guilas Negras -14- (Novela y Guin para Cine).
Publicado en Feb 27, 2013
- ¡Hola! ¿Tienen ustedes teléfono público?
- Sí. Eche una moneda de cinco pesetas y podrá hablar durante media hora. Juan se dirige hacia el teléfono del bar cafetería JJ, introduce la moneda y marca un número de teléfono que se sabe de memoria. - ¿Aló? - ¡Hola! ¿Está por ahí visible y disponible un bombón de ecuatoriana que sabe a fresa y chocolate y que es más dulce que una macedonia completa de frutas silvestres? - ¡¡Jajajajaja!! Lo de las frutas silvestres lo acepto pero...¿qué es eso de fresa y chocolate, chistosillo? - Oye, muñeca... ¡no cortes la comunicación que soy Juan, un loco de remate por tu culpa y por eso quise decir de chocolate y fresa y no de fresa y chocolate que es otra cosa diferente. Lo que sucede es que estoy totalmente loco por tu culpa o, en palabras más españolas, que estoy totalmente loco por ti! - ¿Sí? Pues en cuanto aparezcas te voy a convertir en natillas, sinvergüenza. - Sí. ¡Espera, espera! Yo soy el coco que te hace falta para que pienses bien. No me cortes por favor. - Pues en cuanto te eche el guante encima te convierto en natillas. ¿Te gustan las natillas, cerebro de chorlito? - Más que la miel a la boca de un asno. - ¡Bastante asno si que eres, por cierto! Te fuiste tan rápido esta madrugada que te olvidaste de darme el beso de la despedida... - Es que estabas tan dormida que no quise hacerte regresar del País de las Maravillas pero ya sabes que yo soy tu lobo. - ¿Y tú te crees que yo soy la tonta de la Cenicienta dejándose comer por el lobo? - Sí. Esto no. Quiero decir que sí. No te enfades conmigo que todavía no he llegado. - Entonces tendré que cantarte lo de échame a mí la culpa de lo que pase y cúbrete las espaldas con mi dolor... - Espera... espera... espera que termine yo cantando lo de que allá en el otro mundo en vez de infierno encuentres gloria y que una nube de tu memoria me borre a mi. - ¡Borrarte de mi memoria es lo que más deseo, gamberro! ¿De verdad quieres que te borre de mi memoria? - ¡De eso nada! Borra de tu memoria a todos los moscos y mosquitas muertas que quieras menos a mí y nada de reírse ahora aunque sea cosa de risa. - ¡¡Jajajajaja!! ¡Te estoy esperando con ansiedad de tenerte en mis brazos y en la boca volverte a besar! - Pero Ángeles... ¿qué te sucede hoy?... te estás olvidando que esa parte del guión me toca cantarlo a mí. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Dónde has estado metido desde que te fuiste esta madrugada? Debes saber que he preparado unas natillas que están para chuparte los dedos, sinvergüenza. - Sin vergüenza no, Princesa. Me da vergüenza contártelo... - ¿Con alguna pelandusca tal vez? - Con alguien peor, preciosa. - ¡No me digas que te has liado con una bruja piruja! - No me he liado absolutamente con nadie pero posiblemente sea un brujo... - ¿Quién? ¿Tú eres un brujo? - ¡Que no! ¡Que no me estás entendiendo nada! - Pues explícamelo para que me entere o te prometo que esta vez sí que te estampo los huevos en la cabeza. - ¡¡Jajajajaja!! Espera a que pase el peligro. Ahora es secreto del sumario, bombón. - ¿Tan grave es el asunto? - Más de lo que crees. Y hasta que no pase del todo el peligro estás en cuarentena. - ¿Tú crees de verdad que yo voy a soportar estar cuarenta días en casa sin poder salir a ninguna parte? - Escúchame bien, Ángeles. Estoy seguro de que podrás salir de casa muchísimo antes de cuarenta días. - Para tí... ¿cuánto es muchisimo? - Todo lo que tú vales en oro... y por eso no puedo perderte, tesoro... - ¿Ya estás otra vez con la poesía? - Nada de poesía, chavalilla... hemos estado hablando de la colilla. - Pero... ¿qué clase de investigación estás llevando a cabo hablando de la colilla? - Parece algo raro pero es natural. - Está bien, si tú lo dices... - Lo dice la vida, Princesa. - Por cierto... ¿cómo te va con el nuevo compañero de trabajo? - Muy bien. Es bastante inteligente. Sabe lo que hace. - ¿Me lo vas a presentar en alguna ocasión? - Deja que Dios lo decida, Ángeles. Deja que eso lo decida Dios. - ¿Como dicen los toreros? - Exacto. Como dicen los toreros cuando se enfrentan solos ante el peligro. - Ya sé a qué clase de toreros te refieres, Juan. - Tu lindo cerebrito ya está entrando en forma, preciosa. - Espero que Dios reparta suerte. - Se nota que sabes mucho de corridas, Ángeles. Eso es lo que dice un torero cuando se enfrentan solo ante el peligro. - ¿Algo así como Gary Cooper dirigido por Fred Zinneman? - Cuando afirmo que eres la Biblia del Cine digo una gran verdad porque en caso contrario estaría diciendo una gran mentira. - ¡¡Jajajajaja!! Yo también afirmo que tú eres un gran torero... - Uno más del escalafón, muñeca. Sólo uno más del escalafón. Preferiría mejor estar viendo los toros desde la barrera pero no me toca más remedio que estar solo ante el toro. - ¡Eres un torero de lujo, Juan! - Pues no voy a volver a casa hasta que