- Presenciándote desnuda de sentires en el tálamo del deseo y la caricia me voy sintiendo más humano naciendo el vientre de tu flor. Busco con el tacto las semillas de tus senos envueltos en fragancia y arde entonces todo el ritmo de la lava de tu sexo enternecido.  Beso a beso boca con la boca de la noche oculta en los ramajes penetramos en el hondo acompañamiento del esperma convertido en sal. Entonces perdura tu naturaleza de hembra abierta en el silencio y todo el huracán de las pasiones se abate en un temblor de palpitares. Es el momento en que yo te tomo para hacerte aroma de amapolas y la roja sangre se enardece cubriendo la sábana del sueño. El nuevo éxtasis del polen hunde sus raíces en tu cuerpo cubriendo la vida con materia de espíritu salvaje y natural. Así somos dos genes contundentes uniéndose en el lazo amoroso de los brazos asidos a la esquina de tus caderas henchidas de palomas. Y el polvo de azúcar esparcido nos sirve de amanecer caliente en esta atmósfera que cubre de relámpago todos los delirios.
- Lo has hecho mejor que nunca.
- Normal. Contigo es normal.
- Comprendo que tenías mucha hambre. 
- ¡¡Jajajajaja!! Según dice mi abuelita, las lentejas tienen mucho hierro para fortalecer nuestros organismos. 
- Pero... ¿no te has dado cuenta de que estaban quemadas?
- Por eso he tenido el gusto y el placer de repetir. 
- ¡¡Jajajajaja!! También he comprendido que te gusta repetir. 
- Normal. Contigo es normal. 
 
Ángeles le muestra el anillo que lleva colocado en el dedo corazón de su mano izquierda. 
 
