PERDNAME "Qu es obsesin o amor?
Publicado en Aug 19, 2009
CRÓNICAS PARÁNOICAS
TOMO 1 "OBSESIÓNES" "PERDONAME" CAPITULO 1 "LLUVIA DE PENSAMIENTOS" "Si los pensamientos fueran lluvia, esta sin duda no pararía, en ese caso todo se inundaría" Indiana era un paraíso de clima cambiante, no había día que fuera igual, su tiempo podía ser calido, húmedo, seco, frío y algo mas... Ese día comenzó a llover desde la madrugada a eso de las dos y no paro. en la tarde aquella torrencial lluvia me asía sentir melancólica y triste. Todo me lo recordaba a el. De alguna manera tenia la sensación de que sonaría el teléfono y entonces al tomar el auricular, solo escucharía su voz entrecortada y rasposa. El corazón me indicaba incansablemente que mi lugar era estar a su lado. Parecía algo imposible, que solo yo podía ser capaz de pedir. Deseaba cada mañana que todo fuera igual, que nada hubiera cambiado. Que esa mañana yo no hubiera... Hecho lo que hice; que el se alejara de mi, aunque eso parecía algo inevitable, simplemente sucedió lo que tenia que suceder y en ese preciso instante pensé "lo nuestro no tenia sentido, simplemente no podía ser". A la mañana siguiente como era de esperarse, continuo la lluvia del día anterior y con ella fluían esos recuerdos que quería borrar de cualquier forma, intentando opacar el dolor que despertaba en cada recuerdo guardado dentro de mi porque no había duda alguna, estos eran equivocados algo que no tenia sentido para mi. Intente distraerme por todos los medios, pero nada funcionaba, primero comí, limpie mi habitación, intente cantar, dibujar, trabajar en ese viejo diseño de la compañía, y sin embargo esos recuerdos seguían ahí removiendo el pasado doloroso que con tanto ahínco intentaba olvidar. Nada tenia sentido, ni había funcionado, en ese caso... ¿Que debía hacer? ¡Seguir recordándolo de esta forma, sin sentido! Ya no podía seguir de este modo, era doloroso, inevitable e incansable. No tenia paz esos recuerdos se encargaban de torturarme, no podía mas estaba aturdida y cansada de aquel sentimiento de melancolía y profunda tristeza que sentía en aquel corazón mío, que ya no era el mismo, porque había cambiado aquel día en que el me había entregado el suyo, en una acción que no tenia lugar, cuyo sentido era el amor, pero para mi representaba una terrible obsesión. Un amor que era imposible y un hecho que era peor. Pensé sentada en aquella vieja silla reclinable de mi sala, y entonces pase un largo tiempo recargada en ese reconfortable lugar, mire a la ventana en donde la lluvia golpeaba con furia el cristal de la misma, parecían lagrimas que caían del cielo, y que bien podrían ser las mías o las suyas. Seguí mirando a la nada y entonces aquella solución que busque por horas recorrió mi mente aturdida y fue cuando comprendí que solo había un camino y ese era buscarlo a el. No sabia si lo que planeaba realmente daría resultado, si el caminó que ya había elegido seria el correcto, no tenia modo de saber si este me llevara a su lado, o por el contrario me alejaría cada vez mas." Será que el destino no es otro, mas que vivir cada quien su propia vida, estar separados recorriendo cada uno su propio camino", pensé porque no podía dejar de hacerlo, y si en verdad eso era lo que tenia que pasar y a pesar de resistirme con todas mi fuerzas e ese hecho, entonces yo iba realmente por el camino correcto o simplemente tenia que dejar de insistir e interferir con ese destino que mas que probable, de ninguna forma podía ser intercambiado, entonces.... ¡¿Cuál era mi destino y el de el?. CAPITULO 2 "RECUERDOS" "los recuerdos son como la lluvia, caen de improviso golpean tu corazón y dejan fluir las lagrimas de su tormentoso dolor" Lo extrañaba realmente lo hacia, no tenia sentido distraerme, si por cada distracción pensaba en los momentos que había pasado con el. Era un hombre carismático, agradable y amoroso, compartíamos casi toso el día juntos, excepto por aquellos momentos en que nuestro trabajo nos