guilas Negras -40- (Novela y Guin para Cine).
Publicado en Apr 12, 2013
El Doctor Gomes Dias estaba anotando apuntes en el expediente médico de la señora gorda y con sombrero esperpéntico lleno de plumas; y no levantó la cabeza mientras hablaba...
Juan Bautista no puede aguantar por más tiempo la risa. - ¡¡Jajajajaja!! Y entonces sí. Entonces el Doctor Joao Manoel Dias Gomes levanta del todo su cabeza y le reconoce... - ¡¡Tú!! ¡¡Eres tú!! ¡Tu forma de reír es inconfundible e inolvidable, Juan! - Juan Bautista es más completo, porque Juan Bautista es mi nombre, Doctor. - ¿Tú eres Juan Bautista? - Exacto. Ese es mi nombre verdadero. ¿De verdad se acuerda de mí? - ¡Claro que ma acuerdo muy bien de ti! Pero... ¿qué haces por aquí?... ¿no te dije yo que no volvieras más porque ya me habías ayudado muchísimo? - No venimos a pasar consulta con usted, Doctor, sino a hablar amistosamente como amigos. ¿Es usted amigo de verdad? - ¡Pues claro que soy tu amigo verdadero! ¡Cómo voy a ser tan desagradecido con alguien que me ayudó tanto a comprender a mis clientes más difíciles! ¡Hiciste una gran labor! ¡Le echaste muchos huevos al asunto! ¿Dudas acaso de que yo soy amigo tuyo, pero amigo verdadero? - No. No lo dudo, Doctor Dias Gomes, pero estoy buscando la verdad de todo aquello y precisamente hemos venido aquí para saber la verdad oculta, no la verdad visible que ya conocemos, sino la verdad oculta que estamos persiguiendo para descubrir quien dirige ciertos asuntos muy escabrosos. - Queremos separar la verdad de las mentiras, Doctor. El Doctor Dias Gomes se fija ahora en ella... - Pero... ¡Dios mío!... ¡Vaya chavala más preciosa!... ¿Quién es este monumento de jovencita que te acompaña, Juan Bautista? ¡¡No he visto nunca a una chica tan bellísima!! - ¿Le recuerda a alguien? - Me parece que sí... me parece que me recuerda a alguien... estoy seguro de que la he visto antes en algún lugar... - No se preocupe. Nunca fue una paciente suya, así que si la vio fue solamente por curiosidad... quizás tal vez jugando al ajedrez... - ¿Y puedes tener la gentileza de presentármela? - ¿Le gusta a usted el ajedrez? - ¡Mucho! ¡Soy un experto jugador de ajedrez y me enfrento a quien quiera jugar conmigo! Por cierto... forma parte de la terapia que utilizan en la Residencia. - Pues entonces debe saber que ella juega muy bien al ajedrez. Tanto como yo o incluso mejor... - Sólo en algunas ocasiones soy mejor que él, Doctor. En realidad Juan Bautista es un verdadero maestro pero no le interesa el ajedrez sino las chavalas guapísimas que sabemos jugar al ajedrez porque así le resultamos más interesantes. - Ajedrez... ajedrez... puede que sí... - No lo dude más, Doctor. Es ella. - ¡Claro que la recuerdo! ¡La vi solamente una vez pero tiene un rostro y un cuerpo que jamás se puede olvidar! Pero... ¿no me la vas a presentar? - No se preocupe por cómo se llama ella y llámela solamente Lina o Angelina. Pero deje de mirarla tanto por su propio bien si no quiere terminar usted por ser paciente de sí mismo y tenga que recetarse usted mismo a si mismo pastillas para poder dormir y dejar de pensar en ella. - ¡¡Jajajajaja!! ¡Tú siempre con tu buen humor, Juan Bautista! - Pero resulta que no lo he dicho de broma sino completamente en serio. Mírela fijamente a los ojos y quizás entonces comprenda que estoy loco como dicen muchos sin saber lo que dicen. El Doctor se queda mirando, fijamente, aquellos hermosos, bellos y profundos ojos de la ecuatoriana española... - Ya es suficiente, Doctor, porque si sigue va a caer en un brote psicótico del cual nunca va a poder regresar... - ¡¡Jajajajaja!! - Buena señal es que usted se ría, Doctor Dias Gomes, porque así me hace usted compañía cuando me entran ganas de llorar y, sin embargo, me parto de risa. El Doctor Dias Gomes consigue apartar la mirada de los ojos de Ángeles y se centra en la charla con Juan Bautista. - ¿Qué es lo que quieres hablar