Disquisiciones sobre la poética (Charlas con un amigo)
Publicado en Mar 22, 2013
Lo primero que debemos plantearnos para saber si un conjunto de poemas tiene calidad suficiente como para considerarlo de carácter extraordinario es descubrir tres apreciaciones muy destacables: si el conjunto es brillante en gran medida, si el autor tiene profundidad temática y carácter suficiente para expresar dicha profundidad general y, de manera paralela, si es capaz de componer con estilo propio y original. En cuanto tengamos resueltas positivamente estas tres apreciaciones de carácter personal podemos comenzar a interrogranos algunas cuestiones básicas y fundamentales.
Lo principal y sistemáticamente aconsejable es preguntarnos ¿qué es para ti la Poesía?, ¿por qué escribes Poesía? y, de manera concluyente, ¿a quiénes quieres llegar cuando escribes Poesía? Está claro y bien definido que la Poesía es una expresión artística que nace del interior del poeta o la poetisa, porque surge de los sentimiento mucho más que de los pensamientos. Así es como llegamos a determinar que la Poesía nace en el interior del poeta o la poetisa y sale hacia el exterior para penetrar en el lector o la lectora. De eso se deduce que, en primer lugar, un poeta o una poetisa escribe para exteriorizar sus sentimientos, para hacer conocer a alguien cuáles son dichos sentimientos sobre algún tema determinado y que dichos sentimientos los expresa mediante un lenguaje artístico (metalenguaje) que tiene que tener en cuenta la calidad del lenguaje y su belleza poética. Es importante saber si el poeta o la poetisa quiere dirigirse solamente a un pequeño grupo de lectores (lo cual te caracteriza como minimalista) o quiere llegar al gran público en general (lo cual te caracteriza como maximalista). Es totalmente lógico que cuando escribimos Poesía, como sucede con cualquier otro género literario, buscamos encontrar lectores y lectoras que estén interesados en leer lo que hemos escrito. En en caso particular de la Poesía esto se traduce en que deseen conocer cuáles son los sentimientos del poeta o la poetisa. En eso debemos ser consecuentes con el grupo de lectores y/o lectoras a quienes nos queremos dirigir. Es muy importante, llegados a este punto definitorio, saber la diferencia que existe entre Poesía y Prosa Lírica. Mucho se ha hablado siempre sobre estas diferencias pero hay quienes no saben o, mejor dicho, no desean saber que existen claras diferencias entre ambos géneros poéticos. Tanto la Poesía como la Prosa Lírica forman parte del contexto general que llamamos poético pero no son iguales ni tienen las mismas reglas. Una cosa es saber que todo contexto poético es liberador y, por consecuente, no tiene por qué someterse a reglas "cerradas" y otra cosa, bien diferente por cierto, es desconocer o querer desconocer que la Poesía tiene sus propios parámetros que la caracterizan como tal y que la diferencia de la citada Prosa Lírica que, por su lado, también tiene sus propios parámetros diferenciables de los demás géneros poéticos. Es de poetas y poetisas honestos y consecuentes saber estas diferencias porque al querer decir que da lo mismo no es que estén engañando a sus lectores y/o lectoras, sino que se están engañando a sí mismos y a sí mismas. En otras palabras, se están auto engañando para no reconocer que son incapaces de aceptar lo que tiene de idiosincrasia propia el contexto general de la Poesía y lo que tiene de idiosincrasia propia el contexto general de la Prosa Lírica. Confundir ambas cosas o querer demostrar que no son diferentes es desconocer cuestiones básicas y fundamentales de la poética en general. Una vez que un poeta o una poetisa sabe distinguir claramente estas diferencias entre lo que es Poesía y lo que es Prosa Lírica, no se dedica a enzarzarse en discusiones "bizantinas" con quienes no desean otra cosa sino discutir sin conocimeinto previo o sin conocimiento suficiente, y sabe cuándo está escribiendo en verso o cuando está escribiendo en prosa. Así que, partiendo de esa premisa cognoscitiva, puede estar ya en el camino de ser brillante en