separaba. Era mi mejor amigo, con el lo compartía todo, pero un día todo eso cambio y ese fue mi error. Lo quería tanto que en algún momento todo perdió su forma y adapto otra mucho más complicada, no era solo el amor entre hermanos y amigos, había algo más... El comenzó a comportarse de manera extraña, en cada momento del día me decía que me amaba, ya no como un hermano, amigo, si no como algo totalmente diferente, temo decirlo pero el ya no tenia ese cariño por mi al menos como hermana, ahora el me anhelaba y quería como mujer, "un amor que era imposible, que simplemente no debía ser". Era claro que era de ese modo, y sin embargo esas mismas palabras se instalaron en mi mente por varios días, las repetía incansablemente, intentando desesperadamente convencerme de que eran verdad. En efecto yo lo quería mas que a nada en el mundo, pero ese amor era el que una hermana le tiene a un hermano gemelo, que nació al par de el, que lo ama por ser eso un hermano de sangre. Pero el no pensaba de la misma forma que yo su cariño hacia mi se había desvirtuado, no era el mismo que el mío. El pensaba que yo debía estar con el, no como simples hermanos, si no como algo más. "esposos, amantes, y mucho mas..."eso no era posible, no podía ser era un pecado, una obsesión por algo imposible. El había cambiado, no le bastaba ese amor fraternal, quería obtener uno con mas intensidad, solo ese que pueden tener dos seres destinados a estar unidos, la pasión ardiente que nace entre un hombre y una mujer un amor que ninguno de los dos podía tener, éramos una mujer y un hombre y sin embargo era un derecho negado porque nos unida un lazo el mas fuerte de todo el de la sangre y solo existe una palabra definitiva para eso y esa era " hermanos" en efecto éramos eso y por esa simple palabra no podíamos llegar a ser mas, yo lo entendí con gran dificultad resignándome a ese hecho sin protestar, porque estaba segura que era mejor tener ese amor a ninguno, pero en cambio el no pensaba de la misma forma no había resignación en su mirada y mucho menos en sus acciones , no dejaría las cosas del modo en que estaban el quería algo mas de mi una cosa que mas que negarme a darle, no podía ofrecer yo lo quería tanto como el, pero me era imposible dar ese paso mas allá de la línea de lo correcto e incorrecto, si cruzaba estaría con el, pero entonces que pasaría si al cruzar lo perdía todo incluso la verdad de lo que esconde la palabra amor. Un solo recuerdo cruzo mi mente, parecía una película era tan nítido aquella memoria, que solo me deje llevar; me senté de nuevo en el pórtico de la casa, a Merced del viento tempestuoso y siendo objeto de las miradas acusadoras de la madre naturaleza y dejando de pensar en el momento comencé a recordar la primera vez en que lo vi. Cuando nacimos, lo primero que escuche fue su llanto que se volvía uno con el mío, en brazos de aquella mujer de tez blanca y cara sonrojada por el esfuerzo de su magnifica labor de vida, Dios había permitido que ella nos diera la existencia, que llegáramos a este mundo. Un lugar magnifico lleno de amor, comprensión y una infinita paz. Sus deditos tocaron los míos, se entrelazaron nuestras pequeñas manitas la una con la otra, desde ese momento supe que siempre lo amaría y que nunca me podría separar de el. Nuestros ojos eran del mismo color, grisáceos y platinos y los mechones de pelo rubio cubrían nuestra cabeza, ese cabello fino, que no era liso, al contrario era rizado. Nuestra madre nos agarro y abrazo con e se amor característico de las mamas, nos dio un tierno beso en la frente, con esos labios suaves y esponjosos. Yo la mire con mis ojitos brillantes y el me miro ami, después cerré los ojos dormí un poco y así de esa forma paso el tiempo cada día crecía junto a el, con el cuidado de mi madre y padre con ese amor que se volvía mas grande con el paso de cada minuto, con el roce de cada ráfaga de viento los sentimientos viajaban de mi hacia mi hermano en ese entonces eran puros y