No se sufre más que aquel resguardado en el silencio marginado a los triunfos opacados  sin prosperidad  ante un campo de batalla donde lo único que muere son las ánimas de continuar en la perseverancia arrastrando  pobreza percutiendo ignorancia emboscando solo las ganas de triunfar sin poder abatir a los afortunados en conocer más de lo que tus propios ojos perciben hasta la vejes incompetente de justificarle la razón de no haber conocido cada trasformación mundial donde por alguna razón es mejor ser un simple mortal esposado de secretos, dominado por los dueños (políticos, militares , jugadores de grandes cantidades monetarias y la religión) de este mundo perecedero. (Guinea Cante)