su expresión poética, porque conoce y demuestra conocer cuáles son los caminos que elige para comunicarse hacia los demás. Todo lo brillante siempre debe estar consensuado con el conocimiento. La profundidad del lenguaje poético es muy importante para ser un Gran Poeta o una Gran Poetisa pero tenemos que considerar también que se puede ser muy profundo o muy y profunda sin tener que rechazar a la sencillez en nuestras exposiciones poéticas. Es una función primordial de todo Gran Poeta o Gran Poetisa hacerse comprensible, al menos, en el grupo de lectores y lectoras que ha elegido para llegar a ellos y ellas. La sencillez no es la vulgaridad. Son dos cuestiones diametralmente opuestas y, por eso, el bagaje del vocabulario del poeta o la poetisa debe ser cuanto más amplio mucho mejor. No hay límites para la Poesía porque, en contra de lo que sucede por ejemplo con un Ensayo Literario y en mayor medida con un Ensayo Científico, no está sometida a un control determinado por agentes externos a nosotros sino que, al salir de nosotros mismos, es infinita la cantidad de alternativas léxicas y semánticas que nos ofrece. En el Ensayo Literario (y mucho más en el Ensayo Científico) se nos imponen unos márgenes -más o menos amplios según sea la capacidad del ensayista o la ensayista- pero de los cuales no nos podemos sobrepasar. No ocurre eso cuando estamos escribiendo Poesía o cuando estamos escribiendo Prosa Lírica. Ahora bien, ya hemos dicho que, cuando somos grandes poetas o poetisas, debemos tener en cuenta una cuestión esencial: que el carácter y la expresión literaria no nos domine a nosotros sino que seamos nosotros los que podemos controlar y dirigir siempre tanto nuestro carácter como nuestra expresión literaria que, no por eso debe dejar de ser profunda, sino que simplemente estamos controlándola para mostrar nuestro temperamento particular. Si dejas que tu carácter y tus expresiones poéticas te desborden y se liberen de tu control (y estoy diciendo de tu control y no del control impuesto por nadie ajeno a ti) puedes llegar a ser incomprensible o incomprendido para tus lectores y lectoras. La profundidad debe, por lo tanto, con la ayuda de la sencillez necesaria, estar auto controlada por ti mismo. Eso no quiere decir que te estás limitando en tu capacidad artística, lo cual te llevaría a la insatisfacción para contigo mismo, sino que estás siendo capaz de ser tan brillante que todos los lectores y todas las lectoras te comprenden, te entienden y son capaces no sólo de aprender lo que has escrito sino de algo mucho más importante que es que aprehenden lo que has expresado poéticamente. Por eso necesitamos, muchas veces, sin abandonar para nada la riqueza del vocabulario -que cuanto mayor sea más posibilidades te da para ser un Gran Poeta o una Gran Poetisa- necesitemos la ayuda de la sencillez (una sencillez profunda) para que no caigamos en una especie de "oscurantismo" que nos impida lograr lo que antes señalé como ser comprendidos, ser entendidos y ser aprehendidos por quienes leen nuestros poemas. Se hace difícil, a veces, conjugar estos dos lineamientos literarios (profundidad y sencillez al mismo tiempo) pero son características complementarias, se acoplan muy bien lo uno con lo otro y, con ello, conseguimos ser fácilmente interpretados. Y es que una cuestión fundamental para todo poeta y poetisa es poder ser fácilmente interpretado por los demás. Insisto que eso no significa rebajar tus propiedades intelectuales e intelectivas (muy importantes para ser grande dentro de la Poesía), ni ser tan escaso de variables lingüísticas que te quedas en el umbral de la vulgaridad sino, todo lo contrario, al dar sencillez a tu profundidad, al enriquecer tus bagaje de vocabulario con la fácil comprensibilidad del lector o de la lectora estás logrando que te capte, que te comprenda, que te entienda, que aprehenda lo que has expresado y que pueda tener un "diálogo interno" contigo. Porque la Poesía sale del interior de un poeta o una poetisa (emisor o emisora) para llegar al interior de un grupo de lectores y lectoras (receptores