Si lees esto, he muerto Cap III
Publicado en Mar 06, 2013
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Cuando llegué al aeropuerto, había muchos militares, por lógica tuve que hacerme al loco, no quería despertar sospechas, ya que dentro del ese cuerpo de élite siempre hay uno que otro ‘readface’. Personas que pueden leer la micro expresiones del rostro en cuestión de segundos, ellos tiene la potestad de detenerte y meterte a la cárcel, ellos son los más peligrosos. Así que, presenté mi pasaje y entré a abordaje, luego de unos minutos ya estaba en el avión rumbo a Arequipa.
 Durante el vuelo iba  pensando como entraría a Camaná. Al bajar del avión, noté cierta actividad militar, ¿Me estarían buscando, me habrían descubierto? Pero mi instinto autodestructivo pudo más, fui hacia un soldado y le pregunté qué era lo que estaba pasando, y me contestó que habían sectarios que planeaban un atentando contra el aeropuerto, eso que entre me preocupó y me calmó. No me buscaban, podía seguir mi camino. Tomé un taxi y me fui al centro de la ciudad.
Busqué un hotel y me quedé en ese lugar, en la recepción me entregaron una clave para poder acceder al internet. Ya en el cuarto accedí a mi cuenta para comunicarme con mi operador, osea Oliver, le pedí los planos de la ciudad de Camaná, los guardé en mi celular. Ordené a Oliver que me reservara un pasaje en tren hacia esa ciudad, alisté lo que iba a necesitar, una cámara, mi carné de prensa fotográfica, una pequeña maleta y mi billetera.
 El tren me llevaría en 30 minutos, y para llegar exactamente a la ciudad, era una hora. Llegué sin novedad, busqué ese pueblo que estaba cerca a la playa, un pueblo que casi nadie conoce, solo los viejos. Al parecer McLain me había echado una mano. Entré a una la tienda a tomar gaseosa y conversé con el bodeguero, cuando vino una chica, muy guapa media blancona ojos verdes, que se me acercó y me preguntó por la cámara, le dije que era periodista y me hizo la conversa, me dijo que era guía turística, pidió una gaseosa y se paró a pagar su bebida, en eso puso un papel, yo me acerqué y lo leí, “McLain me envía, quien buscas, está cerca, te haré pasar por mi novio, así que finge que tienes algo conmigo, cuando regrese de pagar”.
 Ya estaba asustado, no sabía qué hacer, o irme u obedecer las órdenes, ella me miraba, esperando una respuesta, así que le tomé la mano, la besé y dejé que me llevara. En el camino, me decía que McLain la había mandado, y que me llevara con el contacto, que pase lo que pase, solo confíe en ella y que harían de pareja hasta que termine mi investigación. Estaba aterrado, ¿Y si era una agente doble? ¡Mierda, solo era cuestión de confiar! Llegamos a una casa de color verde, ella no dejaba de sonreírme y besarme, yo lógicamente le seguía el juego. Abrió la puerta y me hizo entrar, cerró la puerta, soltó mi mano y sacó un arma y me apuntó a la cabeza, ¡Qué buscas!
-  Vengo a hablar con Juan José de la Torre, pensé que eras el contacto -decía aterrado, y con las manos arriba.
-  !Claro que lo soy, limeño, McLain me escribió!
- Bien… ¿Conoces al viejo De la Torre?
-Obvio, es mi abuelo, le comenté tu caso y quiere hablar, como has de saber, esta conversación y la que tendrás nunca existió. Ahora, ven, él siempre para leyendo en el patio, deja aquí tus celulares y demás aparatos, todo lo que escucharás se quedará grabado en tu mente, tú eliges.
Entré al patio, era grande, lleno de flores y arbustos que adornaban el camino de pasto, el cantar de las aves y el viento que soplaba me hizo relajarme. A lo lejos una silueta de un hombre de 70 años aproximadamente que regaba sus claveles, me acerqué lentamente y él de soslayo me  miraba.
