Aguilas Negras -35- (Novela y Guin para Cine).
Publicado en Apr 05, 2013
- Estás muy silencioso hoy, Juan. ¿Qué te sucede?
- Nada malo, Ángeles. Sólo estoy deduciendo. - ¿Te puedo ayudar en algo? - Sí. Me puedes ayudar mucho. - Sabes que te amo tanto que nunca jamás podría amar a ningún otro chaval y quiero que sepas que no he tenido relaciones sexuales con ningún otro hombre y, mucho menos, con ninguna mujer. - No es eso, mi amor, no es eso en lo que estoy pensando. Siempre he sabido que no tuviste relaciones sexuales con nadie excepto las que tienes conmigo. Y que ese dominico, perico charlatán de feria ambulante, llamado Jesús Hurtado Duro Marana De Las Iglesias, que va diciendo lo contrario, sólo es un mentiroso delincuente que oculta que él sí ha tenido muchas relaciones sexuales fuera del matrimonio. Sólo es un mujeriego que se las da de santito y que, por culpa de sus envidias hacia nosotros dos, como no puede tener relaciones sexuales con las chavalas guapísimas y de buen ver como tú, sólo las tiene con viejas reviejas brujas rebrujas más arrugadas que la superficie de la Luna. En realidad por eso solamente es un lunático impotente que no logra, ni puede tan siquiera soñarlo, ligar con una chavalilla verdaderamente guapa y verdaderamente interesante e inteligente. - Por supuesto que llevas razón, Juan. Por supuesto que lo hace con las más viejas reviejas brujas rebrujas de cada lugar por donde pasa y, como es un impotente para ligar con las jóvenes guapas siempre está hablando mal de nosotras. Él cree que la mejor manera de no confesar sus muchos pecados, que los tiene en abundancia, es ir diciendo y murmurando a escondidas que todas las que no le hacemos ni caso somos prostitutas. - De ese tal Jesús Hurtado Duro Marana De Las Iglesias, sé que le llaman "El Peluso", y por algo será que le llaman "El Peluso" ya que supongo que es por lo de las pelusillas. ¿Sabes lo que es tener pelusillas, bombón? - Si. ¡¡Jajajajaja!! Que además de la gran cantidad de pelos que tiene por todo sue cuerpo, lo que le hace parecer una mona de Gibraltar, tiene muchas envidias de chavales como tú por estar casados con chavalillas como nosotras. Es lo que nosotras llamamos un peludo pelotudo. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Has dicho un peludo pelotudo? - Sí. ¡Le dije peludo pelotudo y se quedó mudo! - ¿Se quedó como un escarabajo pelotero? - Eso, eso. Se quedó mudo como un escarabajo pelotero cuando viene el hormigón armado. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Has dicho el hormigón armado? - Sí. Eso que echan los obreros encima del pavimento y, claro está, les elimina por completo a los escarabajos peloteros como este tipejo. - Eso mismo le dije yo, Princesa, y además añadí que volara lo más lejos posible. Así que ese dominico está ahora, por lo menos, en alguna de las islas dominicanas o incluso más allá... porque cogió sus bártulos, una especie de hojas escritas con innumerables faltas de ortografía, y se fue a seguir haciendo el mono titiritero a Santo Domingo y no me refiero a Santo Domingo de La Calzada sino a Santo Domingo de la República Dominicana en donde, quizás, se de cuenta de lo berzas e inculto que es. - Muy bien hecho, Juan. Le diste toda una lección de lo que es ser un hombre fiel a su chavalilla a pesar de lo joven que eres. - Pero lo que estoy ahora pensando es otro asunto, Princesa. Lo que pienso ahora es que esos peludos pelotudos no tienen ni la más mínima idea de lo que es la psicología femenina. Por eso deberían estar encerrados en un zoológico especializado en toda clase de primates pues resulta que es estúpido dominico se llamará Jesús pero sé que ha hurtado y ha hurtado mucho más de lo que te puedes imaginar. Yo conozco a muchos que se llaman Jesús pero no tienen nada que ver con Jesucristo sino, para ser más ciertos y verdaderos, son como Judas Iscariote haciéndose pasar por Judas Tadeo. - ¡¡Jajajajaja!! - Por eso, una vez que le hemos dado el corte necesario, es mejor