UN CANTICO A MI MADRE
Publicado en Aug 21, 2009
Despertaba de niña con un biberon en las mañanas, una bebida deliciosa preparada por mi madre. Eramos dos hijas quien ella cuidaba con gran dedicación...cuanta postergacion por ampararnos,criarnos. Nos vestia iguales, de princesas, peinaba nuestras largas y suaves cabelleras. Mi madre querida, que habriamos echo sin ella, ella fue y es nuestro calor, un manto protector, su mirada que nos envuelve de amor puro e incondicional, que hace que pisemos tierra y aun más, ahora que somos grandes, que podemos escuchar su historia personal, comprendemos tantas cosas, es fácil ahora disculpar sus debilidades...porque ahora que tambien somos madres, sabemos que nadie tiene la receta perfecta para no equivocarse. Ahora quisiera yo cuidarla, pero ella es una mujer fuerte, que la registro más "parada" que nosotras mismas, pese a sus penas y desencantos, nunca olvida la gracia de vivir y ayudar a los que necesitan una mano amiga. Mi querida viejita que ya noto su rostro más duro, sus huesos que hacen clip cuando se mueve mucho...tanto que debo agradecerle: Sus cuentos,diálogos, sus baños, su comida deliciosa; nos mostró el mundo, nos dio un hogar, hábitos, alegrias, una camita calentita, sábanas perfumadas, sus abrazos que nos derretîa de ternura y amor...Pensar que yo vivi en ella, que tengo mucho de mi madre, que la tengo acá en mi corazon y en mi mente. Se que algun dia tarde o temprano se irá al camino de la luz, pero antes que eso ocurra, tengo que disfrutarla y si es necesario gritarle al mundo que la amo intensamente lo haré, que haria si pudiera un canto para describir lo importante que es su existir. Todo para ti, tu eres la protagonista principal de mi historia. "dedicado a Chelita"
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LUIS VILLASEOR MARTINEZ
ESTOS VERSOS TARDÍOS...
BELEM
Con apenas ocho años quise escribirte
y decir tantas, pero tantas cosas
que mi mente se quedó en blanco.
No supe decir nada de tu nombre.
Ni de tu calidad de madre.
Ni de tu voz.
De esa melodiosa armonía
que entonaba
con una tristeza infinita
las canciones de María Greever
o los tangos interminables y trágicos
o los dulces boleros
o la trova yucateca.
No supe decir nada
de tu diario sacrificio
ni de tus largas jornadas
ni de tu desesperación.
No supe decir nada de tu serenidad
ante la inquina,
ante el rancor,
ante la ofensa, el desprecio
el dolor.
No pude decir nada de tu férrea,
de tu minuciosa dedicación
a las diarias labores generadas
por los seis destinos
que brotaron de tu vientre.
Y un día vi
cómo fue que tu vida
se extinguió silenciosa,
serena,
sin una queja
sin rencor,
sin resabio
con una mirada triste
ensimismada
vehemente.
SAN JERÓNIMO LÍDICE, MAYO 10 DE 2010.