conmigo? - Quiero que hablemos, sin trampa alguna, de mi informe médico. - Es que hay muchas lagunas... - ¿Quiere usted decir lagunas pantanosas o lagunas a secas? Porque si en mi informe médico existen lagunas pantanosas estamos atascados del todo pero si en mi informe médico existen lagunas a secas podemos solucionarlo tomando un par de cubatas, Doctor, y así dejan de ser lagunas a secas y se convierten en lagunas mojadas... algo así como las lágrimas que a veces hay que soltar para poder resistir... ¿sabe a lo que me estoy refiriendo? - Ya tengo dicho informe médico archivado del todo. Es mejor dar carpetazo final al asunto. - No. Nada de eso, Doctor. Es mejor saber la verdad que quedarse con dudas razonables... ¿o no llevo nunca la razón? - Siempre has llevado la razón. - Pues resulta que tengo una duda existencial y por eso no puedo dormir apaciblemente hasta que me entra el sueño, sin pastillas o con pastillas, y me quedo grogui del todo. - Pero... ¿qué deseas saber? - Deseo hacerle ahora yo a usted un breve test. No se preocupe ni se alarme, estimado psiquiatra, porque sólo hay que contestar Verdadero o Falso; porque resulta que es un test que yo lo llamo Test de la Sinceridad que es mucho mejor que todos eos Test de la Personalidad y Test de la Inteligencia que tanto usan ustedes para no saber, al final, nada de nada. Con mi Test de la Sinceridad al menos aprendemos algo sobre las personas. No es, por lo tanto, el Test de Binet-Simón que me hicieron cuando estaba cumpliendo con el Servicio Militar Obligatorio ni el Test de Rorbach o como leches se llame ese petardo. Tampoco es el Test de Terman o el Test de Wescler-Belleuve ni ninguno de esos esquizofrénicos Test que ustedes usan para terminar sin saber nada de nada sobre una persona. - Sí. Es cierto. Todos esos Test que has enunciado sólo son una sarta de petardos. - Entonces sólo conteste usted nada más Verdadero o Falso... ¿de acuerdo?... y así no nos complicamos la existencia. - ¿Y cuál es el final de todo esto? - No. No busco ahora el final de todo esto sino el principio de todo aquello... ¿me está entendiendo bien, Doctor Dias Gomes o se lo digo en portugués para ver si me entiende mejor porque según muchos dicen no hay quien me entienda? - Pues yo te entiendo con total claridad. Hablas perfectamente bien y estás completamente lúcido como siempre. Jamás te andas por las ramas. - De acuerdo. No he nacido simio sino humano. - La verdad es que me liaron... - Ahora después hablamos de esa confesión, señor psiquiatra. De momento conteste a esta primera pregunta de apertura... porque ya sabe usted que en el ajedrez es sumamente importante saber desarrollar una buena apertura... - ¿Qué pregunta de apertura es esa? - ¿Tiene todavía guardado en sus archivos mis informes médicos o cansado de tanta tontera y media los quemó en la chimenea de su chalet para no pasar frío en el invierno? - Verdadero. - ¿Lo tiene o no lo tiene? - Es verdadero que los tiré a la hoguera de mi chimenea. - ¿Cómo si fueran cosas diabólicas? - En efecto. Lo quemé todo en la hoguera como se hace siempre con lo que es diabólico. - Segunda pregunta de apertura antes de enrocarnos para salvar la partida. ¿Es lo mismo personalidad que persona? - Falso. - Bien. Bien jugada la apertura del peón de la dama. ¿El peón de la dama se llamaba Atilano? - Verdadero. - Entonces, según los grandes profesionales de la Medicina del Coco... ¿no es lo mismo personalidad que persona? - Verdadero. - ¿Eso quiere decir que una personalidad neurótica puede desarrollarse en una persona vulgar como ese tal Atilano? - Verdadero. - ¿Por qué no escribe usted todo un Ensayo de Medicina del Coco para explicar bien eso? - Es que es muy evidente. - Claro. Una vez muerta la persona vulgar es evidente que era vulgar... El Doctor Gomes Dias respira un momento para pasar su agobio. - No se agobie tanto, amigo verdadero, no vaya a ser una enfermedad contagiosa y se