabe bien quienes son todos los que entran y salen del edificio de la Policía de Madrid, es lógico pensar que es como el mensajero que da noticias a alguien que lo ha colocado allí y que no le gusta que tú y yo hayamos ligado. Por eso "El Viruelas" jugó un partido conmigo para ver si yo hacía amistad con él y le contaba quien eres tú. - ¡Para contárselo a alguien que quiere conocerme personalmente! - Exacto. Quiere saber quién eres porque no te conoce pero sabe de tu existencia. - ¿Debo preocuparme? - De momento no. De momento la próxima vez le toca a un hombre mayor que no se sabe qué edad tiene. - ¡Dios mío! ¿Me estás diciendo que estoy en la lista de las próximas víctimas del asesino en serie? - Mientras no sepa quien eres ni tan siquiera que existes o no existes, no tienes problema alguno... y sólo me vas a ayudar cuando ese peligro haya terminado... porque tiene el propósito de eliminarte si se entera que has ligado conmigo... - Pero... ¡si no sabe quién soy ni tan siquiera si existo o no existo! - Ni lo va a saber jamás. Por eso tiembla de miedo "El Viruelas" y por eso se ha alcoholizado. - ¿Por qué? - Porque cuando le cuente que no ha podido saber nada ya que nada le he contado... puede ser él la próxima víctima... - ¡No! ¡Yo ya no te sigo ayudando en este caso porque es muy peligroso! - Te vuelvo a repetir que estés tranquila y no te preocupes. Si alguna vez te necesito será tan sólo para que me ayudes económicamente o en acciones sin peligro alguno mientras ese loco ande suelto. Nada más quiero tu apoyo económico y tu acompañamiento hasta que caiga en mis manos. ¡Pero no le cuentas absolutamente a nadie lo nuestro! - ¡Por mi vida que no lo haré! - Sólo una última pregunta. Dime la verdad. ¿Tuviste alguna vez alguna relación sentimental con "El Padrino"? - ¡Me ofendes, Juan! - Quiero saber la verdad. Sólo es para protegerte. - Absolutamente nada de nada. Sé que me miraba mucho de lo salido que estaba cuando me vio en la cancha de tenis pero no sólo no sabe quien soy sino que ni sabe cómo me llamo. Soy una total desconocida para él y toda su pandilla de maricas. Me cayó pésimamente mal cuando te llamó petardo. Me pareció solamente un imbécil diciendo tonterías. Parece mentira que con la cantidad de horas de juego que ha robado a otros muchos a los que impide jugar al tenis no sea capaz ni de jugar en las fases previas de algún importante torneo de Madrid. Con todo el tiempo que él lleva jugando tú ya serías un verdadero campeón. - Eso no me interesa. El tenis para mí sólo me sirve para pasar un poco de tiempo cuidando mi fisico. Jamás he pensado en dedicarme al tenis como profesión. Incluso a veces me tomo el tenis como puro cachondeo. Lo que me interesa es saber que toda esa pandilla está detrás de tu pista para chivarse a quien debe ser el asesino en serie. Mañana tengo que comenzar a trabajar con Atilano Eros Amazote para ver si cazamos algo. - ¡Jajajajaja! ¡Sinvergüenza! ¡Ya estás pensando en meterte en algún lío de faldas! - ¿Cuándo me has visto tú que yo haya hecho algo de eso? - Perdona... sólo era una broma... sé que jamás me has sido infiel ni lo serás jamás. - Por supuesto que dices la verdad. Si digo que vamos a ver si cazamos algo es porque estoy muy cerca de encontrar la solución de la conexión entre esos maricones y el asesino en serie. Aquí hasta debe haber asuntos de celos entre ellos mismos... porque si Fernando Morenosa Tachella y Giuseppe Garza Siboni están liados entre sí... resulta que las relaciones amorosas entre