y receptoras) ya que la Poesía también tiene muchísimo de Comunicación tanto interpersonal (de persona a persona dentro de lo privado) como social (de persona a grupo de personas dentro de la sociedad). La Poesía sirve como catalizador entre los sentimientos de dos personas y como agente socializador entre el poeta y la sociedad para quien escribe. Hablemos del estilo poético. Efectivamente, el gran estilo poético es aquel que no huye de lo intelectual sino que asume lo intelectual para hacerse intelectivo. Es mucho mayor poeta o poetisa quien tiene mucho bagaje intelectual porque, y precisamente por ello, tiene mayores posibilidades para hacerse intelectivo y comprensible por todos y todas quienes forman el grupo de sus lectores. Una alta intelectualidad sirve para acomodar tus capacidades de comunicación con cualquier clase de persona y supera los condicionantes de la edad, el género, el nivel cultural, la clase social, las creencias, etcétera, de quienes te leen pues estás capacitado para llegar a todos ellos y sabes dominar, en todo momento lo que comunicas. Por eso antes hablaba del auto control de tu carácter y tus expresiones literarias y consigues saber cómo debe ser la comunicación según sea la persona o grupo de personas a quienes estás dirigiendo tus poemas. Mucha riqueza de vocabulario es un verdadero tesoro para un poeta pero debe dosificarlo adecuadamente en cada contexto en que se encuentre. Es muy necesario e importante saber distinguir lo que es trascendente y lo que es transcendental. El buen poeta o la buena poetisa sabe que siempre comienza por escribir algo que sea trascendente para él o para ella, pero debe también ser capaz de pasar de dicha trascendencia personal a lo transcendental para la sociedad de lectores y lectoras a quienes se dirige. Lo trascendente siempre trasciende a lo transcendental. Si logras que lo que es trascendente para tí se convierta en transcendental para quienes te leen es que estás en el camino de ser un gran poeta o una gran poetisa. No se debe olvidar esta cuestión. Y si nos fijamos en los más grandes poetas y poetisas que ha dado la Historia de la Literatura Universal comprobamos que es cierto. Porque lo importante del poeta o la poetisa no es lo que escribes, quiero decir que lo que te convierte en un gran poeta o una gran poetisa no es lo que has escrito, sino lo que están interpretando los que te leen. Son ellos, los lectores y las lectoras de tus poemas, los que te dan la catalogación exacta de tu valía como poeta y los que, en verdad, te dan la validez de tal categoría. Sin lectores ni lectoras que nos puedan interpretar no vale lo que escribimos porque hemos fallado en la comunicación interpersonal y/o social para con todos ellos y todas ellas. Estos son pasos graduales, algo así como escalones o peldaños que vamos subiendo, que vamos dando a través de escribir continuamente poemas. La labor de escribir mucho consigue que cada vez perfecciones más esa comunciación con tus lectores y lectoras y vayas atemperando el carácter, manejando mejor la dialéctica de tus expresiones literario poéticas y forjando en ti un mejor temperamento artístico y una personalidad cada más completa. No digo cada vez más compleja sino cada vez más completa. He aquí un logro esencial: siempre nuestras construcciones poéticas deben ser propias y basadas en nuestra originalidad innata que vamos desarrollando cada vez en mayor medida mientras vamos ejercitando el Arte de la Poesía. Debemos ser capaces de tener originalidad propia, de no ser simplemente unos copistas de una determinada escuela o corriente literaria. Para ser grandes en la Literatura (y en concreto en la Poesía) debemos crear y construir nuestra propia "escuela" y nuestra propia "corriente". Esto no quiere decir que no hayamos bebidos de muchas fuentes poéticas sino que, precisamente por ello, somos capaces de crear nuestro propio estilo "sui géneris" que nos capacita para ser únicos y unívocos y no simplemente unos copistas de otros grandes poetas. Arrancamos del conocimiento de las fuentes donde hemos bebido para ser