Por lo que he leído sobre el tema sé que la llamada Ruta Destroy o Ruta del Bakalao, como se le conoció más mediáticamente, fue heredera directa de la movida valenciana y consistió en el mayor movimiento clubbing de España, hecho por y para españoles fundamentalmente. Inició en ciertos aspectos el movimiento clubbing en el país, y tuvo consecuencias a largo plazo sobre la forma de ocio nocturno de los españoles. Consistía en una forma de ocio nocturno de miles de jóvenes españoles entre las discotecas del área metropolitana de Valencia, sobre todo en la carretera de El Saler (CV-500), de entre las cuales destacaron salas como Barraca, Spook Factory, Chocolate, Espiral, NOD, Puzzle y ACTV, cada fin de semana, y sin apenas descanso, durante los años 80 y la primera mitad de los 90.
 
Trajo la atención de los de la movida madrileña que, en pandillas, se trasladaban desde Madrid a dichos clubs valencianos. En cuanto a mí respecta, jamás he hecho la Ruta del Bakalao (ya se sabe que era prostitución, embriaguez y drogadicción "por un tubo") puesto que siempre me han atraído, nada más, las rutas culturales y gastronómicas como, por ejemplo, la Ruta de Don Quijote. Lo mío jamás fue la movida contracultural sino la movida cultural; jamás ha sido la movida underground sino la movida intelectual. O sea, que sé perfectamente lo que es la Ruta del Bakalao sin haberlo experimentado nunca; para demostrar a los "filósofos empíricos" que no hace falta la experiencia para conocer ciertos asuntos. Basta y sobra con la inteligencia para saber qué era todo aquello. Por eso, cuando en un vagón de metro de la ciudad de Madrid, apareció un medio joven medio viejo trastornado, pidiendo dinero y hablando del bakalao, empecé a recordar... y, por supuesto, seguí pensando en mi Princesa dejando pasar el tema de largo. No me interesaba, para nada, lo que cantaba aquel "bakalaísta" de la movida contracultural, underground y viciosa. Soy bohemio pero como Jesucristo manda...