Por una sonrisa tuya
que la tristeza excluya
y una dulce mirada
pequeña ilusionada
el riesgo vale correr
si puedo hacerte estremecer.
Mas ¿que puede un corazón,
como volcan en erupción,
provocar en el amanecer
de tu aroma al florecer,
sino un instante fugaz
que se desvanece sin más?
Que dulce desliz
por hacerte feliz
aunque solo sea un segundo
si con ello fecundo
un latido emocionado
que en tí quede grabado.