guilas Negras -20- (Novela y Guin para Cine).
Publicado en Mar 21, 2013
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- ¿Qué tal, Juan?
 - Sobre pistas del asesino en serie no tengo nada más que intuiciones... y mis intuiciones no suelen fallar... pero he descubierto cosas muy interesantes que hasta pueden ser pistas verdaderas. ¿Tienes disponibles a tus mejores hombres de confianza?
- Todos mis hombres son de confianza. 
- Digamos que sí aunque permite que tenga mis dudas razonables. ¡Coge a todos los que tengas disponibles y envíalos a un bar de la Carretera de Aragón que se llama "La Plaga"! ¡Que entren allí, detengan a todos y todas que están bailando en el sótano y los metan en la cárcel hasta que se aclare todo sobre cada uno de ellos y sobre cada una de ellas! El que yo estoy buscando debe tener una relación íntima con algunos de ellos. 
- ¿Meter en la cárcel a todos y todas?
- A todos y todas que estén bailando rock and roll en el sótano del bar "La Plaga" y, escúchame bien Diego, no sueltes a nadie hasta que hayamos podido resolver este caso. No hagas ni caso a sus quejas. Tú eres la máxima autoridad policial de todo Madrid, así que no aceptes ninguna queja y no dejes salir a nadie de la cárcel. Ya te diré luego por qué. 
- Pero... ¿es que acaso no puedes confiar en todos mis hombres?
- De algunos no me puedo confiar... pero eso ahora no importa. Ve tú a la cabeza de todos tus hombres. Si hay suerte allí estarán todos "Los Larrys" y todos "Los Vikingos". ¡Mete a todos en la cárcel! ¡Absolutamente a todos!
- ¿Cómo sé quiénes son los culpables? ¿Qué pasa con la libertad de los que no tienen nada que ver en este asunto?
- En nombre de la libertad de la que tanto hablas debes proteger a las inocentes chavalillas que caen en sus manos. Tengo la intuición de que entre ellos hay algunos cabecillas que están, sin saberlo, al servicio del asesino en serie. Si eliminamos a todas esas pandillas barriobajeras eliminamos los crímenes que se están cometiendo. Una vez atrapados todos, el cabecilla principal caerá por su propia inercia y su propia desesperación. Cometerá el fallo que estoy esperando...
- ¿Tú crees que el asesino en serie está entre ellos?
- Posiblemente sí...
- Los policías no podemos actuar sólo por posibilidades sino por hechos concretos. 
- Por desgracia, los policías sólo actuáis cuando los hechos están probados... y eso es lo que tanto perjudica a la sociedad madrileña. Si actuáseis movidos por las posibilidades no habrían tantas personas asesinadas. Pero como sólo actuáis cuando matan a alguien... ¿qué lográis los policías? Dime quién devuelve la vida ya a las víctimas por culpa de no haber actuado antes de que las asesinen. 
 
Los dos se quedan en silencio, mientras Juan tiene otra intuición...
 
- Diego... ¿puedes sacar otra vez las fotografías para verlas más detenidamente?
- Eso esta hecho. 
- Colócalas, otra vez, por orden de sus fallecimientos. 
 
Diego Castillejo Ríos sacó, rápidamente, las once fotografías del primer cajón de su mesa metálica y las colocó por el orden que le había pedido Juan. 
 
- ¡Atiza! ¿Te has fijado en esto, Diego?
- Salvo que estan alternadas por el género femenino y el género masculino no me he fijado en nada más. 
- Lo digo por sus edades. ¿Te has fijado?
- Pues no. Sólo me he preocupado en saber las fechas de sus muertes. 
- Sí... pero mira... todas ellas son casi unas niñas... digamos que sólo son jovencitas adolescentes todavía... y todos ellos son muy adultos o casi viejos. ¿Qué quiere decir esto?
- Pues no lo sé. Quizás una coincidencia nada más. 
- No, Diego, nada de coincidencias. Ese asesino en serie odia a las chavalillas muy jóvenes y muy guapas y yo diría que tambien odia a los "viejos verdes". Es algo que he comentado esta misma noche con tu policía más destacado. 
- ¿Con Atilano Eros Amazote?
- Exacto. Y te confirmo a ti lo que le confirmé a él. Odia a sus fanáticas adolescentes y enamoradas seguidoras porque cree que son posesiones suyas y las mata antes de que otros las puedan poseer. Se cree amo y señor de todas las chavalillas muy guapas de Madrid. Y odia a los "viejos verdes" porque son sus más directos rivales para poseerlas. 