salga la luna porque cuando salga la luna, cuando salga voy a verte, no te quiero ver a oscuras ni sin luz para quererte. - ¡Estás más pìrado que las piraguas de los záparos! ¡Te he dicho que te estoy esperando ya! - Que te repito que no voy a volver a casa hasta que salga la luna pero no me eches la culpa a mi sino al empedrado. - ¿De verdad no quieres venir ya mismo para estar conmigo, Juan? - No te pongas triste por favor. No es que no quiera sino que debes esperarme solamente un poco nada más. - ¡Te voy a colgar! ¡Pero te voy a colgar de una encina, bellaco! - ¿Pero si te estoy intentando explicar que comprendas que ahora es cuando te necesito más que nunca? - Entonces... ¿por qué no vienes ya? - Porque no soy de esos de los de aquí te pillo aquí te mato sino de los que prefieren un poco de rollo para estar en forma. - ¡¡Jajajajajaj!! ¿Pero tienes interés por mi o no tienes interés por mí? - Como dijo August von Kotzebue: "El interés es la rueda principal de la máquina del mundo". - ¡Eres toda una máquina citando frases, Juan! - Lo que estoy intentando decirte es que tienes tú que venir a por mí. - ¡No pienso salir de mi casa porque, por si no te has dado cuenta, está empezando a nevar! - Con nieves o sin nieves espero que vengas a por mí. - ¿Quién es Nieves? - La que está cayendo, Princesa. - ¡Estás majara del todo! ¡No pienso salir de casa ni aunque te esté comiendo las orejas un cerdo como le ocurrió al niño de "La familia de Pacual Duarte" del cerdo de Camilo José Cela! - ¡Vale, vale y vale! - ¿Qué es lo que vale tanto para decir tres veces vale? - ¡Que hablando de cerdos es cierto que ese cochinillo de Cela, del que dicen que es el mejor escritor de la prosa española, aunque la duda razonable es razonable en este caso, hasta va a recibir un día cualquiera el mismísimo Premio Nobel de Literatura! ¡Tiempo al tiempo, preciosa! Pero a todo cerdo siempre le llega su San Martín... - ¡¡Jajajajaja!! ¿Qué significa eso? - A cada cerdo le llega su San Martínn es un refrán que alude a que cada cual recibirá en su momento la compensación por los actos cometidos. - ¿Algo que ver con lo del asesino en serie? - Exacto. Tu cerebrito sigue en forma. Lo cazas al vuelo... - Pues que yo sepa el que lo vas a cazar eres tú porque yo es que no tengo ni ganas ni deseo alguno en pringarme con ese loco. - ¡¡Jajajajaja!! Habla en serio, Ángeles. Si alguien ha actuado incorrectamente, tarde o temprano le llegará el momento de pagar su culpa. - ¿Y qué culpa tengo yo? - Eres quien menos culpa tienes; pero los cerdos no se fijan en esas cosas... - Me estás metiendo miedo, Juan. - Tranquila chavalilla. ¿Qué sabes tú del cerdo de Cela? - Para que te enteres yo tengo una alta cultura. - Demuéstralo y te perdono. - ¡Que tú me perdonas a mi! ¿No serás al revés y el que te tiene que perdonar soy yo? - Adelante. ¿Qué sabes del cerdo de Cela? Si lo sabes nos vemos antes de lo que piensas. - Pues sé que Camilo José Cela ha nacido en Padrón, antiguamente llamada Iris Flavia, y para que te enteres de que yo sé algo de cerdos pues resulta que he conocido a muchos cerdos que abandonan a sus mujeres por sus secretarias cuando alcanzan la Gloria. A ese tal Camilo sólo le considero un cerdo nada más. Uno de los muchos cerdos que han sido premiados en la Literatura Universal. - En eso estoy totalmente de acuerdo, bombón. ¿Ves cómo sí nos entendemos tú y yo a la perfección y somos compatibles cien por cien? - ¡Pues yo necesito que seamos compatibles mil por mil! - Entonces vayamos al asunto. ¿Somos compatibles mil por mil si te digo que William Burroughs fue más cerdo todavía? - Dime quién era ese cerdo de William Burroughs y me convencerás del todo que somos compatibles mil por mil. - Nació en Chicago y como nació en Chicago era todo un cerdo completo cuando escribió "El almuerzo desnudo" quizás porque almorzaba mierda y mira que es una mierda de novela esa de "El almuerzo desnudo". En este caso viene a cuento lo de díme lo que comes y te diré quién eres. - ¡¡Jajajajaja!! ¡Tienes toda la razón, Juan! ¡¡Me has convencido!! ¡Soy toda tuya! - Espera... espera un momento... que todavía no te merezco del todo... porque resulta que tengo que convencerte por completo de que somos compatibles mil por mil. - ¿Qué me quieres contar más si ya me has convencido del todo? - Te cuento, por ejemplo, que no te olvides de James Joyce. - ¿Y ese quién es? - Era uno bastante cerdo por no decir cerdo del todo puesto que era un cerdo completo, desde la cabeza a los pies, cuando escribió "Trópico de Cáncer" y "Trópico de Capricornio"... ¿te gustan esa clase de cerdos sabiendo que tú eres precisamente de Cáncer y yo precisamente soy de Capricornio? - Detesto a esa clase de gentuza. - Yo no creo en las casualidades, Ángeles. - Por supuesto que yo tampoco, Juan. Sucede que en este mundo hay muchos cerdos que escriben con muy mala leche. - Y la mala leche es producto de la envidia, Princesa. - Totalmente