Fernando Morenosa Tachella y Alberto Torodo Tardón está poniendo nervioso a Luigi Michelángelo Rizzo Compensatore y a alguien más. Debe ser cierto que hay alguna conexión internacional porque si te das cuenta son originarios de Italia. - ¿Y ese otro alguien puede ser también orignario de Italia? - Eso es. ¡Tu precioso cerebro está funcionado muy bien! - ¿Qué estás pensando, Juan? - Intuiciones. Sólo intuiciones nada más. Pero es muy curioso que, además, haya otro mariquito más en este follón de mariquitas. - ¿A quién te refieres? - A José Luis Jaca Hernández-Marqués. - ¿Otro que también te ha intentado sacar información jugando al tenis contigo? - Efectivamente. Tu bello cerebrito sigue funcionando a tope. - ¿Y ese tal José Luis Jaca Hernández-Marqués también está trabajando en el edificio de la Policía de Madrid? - Eso es. Resulta que es el jefe de los electricistas que se pasa la vida entre enchufes. - ¡La cantidad de enchufados que hay allí! - ¡Jajajajaja! Buen chiste pero no es un chiste. Alguien los enchufa a escondidas de Diego. - ¡Jajajajaja! - ¿Qué te hace gracia ahora? - Eso de que alguien los enchufa. - Y todo esto comenzó cuando yo empecé a acercarme a ti sin que ellos sepan quién eres... pero el astuto zorro quiere conocerte... - ¿El astuto zorro? - Sí. "The Crafty Fox" - ¿Cómo has dicho? - Que el asesino en serie es "The Crafty Fox"? - ¡Atiza! ¡Ahora si que me dejas admirada! ¿Cómo puedes deducir eso? - Porque nadie se ha fijado en que ese nombre lo ponía alguien que yo conozco muy bien, como firma en el catecismo Ripalda que usaba. Tendré que hablar a solas, antes de mi cita con Atilano, con el Jefe Superior Diego Castillejo Ríos, así que esta noche vamos a estar muy poco tiempo en la cama. - ¡Vaya! ¡Así que vas a madrugar! - Por supueto que voy a madrugar. A las 5 de la madrugada tengo que estar con Diego. - Pero... ¿vas a hacer que el Jefe Superior de la Policía de Madrid tenga que levantarse a las 4 de la madrugada para quedar contigo a las 5 sabiendo que apenas tiene tiempo de dormir a causa de su trabajo? - Eso es lo que voy a hacer. - ¿Es por esa manera de hacer tus trabajos por lo que dicen que estás loco? - ¿Tú que crees? - Que eres el chaval más inteligente y despierto que he conocido en mi vida. No puedes estar más lúcido porque si estuvieras más lúcido serías Dios. - Espera un momento, Ángeles... luego me das un beso en vez de un piropo y te lo aceptaré. - ¿Qué vas a hacer? - Hablar por teléfono con Diego Castillejo Ríos. - ¿Y le vas a despertar cuando ya debe estar durmiendo y además para decirle que tiene que levantarse a las 4 de la madrugada para quedar contigo a las 5? -Sí. Juan no dice nada más, se levanta, se acerca al teléfono que hay en el salón y marca el número del Jefe Superior de Policía de Madrid. - ¿Quién es? ¿No sabe que ya es la una de la madrugada? - No se me enfade ahora, Señor Jefe, pero soy Juan. - ¡Tenía que ser un loco como tú para despertarme a esta hora! - Sólo Dios sabe si estoy loco o no estoy loco... pero de momento quiero saber dónde guarda la Policía los catecismos Ripalda que se encuentran sobre los cuerpos de las víctimas. - ¿Y para decirme esa tontería me haces despertar de mi profundo sueño? - El tiempo dirá si es una tontería o no es una tontería. - Están guardados en un archivador del cual sólo yo tengo la llave. - Exacto. Me lo suponía. Por eso usted y yo nos vamos a citar en su despacho privado a las 5 de esta madrugada. - ¡No estás loco! ¡¡Estás totalmente loco!! - Si no nos