- Ahora que me lo dices y razono... ¡pues es verdad!... ¡Acabas de encontrar una buena pista!
- Eso espero que se confirme...
 
En esos momentos entra el teniente Nazario Soriano Buendía de la Iglesia. 
 
- ¡Jefe! ¡Hay una nueva víctima!
- ¡Vaya! ¡Pero si es el Gran Nazario! 
- Hola, Juan. ¿Qué sucede contigo?
- No... no te confundas otra vez, teniente... conmigo no sucede nada de lo que piensas, pesado... que eres más pesado que la estatua de "El Pensador" de Rodin. Yo no lloro por lo que pensáis los tipos duros como tú y quienes son como tú, sino por cosas más dolorosas y profundas, durísimo policía y gran conquistador de mujeres, ¿Tú crees que los asesinatos me hacen llorar a mí? A mí me hace llorar las muertes de los inocentes y las inocentes que es cosa muy distinta. Ver asesinar a un hombre no me hace llorar como tú te has creído porque no me conoces de nada. ¿Te has enterado ya, so enterado? Tú eres el más duro de los policías especiales... ¿y te equivocas en algo tan elemental y natural?. En el reparto de "El bueno, el feo y el malo" tús serías, seguramente, el feo... pero seguro que también el bueno... o también hasta el malo... porque eres capaz de querer e intentar llamar siempre la atención de todas las chavalas guapas... ¿o no?... ¿no es verdad que un tipo tan duro como tú, todo un teniente de policía especial que aspira a ser capitán, te crees el bueno, el feo y el malo al mismo tiempo para deslumbrar todavía más a las chavalas guapas?
- Acepto mi derrota, Juan... tú eres todo un capitán y yo sólo soy un teniente nada más. 
- No te preocupes por eso y no te sientas derrotado porque yo, muy pronto dejaré de ser capitán y tendrás la oportunidad de serlo tú. Lo que te digo es que llorar es de hombres cuando se sabe llorar y no llorar sólo es de pedruscos. 
- Está bien ya. Dejad de discutir los dos. 
- Resulta que yo no estoy discutiendo ni con Nazario ni con nadie, Diego... ya que sólo estoy exponiendo una verdad que algunos, como el teniente aquí presente, deberían haber aprendido antes de hablar sandeces sin conocimiento de causa. ¿No es necesario tener conocimiento de causa cuando se forma parte de los policías especiales?
- Eso es cierto, Juan.
- Pues ya que lo has admitido, Nazario, aunque sea un poco tarde para eso aquí se acaba el diálogo entre vosotros dos. ¿Qué ha sucedido?
- ¡Jefe, traigo la fotografía de la nueva víctima y, por lo que veo, debe ser la de un "viejo verde"!
 
Nazario sacó la fotografía de una carpeta de cuero, de color negra, y se la entregó al Jefe Superior de la Policía de Madrid, Don Diego Castillejo Ríos.

- ¡Mira, Juan! ¿Le conoces? 
- ¡Atiza! ¡Es "Perra Gorda"! ¡Este tipo no tiene compasión de nadie!
- ¿Alguna pista?
- Solamente que ha asesinado a Sisebuto Mínguez Mena y Rabadán, "Perra Gorda", y le ha colocado otro catecismo de Ripalda entre sus manos situadas sobre el pecho. 
- En efecto. No falla nunca. Le ha colocado un catecismo de Ripalda entres sus manos. ¿Qué significa todo esto?
- Nada. De momento no puedo decir nada. 
- No puedes decirme nada... ¿o no quieres decirme nada?
- Las dos cosas a la vez. Ahora sí que estoy seguro de que es totalmente importante que detengas a todos los que se encuentran bailando en el sótano de "La Plaga" y que lo hagas de manera urgente. ¿Puedo usar el teléfono?
- Desde luego que sí. 
- Prefiero que me dejéis a solas. Es una llamada de carácter muy personal y muy reservado. 
- ¿No te fías de nosotros?
- No, Gran Teniente Nazario, no me fío de vosotros ni de nadie. Vosotros id a cumplir con  vuestra obligación que para eso el pueblo os paga un suculento sueldo que os ganáis todos los meses. Yo trabajo por mucho menos de la mitad de lo que ganáis cada uno de vosotros por ser policías especiales. 