de acuerdo. No me sigas hablando de esa clase de cerdos y cambiemos de tema, Juan... porque de envidiosos está la Literatura Universal tan llena que cuando le das un repaso parecen la Cloaca de la Antingua Roma de lo mal que huelen sus páginas. - Me has despertado el apetito, ecuatoriana. - Entonces... ¿vienes o no vienes ya para casa? - Te quiero decir que me has despertado el apetito de seguir oyendo tu dulce voz, Te cuento que se llamaba la Cloaca Máxima. Era una de las más antiguas redes de alcantarillado del mundo. Construida en la Antigua Roma con el fin de drenar los pantanos locales y eliminar los desperdicios de una de la ciudades más pobladas del mundo antiguo, llevaba un afluente hacia el río Tíber, el cual corría a la par de la ciudad. El nombre significa literalmente "La Alcantarilla Mayor". De acuerdo con la tradición, su construcción pudo haber iniciado alrededor del año 600 antes de Jesucristo por órdenes del rey de Roma Lucio Tarquino Prisco. - ¿Has dicho Rucio Porquino Risco? - No. Es que se está perdiendo la intensidad de voz del teléfono. Te he dicho que se llamaba Lucio Tarquino Prisco. - De acuerdo. Ya he entendido que se llamaba Rucio Porquino Risco. Sigue... - Está bien. Como quieras tú que se llame. A mí da igual si era Tarquino o era Porquino. Esta obra pública fue mayormente lograda gracias a la dirección de ingenieros etruscos y al trabajo semiforzoso de grandes cantidades de obreros provenientes de las clases más pobres de la ciudadanía romana. - Eso para que tu amiga Merceditas Cuenca Recuenca siga diciendo por ahí y proclamándolo a los cuatro vientos que en la Antigua Roma se vivía fetén y que no está bien que te hayas casado conmigo porque yo soy una bruja latinoamericana mientras ella es pura. -¡¡Jajajajaja!! ¡No le hagas ni puñetero caso! Lo de que es pura me hace reír. - ¡A mí también! ¡¡Jajajajaja!! -Entonces, olvidando a esa Merceditas, que no hay que confundirla ni con Mercedes ni con Merche que sí que están buenas del todo, voy a hacer la merced de continuar si me dejas. - Bien. Te admiro de que seas amigo de Mercedes y de Merche porque tienes muy buen gusto para con las chavalas y yo quiero a mi lado a un chaval que tiene muy vuen gusto para con las chavalas, pero supongo que no sientes nada por Merceditas Cuenca Recuenca... ¿verdadero o falso? - Pero ¿tú te crees que yo voy a cambiar a toda una macedonia de frutas silvestres como tú por unas raíces de paloluz como ella? - ¿Esa fue la que dijo que pobre de mí porque te tendría que soportar y estar esclavizada si me casaba contigo? - Eso dijo la muy ignorante... claro que engañada por Ángelines de San Pedro y de San Pablo y no sé de cuántos santos más y por "La Rompecamas"... y ya sabes lo que quiere decir rompecamas... - ¡¡Jajajajaja!! Las tengo olvidadas del todo, Juan. ¿Puedes continuar demostrándome que somos compatibles mil por mil tú y yo y no tú con ninguna de ellas? - Sigo demostrándolo con tu permiso pero no con el permiso de esas tres brujas a las cuales nunca les hago ni caso porque me despiertan menos interés que un ión negativo. - ¡¡Jajajajaja!! Sigue, por favor... - A pesar de ser descrita por Tito Livio como excavada en el subsuelo de la ciudad, otras fuentes, y el propio trazado del alcantarillado, indican que el sistema origianal se trataba de un canal a cielo abierto que recogía las aguas de los cursos naturales descendentes de las colinas, drenando también la planicie del Foro Romano. Así que ya puedes imaginarte el tufo y la peste que debían soltar. - ¡¡Jajajajaja!! De verdad que eres simpático, Juan. - Espera que todavía no he terminado del todo. - A ver si nos van a dar las uvas, Juan... - ¡¡Jajajajaja!! No te preocupes que cuando llegue el próximo Año Nuevo si no nos dan las uvas nos tomaremos doce aceitunas y Santas Pascuas tengan las tres. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Todavía te queda más conocimiento en tus neuronas? - Todavía tengo más conocimiento en mis neuronas. Escucha y pon toda la atención del mundo. - Toda la atención del mundo no puedo poner porque no todo el mundo me llama la atención. Solamente me fijo en los que son como tú. Los demás me son más indiferentes que los iones negativos como te sucede también a ti. - Está bien. Sin reínos más, Princesa. Este canal, que no es precisamente El Canal de Isabel II que está cerca de las pistas de Vallehermoso donde a más de uno tuve que demostrarle lo que soy capaz de aguantar... - ¡¡Jajajajaja!! ¡No te pierdas ahora con tus aventuras de atleta, Juan, y concéntrate en la Cloaca Máxima o Mínima o como quiera que se llame! - Entonces prosigo que quiere decir que sigo. Este canal, algunas veces excavado por debajo del nivel del suelo, fue cubierto progresivametne debido a las exigencias del espacio del centro de la ciduad. Posiblemente, ambas teorías sean correctas y, ciertamente, algunas de las partes más bajas la Clocaca Máxima, que se