ninguno de ellos estaba equivocado, pero con el transcurso de este, en ese crecimiento de niños a adultos, todo cambio y en esa acción natural de la vida el estar juntos se hacia cada vez mas imposible, no por lo que dijera tanto la sociedad de amarse entre hermanos, si no porque yo dentro de mi sentía culpa, indignidad de lo que sentía en mi corazón y de aquellas cosas que seria capaz de hacer por conservar ese amor prohibido. Muy dentro de mi me pregunte una y otra vez ¿esta bien lo que hago?, ¿puedo amarlo como hombre siendo el mi hermano? ¿Lograra sobrevivir este amor?, ¿es amor o solo una burda obsesión lo que sentimos?, preguntas que tenían respuesta, pero que no eran las correctas. Yo lo amaba como a ningún otro hombre, pero a veces pensaba que ese amor se confundía con otra cosa, estaba mas que claro que el amor es muchas cosas, menos malo, pero el concepto de esta magnifica palabra era lo que estaba equivocado, que tal si yo era la que pensaba mal y si lo que sentíamos mi hermano y yo, no era amor verdadero, mas bien si no obsesión, era probable que esto fuera así simplemente porque yo no me sentía libre o feliz realmente estaba atada, aferrada a algo que simplemente no podía ser. Era cierto que no intentaba resistirme a esta obsesión declarada, pero a decir verdad la fuerza con la cual actuaba dentro de mí, era tan fuerte que apenas podía resistirme a ella sin caer de nuevo en la misma equivocación. A veces me sentía tan confundida de lo que sentía hacia el que todo perdía sentido, se rompían esas barreras de lo correcto y lo equivocado y entonces cruzaba esa pequeña línea divisoria. Fue por esa razón que un día de agosto como cualquier otro, pero que por esa decisión, que no solo rompería mi corazón, sino también el de el se volvería tan sombrío al igual que aquellas tormentas huracanadas, tornados de recuerdos reprochables y dolorosos relámpagos caerían, todo por un amor que no debía ser. En ese instante decidí pedirle a Alexander que nos viéramos en ese lugar, que solo era nuestro. Nos encontramos ahí esa tarde, lo mire con suma tristeza, le tome su burda y trabajada mano de hombre, lo atraje asía mi y le dije a mi hermano la mayor de las mentiras, la más cruel de todas. "¡TE ODIO! Alejandro, no puedo pensar en otra cosa más que en odiarte con todo mi corazón, compréndelo ¡Soy tu hermana, por dios!, no puedes pensar en mi como mujer y yo tampoco en ti como hombre, eso no cambiara jamás, ¡YO NO TE AMO!" Esa fue la última vez que vi a Alejandro, las palabras salieron de mi boca con furia y mis ojos tenían esa llama de odio y repulsión, incluso mi cuerpo se torno tenso, lo mire una última vez con esos ojos de falsedad y odio clavando esa mirada no solo en ellos también en su corazón. Por su parte el me devolvió esa mirada dulce, comprensiva, pero también con sorpresa en ellos, su boca quería dejar salir algunas palabras de reproche pero en cambio soltó mi mano delicadamente se dio la vuelta de forma fugaz y se desvaneció paso a paso a través del camino. Por supuesto que todo era más que una actuación, había salido tan perfecta que por segundos sentí cada palabra, pero el amor que sentía por Alejandro estaba ahí oculto muy dentro de mí y ninguna palabra o hecho cambiaria la verdad irrefutable "lo amaba sobre todas las cosas, no había más verdad que esta", lo que él no supo jamás es que en esa fachada de frialdad y odio, yo misma sufría un gran dolor, como había podido hacer tales cosas; la mirada, la tensión en el cuerpo, las palabras, las mentiras... Alexander era no solo mi hermano, al principio lo fue pero después la amistad se unió y al final solo quedo ese amor o más bien obsesión, lo que lo convirtió en mi único y verdadero amor. Melanie ese era mi nombre pero cargar con él era difícil, el peso era de maceado, para alguien como yo, además si tan solo hubiera tenido otro nombre y apellido, en estos momentos absolutamente todo sería diferente, el estaría aquí y yo por mi parte no tendría que salir