Witch Cap. 1
Publicado en Mar 15, 2013
Sentía el sueño todavía sobre mis ojos. Seguía soñando, no recibía la señal de que debía despertar de mi sueño de unas cinco horas (como máximo).
Era el primer intento de despertar de mi nueva cama de seda negra. Mi almohada parecía de telgopor, pero a pesar de eso, seguí durmiendo como un bebé. Las sabanas estaban en el suelo tendidas por cualquier parte. Era piso de madera blanca, con unas manchas de morado y negro que yo misma había agregado como decorado extra, igual que a la pared blanca y al techo negro que olía a recién pintado. Mi cama de una plaza era angosta pero larga, era suave y de seda, con mis colores favoritos, negro y morado. La pequeña ventana que tenía a un lado izquierdo de la cama reflectó una luz cálida y brillante, era de día, mejor dicho, era la mañana… Lo que mas odio, las mañanas, pensé. Me gustaban las mañanas, pero tibias, aquella empezó con una ráfaga de aire que entró de repente. Toqué el piso con mi pie descalzo y sentí una pequeña congelación en el dedo gordo. Cuando volvía a meterlo en mi cama para acurrucarme de nuevo, sentí que mi madre me miraba. Tenía razón, ella estaba en la puerta. Tenía mi cama frente a la puerta, a mi derecha estaba mi escritorio morado claro, con libros de brujería que nunca había practicado, unas libretas repletas de dibujos, varios bolígrafos sin tinta y lápices sin punta. Miré mi cabello negro en varios cuadros de la pared tras mió, y me di cuanta de que estaba completamente despeinada. Le sonreí a mi madre como una tonta, y me fui al baño. Al ver mi reflejo en el espejo, noté lo fea que estaba mi cabello esa mañana. Peiné mis largos mechones negros y delineé mis ojos celestes. Mis ojos se veían más grandes que nunca, deseé broncear mi piel de blanca nieves. Agarré mis libros del colegio, y me fui a desayunar. No era nada sorpresa que mi madre (Zoey Dixon), me hiciera un desayuno de cumpleaños especial. Cumplía unos 17 años, sabía que quería hablar de su plan… pero traté de evitarlo, así que la saludé y comí rápido, me iba caminando al colegio, era el primer día, de mis 17 años. Esperaba a que llegaran mis amigas, otras brujas. Anna Fox y Brooklyn Greene. Una pelirroja de ojos verdes y una rubia de ojos celestes. No me gustaría mencionar a la hadas que estaban vestidas de uniforme completo, pero no podía evitar mirar sus horribles uniformes, eran igual a los nuestros, solo que mas completos. Las cuatro hadas que estaban paradas nos miraron a mí, a Anna y a Brooke con odio. - miren chicas- dijo la mas envidiable y odiosa de las cuatro, “Lily Pierce”, el hada mas linda de todas, odiaba que fueran tan lindas- ¿olvidaron sus escobas en su casa?- dijo con un tono se bebé decepcionado. A continuación, hizo un gesto de llanto falso que hizo reír a sus aduladoras. - Sabes perfectamente que las brujas no usamos escobas… ¿Por qué no vas a volar con tus alas rosadas de nena con tus amigas?- les dijo Brook devolviéndoles su burla. - Si, ve a volar, a reírte a otra parte- Anna le reforzó la burla que habia lanzado Brook. - Jade, Dominic es tan lindo ¿verdad?- dijo evadiendo la burla de Brook y Anna- ¿aun lo recuerdas? - Si- dije. Dominic había sido mi anterior “novio”, pero por arte de magia, (rosada de nena y muy brillante) estuvo saliendo con Lily. ¿Como olvidarlo?, era un hechicero, rubio con ojos claros. - Si. ¿sabes que besa muy bien?-trató de hacerme sentir mal, pero no me sentía mal. Ya lo habia superado. Soltó una carcajada. Pero sabía como hacerla callar. - Si, claro. Unas quince veces por día. Pero es demasiado hablar, no quiero gastar mi voz contándote los hermosos regalos que me dio, todos esos paseos a todas partes. Cuando te enseñaba magia. Ahh. Que tierno. Adiós Lily- me agarré a Anna y a Brook, me fui de lo mas tranquila mientras Lily se quedaba quieta boquiabierta, luego mis amigas lanzaron risas al aire. Las había dejado impresionadas. Era mejor que escuchar como Anna y Brooke le soltaba insultos que ella ignoraba y mucho mejor que escuchar insultarme a mi. - ¿las hadas buenas? Eso es un mito. Por lo menos las de aquí- se burló Anna. Mientras estábamos entrando a clase. No era una escuela de magia, era una normal y corriente, solo te dejaban usar la magia en ed. Física o en el recreo. - Si. Pero alguna vez debió existir al menos un hada buena ¿no?