guilas Negras -36- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en Apr 05, 2013
- ¡Adelante, Pedrín, adelante!
- ¡Don Roberto, ha llegado una pareja! - ¿Una pareja de la Guardia Civil? - ¡No, Don Roberto, se está usted quedando un poco tonto de tanto imaginar aventuras extrañas! ¡No he dicho Guardia Civil sino solamente una pareja! ¡Son un joven y una chavalilla de ensueño! - Diles que esperen a que abra por la tarde. Yo no atiendo a ningún cliente cuando falta media hora para cerrar mi despacho por la mañana. Es a partir de las 5 de la tarde cuando vuelvo a abrir. Ahora son las 2,30 y quiero descansar un poco de tanto trajín. O mejor diles que vengan a las 8 de la noche. El 8 es un buen número ya que parece una pareja unida por un lazo en común. Estoy de acuerdo que a las 15; o sea, a las 3 de la tarde, sea el número de la niña bonita pero yo a esa hora prefiero descansar antes de irme a casa. - Pues precisamente son una pareja que están unidas por un lazo en común porque vienen cogidos de la mano y la niña es bonita, muy bonita, demasiado bonita. - ¿Qué quieres decir, Pedrín? - ¡Que la niña está como un tren! - ¡Polizón! ¡Pillastre sinvergüenza! ¿Qué me estás diciendo? - ¡Que la niña está como un tren lleno de diamantes a punto de explotar! ¡Están esperando en la Sala de Entrada! ¡Puede ser un gran negocio! - ¿De quién me hablas? - Además de tonto se está usted quedando sordo y se está volviendo, por culpa de su mucha edad, bastante chocho, Don Roberto. Le hablo de una pareja que está esperando en la Sala de Entrada. Él puede ser un buen complemento de ella, pero la chavalilla es el monumento viviente más vivo y completo que he visto en mi vida. - ¡Sigues tan golfo como siempre, polizonte Pedrín! Diles que si es un asunto urgente les puedo dejar pasar. Pedrín lanza un silbido... - ¡Podéis pasar, chorvos! Juan Bautista se levanta y hace una señal para que se levante la preciosa ecuatoriana y española que tiene por esposa mientras le hace callar al canallesco y rufián Pedrín. - ¿A ti nadie te ha enseñado a hablar bien, chavea que te huele el culo a brea? - ¡Ostras! ¿Sabes mi jerga? - Por supuesto que sé muy bien tu jerga, mequetrefe. ¿Necesitas jarabe de palo para cortarte el catarro o todavía sigues siendo un catarrino en lugar de un niñato pijo, con pantalones bombachos ya pasados totalmente de moda porque son de la época de Tintín y Milú, que las pía demasiado? - Esto... yo no puedo... - Por supuesto que no puedes hacer nada con ella ni aunque te lo imagines. ¿No querías molestarla, cara huevo? Ella habla por primera vez para intentar cortar el diálogo absurdo... - ¡Ostras, como dices tú, zarrapastroso! ¿Te has enterado bien de lo que te ha dicho mi chaval, chavea? - Perdón... no quise molestarla... yo... esto... Vuelve a intervenir Juan Bautista... - ¡Esto, eso y aquello! ¡Tú ya tienes bastante con lo que llevas encima, corto de vista! Me refiero a tu cachiporra de la porra. Y gradúate la vista a ver si ves mejor pero te aseguro que si sacas la cachiporra de la porra de la tragas entera, niño chorra. - ¡Vaya! ¡Veo que la proteges a muerte! - Contra rácanos y sinvergüenzas de pacotilla como tú, por supuesto que sí. Contra los demás se defiende ella sola. Pero no he venido a presentártela a ti, zanguango. Esta chavalilla se llama Ángeles y yo me llamo Juan. ¿Estamos o no estamos ya enterados, so enterados, que sois tú y tu jefe solamente dos tan enterados de la vida que os pensáis que sois dos perdonavidas. Roberto Alcázar, que está escuchando todo desde su cómodo sillón giratorio, se pone nervioso y está a punto de dar con su cuerpo en el suelo; pero consigue agarrarse bien a los brazos del sillón, se incorpora como malamente puede y les invita a pasar todavía con el susto dentro del cuerpo; por lo que tiene que aclarar su garganta con un vaso de agua antes de hablar... - ¡¡Está bien!! ¡¡Entrad y sentaros cómodamente mientras me decís que queréis de mí!! Y Juan Bautista, llevando de la mano a Ángeles entran en el despacho y se sientan frente al grande, famoso y poderoso inspector e investigador Roberto Alcázar mientras Pedrín queda de pie dispuesto a escuchar.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|