llamaba Máxima y no Mínima ni de otra manera... - ¡¡Jajajajaja!! ¿Todavía tienes más rollo? - Sí. Pon atención. Parecen haber sido construídas originalmente bajo el suelo. - ¿Quiénes, Juan? Perdona pero vuelvo a oírte con dificultad. - No es culpa tuya sino de este cacharro de teléfono. Voy a elevar la voz aunque crean todos los presentes que me he vuelto loco de verdad porque, claro está, que yo esté loco no se lo creen ni la Merceditas Cuenca Recuenca, ni la Angelines de San Pedro y de San Pablo y de no sé cuantos santos más, ni "La Rompecamas"... ni las tres juntas por supuesto... porque si fuesen las tres únicas mujeres que existieran en la Tierra me iba más rápido que el Expreso de lMedianoche, aprovechando la nocturnidad para perderlas de vista, al planeta de donde vino Supermán. - ¿Te refieres al planeta Kryptón? - Sí. ¡¡Lo más lejos posible o imposible de esas tres brujas pirujas y marujas!! Los hombres y las mujeres que se encuentran dentro del bar cafetería JJ se le quedan mirando. - ¡Perdonen ustedes pero es que estoy muy emocionado! ¿Me comprenden, verdad? El dueño del local, que es amigo de Juan y le conoce desde que era solamente un niño, le calma. - Tranquilo, Juan. Todos y todas los que estamos a tí te comprendemos perfectamente. Llevas razón cuando prefieres a toda una macedonia de frutas silvestres antes que a tres raíces de paloluz. ¡¡Jajajajaja!! - ¿Qué sucede, Juan? ¿A quién le has contado un chiste sin que yo me haya dado cuenta? - No te preocupes por nada, Ángeles... porque si Dios quiere dentro de muy poco estarás totalmente a salvo de cualquier peligro. A ese asesino en serie le paro yo los pies antes de que cante el gallo. - No estoy asustada. Creo en ti, Juan. - Entonces sigo... - Sigue... - La Cloaca Máxima se mantuvo en buen estado durante toda la época imperial. Por ejemplo, existen indicios de una inspección y trabajos de mantenimiento en la alzada de Agripa... - ¿Me estás diciendo que tienes gripe? ¡Ya decía yo que con este tiempo era una locura que te fueses de epsca? - ¿Gripe? ¡¡No!! ¡¡No tengo gripe!! ¡¡He dicho Agripa!! - ¡Que no! ¡¡Que yo no estoy agripada, Juan!! Todos los hombres y mujeres que están escuchando esta parte de la conversación vuelven a soltar una carcajada explosiva. - ¡¡¡Jajajajaja!!! - Pero... ¿a cuántas personas les están contando chistes, Juan? - Solamente a ti y nada más que a ti. Si los demás se ríen porque son buenos chistes o lloran porque son chistes pésimos a mí no me preocupa en aboluto porque no es mía la culpa de que estén escuchando. - Baja la voz, Juan. Sólo a mí me interesa lo que me estás contando. - Está bien. Eso fue en el año 33 antes de Jesucristo. - ¿Qué? - Que la alzada que ordenó construir Agripa fuen en ese año en concreto o eso dicen los historiadores que han investigado el caso. - ¿De verdad estás invesrtigando el caso del asesino en serie o te dedicas a pasártelo bomba a costa del dinero del Jefe Superior de la Policía de Madrid? - De verdad que estoy investigando el caso del asesino en serie pero permite que siga enrollándome contigo un poco más. - Permitido. - No me interrumpas ya antes de que termine. Los restos arqueológicos revelan intervenciones en épocas distintas, con diversos materiales y técnicas de construcción. Su funcionamiento continuó durtante mucho tiempo tras la caída del Imperio Romano. Desde la red pricnipal partían muchas otras ramas que es lo que está sucediendo con el caso del asesino en serie que estoy investigando. - ¡¡Jajajajaja!! - ¡No me interrumpas, por favor! - Pero sí eres tú solo el que te interrumpes. - ¡Ah! ¿Soy yo solo? - Sí. Eres tú solo el que estás dentro de mis pensamientos. - Gracias, bombón. Voy a ver si no me desconcentro otra vez. - Eso es lo que tienes que hacer. No te desconciertes. - En que tú también estás dentro de mis sentimientos. - Esta bien. Ahora no me hagas la pelota y sigue. - Desde la red principal partían muchas otras ramas, pero parece ser que eran tomas "oficiales" lo cual me hace pensar que en el asunto del asesino en serie... - ¡Que te olvides ahora del asesino en serie, Juan, y te concentres solamente en mí! - Está bien. Sigo con el rollo. Eran tomas "oficiales" que conducían los desperdicios desde baños públicos, retretes públicos y otros edificios de este tipo. Las residencias privadas de Roma, incluidas las más lujosas, debían conformarse con un pozo ciego y hay que estar muy ciego para no darse cuenta de que el asesino en serie... esto... perdona... iba a decir que el asesino en serio va ciego por la vida pero... sigo con el rollo... o un pozo ciego o algún otro arreglo similar. - Acaba ya pronto, Juan, que te estoy hechando mucho de menos... - Cuando nos veamos te explico eso que he dicho de que el asesino en serie va de ciego por la vida. - Que termines con tu rollo, por favor, que me está picando la curiosidad por saber como va a terminar el asunto. - El asunto del asesino en serie