agobie tambien ella. - No quisiera yo ser el culpable de que Lina se agobie. - Pero es que a veces la culpabilidad es sin querer queriendo... ¿Verdadero o Falso? - Verdadero. - Eso quiere decir que el agobio no existe si no lo induce alguien oculto entre las sombras de la vida... ¿Verdadero o Falso? - Verdadero. - Ya que hemos llegado a la convicción de que los agobios en las chavalas guapísimas se los induce siempre alguien que se esconde entre las sombras de la vida, y a eso llegaremos al final de mi investigación si no se equivocan mis intuiciones, intente recordar lo que escribió en mi informe médico. - Es que es mejor olvidarlo, Juan Bautista... - ¡Por qué! Sólo se intenta olvidar lo que nos produce miedo o temor y yo no tengo ni miedo ni temor a las mentiras que se escribieron en mi informe médico. - Llevas otra vez razón, Juan Bautista... - Pues ya que llevo tanta razón lo razonable es saber si era verdad o mentira. ¿Era Verdadero o era Falso el diagnóstico? - Falso. Era Falso. Pero es que me liaron... - ¿Falso de verdad o está contando usted una mentira piadosa para que no se agobie este bombón que está a mi lado? - Nunca cuento mentiras piadosas. Soy un gran profesional. Era totalmente falso pero repito que me liaron... - ¿No tendra usted alguna copia por ahí, traspapelada entre sus papeles, para que la lea esta chavalilla? El Doctor Dias Gomes busca, ansiosamente, entre sus papeles. - Sin ansias y sin ansiedad de tenerte en mis brazos, amigo Doctor... - ¡¡Jajajajaja!! Le estás volviendo loco, Juan... - Que yo sepa quien le está volviendo loco eres tú, Lina... - ¡¡La encontré!! - ¿La encontró usted o la encontré yo, amigo Doctor? - No me refiero a tu chavalilla... - ¡Ah, bueno! Por un momento pensé que usted la habia encontrado antes que yo y por eso se enfadó tanto conmigo que escribió aquellas tonteras. - Que te digo que yo no me enfadé contigo, ya que fuiste mi mejor ayudante, sino que me liaron... - Entonces... ¿qué acaba de encontrar? - Una copia de aquella mamarrachada de informes médicos. - Pues haga el favor de entregárselos a ella para ver si coinciden todas esas mamarrachadas con mi personalidad. - Pero... ¿no te estoy confesando que todo era Falso? - Pero quiero que lo vean sus lindos, bellos y profundos ojos para poder comparar entre quién era Atilano y quien soy yo. Para que descubra las connotaciones que existen y qué es lo que diferencia a la verdad mía de las mentiras de él. - ¿Por qué ese deseo, Juan Bautista? - No es por deseo, Doctor, sino por necesidad. Que si partí no fue por deseo sino por necesidad para ser un viajero que de pueblo en pueblo va sembrandos gorriones grises, sembrando gorriones grises que hablan de amor y de paz. - De verdad que lo siento Juan Bautista. Siento que tantas mentiras te hiciesen ser tan caminante... - No se preocupe por mí y por todas las mentiras que se dijeron sobre mí... pues me puse a caminar porque Dios así lo quiso pero voy a regresar... - ¿Es acaso necesario que lo lea ella? - No es necesario pero es fundamental. Muchas veces lo fundamental no es necesario pero es imposible de evitarlo precisamente porque es fundamental. Para edificar un buen edificio entre ella y yo es necesario que sepa con quien se ha casado para saber sobre qué cimientos podemos construir nuestro futuro en común. ¿Me entiende ya, amigo Doctor? ¿Entiende por qué es fundamental que ella lea todos esos informes? - Pero si son solamente basura... - Pero la basura es necesario conocerla para poder barrerla y hacerla desaparecer. ¡Si yo tuviera una escoba, si yo tuviera una escoba, cuántas cosas barrería! Barrería de este mundo la envidia y la mentira. Barrería de este mundo el odio y el dolor ¿Sigo cantando, Doctor? - ¿De verdad es necesario, Juan Bautista? - ¿Usted se cree que porque soy feliz como siempre lo he sido, estoy mintiendo acaso para ser siempre feliz digan lo que digan los demás? Puedo cantar una de