olvidarle y que siga hurtando, porque para eseo se llama Hurtado, todo lo que puedan al otro lado del Océano Atlantico. Lo más posible es que se lo coman las pirañas cuando se le ocurra irse a balar a algún río caribeño; porque las pirañas seguro que se lo comen a este sinvergüenza creyendo que es un centollo. ¿Has visto la cantidad de pelusillas que tienen en sus patas los centollos? Pues eso. - ¡¡Jajajajaja!! Yo soy una chavalilla preciosa y, por lo tanto soy una mujer. Puedo ayudarte en lo de la psicología femenina. - Es que es un poco fuerte lo que estoy pensando y a lo peor puedes enojarte conmigo si te lo cuento. - Contigo es imposible enojarse. No he visto a nadie luchar contra La Muerte y vencerla... pero tú lo has conseguido. Hiciste todo lo posible por salvar también a Atilano Eros Amazote, tu peor enemigo desde la infancia y por mi culpa ya que te elegí a ti. Tanta generosidad para con el peor enemigo no lo ha hecho ninguno de todos esos que dicen ser muy cristianos pero que, a la hora de la verdad, se esconden hasta debajo de las piedras como lo alacranes. - Eso lo hacen muchos hombres, Princesa... - Tú y yo hemos conocido a muchos de esos que van de santitos por la vida pero que, como en el caso de este tal Jesús Hurtado Duro Marana De Las Iglesias, sólo son unos gilipollas y se comportan, claro está y cuando no pueden hacer lo que les da la real gana, como verdaderos gilipollas en lugar de como verdaderos cristianos. Si hubiese intentado ponerme sus dos sucias manso encima de mi cuerpo le hubiese soltado tal mandanga que lo hubiese puesto dando vueltas en la órbita de Júpiter como a un jupiteriano cualquiera. - ¿Sabes lo que es un jupiteriano, preciosa? - ¡Claro que sé lo que es un jupiteriano! ¿Te lo explico? - Explícamelo para saber un poco más de la psicología femenina. - Espera un momento. Siempre llevo guardado un texto muy interesante sobre esto de los jupiterianos en mi bolso; porque he visto a muchos jupiterianos en mi joven vida. - Adelante. ¡A ver cómo lees ese texto! Ángeles saca una hoja escrita a mano por las dos caras... - Lo he copiado a mano pero entiendo claramente lo que dice. Se titula "Los vedettes apocalípticos" y dice así: Por su importancia, nos extenderemos un poco al analizar al que es, a la vez, el más gracioso y el más terrible de todos los temperamentos cósmicos: el jupiteriano. El mejor ejemplo de una cultura intensamente jupiteriana la constituyó Roma bajo su aspecto imperial y luego eclesiástico, y aún siguen siéndolo los italianos... y lo curioso del caso es que el principal dios de los romanos era, precisamente, Júpiter. El jupiteriano es, sobre todo, un superego, un superstar, un ser que cuando escucha un grandioso himno coral, cae en variados éxtasis en los que se ve a sí mismo sentado en un trono olímpico, desde donde mira a todos los demás mortales, como a unos pobres gusanos envidiosos. Pero luego él mismo puede reírse de esas fantasías, y es precisamente eso lo que lo torna adorable. La burla cínica es la más afilada de las armas del jupiteriano; pero, increíblemente, él puede dirigir esos cañones hacia sí mismo. En verdad, la capacidad que el jupiteriano tiene de reírse de sus propias ridiculeces lo salva de ser condenado al Infierno por todos los que lo conocen. Vive convencido de que lo que él está haciendo es único y lo más importante y que los demás deberían limitarse a ayudarlo, admirarlo o a aplaudir, en todo caso. El jupiteriano es el eterno fugitivo de su propio delirio. Respecto del jupiteriano de todos los días - ése al que hay que soportar en vivo y en directo - se puede decir de él que no hay nada en el mundo que pueda convencerlo de que no es un genio; y lo peor de todo es que demasiadas veces, lo son. Es decir, la inspiración, o el milagro, o lo que sea, suele apoderarse de él cuando menos se piensa; y ésta es, precisamente, la paradoja jupiteriana: ¿cómo un ser en general tan caótico y desastroso puede tener momentos de tanto encanto y belleza? Además, posee