espero que termine pronto y bien. - Que te digo que me refiero al asunto ese de la Cloaca Máxima. - Acabo, preciosa. La Cloaca Máxima fue periódicamente supervisada a lo largo del Imperio, y algunos indicios señalan que quizás estuvo en funcionamiento hasta después de la caída del Imperio Romano de Occidente que no hay que confundirlo con el Imperio Romano de Oriente cosa que muchos confunden por falta de cordura... esto... por falta de cultura quiero decir... - ¡¡Jajajajaja!! - No te rias que es mejor. Verás cómo termina la cosa. - ¿Qué cosa? - La del asesino en serie. - ¿Puedo saber ya cómo termina la cosa de la dichosa cloaca? - Está guay. De verdad que está guay. - ¿Quién está guay? - Me refiero a ti. - ¡Que dejes de decirme piropos y a ver si terminas ya que tengo yo que decirte otra cosa a ti! - ¡Órdenes son órdenes y si quieres te explico lo de las Órdenes de Caballería! - Deja de hacer el tonto, Juan. - Bien. Sigo. En el año 33 antes de Jesucristo... - ¿Otra vez en el año 33 antes de Jesucristo? - Si. No me interrumpas, por favor, porque esto puede durar más que una Era de Glaciación completa. Ya veo que está nevando pero nevando a tope. - ¿Quieres hacer el favor de terminar ya que tengo que decirte algo? - Bueno... pero no te enfades demasiado conmigo... - Si no terminas te cuelgo. - La Cloaca Máxima había sido inspeccionada y drenada por orden de Marco Vespasiano Agripa. - ¿Es que te están esperando con una Vespa del año? - ¡He dicho Vespasiano y no Vespa del año, Ángeles! - ¡¡Jajajajaja!! ¡La próxima vez búscate un teléfono que esté en mejores condiciones! - Ya termino porque estoy deseando saber lo que me quieres decir. Los estudios arqueológicos han revelado evidencias procedentes de distintas eras, que indican que los sistemas sanitarios recibían una atención periódica. En épocas más recientes, los pasajes aún existentes se han conectado a la moderna red de alcantarillado de Roma, principalmente para enfrentarse a la corriente contraria del río. Se pensaba que la Cloaca Máxima era presidida por la diosa Cloacina. - ¡No! ¡No estoy en la cocina sino en el salón! - ¡No he dicho que estés en la cocina y ya sé que tu teléfono está en el salón! - ¡Había entendido que yo era como una diosa cuando estoy en la cocina! - ¡¡Jajajajaja!. ¡A mi me va a dar algo! - No subas la voz por favor. Si te da algo ya iré a darte los Primeros Auxilios. - ¿Un boca a boca tal vez? - Si vienes a casa, sí. - Espera. Esto es muy interesanrte. Se sabe que los ramones... quiero decir los romanos... habían arrojado cuerpos de fallecidos a las alcantarillas en lugar de enterrarlos propiamente en cifras variables, según de la fuente. - Pero... ¿Se sabe que tiene que ver De la Fuente con todo esto? - No. De la Fuente se dedica a otra clase de animales y no a asesinos en serio. - Habla en serio, por favor. - ¡Allá voy! Entre ellos el emperador Heliogábalo o San Sebastián. Esta última escena. - Si quieres cenar conmgio ven ya. - Que no digo nada de la cena sino de la escena. - No sé ni para que te escucho... - Pues me escuchas porque soy muy interesante cuando investigo... - Eso sí que es verdad. - Sigo. Esta última escena es incluso el tema de una obra de arte de Lodovico Carraci. - ¡Tú si que tienes cara! - ¡No he dicho Cara sino Carra! - Termina ya, Adán. - Si me lo pide una Eva como tú pues termino. - Acaba entonces. - ¡Escucha bien cómo remato! ¡Remato mejor que Don Universi Zambra "El Gitano"! - ¿Y quién es ese tipo? - Uno que conozco de las calles de por Lavapiés que dice que a todas las da una cosa que él sólo sabe. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Qué cosa es esa? - Supongo que café porque de lo demás es todo un pardillo completo. - ¿Don Universi Zambra es todo un pardillo completo? - Sí, Ángeles, Tan completo tan completo que se parece al gatopardo... porque se cree que todo el monte es orégano... y claro... confunde al gato casero que es él con el lince montés que soy yo... - ¡Eres todo un lince, Juan! - Alguna vez te lo voy a presentar y verás que se cree Mister Universo pero es más panzón que el bombo de Manolo. - Está bien. No me interesa conocer a ese tipo de gentes. - Pues yo tampoco. Paso del todo de Don Universi Zambra "El Gitano" de jipijapa y lo digo por su sombrero, porque el menda vive en Lavapiés, que no se los lava por cierto y por eso atufan tanto que tiran de espalda, pero es un emigrante de Manabí que te ví... o no te ví... - ¡¡Jajajajaja!! ¡Menudo corte le diste aquella noche! - Si. Se quedó más cortado que Cortadillo en su Rinconete. - ¡¡Jajajajaja!! Termina que tengo algo que decirte. - La salida de la Cloaca Máxima al río Tíber es todavía visible hoy desde las cercanías del Puente Rotto con el Puente Palatino. Y para que sepas todo lo bien que sé investigar te cuento un chisme. - ¿Un chisme a estas horas? - Sí. Un chisme a tiempo me sirve de entretiempo... que es lo mismo que decir que me entretengo, a