 
Una vez a solas, Juan descolgó el teléfono de la pared y marcó un número. 
 
- ¡Aló!
- ¡Cierra todas las puertas y ventanas y no salgas para nada! ¡No contestes a ninguna llamada de teléfono ni abras la puerta aunque sea un vecino o una vecina pidiéndote un poco de azúcar o queriendo contarte algún chisme! ¿Me has oído bien? 
- ¿Qué pasa? ¿Me estás gastando otras de tus graciosas bromas?
- ¡No es eso! ¡Nada de bromas graciosas! ¡Lo que pasa es que esto puede ser una pesadilla que está llegando a su fin! ¡Ha matado a "Perra Gorda" y tú sólo eres una chavalilla de 16 años de edad! ¡¡No!! ¡Quiero que estés encerrada porque no quiero que sepa nada de tu existencia! Acabo de despejar todas las incógnitas y esto ya no es una intuición mía sino una cruda realidad. Te doy mi palabra de honor de que lo voy a detener. Si ha matado a "Perra Gorda" la próxima víctima que tiene en mente será una chavalilla guapísima como tú y no quiero que seas ni tú ni nadie más. Confía en mí. En este asunto no tengas ninguna duda de que es la última vez que ha asesinado a un ser humano. Lo tengo ya atrapado y ahora voy a detenerle. 
- Está bien... haré otra vez lo que me pides... pero no tardes mucho en llegar a casa. 
- Tranquila. Nadie sabe la verdad de la relación que tienes conmigo y eso es lo que no quiero que él sepa. Si confías en mí no te va a suceder nada porque lo voy a atrapar y no hables para nada con el policía Atilano Eros Amazote. 
- ¿Atilano Eros Amazote? ¿Quién es ese policía?
- Eso es. No quiero que sepas quien es. No parece muy normal. Ya he aclarado todas mis pistas pero no pondré tu vida en peligro. Deja lo nuestro solamente como una cuestión muy privada. 
- ¡Ven pronto! 
- En cuanto el gallito cante de nuevo antes de que lo desplume...
-¡¡Jajajajaja!!
-Eso está mejor. Ríe pero no cuentes a nadie nada de lo nuestro. No salgas de tu habitación  privada. Como yo tengo llave no importa que estés algún tiempo solitaria hata que yo llegue. Ya me verás llegar, buenota, después de que el gallo vuelva a cantar y lo desplume del todo porque se cree el amo de todas las gallinas... sin darse cuenta de que las chavalillas como tú no sois precisamente gallinas de corral. Este tipo se cree que la vida de las mujeres se desarrolla en una granja... pero resulta que en la rebelión en la granja, que escribió George Orwell, al final se pone al descubierto quienes son los verdaderos cerdos. Lo digo porque esta clase de tipos no sólo son cobardes sino que andan pavoneándose por toda la ciudad dándoselas de muy guaperas. Los he conocido a espuertas que quiere decir a puñados o a mogollones. Pero este es sumamente peligroso porque se cree El Gran Pavo Real queriendo conquistar a las chavalillas guapísimas como tú para comérselas vivas porque estáis demasiado buenas y sois muy apetitosas. 
- ¿Es que no dejas de piropearme ni en un un momento tan crítico?
- No me critiques ahora y deja las bromas aparte. Sólo lo digo para que no te asustes. No son piropos sino que sólo suspiro pensando en ti y en ninguna otra salvo en ti... igual que me ha ocurrido durante toda mi vida. Eres la más bonita de todas pero ahora tengo que prender a un líder hasta quemarlo del todo... 
- Pero... ¿qué me estás diciendo ahora? 
- Puedo decirte muchas cosas más pero te voy a cortar. No creas que soy un malcriado sino que lo que pasa es que, como decimos los castizos de Madrid, hay moros en la costa. Tengo que tener cuidado con los chivatos y los soplones que siempre están a la escucha y por eso tengo que cortarte. 
- La que te voy a cortar, pero en pedazos, soy yo a ti ni no regresas pronto.
- Eso es lo que quieren algunos que yo conozco muy bien. Que me cortes en pedazos para que no quede ni tan siquiera un recuerdo de mi existencia. Que me elimines para dejarles el paso libre y ocupar ellos un lugar en tu corazón para, de esa manera, poderte conquistar una vez eliminado el que te ha conquistado... o siendo más exactos al que has conquistado desde que naciste. ¡Hasta luego, Rosa de los Vientos!