- preguntó Zachary Butler, un amigo nuestro, era un brujo, tenia un cabello castaño claro y ojos negros. Usaba el uniforme de los chicos, osea, pantalón gris, remera blanca con el escudo de el colegio, campera de la promoción de hace unos años, y, aunque no fuera parte de el uniforme, unos converse blancos. - Estoy de acuerdo – se dio vuelta Chloe Mc Donald, con su aspecto normal, amigable, rubia con las puntas rosas, sus ojos grises se veían brillantes- debió existir alguna vez un hada buena. - no están defendiendo a Lily Pierce ¿verdad?- les preguntó Alexa Russel que estaba al lado nuestro. Con su actitud rebelde de siempre, mientras se peinaba el cabello dorado que le cubría los ojos, que eran celestes. - ¡¡¡Ni muerta defiendo a esa hada de las flores perfumadas!!!- dijo Chloe, con una vez de bebe al decir “flores perfumadas”. - Casi lo olvido… feliz doce de abril…- me dijo Zachary - ¿Gracias? - ¿hoy no cumples 17?- preguntó zachary. - ¡¡¡Si!!!, lo siento, casi me olvidaba eso- le respondí con una gran sonrisa, era lo único que podía hacer sin que resultara algo extraño o algo mal. - Bueno, pues feliz cumpleaños- dijo la profesora que entró en la conversación al entrar a la sala. Tenía su típico peinado, atado en un rodete encima de su cabellera canosa, que estaba teñida de rosa oscuro. - Lo lamentamos, no pretendíamos que escuchara. Solo hablábamos- dijo chloe a la profesora. - Lo entiendo- le respondió la profesora, apuntando sus pequeños ojos café en nuestra dirección- pero ahora cállense. Volvió a la pizarra y empezó a escribir lentamente con una letra tan prolija que parecía las cartas de las princesas en la televisión. Por supuesto, las hadas lo escribían igual y no se distraían, se callaban y lo hacían todo perfecto. Yo apenas lograba concentrarme cuando la profesora dictaba nuestros nombres para ver si estábamos todos presentes. Antes de eso, nos comunico de unos nuevos compañeros, eran tres o cuatro, pero no preste mucho interés en el asunto. Decía nuestros nombres en orden alfabético, por apellido. Después, tomó asistencia a los nuevos, los llamó: “Britt eddy” “Cortez Addison” y “Moore Mike”. Todos estaban presentes menos este último. Resultaba raro decir primero tu apellido y luego tu nombre, la profesora me llamaba: “Powell Jade”, pero era extraño escuchar mi nombre así. Estaba concentrándome cuando, un ruido en lo casilleros del pasillo atrajo nuestra atención. Alguien se estaba golpeando con ellos, y muy bruscamente. La profesora estaba saliendo por la puerta cuando, alguien abrió la puerta. Él era el que se estaba golpeando, pero alguien mayor lo estaba agarrando de la camisa. Era muy blanco, con ojos medios enchinados. Su cabello era totalmente negro y se notaba que habia sido golpeado. Tenía moretones y raspaduras, cortes y varios puños clavados en la cara, su brazo estaba rojo y arañado. Su camisa blanca estaba toda arrugada y su pantalón gris estaba sucio, al igual que su brazo izquierdo, que casi parecía pisoteado. Lo agarraba un hombre mayor con aspecto de boxeador, con una furiosa cara al chico, que parecía estar pasando mucha vergüenza. En el momento que lo miré a los ojos, el me miró ligeramente y suspiró. Lo miré quieta en mi silla. Apuesto que era el chico que no habia estado presente. Apartó la vista de mí para mirar al hombre que andaba gritándole a la profesora. - ¡este chico no quiso entrar porque no quería y quiero que ahora lo eduquen porque solo no puedo, y este chico no quiere entenderlo!- le gritó el hombre a la profesora. - Esta bien pero, ¿usted es el tutor de él? - Soy viktor, viktor moore. - Un placer, gracias, déjelo aquí y retírese ahora- le dijo la profesora. - Esta bien solo una cosa- se acercó a el y le dijo casi susurrándole- si no te comportas, recibirás mas castigos, ¿ok?- el asintió y se acercó a la profesora. El hombre se fue, ero no sin antes dedicar una mirada asesina a todos. La profesora lo tenía que cambiar a algún lugar, y yo rogaba que no fuera conmigo. Ese chico era muy guapo, pero era nuevo y no quería sentarme con el, por alguna razón. Pero en ves de eso, se paró frente a todos y nos dijo: - él es Mike Moore, su nuevo compañero- él nos miró a todos, se quedó viendo a Lily embobado, pero eso no se comparó con su mirada de unos pocos segundos que me había hecho cuando entró. Para mi suerte, la profesora no lo sentó conmigo, pero lo sentó algo cerca de mí, atrás mió. Sentía su mirada en mí, sentía su respiración en mi cuello. Estaba tan nerviosa que no supe que decir. Cuando estaba a punto de escribir y olvidarme del hecho de que estaba atrás mió un chico nuevo y lindo, escuché su voz encarámelada dirigirse a mí. - Hola. Soy mike.
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