-¿Qué es lo que buscas niño? Preguntaba De la Torre-
-Saber la verdad de lo que pasó en 1990 –Contesté-
-Sabes que esa información es peligrosa y te puede costar la vida.
-Lo sé, soy periodista.
-Bien ¿Qué quieres saber?
-¿Qué es lo que el Gobierno oculta? –Pregunté-
-Más bien, que no oculta.
-Hábleme sobre “El látigo”
-Veo que vas en serio
-Así es, siempre voy en serio.
-“El látigo” se formó a principios de 1986, durante el gobierno de Alan García, recuerdo esa noche. Nos reunimos un grupo de 30 senadores, diputados, ministros, congresistas y militares, todos de clase alta, cansado de ver como el narcotráfico y los comunistas destruían este país, fuimos a Palacio, despertamos al Presidente a la 1:00am, le plantemos hacer un grupo de élite, que estuviera al margen de la ley, un grupo que nunca existiría en los documentos. Nosotros seríamos los que invertiríamos en ese ejército privado, y dio resultado. La mayoría provenía del extranjero, equipados con la más alta tecnología bélica, logramos reducir el narcotráfico en unos años. Los comunistas, poco o nada podían hacer, sus principales cabecillas como Polay Campos fueron muertos y expuestos en parques y principales avenidas, Néstor Cerpa Cartolini, presenció la muerte de su familia, y Guzmán fue capturado en 1990. Pero cada vez “El látigo” iba cobrando más autonomía, y ya no podíamos hacer nada. Para 1989 el Presidente ordenó la desactivación de ese comando, pero ese año era su último mandato. El terrorismo bajó en un 82%. Y ese mismo día nos reunimos todos en Palacio, “El látigo” recibía órdenes solamente de nosotros, nos hacían llamar ‘los patrones’. Esa noche, quedó estipulado que a partir de 1990 ese comando sería desarticulado. Las arcas públicas estaban vacías, habíamos gastado casi todo lo que teníamos para acabar con el terrorismo y narcotráfico, y fue así.
Durante las elecciones de 1990, el Presidente, recibe la visita del Comandante Miroslava, -cabeza suprema “del látigo”- le dijo que tomara el poder, un autogolpe, para terminar con ese 18%, García se rehusó y eligió la vía democrática. ‘Los patrones’ estábamos de acuerdo, que la vida útil del “el látigo” había concluido, y que lo mejor para la estabilidad del país era darles de baja.
Pasaron tres meses y el país estaba en la peor de las crisis económicas, las elecciones las ganó Llosa, pero aun no juraba como Presidente. Lógicamente García sabía lo que se venía, cruzó la puerta de Palacio y le dijo a Miroslava: “Lo que vayan hacer, háganlo ya”. Estábamos solos, ‘Los Patrones’ discutimos entre nosotros, unos querían tomar el poder, los demás terminar con esta pesadilla. Los miembros del látigo se contaban por miles en todo el país, ya no podíamos mantenerlos, sin embargo pasó algo muy raro, crearon sus propias fuentes de ingresos, fue ahí donde la gente comenzó a apoyar a ese grupo paramilitar, ya que no solo estaban formados por sicarios, sino por intelectuales anticomunistas. Esa idea no le gustó al presidente virtual y ordenó a García que se deshiciera de ellos. Pero, García se lavó las manos.
-¿Qué buscaba Miroslava? –Pregunté
-Miroslava, y la cúpula del látigo buscaban una cosa, gobernar este país, ellos se habían endiosado y ahora estaban fuera de control.
-¿Qué pasó el 10 de Junio de 1990?
- Invítame un cigarro… Yo no soy el indicado para contestar esa pregunta… Hay alguien, búscalo, se llama Iván Bogdánov, él terminará de contar la historia.
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Foto del autor Alexander Esad
Textos Publicados: 3
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Descripción

Palabras Clave: Ciencia Ficcin Lima Per paralelismo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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