- ¡¡Jajajajaja!! ¿Rosa de los Vientos? ¿Quién es esa tal Rosa?
- Una que me viene ahora a la memoria pero que fue mejor que no se fijara en mí, porque la verdad es que yo no me había fijado en ella. Después te lo cuento. Yo, esta noche, tengo todavía que caminar mucho bajo las estrellas.
- ¿Quieres decir que la verdadera Rosa de los Vientos soy yo y que pensando en mí te guías por las noches mirando a las estrellas?
- Eso es. Pero no tienes todavía ni idea de lo que acabo de descubrir.
- Cuenta... cuenta... me encantan tus chismes...
- Es que ahora no me acuerdo muy bien... pero debe ser que desde que la rosa dejó de hacerle caso ya no supo que hacer con el clavel...
- ¡¡Jajajajaja!! ¿Ocurrió eso de verdad o sólo es un producto de tu imaginación?
- Ocurrió de verdad. Pero tengo que contarte algo más importante para que te tranquilices del todo. El azafrán es una planta herbácea que tiene flores violáceas y es que también hay rosas que son bastante violáceas... o sea... que alguno está dispuesto a violarte si no te andas con cuidado... por lo cual deduce que no eres la rosa de la que estoy hablando. Me refiero a alguna rosa que pudo ser violada por culpa de comisiones. Y es que en el mundo de las trabajadoras hay alguno que otro que usan comisiones para acercarse demasiado a ellas aunque estén casadas. En otras palabras, si una rosa se les pone a tiro, por lo de comisiones se las llevan al Retiro. ¿Me entiendes?
-  Nada de nada... pero que nada de nada... 
- Eso. No hagas caso nada de nada a quienes vienen ofreciendo comisiones a las obreras. Te lo voy a explicar mejor. Lo que quiero decir es que hay quienes ofrecen comisiones obreras a las que les gustan físicamente y se inspiran en ellas para ver si caen o no caen. ¿Te vas enterando ya de que va, en la mayoría de los casos, esto de las comisiones a las obreras?
- ¿Me estás hablando de comisiones obreras?
- Sí. Te estoy hablando para entretenerte un poco y que pierdas el miedo mientras te quedas refugiada en casa hasta que yo vuelva. 
- Escucha, gracioso. ¡A mí déjame de líos de rosas con claveles y de comisiones a las obreras para vaya Dios a saber qué asuntos! Me parecen tipos muy raros quienes hacen eso...
- Eso es lo raro del asunto de las comisiones obreras y eso es lo que te cuento para que no pienses mal de mí. Yo no soy de esa clase de chavales que buscan rosas para ofrecerles su clavel. Tampoco yo quiero saber nada de esa clase de vaya a saber Dios qué asuntos. Escucha el siguiente chiste: cuando la rosa se hartó y le dijo que no, él no supo qué hacer con el clavel. Y es que algunos tienen menos luces que un suburbio.
- ¡¡Jajajajaja!!
- No te rías que es verdad. Tienen tan pocas luces en su pensamiento, si es que su pensamiento vale para algo importante, que desconocen que las rosas se protegen con los espinos y como no tienen cuidado con lo que dicen y con lo que hacen pues en vez de coger a la rosa se clavan las espinas y hasta les pueden salir espinillas en la frente de lo infantiles que son a pesar de su mucha edad. Pero bueno... para consolarles está el macho Camacho y ya sabes a lo que me refiero. 
- ¡¡Jajajajaja!! No tengo ni idea de lo que me estás contando. 
- Que el macho Camacho les consuela de sus frustraciones en el lecho de sus dolores. Porque hay que tener en cuenta tambien lo de dolores y la pasionaria. Si te das cuenta, te estoy contando una historia que es un completo jardín de flores. 
- ¡¡Jajajajaja!! Pues sí que es todo un jardín de flores según me lo estás contando...