un don innato, que suele ser muy agradecido por la humanidad doliente: el don de hacer reír, voluntaria o involuntariamente. Los lunares son sus parientes cercanos en estos fenómenos, pero mientras los hijos de la Luna canalizan la posibilidad de la Magia a través de la poesía, la plástica o aun la música, el jupiteriano lo hace a través de la performance, en una fiesta, sobre las tablas, en una conferencia, púlpito o mitin político. Cuando su inspiración no se disipa y se plasma a través del cine, del teatro o de cualquier arte de acción, el jupiteriano hace historia con uno solo de esos momentos angélicos (y/o demoníacos, como hemos visto). El asco que la gente suele sentir por la autosuficiencia jupiteriana se suele convertir en admiración cuando ve la Magia derramándose a través de él. El jupiteriano suele ser objeto de envidia y lástima en forma simultánea. Contradictorio segundo a segundo, podría sentirse igualmente identificado con todos los temperamentos descritos en este libro; de hecho, si algo así le está sucediendo al que está leyendo estas líneas, no debería dudar de que este planeta es más importante en su vida de lo que se imagina. Por último, el jupiteriano es el ser ritualístico por naturaleza, supersticioso, aventurero, gigoló, jugador (¡es el arquetipo del tahúr!), taoísta y fanático de lo que venga, siendo su frase interior clave: "En el Universo no hay nada verdaderamente puro ni impuro, así que todo vale... la vida debe ser vivida a full mientras las estrellas nos bendigan...porque uno nunca sabe, y al final, todo puede ser una mentira, incluso lo que acabo de decir." ¿Qué te parece esta clase de bichos animalados en vez de personas, Juan? - ¡¡Jajajajaja!! Igual que Atilano Eros Amazote que ya se ha muerto y este tal Jesús Hurtado Duro que se las da de vivo. Escucha, Ángeles. Las chicas guapas son personas que evolucionaron hasta convertirse en mujeres angelicales. -¿Yo soy alguna de ellas? - Tú eres la que más evolucionó de todas ellas. Por eso eres insuperable. - Se nota un mogollón que sabes demasiado sobre la psicología femenina a pesar de que sólo eres un chaval jovencísimo muy atractivo y, además, cierta y verdaderamente muy guapo. - Es que en la vida o sabes o naufragas. Muchos naufragan ya desde la adolescencia porque confunden el hambre con las ganas de comer. - ¿Y eso? - Lo he aprendido en las calles del barrio madrileño de mi adolescencia. A muchos se les nota que tienen hambre pero no saben los que es las ganas de comer. - ¿Eso es parte de la psicología femenina? - Por supuesto que sí. Las chicas guapas saben distinguir muy bien entre un hambriento y uno que tiene ganas de comer, que no es lo mismo una cosa que otra. Los hambrientos sucumben ante vosotras mientras que a los que tenemos ganas nos dáis de comer... lo cual es mucho más inteligente... - ¿Está deliciosa la comida? - Tanto como tú. - Veo que tienes buen apetito. - Y buen gusto. Sobre todo tengo buen gusto. Sólo con verte a ti se sabe que tengo no solo buen gusto sino muy buen gusto. - Sé nota que supiste elegir. - Pues tengo que decirte algo más todavía, Princesa. ¿Recuerdas a Angelito Izquierdo Cartonero? - Me parece recordar que era otro bastante gilipollas... - Pues recuerdas bien, bombón. Y quiero que sepas que a aquel tal Angelito Izquierdo Cartonero no le hice ni el más mínimo caso; porque era tan debilucho y enclenque que si le hubiese dado solo una toba en el cogote lo hubiese jodido para el resto de su vida. Yo desayuno donde me dá la real gana siempre que tenga permiso tuyo y si voy a desayunar a donde me atiende una chica guapa, siempre con tu permiso, no es porque yo sea un chulo, como decía el gilipollas de Izquierdo, sino porque, repito otra vez más, tengo buen gusto y no como el mandria ese. Y ahora, dejado ya todo esto bien claro, quiero que me saques de una duda razonable. - Está bien... yo siempre te he amado más cuánto más te has fijado en las chicas guapas... porque para casarse conmigo hay que ser alguien que tenga tan buen gusto como tú... y no como ese gilipollas de Izquierdo... - No es eso lo que me preocupa, Princesa. - ¿Qué quieres saber, Juan? - Supongo que los hombres que has conocido eran demasiado pudientes y adinerados como para proecuparse de salvar a alguien. ¿No es cierto? - En mcuhos caso, sí. No en todos los casos pero sí sucedía eso con los llamados "nuevos ricos" que nunca han sabido jamás lo que es tener dinero y saber utilizarlo. - Quizás porque no han conocido las angustias de los desesperados ya que sólo son pequeño burgueses nada más. - Lo sé muy bien, Juan Bautista, lo sé muy bien... ¡y por eso estoy loca de amor por tu culpa! Ya que he nacido para ti... con el permiso de Jesucristo... ahora te aclaro que por eso te odiaba tanto Atilano Eros Amazote y que, debido a que estaba super enamorada de ti, he rechazado muchas peticiones de mano de esos hombres a los que te refieres. No sabían que tú eres la parte más principal de mí, tanto en lo espiritual como en lo fisico, desde que nací. - Pues ahora quiero hacerte otra pregunta que, por muy fuerte que sea, no te va a sorprender y quiero que me respondas con total sinceridad. ¿Qué sienten, según tu manera de entenderlo, las prostitutas? - Yo jamás he sido prostituta y no puedo contestar a esa pregunta porque desconozco cuál puede ser la respuesta mas adecuada... pero deben ser mujeres como otras cualquieras. Supongo que las prostitutas sienten dolor. Sienten un dolor inmenso cuando engañan a sus clientes; sienten un dolor inmenso cuando practican el sexo sin amor con esos asquerosos y macihstas clientes; y sienten un inmenso dolor cuando descubren lo sucios que son sus clientes y cuando comprenden cómo son de verduleros en la realidad: Supongo que también sufren un dolor inmenso cuando notan su impotencia para saber lo que es tener una buena y perfecta relación sexual amorosa con un solo hombre verdadero. Impotencia en el más amplio sentido de esta palabra. - ¿Cómo sabes tú tanto de la profundidad del alma de las prostitutas? - Escucha bien, Juan Bautista... Jesucristo amó a las prostitutas pero jamás tuvo relaciones sexuales con ninguna de ellas ni con otra mujer cualquiera. Sensacrificó siendo virgen. Si tñu, en lugar de ser Juan Bautista fueses Jesucrsito, yo nunca sería María Magdalena sino que sería, exactamente, María de Betania. - ¿La hermana de Lázaro? - La misma. La bellísima, guapa y virgen, María de Betania. Pero ni Jesucristo ni ella, aunque ella era la novia de Jesús de Nazaret, tuvieron relaciones sexuales. Si Jesús de Nazareta no fuese porque tuvo que ser Jesucristo para salvar los pecados de los mundanos, y si hubiera vivido, en su primera llegada a la Tierra, más de 33 años, se habría casado con María de Betania y nunca con la ex prostituta María Magdalena. Él conocía, como tú conoces, a muchas prostitutas pero como era puro y virgen se habría casado, de no haberse ofrecido a que le crucificaran a los 33 años, con su enamorada María de Betania que, dicho sea de paso, era una chavalilla guapísima, pura y virgen como yo. No hace falta ni es necesario ser teólogo o apologeta para entenderlo. - ¿Me consideras demasiado bueno a mí, bombón de fresa y chocolate? - Eres demasiado bueno, Juan Bautista. Por eso me casé contigo y no solo porque seas siempre joven, siempre atractivo y siempre guapo. - Entonces... ¿quieres venir conmigo a hablar con ciertas personas? - ¿Con ciertas personas? - Espero que sean personas... pero no te extrañes de que sólo sean cerdos... - ¡No me digas que me vas a meter de nuevo an algunos de tus monumentales follones! - ¡¡Jajajajaja!! ¡Nada de follones, Princesa! ¡Nada de follones! - Entonces... ¿qué intentas hacer conmigo ahora? - Ahora mismo podría hacer contigo muchas cosas porque para eso eres mi regalo de Dios... por ejemplo, volver a jugar, otra vez, a una verdadera lucha cuerpo a cuerpo sin salir, para nada, de tu casa; pero la obligación es antes que el placer o, mejor dicho, el placer viene después de haber cumplido con la obligación... como hubiese sucedido con Jesús de Nazaret sino tuviese que haberse dejado crucificar para después renacer de nuevo. De las obligaciones ya estoy verdaderamente harto... pero la verdad es que la obligación, al igual que el cartero, siempre llama dos veces a la puerta. No es justo esperar a que llame por segunda vez sino que hay que atenderle la primera vez que llama. - Muy buena parábola, Juan. - Entonces... ¿vas a querer venir conmigo? - ¡Manos a la obra! - Pero no voy a perder la ocasión, antes de ello, de entregarte una carta ya que estamos hablando del cartero... - ¿De qué carta me hablas? Juan Bautista alarga subrazo derecho y coge un sobre que está, desde que han comenzado a comer los dos juntos, sobre la mesa. - ¿Quieres que la lea? - Lee. Me está picando la curiosidad. Juan Bautista rompe el sobre y saca la carta, la desdobla y comienza a leer... - Dice así: con mi atmòsfera de tréboles acumulados entre mis dedos y las huellas de tus besos, levanto con mi fuerza las inmóviles espumas de los ríos dulces que existen en el bosque; y camino, cual jazmín alentado por el viento, asumiendo pasos en sitios donde los hombres hallamos los pálpitos de todo lo sentido. Y allí, en medio del crepúsculo de las horas, te encuentro siempre amante y a mi lado. No hay nada que detenga este corazón lanzado cuando paseo por tu cuerpo y, envidiada por las ninfas, te conviertes en mi amante eterna e infinita. Si quieren gritar los duendes y las brujas o insultarte por haber elegido ser mi esposa desde que naciste, que lo hagan porque sólo es la demostración de sus impotencias. Ni tampoco las iras de todos sus demonios pueden evitar que Dios te haya transformado en la jovencísima Princesa de mi Exitencia. Duermes en mi lecho noche tras noche... sueño tras sueño... amor tras amor... y si alguien tiene envidia de tu Belleza, que se tome el veneno y calle eternamente; porque tú eres ya, y por siempre, la misma que en residencias y en playas me atrajiste y en profundas verdades transformaste mi Sueño en Realidad Suprema... ¡Princesa de mi alma y compañera siempre fiel! - ¡¡Guauuuuuuuu!! ¿Cuándo escribes así y de esa manera? - Cuando estoy sólo pensando en ti. Y en esos asuntos del amor siempre he pensado únicamente en ti, pienso siempre únicamente en ti y pensaré sen ti solamente y siempre. Estoy hablando en serio, Princesa... ¡pero tenemos que salir ya de casa! - Pero... ¿por qué tanta prisa? - No tengo tiempo ni de terminar de comer en casa. ¡Tenemos que ir ahora al ataque! - Pero al ataque... ¿por qué?. Son solamente las 2 de la tarde. ¿Por qué tenemos que ir tan pronto en lugar de echarnos una buena siesta? - Porque tenemos que llegar antes de que lo hagan otras visitas no deseables y antes de que cierre su despacho. - ¿A dónde? - A la calle de Amorós, número 15, que es la niña bonita. - ¿Te refieres a alguna amante secreta de alguien? - No. Me refiero al amor al dinero y cosas relacionadas con el amor al dinero. - ¿Y eso tiene algo que ver con este asunto que todavía no ha terminado? - Intuyo que sí. Intuyo que tiene mucho que ver. Intuyo que existe una relación directa con el asunto que estamos investigando y de cuya investigación ahora tú tomas parte de manera total. - Ese domicilio está muy cerca de la calle Joaquín Costa, número 28. - Por eso mismo intuyo que tienen relación muy directa. - ¿No es en la calle Joaquín Costa, número 28, donde se encuentra el Sanatorio de San Francisco de Asís. - Exacto. Sabes leer muy bien mis pensamientos. - ¿Y por eso dices lo de la niña bonita? - Por eso. Porque se trata de niñas adolescentes de tan sólo unos 15 años de edad poco más o poco menos. - ¿Tiene que ver con las chavalillas muy guapas y los "viejos verdes"? - ¡¡Jajajajaja!! No pero sí que quiere decir que sí. Esta vez vamos a actuar en defensa de las causas de los millonarios que saben ser millonarios para defenderlos de los "nuevos millonarios" que no saben ser millonarios. - ¿En qué lio te estás metiendo ahora, Juan? ¡Exijo una explicación ocnvincente! - Te la doy mientras vamos en tu flamante Ferrari de color rojo. ¡Vamos! ¡Hay que llegar antes de que cierre su despacho! Ella se agarró al cuello de él y comenzó a besarle en la cara... - Está bien... está muy bien... pero hay que salir ya, muñeca, porque a quien madruga Dios le ayuda y por eso yo madrugo tanto. Hay que llegar antes de las 3 de la tarde. - ¿A quién quieres cazar ahora? - ¡Lo vas a cazar tú y no yo! - ¡¡De eso nada!! ¡¡Te repito que no vuelvas a meterme en ningún otro antro de follones de pandillas barriobajeras!! - No. Esta vez vamos a una oficina privada muy elegante. La oficina del mejor defensor de los "nuevos ricos". ¡Vas a conquistar, solamente con tu mirada, nada más y nada menos que al intrépido y valiente inspector y detective Roberto Alcázar de Toledo y Toledo! ¡El durísimo y castigador Roberto Alcázar con su ayudante Pedrín! ¡El que estoy seguro de que te va a ofrecer todo el lujo que tú quieras porque, en cuanto te vea, arderá en deseos de llevarte a su cama! - ¡¡Eso sí que no!! A mí no me conviertas en objeto de lujo para ese tal Roberto Alcázar de Segovia y Segovia, de Ávila y Ávila o de Toledo y Toledo.. que ya no me acuerdo qué apellidos me has dicho. - Es de Toledo y Toledo pero no importa. Sólo quiero que te mire a los ojos. - ¡Pero nada de hacer el amor con ese tal Roberto por muy guaperas que sea! Si solamente consiste en mirarle nada más estoy de acuerdo pero no más allá de una simple mirada. ¿Tengo yo la posibilidad real de ponerle nervioso sólo con mirarle o tengo que hacer algún gesto insinuante? ¿Tengo que darle un beso, aunque sólo sea en la cara, a ese tipo tan duro y tan millonario de Madrid? - ¡¡Jajajajaja!! Sólo tienes que dejar que te mire nada más. Verás qué elegancia, qué apostura, qué donaire, qué gracia, qué galanura, qué categoría humana tiene ese tipo tan duro. - ¿Y se puede saber por qué tengo que mirarle si no le conozco de nada? - Espera un momento que lo vas a conocer antes de visitarle... Juan Bautista se acerca al sofá y busca debajo de él sacando una caja de fotografías y recortes de prensa. Se levanta, deja la caja sobre la mesa y empieza a buscar lo que quiere mostrarle a ella... hasta que logra encontrar la fotografía a todo color y el recorte de prensa de la revista donde viene una entrevista con él. - ¡Mírale! ¡Este tipo es al que vas a conquistar con una sola mirada tuya! Ángeles toma la hoja de lqa revista que le muestra Juan Bautista y se tapa la boca para no reír antes de hablar. - ¡¡Jolines, qué guaperas que es!! ¿A quién se parece este tipo que es como Alain Delon pero mucho más guaperas? - ¡Nada más y nada menos que a José Antonio Primo de Rivera? - ¿Y quién fue ese primo de un tal Rivera? - ¡¡Jajajajaja!! No fue ningún primo de ningún Rivera sino que se apellidaba Primo de Rivera pero, la verdad, que fue bastante primo e hizo el primo por aliarse con Francisco Franco Bahamonde quien le traicionó y dejó que lo mataran los rojos republicanos. - ¡Ah, bueno! ¡Está bien! Ni a ti ni a mí nos interesan las ideologías políticas ni las guerras civiles donde se traicionan los unos a los otros y viceversa. - Entonces... ¿lo crees necesario o no lo crees necesario? - Lo veo coherente, lógico y normal si sólo se trata de echarle una miradita nada más. - Pues solamente te pido eso. - Así que tengo que hipnotizarle... ¿no es cierto? - Eso es. - ¡Vamos ya a por él! - Calma bombón... ya te iré explicando con detalles mi plan estratégico por el camino. ¡Vamos! Levántate de la mesa, deja el recorte de la revista dentro de la caja y vayamos con tu flamante Ferrari de color rojo que le va a enamorar en cuanto lo vea porque es que ama tanto el dinero que se le hace el trasero agua cuando ve algún objeto de lujo. Es necesario ir ya. Juan Bautista le da la mano a su bellísima y escultural esposa y los dos salen de la casa hacia el Ferrari de ella.
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