1.1 Recuerdos.
Publicado en Mar 16, 2013
Han pasado ya casi tres días desde que desperté y hasta el momento no veo indicios de saber hacía dónde me dirigo. Sólo nos detenemos una o dos veces al día para comprar alimentos y aventármelos mientras estoy tirado en el suelo.
Mi herida del pecho sigue mal, pero nada que un par de vendas no puedan curar. Extraño a mi familia, mi madre, mi padre, mi hermana Sarah... Pero no puedo detenerme a pensar en ellos cuando puedo morir aquí. ¿Qué querrán de mi? Aquél día en la escuela, una balacera interrumpió mi clase de Filosofía. Por un momento pensé que era algo bueno, hasta que vi a dos compañeros muertos y a los demás horrorizados, temiendo por sus vidas. Y me encaré a ayudar a algunos de ellos a salir de la escuela. En cambio, recibí un balazo y ahora estoy secuestrado. O eso pienso yo. Los hombres que me llevan van vestidos de negro, con chalecos antibalas y armas perforadoras. Dan miedo, la verdad. No quiero preguntarles nada, sólo sigo esperando...
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Umberto Senegal
Tu breve relato tiene fuerza narrativa. Eres concreto y visual.Creo que tu oficio de narrar podría encontrar, por el camino de la microficción, minicuento o microrrelato, una vía que recorrerías con gusto,con destreza literaria. Lee minicuentos. Aventúrate por el género de la microficción. Encontrarás millares de ejemplos en Internet. Y suficiente teoría al respecto.
Tu sangriento microrrelato está lleno de sugerencias, de penumbras sobre cuanto le ocurrió al personaje lo cual es virtud del microrrelato.Te sugiero dar un paso adelante en la calidad literaria de tus lecturas. Introdúcete en Kafka, por ejemplo, en Borges, en Cortázar. Tantos y tantos que pueden servirte para alimentar tus capacidades narrativas. Me sorprendió gratamente tu relato.
Aunque no es de un cuentista sino de un escritor y periodista de tu país, Javier Valdéz Cárdenas, si decides hacer lectura de los textos de su obra llamada MALAYERBA, estoy seguro que te impactarán dichas crónicas del ámbito de los culiaches. Busca en internet algunos ejemplos del periodista de Sinaloa. Conmueven por sus dramas y por su estilo lapidario.Un buen ejemplo, además, para quienes como tú, comienzan a escribir, a buscar un estilo, una temática. Lasiguiente es una muestra de los textos de Malayerba:
NO DISPAREN
Javier Valdéz Cárdenas
Él estacionaba el carro. Vio a los niños de lejos. Se alegró. Las risas y los
gritos. Ese balón rodando. Los vecinos en las sillas y otros sentados al
borde de las banquetas. Unos tomaban café. Otros refresco. Unos
platicaban. Otros sólo observaban.
La calle inundada. El movimiento. Los ruidos y juegos. Todo eso lo
aliviaba. Le restaba peso. Borraba aunque sea un poco las arrugas de la
frente. Distendía los músculos, los pliegues en el entrecejo. […]Subieron
las armas a nivel del pecho y le apuntaron. Cortando cartucho se
acercaron más y más y más. Sin muecas ni palabras ni ademanes. Y
cuando los tuvo cerca, al fin, con los dedos en los gatillos, reaccionó.
Aquí no, por favor. No disparen. Hay niños, están mis hijos. Vámonos.
Llévenme.