veces, contandos chismes cuando investigo. ¿Te lo cuento on no te lo cuento, Princesa? - ¡Me encantan tus chismes! Cuéntamelo. - Hay una escalera de acceso que desciede visiblemente desde la Basílica Julia. - ¡Ay va! ¡Eso se lo cuento yo de inmediato a todas mis amigas! ¡Vaya que si lo cuento en la próxima reunión de chavalillas casadas! ¿Algo más? - No. Eso es todo. ¿Qué quieres decirme tú a mí? - ¡Que a mí no me mezcles en tus investigaciones sobre el asunto de ese asesino en serie que tiene atemorizado a todo Madrid! ¡Ven tú si quieres a por mí! - Si vienes a ayudarme... te regalo un helado de fresa, limón y menta. ¡Fresa, limón y menta! ¡Los tengo de fresa, limón y menta! - No te van a valer los chistes tontos ahora. ¡Ven tú a po mí y no me mezcles en tus asuntos profesionales! - Te regalo un helado como te prometí. Y sabes que contigo siempre cumplo con lo prometido. ¿O no fue cierto? - Fue totalmente cierto. Sólo dijiste si tú me dicen ven lo dejo todo y dejaste todo por mí. Está bien. A cambio de un helado cambio mi decisión y ahora mismo voy a por ti y te vas a enterar de lo que vale un peine. - Lo que vale un peine me lo sé de memoria desde que conoczco a "El Padrino". ¡Jejeje!. Porque suiempre me lo encuentro por las calles de los descampados de junto al cementerio de San Isidro peinando su preciosa cabellera. ¡Hasta parece "cabello de ángel" de lo pringado que lo lleva con alguna brillantina como de mermelada! ¡Jejeje! Ahora bien, lo que vale un peine depende de si es de caparazón de tortuga como sucede con algunos del Cuerpo de la Policía de Madrid o si es de caparazón de carey como sucede con los demás, - ¡Caramba! ¿También sabes la diferencia entre tortuga y carey? - Sí. Una tortuga normal es un reptil de cuerpo protegido por un caparazón, pero suele ser de los reptiles que se arrastran bien arrastrados... ¿me vas cogiendo la onda? - Totalmente de acuerdo, Juan. ¿Y qué pasa con los de carey? - Que un carey es una tortuga marina de los mares cálidos como en los que te has bañado tú siendo niña. - ¿Me estás llamando tortuga? - No. Te estoy llamando cálida... por el dulce sonido de tu voz y por todo lo demás de tu cuerpo serrano. - ¡¡Jajajajaja!! Si sigues así no voy a poder llegar a tiempo donde estás tú y quizás llegue demasiado tarde y ya no me estés esperando! - Si me he levantado a las cuatro de la madrugada para esperar durante media hora a Diego... pues con toda la lógica del mundo yo puedo esperarte a ti no solo media hora sino medio siglo si es necesario. - Estoy dudando si ir o no ir contigo... - Sobre eso... ¿te cuento un chiste?... - Cuéntamelo sólo si es bueno. - Es buenísimo. Ya se lo conté a otras muchas antes que a tí. Rsulta que él le dice a ella: "¿Que te has ido con el otro? Lamento entonces decirte, aunque te duela, que no tengo más remedio que dejarte" - ¡¡Jajajajaja!! ¿Dónde lo has aprendido? - En una de mis tertulias de café mientras pienso en ti y solamente en ti. - Todavía me lo estoy pensando... Juan vuelve a introducir otra moneda de cinco pesetas antes de que se corte la comunicación... - No puedes dejarme ahora tirado como una colilla porque también recuerdo muy bien, pues tengo excelente memoria, lo que me ha sucedido en el pasado y no me va a suceder en el futuro. - Está bien. Me has convencido otra vez. Es cierto que muchas veces te han dejado tirado como a una colilla pero eso nunca lo he hecho yo y te juro que yo nunca te dejaría jamás de esa manera tan cruel. De verdad te lo digo. Pero te pido perdón no por mí sino por todas ellas. - No me pidas perdón por todas ellas. Ni tan siquiera me pidas perdón por una sola de ellas. Yo no puedo perdonar aunque lo quisiera. Yo no puedo perdonar porque sólo Dios puede hacerlo. Que sea Dios quien les perdone a todas ellas y ven tú ya para acá. - ¿Dónde estás? - Estoy en el bar cafetería JJ de la calle Juan Duque pero no voy a seguir aquí. Me voy a trasladar a la cafetería Tucumán por la Marqués de Urquijo, que es donde están los marqueses que tanto te desean. ¿Te desean o no te desean los rancios marqueses de abolengo y todas esas chorradas y chuminadas?. Pues eso. Eso es lo que digo yo de los rancios y secos marqueses de abolengo con capa, esclavina y sombrero. Así que te espero fumando una pipa de tabaco. La compré precisamente en tu honor y es algo así como si fuera una pira de fuego sagrado donde te puedes consumir si te acercas demasiado a mi persona... porque, para que se enteren todos tus amigos rancios marqueses que tanto presumen diciendo chorradas y chuminadas mientras se emborrachan como maricas porque no tienen el valor suficiente más que el de su podrido dinero que, por mí, se lo pueden meter en donde más les quepa. - Pero... ¿qué estás diciendo? - Que todos esos marqueses de mierda no son más que pura mierda nada más. Que con mi pipa encendida no me parezco al guaperas del Capitán Dan que es todo un señor policía expertísimo y con enormes