CAPITULO X: CONTRA MI HERMANO
Publicado en Mar 11, 2013
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-No quiero que Lacros muera abuelo…
-Eso está fuera de nuestras manos, Alejandrita.

“Lacros desenfundó lentamente su espada, dejando al descubierto el brillo gastado de su compañera de peleas desde que era un guardia real. Zagal, sin decir una palabra, sin mirar siquiera a Lacros, terminó de limpiar la espada y comenzó a bajar lentamente las escaleras. Cada paso hacía resonar su armadura de placas. La armadura blanca de la guardia real, brillante como si fuese nueva.
Lacros comenzó la danza, caminando en círculos alrededor de Zagal, como un lobo antes de enfrentarse a un enemigo. Zagal, aún con los ojos cerrados, sonriendo, no se movía. Lacros tomó posición de ataque desde la espalda de Zagal, pero este ni siquiera se movió.
-¿De verdad piensas que me puedes derrotar, Lacros?
-Debo derrotarte… ¿Por qué Zagal? éramos hermanos y tú la asesinaste. Juramos protegerla de todos los males y fuiste tú quien la hiciste derramar su sangre.
-Nunca lo entenderías Lacros – el tono de voz de Zagal era burlón, como si le hablara a un niño – pero si has llegado hasta acá no ha sido solo ¿verdad? ¿Qué se siente ser un títere toda la vida, Lacros?
-¿De qué hablas?
-Ania murió por que debía morir, su padre murió para construir un mundo mejor y no debía quedar marca de su sangre en la tierra…
-¿Y tu hijo? – lo interrumpió Lacros.
-¿De qué hablas?
Zagal abrió los ojos. Lacros aprovechó el momento para atacarlo rápidamente, pero Zagal  era demasiado rápido, demasiado fuerte. No solo detuvo la espada de Lacros, sino también la hizo pedazos de un golpe. Lacros cayó al piso, con las manos adoloridas y las palmas rotas. Zagal se agachó poniendo la rodilla en su pecho y lo tomó del cuello.
-Eres un inútil y siempre lo has sido Lacros, desde que éramos pequeños, jamás pudiste hacer algo sin que yo te ayudara. Pero Ania te eligió a ti como su guardia personal y yo solo fui uno más en la guardia real.
-Ella… - Lacros apenas podía respirar – Tu hijo…
-¡Explícate! – Zagal comenzaba a desesperarse. La ira comenzó a apoderarse de él.
-Ella tenía… a tu hijo… ella te… amaba… no a mí… a ti…
-¡Mientes! – Zagal le dio un fuerte golpe en la cara  – ella solo me utilizó, como me intentó utilizar mi padre, como a ti te utiliza Unojo. ¿Crees que no lo sé Lacros?, siempre lo he sabido. La farsa de la revolución, como Unojo traicionó a mi padre. Es guerra lo que querían, pues guerra les estoy dando.
Lacros se sentía confundido y mareado. El golpe y la falta de aire no le dejaban ganar fuerzas y las palabras de Zagal rebotaban dentro de él, enredando más aún todos los hechos que habían ocurrido en los últimos meses.
-¡Suéltalo! – Efrón entró por la puerta del salón del emperador.
Zagal lo miró y volvió a sonreír. Luego miró a Lacros, que casi perdía la conciencia por la falta de aire. Se levantó y tomó su espada. Lacros comenzó a toser sin poder recuperar el aire. Efrón atacó a Zagal pero éste detuvo todos sus ataques.
Efrón era un gran guerrero, rápido y fuerte, pero frente a Zagal era como si fuese solo un aprendiz. Zagal detenía todos sus golpes y lo hacía perder el equilibrio con pequeños empujones. Lacros logró ponerse de pie, con todo el mundo girando a su alrededor.
Zagal y Efrón se movían demasiado rápido por el salón del emperador. Lacros recogió su espada rota y se lanzó contra Zagal, pero éste lo detuvo sin mayor problema mientras empujaba a Efrón. Lacros seguía mareado. El golpe que le había dado Zagal había sido demasiado fuerte.
-Me cansé de esto – dijo Zagal.
Zagal le rompió el brazo a Lacros y lo empujó, dejándolo una vez más tendido en el piso. El grito de Lacros resonó en todo el salón. Cuando levantó la mirada, vio a Zagal tomando por el cuello a Efrón. Lacros no alcanzó si quiera a levantarse cuando Zagal atravesó su espada en el estómago de Efrón y la sacó por su costado, haciendo pedazos las costillas y la carne. Efrón murió antes de llegar al piso.
Zagal ahora se acercaba a Lacros. El dolor y el agotamiento le impedían levantarse. Zagal puso su pie sobre el brazo roto de Lacros, haciéndolo retorcerse de dolor.
-Ania… te amaba – dijo Lacros con la respiración entrecortada – ella tenía a tu… hijo… en su vientre.
Zagal no decía nada, solo miraba con ira a Lacros.
-Yo… debía protegerte…
-Unojo te engañó, hermano – Zagal giró el pie, haciendo pedazos los trozos de hueso en el brazo de Lacros – Así como también me engaño a mí. Unojo es un traidor, igual que mi padre.
Zagal levantó la espada por sobre el pecho de Lacros.
-Estaba… embarazada… era… tuyo
Lacros vio como una lágrima se asomaba en el ojo de Zagal. Luego, con un movimiento lento, Zagal bajó su espada atravesando el pecho de Lacros, sacó su espada rápidamente y limpió la sangre. Tres piratas entraron en ese momento al palacio.
-Quémenlo todo – Dijo Zagal.
Lacros sintió el calor de las llamas danzando a su alrededor. La sangre salía de su pecho y estaba rodeado por el infierno. Apenas podía abrir un ojo. Vio el cadáver de Efrón arder, totalmente envuelto en las llamas que consumían el palacio. No se podía mover.
-Ania – dijo en voz baja.
Cerró los ojos y sintió que alguien lo arrastraba. Abrió un ojo lo más que pudo y vio como el piso bajo él se movía. Luego, el cansancio lo derrotó de nuevo. De vez en cuando lograba abrir un ojo y veía pies a su alrededor, luego sintió el aire frio del exterior, una voz que lo llamaba, sombras a su alrededor que se abalanzaban sobre él y luego desaparecían; el pasto frío en su espalda, alguien que lo levantaba y la fría muerte entrando a su cuerpo. El cansancio y la falta de sangre le ganaron a sus fuerzas y al recuerdo de Ania, cerró los ojos y se dejó llevar. La última imagen que tuvo fue el palacio de Jade ardiendo, la ciudad más grande del imperio en ruinas y la bandera de Eris en una galera que aún atacaba pequeños barcos. Cerró los ojos.
FIN DEL PROLOGO…CONTINÚA “LA ESPADA DEL OESTE”.
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Foto del autor Cristian Medel
Textos Publicados: 10
Miembro desde: Mar 11, 2013
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Descripción

Dcimo capitulo de "LA ESPADA DEL OESTE"

Palabras Clave: Espada Lacros Zagal pico Fantasia

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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Jos Orero De Julin

Narras muy bien. Detallas muy bien los combates cuerpo a cuerpo y presentas ante el lector un suspense que va creciendo hasta que le das tu propia fórmula de solución. Argumentas sin contradicciones y mantienes la expectativa. Te aplaudo. Un saludo cordial.
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April 06, 2017
 

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