LIBRE DE PECADOS
Publicado en Aug 21, 2009
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"No entendiste nada, Manuel...nada", escribió con el lápiz corrector en la pared recién pintada. No entendiste que cama no era sexo, que sexo era sorpresa. No entendiste que comunicarnos no era dialogar por celular. No entendiste que el tiempo poco tenía que ver con el clima, que la tormenta no era malhumor, que la sensación térmica era un juego amoroso que no podía terminar en cielo nublado. No entendiste los mensajes en el espejo del baño, las dos copas de cristal sobre la mesa, tus pantuflas unidas a las mías con una cinta roja. "No entendiste nada, Manuel...nada", volvió a escribir sobre la pantalla del televisor. Nada, estúpido, nada. Porque la música que te pedía no era la de B. B. King ni la de Pappo Napolitano. La vida al aire libre no terminaba en el balcón comiendo una pizza recalentada. Mi necesidad de estar sola no significaba que te fueras con tus amigos a jugar al fútbol. Mi deseo de sentirme mujer, era ser madre, no que aparecieras con lencería erótica. Esperé Manuel...esperé. Te quiero mucho. Te voy a extrañar. No hay otro hombre. No estoy loca. No te abandono. Solamente Manuel, no entendiste nada, desgraciadamente... nada.
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inocencio rex
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