"Cuando llegues al final de lo que debes saber, estarás al principio de lo que debes sentir". Es un pensamiento de Khalil Gibran. Llegar al final de lo que estás obligado a llegar. Comenzar a ser lo que, por derecho humano y carácter divino, tienes que empezar a sentir. Si llegamos desde las coordenadas de nuestros propios principios y nuestros propios valores éticos y morales, estamos en la capacidad sincera, al haber sido honestos con nosotros mismos, de sentir lo que hemos estado siempre buscando. La búsqueda de nuestro ser humano es el eco divino que se refleja en esa forma que tenemos de ser, de actuar y de sentir. Debemos saber y debemos conocer para poder llegar al principio de lo que tenemos derecho a sentir. Los verdaderos cristianos somos sentimientos forjados gracias al Espíritu Santo que tenemos en nuestro interior. Por eso nuestra Fe y la expresión de nuestra Fe no es una obligación para nosotros sino un derecho. Un derecho que nadie jamás nos va a acallar, nadie jamás nos va a coartar y nadie jamás nos va a impedir que expresemos gracias a la Voz del Espíritu Santo: ese Espíritu de Dios que, como hermanos de Jesucristo, tenemos en nuestro interior y es el principio de lo que sentimos y tenemos el pleno derecho de expresar hacia los demás. Hasta Khalil Gibran sabía de lo que estamos hablando.