en busca de él. Pero eso no es más que una ilusión provocada por el propio dolor, eso no pasaría por ningún motivo y yo seguiría siendo Melanie Peterson indiscutiblemente. Solo un dato más; lo quería tanto, como él me quería a mí y sin embargo a pesar de todo, esa afirmación era mentira, la verdad era otra y no podía ser más simple, dolorosa e inalcanzable "Eso en absoluto no era verdad, el me quería más, mucho más" El clima de nuevo jugaba conmigo, parecía cambiar constantemente como mi estado de ánimo, parecía el reflejo de mi alma adolorida. La lluvia de nuevo hacia su majestuosa aparición, comenzó de nuevo a caer gota a gota, mis lágrimas se confundían con el agua que caía por mis mejillas, a través de aquel pequeño agujero en el techo, junto aquella cornisa sucia del pórtico, en ese instante volví a la realidad del momento y el recuerdo poco a poco volvió a guardarse muy dentro de mí, intentando esconderse de mi sufrimiento, avergonzado de su complicidad con mi dolor, que mas que olvidado se mantenía rezagado. Me aparte de la mecedora en la que reposaba, me levante envuelta aun en esa vieja cobija de lana, camine tan solo unos pocos pasos y sin más simplemente me refugie en el interior de la casa. Inevitablemente volví a quedarme aislada en mis propios pensamientos, era cansado pensar todo el tiempo y sin embargo no podía evitarlo, al contrario si no podía apartarme del dolor entonces debía aceptarlo llevarlo conmigo no como una carga, más bien como recordatorio de la condición humana. Con ese pensamiento mire a través del pequeño cristal de la puerta, la lluvia caí a veces suave y otras tan duramente. Al mirar por primera vez en mucho tiempo sentí literalmente que la lluvia se llevaba esos recuerdos dolorosos, por instantes creí tener una verdadera paz y aunque no quería dejar ir esas memorias poco a poco se fueron arrancando de mi corazón y mente arrastrados por la corriente del agua liberadora que en ese momento fluía. Me aleje de la ventana calmadamente, camine aun con la cobija pegada a mi cuerpo, seguí el corredor de la pequeña casa de campo, no me detuve pero mire los muros en busca de algún retrato familiar y aunque no lo encontré esbocé una pequeña sonrisa y seguí mi camino. El pasillo llevaba a la cocina, pequeña pero acogedora; un comedor para cuatro personas de madera natural, una simple estufa de aluminio y junto a ella algunos anaqueles del mismo material, en estas guardaba algunas cosas; variedad de tés y café, azúcar, especias, productos enlatados, algunos utensilios y justamente lo que necesitara. El espacio era cuadrado con 2 ventanas una en cada lado, en una de ellas un pequeño almacén de madera, se encontraba justamente debajo de una de las ventanas. En esta guardaba; la leña para la chimenea, algunas herramientas y otras cosas. Y el resto consistía eran un pequeño refrigerador, algunos cuadros de decoración y nada más. Con lo que respecta al clima; era fresco con aroma a bosque, ese mismo que se colaba por la madera con la cual estaba construida la cabaña, era agradable estar ahí, desayunar por la mañana con una taza de té con algo de leche y en la noche disfrutar de algo de queso, pan y vino. En esos instantes en medio de lo que ya podría decirse la noche, me sentía más tranquila, podía entender cada vez mas que era lo que tenía que hacer, no es que no lo supiera, ya había tomado una decisión y a estas alturas no cambiaria de opinión tan fácilmente, tan solo necesitaba de tiempo para organizarme como debía, tener por lo menos un plan al cual atenerme y si fallaba en la misión de encontrar a Alejandro, aunque me doliera debía prepararme para aceptar las consecuencias de las decisiones que tomara, sin importar el camino que eligiera. CAPITULO TRES "DEBATE" "Elegir entre un camino es debatirse con uno mismo, indudablemente uno te llevara por el sendero correcto y el otro por el equivocado, la decisión radica en saber cual tomar"
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