Según ha escrito Jaime Fernández Garrido, en su libro "Atrévete a vivir": "Charles Chaplin, no sólo interpretaba las películas, también era el director, el guionista, el productor, componía la música, y muchas cosas más. "El chico" (1921), "Luces en la ciudad" (1923) y "Tiempos modernos" (1936) fueron algunos de sus films más famosos. El conocido "Charlot" era un defensor del cine mudo. Decía que el cine moderno destruía la belleza del silencio". 
 
 
Esta forma de pensar de "Charlot" es solamente relativa y no lo comparto en su totalidad porque el cine sonoro y en color ha dado ya muchas joyas de arte a la Historia de la Cinematografía munidal, aunque yo he sido el único autor de una película, muda  y  en blanco y negro, titulada "El Señor del Barrio" y el único autor de una serie televisiva (esta vez en color) titulada "Aventuras de Gilberto Gil".
 
Mi Diario habla: La película muda y en blanco y negro, cuyo autor sólo soy yo pero gracias a la inspiración de mi chavalilla (con la que estoy casado desde 1984) que se titula "El Señor del Barrio" la guionicé en Quito (en la segunda parte de la última década del Siglo XX, alrededor de 1995, 1996 o 1997, gracias a lo que aprendí en el Taller para Guionistas que dirigió el argentino Fabián Iriarte en la Sala Kingman. Tuve que hacer dicho guión yo solo y sin ayuda de ningún otro colaborador salvo la inspiración de mi chavalilla y gracias al acompañamiento de Jesucristo. Dicha película no sigue la línea de ningún otro cineasta aunque se la puede encasillar en el estilo que utilizaba el cineasta francás Jacques Tati pero mejor; porque afirmo que toda la película está llena, desde su inicio hasta su final, de gags humorísticos que hacen reír al público o, por lo menos sonreír a los más serios, desde que empieza hasta que acaba.
 
De Jacques Tati, de quien vi alguna película y que quizás dejó en mi memoria determinadas formas de hacer películas de humor mudas pero añadiendo sonidos, puedo decir que se llamaba jacques Tatischeff, nacido en Le Pecq, Yvelines, 9 de octubre de 1987 y muerto en París, el 4 de noviembre de 1982. Tati es, sin lugar a dudas, uno de los grandes cómicos del séptimo arte, heredero directo de los maestros del mejor cine cómico mudo norteamericano y francés. Jacques Tati vuelve a las fuentes del viejo cine cómico y a la pureza del gag visual sin renunciar a un rico arsenal humorístico que extrae del mundo de los ruidos. Procedente del music-hall, había actuado en algunos filmes y producido varios cortometrajes, pero se impone con dos películas que dirige e interpreta y que marcan una fecha en la historia de la comicidad cinematográfica: Jour de fête (Día de fiesta, 1949), en la que vemos a un cartero en bicicleta intentando emular la velocidad de los americanos, y Les vacances de M. Hulot (Las vacaciones del Sr. Hulot, 1953), visión satírica del veraneo pequeñoburgués en una plácida localidad costera. La crítica del hombre moderno inserto en un avasallador mundo material lo conducirá luego de modo natural a la crítica de la moderna civilización urbana —urbanismo, funcionalismo, diseño, automatismo— en Mon oncle (Mi tío, 1958) y en el laboriosísimo Playtime (1968), donde recurre a gags visuales propios del cine mudo y a otros puramente acústicos, línea que prosigue en Trafic (1970). Así que mucho antes de llegar yo a Ecuador, siendo todavía un chaval soltero, había aprendido a realizar guiones de películas de cine de  humor mudo, en blanco y negro, con ruídos incluídos; de lo cual resulta que de Fabián Iriarte sólo aprendí a dividir el guión en escenas. 
 
En cuanto a la serie televisiva "Aventuras de Gilberto Gil" es otra producción mía, esta vez también muda pero en color y con algunos ruídos que realicé y guionicé por petición de Alvaro Correa, un actor ecuatoriano que no es el guionista de la serie porque el único guionista de "Aventuras de Gilberto Gil" soy yo, con la inestimable ayuda de mi chavalilla, la única esposa que tengo y he tenido siempre. "Aventuras de Gilberto Gil" la escribí después del año 2000. Y todo esto que escribo en mi Diario pongo a Dios por testigo de que es verdad, la única verdad aunque otros quieran decir lo contrario, y Jesucristo estaba presente. Así que, pienso ahora, que si alguien  tiene algo que reclamar que se lo reclame a Dios... que Jesucristo les hará conocer la verdad.