capaces de crear nuestra propia fuente para que otros beban de ella. Eso es llegar a ser Gran Poeta o Gran Poetisa. Ser capaz de crear una nueva forma de escribir, gracias a tus características personales y peculiares, que te convierten en ejemplo para otros porque ya no eres igual a nadie sino que eres capaz de ser igual a ti mismo. Eso de ser igual a ti mismo es lo que te significa como autor original y es lo que que yo llamo "ir batiéndose continuamente contra ti mismo y no contra los demás". Ese logro te convierte en punto de referencia para oros y otras y eso es muy importante para llegar a ocupar un lugar destacado y selecto entre los mejores; entre aquellos que crearon escuela propia gracias su propio estilo que no es copia de nadie sino singular y original al mismo tiempo; aunque hayas bebido de muchas fuentes diferentes. Hablemos ahora del ordenamiento y del caos. Lo que todo buen poeta o buena poetisa debe lograr es una coherencia con lo que transmite y lo que desea transmitir y eso no se logra nada más que a través de un perfecto ordenamiento de tus ideas y una forma de expresarlas que derive de dicho ordenamiento pues, en caso contrario, puedes estar creando muchas ideas inconexas unas con otras y eso produce caos. El peligro de no poder ordenar adecuadamente la ilación de tus ideas puede producir un caos mental que te lleva a la decepción cuando ves que no consigues llegar a los demás adecuadamente. Construir un poema es como cosntruir un edificio y debes ir escalonando debidamente las ideas para ordenarlas de tal manera que el conjunto total sea comprensible y demostrativo de que ya dominas el arte literairo poético. Hay que tener en cuenta que los poemas, al salir de nuestrio interior, o mejor dicho del interior de nuestras almas, reflejan cuál es nuestor espíritu. Por eso el caos se puede provocar si tu espiritu no está adecuadamente ordenado. En realidad, tener capaciad poética es un don de la persona que llevamos en nuestro interior desde que nacemos y, por eso, debemos entender que es un don natrual que viene dado por Dios. Es uno de los muchos dones naturales que podemos tener pero, en el caso de la Poesía, es que además no sólo es un instinto natural (que nos dejaría solamente como autor "instintivo" nada más) sino que se añade un componente espiritual muy elevado; con lo cual mi forma de opinar sobre ello es que es un don divino que conjuga lo natural con lo espiritual. Y de esa manera podemos ordenar perfectamente lo que son nuestras creaciones poéticas. La forma adecuada de entender esto es la que nos lleva al triunfo; porque en la Histortia de la Literaturà en general y en la Poesía en particular se han dado numerosos casos de autores y autoras que tuvieron tan desordenadas sus ideas que terminaron por renegar de su arte y, lo que es peor, llegar a eliminarse como personas (el sucidio) o, en otro caso también poco valioso, en ser una estafa y, elevados por ciertos movimientos literarios "de moda" pasajera, llegan incluso a ser alabados, por ciertos intereses muy "oscuros", por críticos y un marketing materialista, que los convierte en falsas figuras y falsos "dioses" de la Literatura (incluida la Poesía) cuando no son nada más que personajes caóticos que se aprovechan de modas y manejos (subterfugios incluídos) para decir que son Grandes y que, cuando lo analizas con tranqulidad, descubres que de grandeza no tienen nada más que la "cáscara" con la que les han recubierto los críticos y los interesados en esos manejos "oscuros" y que son, además, tan vulgares en realidad, que sólo son capaces de escribir cuando están borrachos o bajo efectos de las drogas. Algo importante a tener en cuenta es no caer en graves contradicciones,. En Poesía hay mucha libertad de expresión y mucha libertad de exposición, pero hay que tener cuidado con ser demasiado incoherentes. Hay que tener en cuenta las ideas que transmitimos y la forma en que las transmitimos. Que la idea que transmitimos y la forma con que lo hacemos (que puede ser muy variable porque hay muchos géneros y subgéneros poéticos) no se distorsionen entre sí. Lograr expresar la coherencia de las ideas con la forma de expresarlas es un elevado grado que demeustra que estás haciéndolo muy bien y eso se puede ir mejorando cada vez más hasta que logras que se queda tanto en tu estilo personal que lo haces sin ningún esfuerzo sobredimensional. Si te aplicas en esa labor llega un momento en que sale solo, sin forzar para nada tu capacidad y que, de manera casi automática, consigues que esa coherencia entre las ideas y cómo expresas las ideas surja con el mínimo esfuerzo porque ya dominas este Arte. Es señal de que has logrado ordenar adecuadamente las creatividades que surgen de tu espíritu interno. En este contexto ayudan mucho las metáforas y el resto de las muchas figuras poéticas que existen pero debes adecuarlas bien y manejarlas en los momentos precisos en que el poema te lo está pidiendo sin que te des ni cuenta de ello y, por eso, lo consigues de manera fácil y sin forzarte a ti mismo. Cuando estás consiguiendo eso es que estás en camino de ser gran poeta o gran poetisa. Debemos hacernos comprender y debemos hacernos entender primeramente en nuestro propio interior para lograr después hacernos comprender y hacernos entender por quienes nos leen. Hay algo muy interesante a tener en cuenta: si dejamos en nuestro interior las ideas (no digo ideologías sino ideas) no llegamos a cumplir con la premisa específica y esencial de que la Poesía no es sólo un Arte por el puro Arte (un error que cometen muchos malos poetas) sino que, además de ser un Arte en sí misma, es una parte esencial de la Comunicación Humana (tanto interpersonal como social); porque transmitimos ideas de nuestras almas que van a ser recogidas por el interior de quienes nos leen (es una comunicación de corazón a corazones, de espíritu a espíritus, de almas a almas). Ritmo, rima y sentido poético. Estos tres componentes del arte de la poética pueden (y en muchos casos deben) aparecer en una serie de poemas. Pero no estoy hablando de un ritmo sin musicalidad liberada, tampoco de una rima medida métricamente como se hacia en el antiguo pasado y que me parece artificiosa sin no te sale de manera espontánea (cuando eres gran poeta o gran poetisa sale de manera espontánea y sin premeditación alguna) y tampoco de un sentido poético sujeto a condiciones externas a ti y solamente academicistas; sino de algo que tú llevas como parte de tu propia sinfonía personal que debes adecuarla bien y manejarla en los momentos precisos en que el poema te lo está pidiendo sin que te des ni cuenta de ello y, por eso, lo consigues de manera fácil. A veces no es necesaria la rima y a veces el ritmo es muy variable; pero siempre debes tener la capacidad de imponer el sentido poético al poema; de la manera original y "sui géneris" tuya pero que quien lo lea descubra que existe ese sentido poético porque lo siente en su interior cuando lo está leyendo o lo está escuchando de manera oral. Si lo consigues estás en el camino correcto. Por último es importante aclarar que cuando escribimos Poesía hay que tener cuidado con la "olla". Esta expresión quiere decir, en términos comprensibles, quie nos podemos "quemar" las neuronas si no tenemos el debido cuidado. En otras palabras, que debemos escribir de manera lucida (lucimiento artístico lo llamo yo) pero, al mismo tiempo, de manera lúcida. La poesía no es solamente un lucimiento verbal sino, sobre todo, una expresión de lucidez mental. Y aquí viene, por lo tanto, lo importante que es tener auto control de tu carácter expresivo, de tus expresiones literarias y, sobre todo, de tu temperamento personal. Porque es cierto que la Poesía no tiene limites pero cuando falla la lucidez mental puedes crear un caos en lugar de una creatividad literaria. Para ser lucido y lúcido hay que saber manejar el "tempo" poético, la medida exacta en la que has llegado a la genialidad pero no te has ido de la genialidad para entrar en un caos mental de "oscuridades"; lo cual ha sucedido con muchos escritores y poetas conocidos a escala mundial que sólo han sido capaces de hacer creaciones literarias más bien vulgares y llenas de "suciedad" producto del cosnumo del alcohol (alcoholismo) y de la drogadicción y que, si observas dichos productos, son caos más o menos disfrazados de arte... pero solamente caos... Como curiosidad intelectual añadida, la riqueza de vocabulario es tan esencial que hasta puedes crear "neo palabras" (neologismos); palabras que no existen en el Diccionario de la Academia pero que, cuando las inventas es porque tienen sentido y son fáciles de entender si las explicas. Cuando las defines y ves que los lectores las comrenden y las entienden te estás dando cuenta de que estás tan capacitado para el arte poético que eres capaz de añadir palabra nuevas, inventadas por ti, al Dcicionario de la Academia porque tienen sentido, porque tienen comprensibilidad y porque son capaces de ser comprendidas y entendidas por todos. Yo tengo inventadas algunas "neo palabras" (neologismos) como, por poner sólo dos ejemplos, "idealogía" (de idea) en lo social y "miélago" en lo poético. Termino con la Fórmula magistral: Temperamento + Autocontrol = Genialidad. Y aquí dejo tres sencillos ejemplos de todo lo que he dicho y que son de mi autoría propia: AMÉRICA DE MI ALCOBA Tu canto me fatiga la memoria y tu palabra, de estatua arrodillada, susurra una pregunta que aprisiona el duro mármol de tu historia a los siglos de mi vida orillada... y, sin embargo, llevo grabada en mi pel la gloria de tus silencios lentos... lentamente rezagados en los ayeres de mi noria. ¡Cuánta esencia yo quisiera darte, América preñada de pájaros dorados que anegan de honduras mi existencia!. Un ecuador de meridiano inventario me ha cosechado de hombre y he recogido, en mis diarios aconteceres de páginas signadas, sombras de pequeñas dudas... más argentina la rosa de mi nombre de poeta con zozobra dominica en salvador islote me transforma. América... ¡cuánto sueño de pronombre y formas en las plurales conciencias de tus surcos me han soñado verbos en los umbrales de tus fugaces vespertinos besos con aromas!. ¡Cómo espero el inicio de tus letras semánticas de heridas y dulzuras gestándose en la cuba del rocío y en las leves y rítmicas olas maduras!. América... ¡en todas las amplias horas de mi alcoba alargo el pacífico silencio de tu obra!. América... ¡en las breves esquinas de la sombra estrecho el beso de tus suaves noches uniéndolo al sueño que te nombra!. (Este Poema fue presentado, personalmente en 1996, a la Editorial Ópera Prima de Madrid, cuando pidieron colaboraciones para publicar el libro "Aldea Global de los Poetas". En nombre de José Orero De Julián y Liliana Del Castillo Rojas). GORRIONES CON QUIEN HABLAR. Siempre llega solitario siempre marcha más allá.. no se sabe de dónde viene, no se sabe a dónde va. Hay en sus ojos un silencio imposible de averiguar. No es tristeza ni es misterio, sólo un distraído mirar. Camina lento y despacio como si no quisiera dañar las piedras de los caminos, el verde del vegetal... Le observo cuando descubro que mora en el ventanal de la esquina donde bebe y fuma allí sin hablar. Hoy le pregunté la hora... una sonrisa, no más, se ha perfilado en su boca sin poderme contestar. No tiene reloj ni tiempo, no tiene ningún lugar, y esconde en su silencio algún profundo soñar. Su patria es el universo, no hay frontera en su caminar, y he podido descubrirle que ama la eternidad. Me ha regalado un verso antes de irse a andar... un verso que acaba diciendo "el Amor no morirá". Si le encuentras algún día no interrogues su Verdad. Quizás sólo busca gorriones... gorriones con quien hablar. MIÉLAGO Toda mujer enamorada sabe a miélago. Miélago fue inventada por mí en una noche de inspiración poética pero no es mía. Pertenece única y exclusivamente a las mujeres enamoradas. Es parte de su intrínseco organismo. Es parte sustancial de sus naturalezas y nadie se la puede arrebatar. Que viva la libertad del miélago sobre el cuerpo de las mujeres enamoradas. Significa y se define por sí misma que cuando besamos la piel del cuerpo de la mujer que amamos nos sabe a miel.
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