“una voz misteriosa por los pasillos”

Hacía demasiado frio, tiritaba, la ventana estaba abierta, y se veían los árboles pequeños a lo lejos. Me cubrí con todas las capas de sábanas que tenía la cama, pero el frío lo sentía en la piel.
Gwen dormía, al igual que Charlie, ninguna se dio cuenta del frío de la habitación. El viento helado, que pareció provenir de la puerta, me despertó por completo.
Sin pensarlo dos veces me senté en la cama, y al sacarme las sábanas, sentí un escalofrío. No tardé más en levantarme por completo. Revisé si Charlie y Gwen dormían. Si, dormían como rocas. 
Mi camisón gris era más grande de lo que debería ser, por eso las mangas me sobraban. Supuestamente debería llegar justamente a las rodillas, pero el mío me llegaba por debajo de ellas. Supuse que sería un error tonto, por eso no me quejé en absoluto.
Dormí con el cabello suelto, como siempre, y al igual que todos los días, amanecía con el cabello revuelto, como una gigantesca maraña de cabello café. 
El suelo estaba frío al contacto con mis pies, recogí una sábana azul de mi cama, la usé para cubrirme de cabeza a los pies, moví la cabeza para observar si Gwen y Charlie dormían, efectivamente dormían, hasta roncaban. No pretendía despertarlas. 
Me escabullí rápida y sigilosamente hasta llegar a la puerta, giré el picaporte y lo único que vi fue oscuridad, el pasillo vacío, las puestas cerradas y las luces apagadas, salvo por unas pocas velas que emanaban poca luz en las áreas donde se encontraban las escaleras y los baños. No tenía aún en claro que era lo que buscaba, pero tuve la sensación de que algo estaba cerca. El pasillo oscuro no era lo que me daba miedo, pero lo que me alertó fue que, igual que unas noches anteriores, se volvió a escuchar la misma melodía, una simple melodía, el viento soplando, y unos ligeros susurros. Ya la había escuchado antes, pero no tan de cerca. De lejos, pero esta vez era diferente. La sentí demasiado cerca para ignorarla. 
Antes de siquiera pensarlo, caminé por el pasillo oscuro, siguiendo la música, lenta y bella. No podía detenerme, casi podía entender la letra, siempre que la oía era difícil de entender, eran susurros bajitos y lejanos. Era imposible saber que decía realmente. Pero creí escuchar un poco, algo entendible:
A song by far… I'm calling
Do not cry when you see me… Though I cry for you 
Bajé las escaleras, las música me guió hasta la cocina, luego atravesando los pasillos, hasta un área que no conocía, en una habitación desconocida, con un candelabro de cristal gigante, de ahí debería de haber salido la canción , entonces, desviando la vista a toda la habitación fría, incluso más fría que las demás, fue cuando la vi.