El centro y sus aledaos (Cuento por entregas)-1
Publicado en Mar 01, 2013
I
La primavera de 1980 mi hija Sandra realizaba cada tarde el mismo camino para ir al conservatorio de la ciudad. Tras terminar su jornada de clases en el instituto de secundaria venía a casa, me hacía media hora de compañía (yo por aquel entonces ya estaba en silla de ruedas por motivo de la amputación de mis piernas en el accidente padecido meses atrás), luego cargaba con el violín y la cartera donde llevaba diversas partituras y salía a la calle. Cogía el autobús en la Avenida José Antonio (desde 1979 butizada como Avenida de la Libertad) y se bajaba en la parada de la calle Doctor Tiffón; se intrincaba en el vericueto de estrechas calles del barrio judío, salía a la plaza de la Catedral, bajaba los 58 escalones de su ala oeste y giraba ya hacia la calle Perdomo donde, en el número 16, se hallaba el conservatorio donde yo estudié piano entre 1953 y 1955. El conservatorio estaba en un gran y antiguo edificio, un palacete que con anterioridad había sido un centro para seminaristas. Sandra comenzaba sus clases a la siete de la tarde y las concluía a las nueve de la noche. En el camino de regreso la acompañaba su profesora Sonia Berckmann hasta la entrada al barrio judío. Allí se despedía pues Berckmann residía en una de las primeras calles del barrio: Nueva Shefarat. Mi hija, de dieciséis años, realizaba sola el resto de trayecto hasta casa, donde llegaba cerca de las diez menos cuarto. La noche del 4 de marzo no sucedió así.
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alejandro
Mumbr
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja