- Vamos a ver, Juan... ¿por qué quieres un permiso especial para investigar en la Iglesia-Convento de los Jerónimos de Madrid?
- Necesito comenzar por alguna parte y, escuchando a mi propio interior, ese es el primer hilo que tengo, si he elegido bien, para llegar hasta el ovillo.
- ¿Algo así como hizo Perseo con el hilo de Ariadna?
- Sí. Sólo que esto no es mitología sino realidad y que ella no es griega sino ecuatoriana y española o española y ecuatoriana que viene a ser lo mismo. 
- Hablando de chiquillas... ¿sabes bien quién era Rosa "La Luxemburgo"? ¿La conociste o no la conociste?
- Conocí su historia personal. Sólo conocí su historia personal que, en resumen, es la misma historia de todas las mujeres de la calle. ¿Me comprendes, Diego?. Se puede conocer todas las historias de todas las mujeres de la calle, de cualquier parte de este planeta, con el simple hecho de saber escuchar la historia de una de ellas. Todas sus historias son iguales.
- ¿Nada más que eso?
- Nada más, Diego. Sobre Rosa "La Luxemburgo" no puedo decirte nada más pero puedo escribir todo un ensayo de enorme número de páginas sonbre ella y las que son como ella. Lo he visto repetido muchas veces en los lugares por dónde he pasado. Cuando conoces bien a una de ellas, si sabes hablar bien con ella, has conocido a todas. Todo consiste en dejarla hablar y preguntar poco pero haciendo preguntas importantes y, sobre todo, muy inteligentes para que no se den cuenta de que la estás sacando toda su historia completa. Muchos no aprenden nada estando con ellas porque conversan tonterías con ellas en lugar de usar la inteligencia. 
- No entiendo cómo puedes hacer eso...
- ¿Crees que soy yo quien lo hace?
- Esto... bueno... ¿es verdad o no es verdad lo que dices?
- ¿Te refieres a lo del Espíritu Santo y mi chavalilla?
- A eso me refiero precisamente. 
- Es verdad. Y por eso debo protegerla y la voy a proteger de todos y contra todos... incluso de ti mismo...
- ¿Ahora vas a ir a por mí?
- Quizás lo haga, pero sólo para ayudarte a salir de tu ignorancia. ¿Crees que sabe mucho más aquel que se aprende toda la Biblia de memoria y puede recitar de memoria versículos enteros o aquel que sabe deducir y discernir bien lo que ha leído en la Biblia aunque no recuerde sus versísculos como si fuese un autómata? Quizás yo no he aprendido tanto sobre Dios como muchos teólogos que, para aprender sólo un poco sobre Dios, se pasan la vida entera haciendo cursilllos teológicos más o menos intensivos; pero sé hablar perfectamente con Dios y sé entender perfectamente lo que Dios me dice. Jesuscristo no está complacido con todos los que tienen el privilegio de subirse a los púlpitos de las iglesias solamente para soltar sermones muy bien aprendidos de memoria y usando unas grandes retóricas que, desgraciadamente, ninguna de sus ovejas comprende; porque hablan sin parar pero sin sentir en lo profundo de sus almas lo que dicen o porque les interesa hablar de esa manera tan artificial para ir subiendo en las escalas de los grandes cargos de la Iglesia. La Voz del Silencio de Dios es otra cosa muy diferente. 
- ¿De dónde viene La Voz del Silencio de Dios, Juan Bautista?
- Si nosotros triunfamos al final es porque La Voz del Silencio de Dios se convierte en La Voz de la Palabra de Jesucristo y no de los que dicen que están inspirados por Él cuando se aprenden de memoria tantos pasajes de la Biblia que, a lo largo, les hace fríos, distantes, insensibles ante las causas sociales de los más necesitados. ¿Me has comprendido ahora?
- No. No del todo. 
- Escucha lo siguiente: lo importante no es que nos comprendan o no nos comprendan sino hacer posible lo imposible dándoles las palabras que ellos y ellas necesitan y no las que más nos gusten a nosotros. ¿Distingues la enorme diferencia que hay entre ambas formas de predicar? Darles solamente las palabras que ellos y ellas necesitan y no las que nosotros elijamos por el capricho de quedar mas lucidos ante ellos y ellas, como hacen muchos grandes cargos de las iglesias, es la verdadera oportunidad de hacer algo por ellos y por ellas para que puedan ver cómo lo imposible se hace realidad. 
- Eso es Filosofía, Juan Bautista. 
- Te equivocas rotundamente. Eso es Literatura Cristiana de la que tanto se mofan algunos, ignorando, los muy ineptos, que sólo son macarras de barrio sin valor alguno y, por supuesto, sin valores humanos ni cristianos como me sucedió, por ejemplo, una tarde en Los Cármenes de Madrid, en un patio a donde acudió uno de esos macarras de barrio que dijo que lo que estábamos predicando solamente era Literatura. Claro que este macarra de barrio además de inepto e ignorante era un borracho perdido. ¿Tú crees que la Filosofía contiene más verdades que la Literatura Cristiana o al revés?
- La Literatura Cristiana contiene muchas más verdades que la Filosofía.
- Exacto, Diego. Tú lo has dicho. Pero por más que les prediques a los necios, borrachos y pendencieros, no dejarán de ser necios si no aceptan esta Gran Verdad. Ya sabes que Jesucristo nos dijo que no echáramos perlas a los cerdos porque los cerdos no saben apreciar lo que son las perlas ya que solamente son cerdos. 
- Mateo 7:6, Juan Bautista...
- Exacto. Eso es, Diego. Sabias palabras de la Sagrada y Santa Biblia Cristiana. 
- ¿Quieres decir que los escritores y las escritoras, los poetas y las poetisas, artistas en general, dicen más verdades que los que saben mucho de Filosofía e incluso de bastantes que saben mucho de Teología, cuando escriben y nos hablan de Dios?
- Tú lo has dicho. Ahora dame el permiso por escrito para poder investigar en la Iglesia-Convento de los Jerónimos de Madrid porque tengo prisa. 
- Debes esperar a que consiga una autorización eclesiástica. 
- Adiós, Diego. Ya me lo darás en otro momento. Ahora voy a buscar otro hilo. Ya te contaré cómo me ha ido.