- Sí. Pero aunque Flores jugó en el Sevilla, son tan serios que no saben nada de fútbol. Ellos sólo hablan de pesetas porque son bastante peseteros... y en ese caso... no les importa que estén las rosas casadas con sus rosales o estén todavía solteritas y sin rosal. La verdad es que a mí todos esos rollos patateros de que Dios no existe cuando ellos adoran a tantos dioses como les beneficie politica, social y económicamente, pues no me han interesado nunca para nada. Paso del todo. ¿Te cuento algo de poesía para que no te preocupes por ellos? Por ejemplo... ¿sabes lo que es una elegía? ¡Elegía al mediodía! Mediodía está junto al Retiro. Uno te invita a desayunar sin preguntarte si estás casada o estás soltera pero la verdad es que te dice que eres su deseada. Y todavía puedo decirte algo mucho más elegíaco. Anota en tu cerebrito. Fernando la está molestando / esto es cosa de la rosa / ¡oh gran importante esposa / que otro está deseando!. Pasión, chavalilla, mucha pasión para componer una canción que sea la internacional. Me refiero a una canción que llegue a recorrer el mundo entero porque al parecer es canto obrero.
- ¡¡Jajajajaja!! ¿Por qué te enrollas tanto conmigo en estos momentos de apuro?
- Porque en este apuro a alguien le meten un puro.
- ¡¡Jajajajaja!!
- Pero... ¿sabes lo que significa?
- Me lo imagino...
- Pues no seas tan mal pensada porque lo que quiero decir es que en este asunto a alguien lo van a empapelar. Pero tú manténte tranquila y la mejor manera de mantenerse tranquila es riendo. Verás. No hay mejor moneda que la que se fabrica en la almoneda. Al azafrán lo llaman croco y no coco. Pero alguien está mal de la cabeza. ¿Te da miedo el coco?
- ¿Yo miedo del coco? Yo de lo que tengo miedo es de los que están mal del coco nada más.
- ¿Sabes quiénes son, en Madrid, los cocos?
- Yo creo que en Madrid no se cultivan cocos.
- Comisione obreras, chavalilla, recuerda que antes te dije que se ofrecen comisiones a las obreras. Así que une todo eso en un mismo lote y descubrirás que hay muchos cocos en Madrid. Alguno hasta tan aguado como si fuera un pájaro de mal agüero. Así que imagínate todo lo que hay por aquí.  
- ¡Válgame Dios!
- Eso también es lo que dice mi abuela pero por triplicado. Original y dos copias para que quede un buen recuerdo. Mi abuela dice "!Válgame Dios, válgame Dios y válgame Dios! ¡Aviados estamos, guacho!".
- ¡¡Jajajajaja!! 
- Es mejor reír que no tener que llorar siempre. 
- Como ya lo he entendido todo... ¿qué tengo que hacer ahora?
- Pues nada. Tú no hagas nada que ya voy yo para allá. En cuanto entre en la cárcel quien tiene que pasar el resto de su vida en ella me voy para seguir hablando contigo pero de manera presencial. Ya sabes que a veces se estudian los asuntos a distancia y a veces de manera presencial. 
- ¡¡Jajajajaja!! De momento te espera una buena pila de platos, tazas, cucharas, toda clase de cuchillos y otras cosas así...
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Ya he soportado tanto que ahora todo es diferente! Diferente de lo que dice la gente. 
- Es que quien quiera un premio tan especial como el que sueñas tú tiene que ganárselo antes y veo que eres el mejor en esto de las labores de distracción y las labores de concentracion. 
- ¡¡Jajajajaja!! Espero esta  noche concentrarme más que el tomate Bovril que me comía el coco de tanto aparecer concentrado en la tele. ¡Aquí hay mucho tomate Orlando! 
- ¿Qué dices ahora? ¿Cómo es eso?
- Que el tomate Bovril, pues la verdad sea dicha, no estaba tan bueno como el tomate Orlando que se está preparando por aquí. Claro que sólo es cosa de gustos y gustos hay para todos y cada uno tiene su propio gusto. Es un gusto poder hablar contigo. Pero lo que se está preparando esta noche es otra canción distinta... así que ve metiendo toda la vajilla en agua y disfruta mientras llego... 
- Pues será la primera vez que uso el nuevo lavavajillas... y escucha bien, Juan... de Martín Lutero no tengo ni idea salvo que me parece que se casó con una monja... aquella tipa me parece que se llamaba Katherina von Bora y, a lo mejor, pues tenìa algo que ver con Bora-Bora que no sé si pertenece a las islas Marianas o a las islas Carolinas, pero ya tendré tiempo de descubrir yo misma ese asunto. Estoy pensando en una Caty frustrada por culpa del Monstruo de las Galletas. ¿Me comprendes tú a mí? 
