guilas Negras -39- (Novela y Guin para Cine)
Publicado en Apr 11, 2013
- ¿Sabes por qué he elegido "La Atalaya" para almorzar, preciosa?
- ¿Quizás por cosas del azar? - No. Porque he inventado una revista con ese título donde escribo temas diversos y variados. - ¿Una revista famosa? - ¿Famosa dices? ¿Para qué necesito que sea famosa mi revista "Atalaya" de Madrid? - Quizás para nada... - Tal vez, chavalilla, tal vez para nada importante para los demás pero es parte de mi vida... ¿entiendes lo que significa eso? - Entiendo. Significa que es muy importante. - La importancia de una revista escrita con sentimiento vale más que una revista famosa que la conozcan en el mundo entero. Si "Atalaya" de Madrid me llena el espíritu periodístico por completo es, para mí, más importante incluso que "National Geographic" digamos por ejemplo o incluso "Science" por poner otro ejemplo de revista de fama mundial. - ¿Alguna razón especial para haberla inventado y ser el escritor de esa revista? - La razón fundamental de todo ello es que tú me inspiras para llevarlo a cabo; al igual que sucedió con "Salud", "Cigarras y Saltamontes", "Tándem" y "Aquellos tebeos nuestros". Son productos de tu inspiración; porque eres la musa principal de todas ellas. Ahora vuelve a ser tú misma, Princesa. - Ya estoy completa. Ya soy yo misma. - Entonces quiero hacerte una pregunta muy en serio. - Si puedo contestarla lo haré... - ¿Cuándo comenzó, en verdad lo nuestro? - El mismo día en que nací supe que alguien estaba pensando en mí y que me amaba. Lo sentí desde el mismo día en que nací. - El mismo día en que naciste dos chavales estábamos pensando en ti. ¿Por qué me elegiste a mí en lugar de elegirle a él? - Es que sólo uno de los dos era mi poeta. Sólo uno de los dos me amaba en plenitud mientras que el otro sólo me deseaba nada más... - ¿Cómo supiste esa diferencia entre él y yo? - Por la manera en que los dos combatíais en la selva. Él mataba para intentar conquistarme pero tú luchabas para enamorarme respetando la vida de los demás. - Entonces... ¿supiste que éramos Atilano y yo? - Por supuesto que lo supe. Es más. Os puse las mismas pruebas a los dos y siempre daban el mismo resultado. Atilano me deseaba pero tú me amabas. Atilano renunció a superar las dificultades pero tú seguiste adelante, en pie, sorteando una tras otra todas las dificultades que surgían en medio de las batallas. Él renunció e intentó engañarte diciendo que me había conquistado y se había unido a mí... pero tú no te dejaste engañar y seguiste amándome porque sabías que yo era Lina y no la otra y que yo no me uniría a ningún hombre a no ser que fuese a través del matrimonio cristiano... - ¿Te digo cómo se llama, en el lenguaje popular de las calles madrileñas, intentar engañar de esa manera? - Dímelo. Debe ser algo curioso. - En el lenguaje popular de las calles madrileñas lo que quiso hacer Atilano se dice querer "hacer la pirula". - ¡¡Jajajajaja!! Habla en serio, Juan Bautista... - Te lo digo en serio. Se dice querer "hacer la pirula" - ¿Y qué significa eso? - Es una frase coloquial entre los jóvenes de Madrid. No es vulgar ni tiene nada que ver con las pastillas. - ¿Es verdad eso? - Sí. Efectivamente es coloquial y no es vulgar ni obscena. Es hacer una trampa, una grande o pequeña ilegalidad o falta con intención de engañar. Atilano lo estuvo intentando hacer un mogollón de veces contra mí pero... ¿sabes cómo se combate eso? - ¿Cómo se combate a lo de "hacer la pirula"? - Se dice "estando al loro". -¡¡Jajajajaja!! ¡De verdad que es magnífico comer con alguien que te entretiene tanto mientras comemos! - Pues es verdad que se dice así en la jerga de los jóvenes madrileños que conocemos las calles y lo que sucede en las calles madrileñas durante las mañanas, las tardes y las noches... y hasta en las horas del amanecer... - ¿Y qué signica "estar al loro"? - "Estar al loro” significa estar informado o pendiente de algo; ser lo suficientemente inteligente para no caer en las trampas de quien te quiere "hacer la pirula"; conocer de qué van los "malos rollos" para no liarte o enredarte en ellos; estar atento a todo lo que sucede a tu alrededor para no dejarte engañar y sabiendo lo que quieres en vez de ser un "pardillo". - ¡¡Jajajajaja!! ¿Pardillo? ¿Has dicho pardillo? - Sí. "Pardillo", escrito entre comillas, significa ser un bobo ingenuo. No lo confundas con ser un inocente porque hay una gran diferencia entre ambas cosas. Inocente es ser ingenuo pero "pardillo" es ser un bobo ingenuo. ¿Notas la gran diferencia que existe entre ser ingenuo y ser un bobo ingenuo?. Muchos van de "pardillos" por la vida y se "las meten hasta dobladas" por ser bobos... pero eso ya no te lo explico... - ¡¡Jajajajaja!! No hace falta que me expliques