El deseo era una mariposa multicolor que se posaba en los corazones de los humanos. Mientras más deseos habían en las personas más se revolucionaba su mundo interior. Los cosquilleos que sentimos a veces son mariposas que vuelan en nuestro interior, queriendo liberarse.
El primer beso nació con el primer deseo.
Al principio del amor y la vida, el silencio forjaba los sonidos con los metales que se convertían en palabras: nacía el lenguaje y con ello el metal de tu voz.
La necesidad del movimiento y la comunicación fue creando los gestos amables. El primero en ver la luz fue estrecharse las manos y con ello la calidez de un abrazo.
Y como antes del principio, el deseo era una mariposa, entonces los deseos eran intocables, pues vivían en nuestro interior.
Un día, un hombre y una mujer estaban abrazándose y a los dos se les asomó un deseo en sus labios, es decir una mariposa. Como no podían sacarse esos deseos con las manos, espontáneamente acercaron sus labios para liberar sus deseos cada uno…Y así nació el primer beso.
Moraleja: Nadie puede besarte si tú no lo deseas o mientras no sientas las mariposas volando en tu interior.
 
Leyenda del primer beso
Del libro: Los amores que matan
D.I.A.®