- Si. Yo conozco a otra Caty diferente a la que te refieres. La que tú dices está muy bien de la cabeza pero la que yo digo está más zumbada que Solomon; porque no sabe que Solomon es de Oceanía. 
- ¿Solomon en Oceanía? ¿Has dicho Solomon en Oceanía?
- Sí. Eso he dicho. Al parecer, la Caty a la que me refiero yo, y que no es nuestra amiga que está bien de la cabeza, es una que se creyó que era más sabia que Salomón. Debe ser que estaba un poco envidiosa de tu inteligencia, dejando a lado tu físico que está mejor de lo que ella cree, y te quiere superar en cuestiones de la Biblia. En fin... ¿qué sabes de Hilo?
- ¿Que estás pendiente de un hilo?
- No. Que digo yo que, siguiendo el hilo de nuestra conversación, ¿qué me dices de Caty?
. ¿De cuál de ellas? La que está contreras puede pasar y es muy buena gente... pero la que se cree que es perfecta pues no pasa...
- ¡¡Jajajajaja!! Siempre es cosa de tener buen gusto. 
- Lo cual demuestra que no todas las que están muy bien somos tontas y no todas las que están muy mal son listas. 
- Bueno... ¿quieres que te diga a dónde pertenecen Bora-Bora e Hilo?
- Creo que están en Hawai. 
- Bora Bora es un atolón en las Islas de la Sociedad, parte de la Polinesia Francesa, situado al noroeste de Tahití, a unos 260 kilómetros al noroeste de Papeete. Tiene una extensión de 29,3 kilómetros cuadrados y está formado por un volcán extinto rodeado por una laguna separada del mar por un arrecife. El punto más alto es el monte Otemanu, a 727 metros sobre el nivel del mar. En 2007 la población era de 8.880 habitantes. La isla está rodeada de motus, que son pequeños islotes alargados que suelen tener cierta anchura y vegetación. Uno de los motus más bellos y fotografiados de la Polinesia es el Motu Tapu, sobre todo las que tomaron antes de que un huracán se llevase parte de las lenguas de arena que tenía en sus extremos. Desde Bora Bora se pueden observar las cercanas islas de Tahaa, Raiatea y Maupiti. ¿Qué tal, Princesa?
- Perfecto. Me acabas de sacar de dudas. Eres un chaval muy culto digan lo que digan los demás.
- En cuanto a Hilo has acertado plenamente, porque está en Hawai como has dicho.
- Es que yo también soy una chavalilla muy culta digan lo que digan las demás.
- Hilo, pronunciado ji-lo, es una ciudad costera del estado estadounidense de Hawái. Es el mayor núcleo de población de la Isla Grande de Hawái. Según el censo del 2000, tenia una poblacion de 40.759 habitantes. Hilo es la sede del condado de Hawái, y está ubicada en el South Hilo District. La ciudad tiene vistas a la Bahía de Hilo, y está cerca de dos volcanes: Mauna Loa, que se encuentra activo, y Mauna Kea, en cuya cumbre nevada se encuentran varios observatorios. La ciudad es la sede de la Universidad de Hawái en Hilo, y la cuna del Festival del "Merry Monarch", una celebración de siete días del hula antiguo y moderno, que tiene lugar en la semana después de la Pascua. He procurado ser lo más resumido posible, Princesa
- Tú por lo menos eres un mogollón de entretenido.
- Eso me lo han dicho ya algunas de muy buen ver. 
- ¿Cuántas te han dicho eso?
- Ni muchas ni pocas sino todo lo contrario.
- ¡Eso es una contradicción, Juan!
- Pues no. No es una contradicción sino una confirmación de que han sido un número suficiente y yo, en cuestión de chavalas de muy buen ver, siempre he considerado que con lo suficiente me basta. 
- Bueno. Cambia de tema, Juan. ¿Tú crees que alguna vez podremos ir de vacaciones a las Islas Hawai?
- Si muchos lo han hecho ya... ¿por qué razón lógica  no podemos hacerlo nosotros algún día del cercano futuro?
- Eso pienso yo también. 
- No me digas que te ha entrado un antojo de ir a Hawai.
- Déjate ya de bromas y sigue con tu investigación. 
- Es que hay un tonto de remate que se cree que es muy inteligente cuando ni sabe lo que es rematar...