vemos a solas en su despacho privado a las 5 de la madrugada para ojear esos catecismos aquí acaba mi intervención y que otro menos loco que yo resuelva el caso de este asesino en serie. - ¿Lo dices en serio? - Totalmente en serio. A mí también me gustaría estar ahora durmiendo plácidamene con una chavala en un hotel de Honolulú y sin embargo estoy dando vueltas y más vueltas a este asunto como deberían estar haciéndolo usted y todos sus hombres si fuesen de verdad profesionales y trabajasen para algo más que para ganarse sus suculentos sueldo. - ¿De verdad crees que es de vital importancia? - Si no fuese asi yo estaría ya en la cama durmiendo con mi angelita de la guarda. - ¡Jajajajaja! ¿Tú crees que es bonito llamar a todo un Jefe superior de Policía para contar un chiste de tan pésimo gusto? -El gusto es mío y no suyo, Jefe. - ¡Jajajajaja! Si te veo bromear tanto es porque vas en serio. - Completametne en serio. - Está bien. Tendré que poner el despertador a las 4 de la madrugada para llegar a tiempo... pero ahora... por caridad... déjame gozar de tres horas de sueño. - Si a las 5 no estamos juntos es la última vez que estamos juntos... - ¡Está bien1 ¡Está bien, Juan! ¡Nos vemos a las 5 de la madrugada en mi despacho! Juan cierra la comunicación y cuelga el teléfono. - ¿No me digas que le has convencido? - Yo no convenzo a nadie. Yo solo obligo a que se convenzan. - ¿Por qué a las 5 de la madrugada y no a cualquier hora del día? - Por los soplones, preciosa, por los soplones y los chivatos... - ¿Para que nadie os vea? - Eso es. Cuando los soplones y los chivatos no ven quiénes los usan están ciegos. - ¡Jajajajaja! Buen chiste. - No lo llames chiste. Llámalo refrán que es mucho más sabio. - Contesta a mi pregunta. ¿Es por eso por lo que dicen que estás loco? - ¡Claro! Lo que pasa que eso sólo lo dicen los que se creen los más guapos e interesantes de los hombres aunque sean hasta maricas. - ¿La envidia? - La envidia mató al gato... - No se dice la envidia mató al gato sino la curiosidad mató al gato. - Es que me gusta crear alternativas nuevas... - ¿Estás hablando en serio o en broma? - En serio. Me gusta crear alternativas sobre algunas frases conocidas para, sobre la marcha, irme dando cuenta... - Cuenta... ¿de qué?... - De que tengo solamente tres horas para poder dormir esta noche contigo. - Y pensar que todos creen que sólo somos amigos... - Ya lo dijo Aristóteles: "La amistad es un alma que habita en dos cuerpos y un corazón que habita en dos almas" - Pero eso se refiere solamente a la amistad. - Ya sabes que está muy de moda, entre las parejas que duermen juntos, decir que son simplemente amigos cuando salen en la tele... - ¡Jajajajaja! ¡Me gusta lo moderno que eres! - Puestos a decir mentiras también yo sé decir unas cuantas. Por ejemplo decir que tú y yo no estamos casados sino que solamente somos amigos lejanos. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Y qué haces con las demás? - Decir la verdad. Decir que sólo son conocidas pero que no sé de qué las conozco. - ¡¡Jajajajaja!! - Vamos ya a la cama. Juan toma en brazos a Ángeles y se encamina hacia la habitación. - ¡Los cafés, Juan, los cafés! ¡No nos hemos bebido los cafés! - Esos quedan para mañana. Esta noche no quiero dormir... - ¡Jajajajaja! Y yo que siempre he creído que los cafés servían para no dormirse. - Es que el mundo en que yo vivo es un mundo del revés. Yo sólo duermo cuando estoy aburrido. - ¡Jajajajaja!
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