lo que quiere decir que "se las meten hasta dobladas por ser bobos" porque lo sé de sobra. ¿Tiene que ver con lo de "dárselas de listos" cuando sólo son unos tontarras? - Sí. Eso es. Mi abuela materna llama tontarras a los que son unos "pardillos" pero van por la vida "haciéndose los listos". Jejeje. - ¡¡Jajajajaja!! No me explique más. Lo he entendido todo. Atilano usaba a los "pardillos que se las daban de listos" para querer hacerte "la pirula" pero tú siempre "estabas al loro". - Sí. Eso es más o menos. - Entendido. - Entonces sigamos con lo que estábamos hablando. - Te cuento que siempre supe que triunfarías en todos tus combates. Que al final saldrías victorioso a pesar de los muchos combates que tuviste que luchar. Lo que los necios como ese tal Atilano Eros Amazote no sabían, ni saben, es que a mi no me gutan los que se imponen por la fuerza bruta sino por la inteligencia. Entre un doctor en Ciencias Exactas y un poeta elijo siempre al poeta. No soy de las tontas que eligen vivir esclavizadas por un ser despótico sino vivir liberada junto a un chaval democrático y compartir toda mi existencia con él y no estar siempre sufriendo por culpa de un ser machista que tiene poco de hombre pero mucho de animal... y que me perdonen los animales porque no tienen la culpa... pero se me ocurre llamarles animales porque carecen de sensibilidad humana. - ¿Eso fue lo que desequilibró la balanza entre Atilano y yo? - Eso fue fundamental. - ¿Desde que naciste? - Te repito que sí. Que desde que nací. Tú sabes bien que yo soy romántica, muy romántica, pero nada de tonta, y por eso amo a quien, aun siendo bohemio, es cristiano y sabe usar la razón además de tener tanta Fe. - Entonces ¿cuándo fue cuando diste el definitivo paso en la elección? - Al machista de Atilano le puse una trampa y le confundí del todo. - ¿Cómo hiciste eso? - Creyó que Lina era alguien pero no era yo. Sabía que iba a caer en la trampa y cayó como un "pipiolo"... porque todos los machistas son solamente unos "pipiolos" a la hora de la verdad. Así que lo eliminé muchísimo antes de lo que él mismo se creía. Los "creídos" y los "sobrados" nunca me han interesado para nada, absolutamente para nada. - Pues hablando de eso ahora me vas a ayudar mucho para acabar, definitivamente, con todos ellos. - ¿A quienes te refieres cuando dices todos ellos? - A los Águilas Negras. Han perdido a su líder pero alguien, en la sombra, está todavía dirigiendo a esos nazis fascistas que aún quedan por atrapar. Ahora sigo tomando el mando de las operaciones yo porque todavía sigo siendo capitán... - ¿Así que aún queda mucho por descubrir? - Digamos que ni mucho ni poco pero sí muy importante para acabar con todos ellos. ¿Te gustó el almuerzo? - Excelente almuerzo. Lo mejor de todo ha sido la taza de chocolate a la que me has invitado al final. Estaba buenísimo. - Porque me enseñó mi abuela materna que a una chavalilla como tú siempre hay que invitarla a un buen chocolate espeso al final de una excelente comida. - ¿Lo aprendiste de tu abuela materna? - Sí. Aprendí a distinguir los buenos chocolates de los malos chocolates gracias a mi abuela y la ayuda de mi madre. Siempre espeso. Siempre sabroso. Siempre vitamínico. ¿Tu abuela materna también hace lo mismo? - Si. ¡¡Jajajajaja!! También hace el mismo chocolate que la tuya y con la ayuda de mi madre. Parece como si una comunicacion interpersonal, muy especial, hubiera entre todas ellas. - Está bien, Princesa. Fin del almuerzo. Ahora tenemos que trabajar con mucha Fe, con mucha Confianza... así que confía siempre en mí y deposita toda tu Fe en mí. ¡Vamonos hacia el número 28 de esta misma calle de Joaquín Costa! - ¿Por qué, Juan Bautista? ¿Es alguna otra intuicion de tu corazón? - Es más que eso. Es una evidencia total. Quiero darme a conocer a cierta persona y hablar con ella para que se entere... - ¿Con una mujer? - Si una monja es una mujer... - Supongo que una monja es una mujer... - A veces hay algunas monjas, y que me perdone Dios pero digo solamente algunas, que actúan como marimachos en lugar de como mujeres. Esta que vamos a visitar es una de ellas. - ¡Vamos para allá, Juan Bautista! Juan Bautista pide la cuenta al respetuoso y elegante camarero, paga la comida de los dos y deja un buen billete como propina. - ¡Gracias, caballero! - Ha sido gracias a ella... - ¡Gracias, señorita! - Es mi esposa. - Perdón. Les veo tan jóvenes que no me imaginé que estuviesen casados. - Imagine lo que quiera, señor camarero, pero es la verdad. Si se lo cree usted, mejor; pero si no se lo cree usted, mejor que mejor... - ¡¡Jajajajaja!! ¡Vámonos ya, Juan! Es ahora ella la que le da la mano a él y ambos salen de "La Atalaya" de Madrid.
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