- ¿Te refieres otra vez al fútbol?
- No. 
- ¿Te estás refiriendo a ese loco asesino en serie que anda todavía suelto?
- Sí. No sabe rematar bien. Voy a ver si descubro el hilo y, tirando del hilo, como dice mi abuela, descubro todo el ovillo; porque, cuando se está bien despierto, las hormonas masculinas funcionan a tope y te das cuenta de que no tienes ninguna neurona averiada como les ocurre a ellos. O sea, para explicártelo mejor, que alguien actúa como un hombre lobo por las noches y, a la manera de "El Doctor Jeckyll y Míster Hyde", se convierte, a la luz de la luna, en un carnicero o algo parecido a un carnicero regalando flores, como todo un florentino, para hacerlas caer en su red. Y eso, para que se entere más de un carnicero florentino, es de ser demasiado primate en esta ciudad de Madrid. Estos primates carniceros florentinos son capaces de dejar ciegos, quemándoles los ojos, a sus inocentes víctimas para que canten mejor. Se creen más linces que los del Parque de Doñana, pero mira por dónde Doña Ana tampoco me interesaba y es lo que digo yo. ¿Sabes lo que es un antropoide de la familia de los antropoideos y, ademas un carnicero florentino regalando crisantemos azules para engañarlas?
- No.   
- Pues yo tengo cierta idea sobre ellos. O sea, chavalilla, que en realidad no forman parte de la gente humana porque... ¿son humanos de verdad? Cuando un carnicero florentino quema los ojos a un canario para que cante mejor... ¿es un verdadero ser humano o solamente una bestia antropoide?
- ¡¡Jajajajaja!! Pues no. Les falta mucha alma para ser verdaderos seres humanos. ¿Quién es Doña Ana?
- Ninguna interesante para mi.
- ¿Sabes que tú estás muy bueno de verdad cuando te pones a investigar? ¿También te han dicho eso algunas que están de muy buen ver?
- También... también... puede ser... quizás... tal vez... acaso... posiblemente sí...
- ¿Qué te sucede ahora?
- Afirmativo. Pero estoy pensando en eso de cortarle las dos orejas y el rabo... 
- ¿A quién te estás refiriendo ahora?
- No. Eso no te lo explico ahora. Lo que te cuento es que siento un poco de nostalgia por la ausencia de mi compañero de investigación. 
- ¿El policia tan especial que es el número diez y se llama Atilano Eros Amazote?
- Si. Y es que quiero felicitarle por sus éxistos con las rubias platino que le besan en la boca cuando él se lo suplica hasta de rodillas. He aprendido bastante esta  noche. 
- ¿Le besaste tú también a esa rubia peligrosa, sinvergüenza?
- ¡Que no! ¡Que no es eso! Me dio mucha vergüenza intentar engañarte por primera vez en mi vida y no lo hice. Tampoco tenía ni ganas ni deseo alguno en hacerlo. Así que le puse el triunfo en una bandeja de oro a él y se quedó satisfecho. La verdad es que yo sólo miraba, aunque muchas me miraban a mí...
- ¡Ay va! ¿Dónde has estado esta noche?
- En el pub que te conté. Se llama, efectivamente, Chery que significa Querido.  Parece ser que le quieren mucho alli.
- ¿Qué me estás queriendo decir? ¿Quién es ese querido?
- Por lo que pude descubrir, junto con Atilano, es el líder que estaba buscando.
- ¿Había demasiadas chavalillas allí?
- No. Más bien eran mayores de edad. Si la rubia platino estaba casada o estaba soltera no lo pude descubrir. Las chavalillas deben captarlas en otros lugares.
- ¿Dónde?
- Digamos que en algunas discotecas de la Zona Azul como, por ejemplo, "Toft" y "El 42". Sin olvidarnos de "Cerebro" y la que tienen dedicada a los Rollings Stones. Quizás también en "La Quinta del Sordo".
- ¿Se lo vas a contar a tu compañero Atilano para investigarlo bien?
- No. Se lo voy a contar directamente a Diego Castillejo Rios para que lo investiguen otros pero no yo. Yo ya lo tengo bien investigado.
- Qué bien te lo pasas con las rubias peligrosas.
- No es eso. A ver si te lo explico bien para que me comprendas. He ido a muchas discotecas sólo para ver el panorama. Cosas de mis investigaciones nada más.