Raphael. - No. Me gustaría alguna otra razón para enseñárselos. - Es necesario por una razón muy esencial, Doctor Dias Gomes. Es para poder entender por qué digo ciertas palabras para poder resistir y así poder ser hasta conseguir existir. ¿Somos o no somos? ¿Cuál es la verdadera respuesta? Somos lo que somos o lo que otros dicen que somos... ¿por qué en ese informe como ocurre con los informes de otros que son como yo no se escribe los que de verdad somos y siempre escriben ustedes lo que ustedes dicen que somos cuando no lo somos? Como yo soy como soy y no como dicen los envidiosos que soy... y ya conozco demasiados envidiosos y hasta alguna que otra envidiosa... deje que lea lo que dicen que soy cuando lo que soy es lo que soy y no lo que dicen que soy. ¿De acuerdo? - ¡¡Me has convencido del todo, Juan Bautista!! ¡¡Tienes pleno derecho a ser quien eres y cómo eres y no a ser como decimos falsamente que eres y cómo eres!! ¡¡Me acabas de dar una verdadera lección!! Pero que conste que yo nunca dudé de que no te pasaba absolutamente nada pero me liaron y me obligaron a escribir lo que yo no quería escribir. - Entonces, si es mi amigo verdadero, deje que ella lo lea para que pueda salir de dudas y si cree lo que han dicho de mí tiene plena libertad en abandonarme; pero si cree en lo que soy y no en lo que dicen que soy que elija seguir a mi lado o no seguir a mi lado. Como nunca mendigo ni compañerismos ni amistades tampoco tengo por qué mendigar el amor que haga lo que bella quiera hacer. Al fin y al cabo nací en la más completa soledad... así que vivir en la más completa soledad no me asusta porque ya lo he vivido. Es como jugar al fútbol, por ejemplo. Si no mendigo ni el compañerismo, ni la amistad ni el amor... ¿usted cree que yo soy de esos que mendigan que le inviten a jugar un partido de fútbol que no es nada más que una birria después de haber jugado miles de partidos ya? - ¡¡Jajajajaja!! Llevas razón. Es absurdo que un capitán como tú mendigue algo y mucho menos una birria de partido de fútbol. El Doctor brasileño, de origen portugués, Dias Gomes, no tiene otro remedio que entregarle la copia del informe a Ángeles; la cual va yendo de asombro en asombro hasta que termina totalmente enojada. - ¡¡Esto es toda una sarta de mentiras, de embustes y de patrañas!! ¡Te conozco lo sufucientemente bien desde toda la vida! Esto es todo un engaño. - Pues entonces ya puedes decidir por ti misma porque yo lo tengo muy claro del todo. - ¿Qué es lo que tienes muy claro del todo? - Te lo voy a decir poetizando y dejando a un lado a todos los mentirosos y a todas las mentirosas por culpa de la envidia y de los celos. - Recita, Juan Bautista; porque sé que cuando poetizas sólo dices la verdad. - Escucha... escucha para que termines de conocerme del todo por si te quedaba alguna duda razonable o no razonable... Me voy contigo, estela marinera de los ojos profundos donde me hundo en todos mis atardeceres. Me voy contigo a besar las horas de la pacífica existencia de los retamares, las jaras y las garrovillas; las horas pacíficas del jilguero, el cormorán y las gaviotas. Me voy contigo para alejarme de la soledad e introducirme una vez más en todas tus canciones, princesa del sueño enardecido. Me voy contigo... y allí donde no exista otra cosa más que tus latidos me voy contigo. Me voy contigo, aroma del sentido universal que prendes en mi alma el canto del ruiseñor. Me voy contigo, a escuchar las ondas del viento apaciguado bajo el sol de todos los amaneceres. Me voy contigo a hundirme en todas las raíces de tu cuerpo y sentirme, así, hombre exacto y verdadero. Me voy contigo sin más equipaje que la sangre y el latido. Me voy contigo a besar tus labios en las albas, cuando las golondrinas hacen despertar todos mis sentidos. Me voy contigo a pulsar el tictac de todo el corazón de tu presencia. A asumir la música del nuevo amanecer traducida a través de toda tu materia. Me