experiencias porque yo, con mi pipa encendida, sólo soy quizás un investigador tan feo como Rick Kirby y sólo soy un detective nada más. ¿No querías decirme algo? Adelante. Dime algo. - No era eso... - Pues entonces deja que siga yo diciéndote algo más a ti. ¡Te puedes ir cuando lo desees con todas tus ganas con alguno de esos rancios marqueses o con alguno de esos guaperas policías que para mí sólo son materia de water! - Bien. ¿Sabes que él me iba a elegir a mí de entre las dos? - ¿Se puede saber de qué me estás hablando? ¿Quién es él y quién es la otra? ¡Para mi ni él ni la otra existen en cuestiones de amor porque ni soy marica ni soy cornudo ni lo he sido jamás! - No te preocupes ni por la otra ni por el otro. - ¿De verdad que te crees que estoy preocupado por ella y por él? Te vuelvo a repetir que para mí sólo son productos para limpiar la mierda del water. - Te estoy diciendo que para mí sólo existes tú en cuestiones de amor. - Espera. Espera. Entonces... ¿por qué te quejas tanto, pequeña? Yo sólo quiero asegurarme del todo que tú no te sientas nunca obligada por mi culpa ni aunque te hayas casado conmigo. ¿Por qué no le elegiste a él y así no tendrías que haber soportado mis tonterías y no te quejarías tanto de la vida que te doy? Por mí puedes irte con él cuando te de la real gana y no te sacrifiques por mí aunque estés casada conmigo porque yo no le pido jamás a nadie que se sacrifique por mí. ¿Por qué te casaste conmigo si podrías haberte casado con él y ahora estarías viviendo en un palacete de Barrio de Salamanca y no en una casa de la clase pobre de Madrid? ¿No dices que eres tan desgraciada conmigo? Estoy seguro de que él no te agobiaría tanto como te agobio yo y, además, seguro estoy de que es mucho más gracioso que yo... sobre todo cuando cuenta chistes en contra de los más necesitados y se burla de los que sufren de algún defecto físco o psíquico. Además es hasta más guaperas incluso que el Agente OO7 y no veas la cantidad de queridas y amantes que tiene. ¿Por qué me has elegido a mí si soy mucho más aburrido que él y no llego a ser nada más que algo así como el Inspector O'Jhal que maldita la gracia que tiene comparado con la gracia que tiene él cuando se mete contra los más desprotegidos y se burla de sus desgracias? Estoy seguro también de que él no te agobiaría demasiado porque es un verdadero machista, tan macho y tan machote que no le tiene miedo a nada. - Pero si te estoy diciendo que dónde estás es porque deseo ir a buscarte... - ¡No hace falta que vengas ya, porque, al fin y al cabo, me han dejado tantas veces plantado que una más, aunque seas tú, ya no me importa! Lo que no comprendo es que hayas elegido a un niño como yo que no fuma pero enciende su pipa cuando le da la real gana porque soy un malcriado y que, además, enciende cigarrillos continuamente para ir soltando volutas de humo en forma de interrogaciones! Así que deja ya de decir la tontería de que yo te he engañado a ti porque jamás te he engañado ¿Te has preguntado alguna vez en serio por qué hago yo esas cosas? Te lo voy a contar para que no te llames a engaño. Porque no soy tan machote como ellos que se tragan el humo para demostrar que tienen muchos pulmones por no decir otra cosa que termina también en ones y que la tienen entre las piernas pero no saben usarla ni medio bien ni nada de nada... y que tosen a todo pulmón para demostrar que son machotes con grandes riñones por no decir otra cosa que termina en ones y que la tienen entre las piernas aunque no saben ni donde la tienen de tan machos como son y que si miras sus fotografías en verdad que son bien machos pero bien machos con esos cuernos tan ramificados que todo el mundo los ve. Yo y los que son como yo no ocultamos nunca dinero negro para luego convertirlo en dinero blanco para gastar las enormes cuentas que les endosan sus muchas queridas y amadas amantes por cierto... aunque sus esposas estén muertas de hambre. ¿Te has enterado ya? - Lo que no sé es por qué me cuentas todo eso a mí. - ¡Para que no vayas diciendo por ahí que yo te he engañado! Si tanto crees que te he engañado ya sabes que yo nunca obligo absolutamente a nadie para que esté a mi lado así que, aunque estés casada conmigo no importa, me puedes dejar cuando te salga de las narices e irte con él o con cualquier otro cualquiera porque yo, precisamente, seré pobre pero no soy un cualquiera como él y los que son como él. - Pero...