- Me has dado mucho más de lo que te pedí.
- ¿Quién es más ante los ojos de Dios? ¿Quien da más o quién da con amor?
- Según dice Jesucristo, es más quien da con amor.
- ¿Y según tú?
- Yo no puedo ir contra lo que dices tú. 
- Escucha, Princesa... no tienes ninguna obligación para estar a mi lado ni tienes ninguna obligación de venir conmigo allá donde yo vaya a ir si si consideras que es en contra de tu voluntad. 
- Cuéntame algo de lo que es la voluntad.
- ¿Según el mundo o según yo?
- Según tú.
-  ¿Quién atenúa tu fuerza antigua, tu vida, tu contenido?. ¿Quién te traiciona hasta el extremo de despojarte del combatir continuo al lado de tus definiciones propias?. !Surge! !Levántate de nuevo! !Haz que tu corazón se tranforme en fuego! No vale cosa alguna vivir en el fango de la mezquindad. No te hagas daño. !Aumenta tu caudal de vida y lanza tus impulsos hacia la ilusión de tus búsquedas! Que nadie, absolutamente nadie, te deje en la postración de la amargura. Que el vibrante resonar de tus convicciones te sigan convirtiendo, día tras día, en una aspiración hacia lo profundo de tu ser. Y que tus ideas sinceras maduren en el módulo de tus alternativas. Que alegría e inspiración sean siempre expresiones de tu indómito deseo y tu voluntad. Eso para empezar...
- Continúa por favor...
- Ahora voy a ser más explícito y te voy a ser todo lo más franco, directo y sincero que pueda. Escucha.  No vamos a hacernos líos con definiciones de diccionarios o con conceptos sociológicos... la verdad... para mí, y hablo desde mi punto de vista particular, la gente es el conjunto de seres humanos que se ve aglutinados en un montón, paseando por las ciudades, manifestándose ante un acontecimiento, observando un espectáculo deportivo o artístico... o sea... un grupo abstracto de personas a las cuales las puedes analizar en conjunto, tal como se manifiestan en ciertos momentos sociales de la vida. ¿Y qué es para mí persona?. Pues entresacar de toda esa "masa" abstracta de gente a un sólo individuo, hombre o mujer, y conocerle profundamente. En este sentido persona toma toda la amplia definición de ser humano con personalidad propia. Mientras "gente" es masa, "persona" es individuo. La "gente" suele moverse por intereses de grupos o maneras de pensar alienadas y con prejuicios generales. No me gusta eso de "es buena gente" o "es mala gente", porque no me determina nada sobre el ser humano de quien me están hablando. Prefiero mil veces que digan "es una buena persona" o "es una mala persona" porque entonces sí me están determinando y calificando a un ser humano particular que tiene personalidad propia. La "gente" no posee personalidad propia sino que se mueve por estímulos, generalmente a través de los líderes que imponen el marketing social y la moda general y, al ser irreconocible, suele manifestarse de forma egoísta, cambiando de parecer según se le antoja; no por evolución propia sino por interés personal o capricho social. No me gusta la "gente"... me encanta, sin embargo, la "persona"... aquel o aquella que se mueve por voluntad propia, que huye de la "masificación" de su pensamiento, que posee unos principios sólidos que los va confirmando mientras vas conociéndole o conociéndola. Para mi, y sigo insistiendo es que es un punto de vista personal, ser gente es tener la personalidad alienada por los grupos y convertirte en una parte más de la "masa"... mientras que ser persona es, aún perteneciendo al grupo, no ser "masa" sino tener personalidad que le da características originales, verdaderas y propias. Porque mientras la "gente" es voluble y caprichosa y miente y engaña con tal de seguir viviendo dentro de su propio egoísmo, disimulado en el interior de la "masa", la persona con sus aciertos y sus errores es siempre verdadera, es tal como es, es transparente y si te quiere es porque te quiere y si te odia es porque te odia. En definitiva, entre gente disoluta y variable para quien tú sólo eres un instumento valioso únicamente para cumplir con algún interés temporal y que luego te deja en el olvido y persona que es aquel o aquella que está contigo siempre o te rechaza pero tiene las señales de identidad bien definidas y claras.... !me quedo siempre con la persona!
- ¡Sublime! Pienso igual que tú. 
- Entonces arréglate lo mejor que quieras porque esta tarde vamos al teatro.
- ¿De verdad vamos a ver "El Juicio de José"?
- De verdad. Pero no quiero que lleves puesto el anillo de casada que te he regalado hoy. 
- ¡Lo llevo porque me siento orgullosa de ti!
- Tendrás todo el tiempo del mundo para llevarlo puesto pero hoy no lo lleves. No porque yo no quiera que lo lleves, porque me encanta que lo lleves siempre puesto, sino que hoy es un día muy especial y no es recomendable que lo lleves. No quiero que él sepa quién eres y qué significas para mí. Mañana será otro día y las cosas serán distintas pero hoy, por favor, no lo lleves puesto. 
- ¿Estás pensando en ese loco asesino en serie?
- Estoy pensando en tí. 
- Y no quieres que me descubra...
- Eso es. Ahora vamos a darnos prisa para ir a la primera función. 
- O sea, que quieres que vaya contigo como si fuésemos dos simples conocidos nada más. 
- Eso es. Y quiero que te comportes como si fuésemos solamente dos simples conocidos nada más. No quiero que nadie sepa, esta tarde, quién eres ni que estamos casados. Incluso prefiero que piensen que ni tan siquiera somos amigos. 
- ¿Por culpa de los chivatos y los soplones que puedan estar observando?
- Exacto. Veo que tu cerebrito está brillante hoy. Has de saber que hay algunos y algunas que parecen muy inocentes pero que de inocentes no tienen ni el color de sus ojos...
- Lo tendré muy en cuenta.
- Hablando de eso, te prometo que después te lo contaré con más detalle. Esta tarde quiero que veas algunas cosas que van a suceder... pero guarda silencio y no digas quién eres para mí. Ni tan siquiera des a entender que eres mía por tu propia voluntad. Haz el esfuerzo de aparentar de que nos acabamos de conocer para que nadie sospeche nada. 
- ¿Qué está pasando? ¿No se dan cuenta?
- No se dan cuenta, Ángeles; no saben que estoy abriendo una nueva pista... algo así como abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. 
- Eso es de la Sagrada y Santa Biblia Cristiana. Si no me equivoco es de Isaías. 
- Tú lo has dicho y has acertado. Trasvásalo ahora a la ciudad de Madrid y verás cómo los atrapo. ¿Sabes lo que es una jarca?
- ¿Un grupo de delincuentes indeseables?
- Okey, Princesa. Y ahora vámonos antes de que se agoten las entradas.
- Podemos ir a la segunda sesión. 
- Podemos pero no debemos. 
- ¿Cuál es la diferencia? 
- Prefiero la primera... para que no llames tanto la atención. 
- ¿Es que es peligroso ir hoy a la segunda sesión?
- Eso es. La segunda sesión de hoy no es interesante para mis propósitos. 
- ¿Algún misterio?
- Supongamos que sí. Quienes conocemos muy bien la vida nocturna es de esa manera. Por eso no quiero que piensen que eres un ligue que me he levantado en la noche. Sería peligroso para ti si te descubriera esta  noche y pensara que eres una chavalilla guapísima, casi adolescente, pero solo una prostituta que acabo de ligar. ¿Vas comprendiendo por qué no quiero que hoy, precisamente hoy, vayamos a la sesión teatral nocturna?
- Pero a la segunda sesión siempre van las personas más importantes.
- Sí. Es cierto. Pero también acuden las gentes más indeseables.
- Supongo que tienes suficiente experiencia como para saberlo mejor que yo. 
- Tengo la suficiente experiencia como para saberlo. No mejor ni peor que tú, sino simplemente para saberlo. Hoy no es recomendable que vayamos a la sesión nocturna porque te puede descubrir y no quiero ponerte en peligro. Simplemente vamos a la sesíón de la tarde y que no te despegues de mí para nada pero sin hacer ningún gesto que delate que estamos enamorados de verdad porque estamos casados de verdad. 
- Supongo que sabes muy bien lo que dices y muy bien lo que haces. 
- ¡Voy a hacer algo nuevo! Es cuestión de saber aplicar la estrategia adecuada.
- Sobre estrategias no hay nadie que te iguale. 
- No me importa si alguien me iguala o me supera en estrategias. Yo sólo busco lo mejor para ti y, por eso, aplico la mejor estrategia que se me ocurre. 
- ¡Quiero que sepas que lo haces mejor que nadie!
- ¡¡Jajajajaja!! Es que, en ese sentido... ¿me estás comparando con alguien?
- ¡¡Jamás!!
- ¡¡Jajajajaja!! Por eso te amo tanto. Pero ahora arréglate lo mejor que quieras porque ya se nos puede hacer demasiado tarde. 
- Pero deja que yo también te arregle a ti. 
- Okey, Princesa.
 
Los dos se levantan de la mesa y se introducen en la habitación privada para vestirse adecuadamente porque van a ir al teatro.