Las mariposas son Celina
 
 
Nunca se supo cuando empezó lo de Celina, de irse de esta realidad, sin embargo no era
 
locura sino un pequeño abandono, aletargamiento como estar en un cuerpo y esperar
 
algo, pero nadie sabía qué. Los médicos y psiquiatras dictaminaros un autismo tardío,
 
que se manifestó recién a los trece años aunque ni ellos se creían este diagnóstico, pero
 
cosa de la ciencia ponerle nombre a todo, este les resulto el que mas se acercaba...Yen el
 
abandono empezó   a perseguir las mariposas del jardín y luego a dibujarlas, día  y
 
noche las dibujaba: en rojo amanecer, en celeste alas, en turquesa mar, en amarillos
 
otoñales….Las temperas salpicaban y contrastaban con sus pelirrojos cabellos pero ni
 
cuenta. Y así se pasaba   , encerrada y dibujando en su cuarto.
 
Un día salio de su guarida  a la calle, dijeron que estaba desnuda, yo creo que no,
 
porque estaba salpicada de pintura. De ahí la mandaron directo al psiquiátrico, su madre
 
lloraba, pero Celina nada y nada .En sus ojos había agua en donde todo se reflejaba. Su
 
madre la abrazo y le dio  un bolsito con ropa que le alcanzaría una vez por semana.
 
 Nunca hablaba  pero sus compañeros la querían,  sobre todo porque pintaba las paredes
 
borrando el frío  color del hospital y el olor a desinfectante
 
Y ahí directo a su habitación y pastillitas para no molestar, castigada por estar
 
pintando… pero seguía dibujando al menos el cuarto donde estaba lleno de mariposas y
 
de color, a manera de bandera.
 
- Pobrecita, tan  linda y tan loca- decían las enfermeras
 
 
 Los pacientes se miraron y sonrieron al escuchar esto. Y siguieron caminando por los
 
pasillos.
 
Para diciembre cerca de las seis de la mañana hora de las primeras pastillas se escucho
 
por los pasillos un “Celina se escapo, no está….”
 
 
Los médicos, las enfermeras y sus compañeros entraron al cuarto que no tenia mas a
 
Celina ni las mariposas que estaban en la pared, parecen  que a la noche se habían
 
escapado por el pequeño ventiluz de la habitación del hospital, cualquier cosa con alas
 
habría hecho lo mismo…
                                                      alejandrina bujalis