¿quién es çel? - No importa. Va a por ti y si tanto te agrada ves tú también a por él. ¡Tienes plena libertad de elección para seguir conmigo o en dejarme tirado como una colilla! ¿Te has enterado ya del todo? - Me enterado ya del todo. - Pues a ver si te enteras ya de una puñetera vez que yo no soy de los que ofrecen paraísos fiscales a sus queridas y a sus amantes mientras tienen a sus esposas con las patas quebradas y en casa como dice el refrán más machista que conozco. ¿No crees que tendrías una vida mucho más cómoda con un tiparraco así? Piénsatelo bien antes de seguir conmigo. ¿Sabes lo que te digo? Que quienes son tan guapos como él no tienen ni media hostia para los que somos tan feos como yo. Si crees que eres Blancanieves esperando a recibir el beso de amor de su Príncipe Encantador... te has equivocado de hombre... y como te has equivocado de hombre tienes todo el derecho de separarte de mí con divorcio que es menos divertido o sin divorcio que es mucho más divertido. ¿Será por eso por lo que dices que estás traumatizada por haberte casado conmigo? La solución es muy fácil y te la estoy poniendo en bandeja de plata. Como no deseo para nada que nadie sufra ni un solo minuto por estar casada conmigo no vengas a Tucumán y Santas Pascuas. He dicho todo lo que tenía que decir y ahora haz tú todo lo que tengas que hacer. Pero sólo tengo una última cosa que hacerte conocer. Que la honestidad es ser siempre lo que otros no son nunca. - ¡Estás más chiflado que una flauta dulce! - Si. Tengo una flauta dulce y tú bien lo sabes. Y menos mal que soy dulce tocando la flauta y no un pan ácimo como ellos tocando lo que no deben tocar salvo, claro está, el dinero que sea suficiente para engordar como cerdos... ¿me estás entendiendo?... - ¡¡Jajajajaja!! - Yo jamás pago... - Explícame esto último porque no lo he entendido bien. - Que yo no pago nunca ni tan siquiera por un beso en la cara. Prefiero que me bese la lluvia antes que una porque le he pagado dinero... ¿está bien explicado ya cómo soy aunque me toque comer poco? - Sí. Totalmente explicado. ¿Para qué quieres que vaya a la cafetería Tucumán? - Hace falta que me ayudes a desmontar todo este tinglado en que me he metido. - ¡Que no! ¡Que voy de inmediato a donde tú estás pero que no me metas en tus líos porque tus líos son los míos pero amo mucho a la vida. Escucha. Tu flauta dulce me encanta y jamás la cambiaría por el pan ácimo de todos ellos, aunque fuesen toneladas de pan las que me ofrecieran... pero de eso a meterme en el lío de ese asesino en serie hay un abismo. - Pues vivir conmigo es vivir siempre al borde del abismo... porque si sigues a mi lado debes saber que mis besos son solamente los tuyos pero mis líos también. Conocer el sabor de azúcar y miel de tus labios es lo único que conozco y estás muy bien pero si no lo deseas puedo intentar conocer, a partir de ahora mismo, a saber cómo saben los labios de otras aunque no estén tan buenas como tú. - ¡¡Oye!! ¡¡Sinvergüenza!! Pero Juan corta la llamada telefónica. - ¡¡Cuando te pille de cuelgo de una viga, gamberro!! Juan se arrepiente de haber colgado sin haberla dado la oportunidad de la respuesta, introduce otra moneda de cinco pesetas y recupera la comunicación. - ¿Aló? ¿Eres tú otra vez? - Tengo que decirte algo, Ángeles. El Inspector Dan es más guapo que el detective Rick Kirby y eso dicen la mayoría de las chavalas feas que a mí no me interesan absolutamente para nada pero hay otras, muy guapas por cierto y que sí me interesan demasiado, que dicen lo contrario. - Pero...¿se puede saber de qué me estás hablando ahora? - De la enorme diferencia que hay entre él y yo. Lo digo por lo de haber conocido solamente tus labios pero que puedo conocer los labios de otras si tú lo deseas. Escucha y no me interrumpas. - Pero... ¡si sólo estás hablando tú! - Tengo ya muy poco tiempo para hablar y necesito aprovecharlo. - ¡Y más poco tiempo te va a quedar para hablar en cuanto te pesque! - Pues... acabo de venir de pescar y no es que no haya pescado nada... - ¡No eres más sinvergüenza porque un ser más sinvergüenza que tú no puede existir! Voy a la cafetería Tucumán pero te cuelgo. - ¡Espera! ¡No me cuelgues todavía! Espera un momento nada más porque me moriría si te vas. Sólo quiero explicarte, para que veas que jamás te he engañado como andas diciendo por ahí, porque te lo ha comentado alguna de esas brujas que no me gustan ni para decirles hola, y que el Inspector Dan de la Patrula Volante... y qué buen automóvil maneja como si hubiese nacido para ser el As de la Fórmula 1... es un tipo tan genial, guaperas y tan gracioso, que si te lías con él tendrás amores para toda tu vida. Y digo amores porque serás una más de ellas... aunque eso sí... serás su favorita de entre todas las que se rinden a sus encantos. Mucho más favorita que su propia esposa. - Juan... hablando totalmente en serio... ¡eres el único chaval que me has ineresado, antes, ahora y después! Ninguno puede ocupar tu lugar en mi corazón y mi corazón sólo tiene lugar para un hombre. Ese hombre eres tú, simpático. ¿A qué hora me esperas en la cafetería Tucumán? - Si ya lo has decidido ven a la hora que mejor te convenga porque allí te esperaré todo el tiempo que sea necesario. No tengo prisa así que no tienes que correr. - Pues ya salgo para allí en cuanto termine de arreglarme. Y Ángeles cuelga el teléfono.
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