- Necesito explicaciones más convincentes.
- Pues que me limitaba solamente a mirar para tomar nota... y apender la forma de bailar...  mientras investigaba esto de las menores de edad...
- ¿Es cierto eso?
- Sí. Sólo pensaba en ti mientras me dejaba ganar...
- Pero... ¿es que os rifaban las rubias peligrosas?
- Nos rifaban las rubias, las pelirrojas, las morenas y hasta las castañas... pero yo sólo pensaba en ti... y por eso siempre me dejaba ganar... a veces dejarse ganar supone vencer...
- Buena filosofía la tuya. ¿Dónde aprendiste a ser tan buen filósofo de la buena vida?
- La vida me enseñó a ser filósofo. Lo de la buena vida me lo he ganado a pulso y sufriendo derrotas tras derrotas... 
- Porque te dejabas ganar, tramposo.
- No eran trampas. Eran estrategias para seguir siendo sano. ¿Me comprendes? Si a eso lo llamas buena vida pues te doy la razón.
- Pero... ¿qué jaleos eran todo eso de tus estrategias?
- Saber nadar y guardar la ropa. En otras palabras, que no... que no me he mojado nunca antes de conocerte... En serio, Princesa, te lo estoy diciendo en serio...
- ¿Y por que no llamaste a la policía cuando viste tantas cosas malas?
- Porque para eso están los policías. Yo solo soy un investigador nada más. 
- Pero te han nombrado capitán.
- Pero ha sido ahora y por eso ahora actúo yo. Nunca me meto en camisa de once varas hasta que piden mis servicios.
- ¡¡Jajajajaja!! Me gusta tu manera y forma de ser. 
- ¿Y mi manera de actuar?
- Eso ya lo discutiremos tú y yo a solas. 
- Entonces, tú tranquila, Princesa... porque no me va a pillar el toro...
- ¡¡Jajajajaja!! ¡Si no vienes tú ya pronto a por mí voy yo a por ti!
- Deja de reirte tanto que esto va en serio. Yo no formo parte de los siete inocentes ni de los siete culpables por decir un número al azar. Y tampoco estoy en el limbo como algunos creen. Ya sabes que no soy un 10 sino un 8.
- Si. Ya sé que tu puesto natural cuando juegas al fútbol es el del número 8 y que cuando juegas al fútbol sala te conviertes en un líbero. Hasta en esto de los juegos has estado siempre haciéndolo como un liberado. 
- Eso es. Me gusta el número 8 y hasta conocí a una que también le gustaba. Jejeje. 
- ¡Oye, gamberro! ¿Quién era esa?
- Una que le gustaba el número 8 pero, claro está, había que darle un escarmiento a un tal Javier que se creía más bueno que San Javier. Y la del número 8 le dio el corte. 
- ¿De qué San Javier me estás hablando?
- De Javier San Javier San Martín de los Santos... que se creía que era tan bueno como tan guapo se creía... Total, Princesa, que he estado rodeado de guaperas por todos los lados menos por uno... ¡que era yo, jejeje!...
- Ya me aclararás mejor ese asunto en persona. ¿Necesitas que te ayude en lo que tienes que hacer ahora?
- ¡Para nada! ¡No salgas de casa para nada! 
- Entonces... al menos buscarás la ayuda de Atilano Eros Amazote...
- No había pensado en eso. Para terminar con este asunto me basto yo sólo. La ayuda de Atilano me es innecesaria en estos momentos. Ya te lo contaré. Ya te contaré por qué voy a hacerlo sin la ayuda de mi compañero de investigación. 
- ¿Es que ya no te sirve?
- Es que ya no necesito que me sirva. Y ahora te corto con perdón, Princesa, pero ha llegado la hora de actuar. 
 
Los dos cortaron la comunicación al mismo tiempo. Ángeles, siguiendo todas las indicaciones de Juan, cerró todas las puertas y ventanas y se refugió en su alcoba. No puso en funcionamiento ni la radio ni el televisor para no llamar la atención de nadie y se limitó a tumbarse en la cama y, encendiendo una lamparita de poca luz, comenzó a leer un libro. Su título era "Setamor". Y le gustaba leerlo tranquilamente para saborear todo el contenido de sus páginas. Resulta que lo había escrito Juan y se lo habia dedicado a ella.  
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y Guin literario para Cine al mismo tiempo.

Palabras Clave: Literatura Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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