voy contigo a sentir el abrigo de todo tu poema. Para decirte que soy, solamente porque tú existes, el hombre que sueña en todas las esquinas. Me voy contigo para adentrarme en el centro de todos los poemas; para adorar tu rostro embellecido por las madréporas y para sentir, en toda mi extensa palpitación, tu beso enamorado. Me voy contigo allí, al otro lado... Me voy contigo a bailar con todas las estrellas del firmamento y elegirte reina de todo el Universo. Me voy contigo a montar en el cometa de la fantasía y llevarte hacia los extremos más infinitos del placer. A saborear los ecos de todos los sonidos y expresarte con palabras escritas en el aire. Me voy contigo allá donde nadie más esté presente sino tú, yo y el silencio engendrador. Me voy contigo a la otra orilla, en la barca llamada Libertad, para verte toda entera, cuerpo a cuerpo, sin más ropaje que el color y el calor de todos los espermas del verso inacabo. Me voy contigo allí, al lado... Me voy contigo a soñarte en todo el centro de mis brazos y asirte en todos los espejos de mi ánimo. Me voy contigo allí donde el castaño crece enhebrado en las lianas de la selvática aspereza. Me voy contigo a gozar de toda la hermosura de esos tus ojos profundos y sinceros. A palpar la síntesis de todo tu organismo en el vivir enamorado del crepúsculo, cuando el Sol enrojecido por la escarcha ponga en mi boca el sabor de todas tus esencias. Me voy contigo a saber de otra ciencia. Me voy contigo a aprender las nuevas lecturas de mis versos que están escritos para sentirte aún más allá del límite sereno. Y agitado en el empeño de amarte más, me voy contigo hasta la cifra enigmática del alfa y el omega. Me voy contigo del principio al final de todos los siglos. Me voy contigo... Me voy contigo hasta lo más hondo de los abismos marineros, a lo más elevado de los espacios aéreos, a los más calientes desiertos de la Tierra y a las más silenciosas playas donde los albatros dejen sus mensajes en forma de corazón abierto a las palabras. Me voy contigo a saborear la sal de todos tus sabores y el azucarado néctar de todas tus miradas. Me voy contigo a subir a lo más alto del viento y bajar a lo más hondo del calor. Me voy contigo a volar más allá de las prisiones en que nos quieren atar los segundos imperfectos de las alevosías. Me voy contigo más allá de las celosías, para abrirnos todas las compuertas del sentir, perdidos ya en la niebla y reencontrados al otro lado del espejo. Me voy contigo más allá del viejo tiempo de los secoyas, a los ubérrimos oasis de vida y de futuro. Me voy contigo hacia el delirio. Me voy contigo a saber del lirio y del orégano, la palma y el ciprés. Y superada la muerte de todas las tristezas me voy contigo a la eterna compañía del sinfónico infinito. Me voy contigo a bañarme en todo el oleaje de tu espuma y sentirme más completo en tu presencia. Me voy contigo por ser la esencia de todo mi afán y mi Destino. Me voy contigo a seguir el camino... Me voy contigo a la ascendente llamarada del volcán, a la silente humareda del vocablo que habla de amor simplemente. Me voy contigo más allá de la muerte y mi mente abierta se va contigo, con tu cuerpo y tu simiente... Me voy contigo para germinar en los nuevos despertares y al fondo -muy al fondo- me voy contigo para hundirme en el océano de todo tu archipiélago. Me voy contigo a solas, sin más compañía que todo el universo de mi verso... para amarte con toda la espuma de mis ritmos y toda la poesía del latir. Si tú me dices ven lo dejo todo y a mi barca la llamo Libertad y me marché y una voz me dijo dónde vas y regresé y vi unos ojos hermosos como el mar diciéndome cómo estás. Y contesté solamente con la voz de mis silencios. Ella arroja furiosamente todos aquellos papelotes llenos de majaderías e insensateces y, en medio del silencio, le habla al famoso Doctor... - ¡Ya está! ¡Asunto terminado! ¡¡Me han mentido de manera miserable!! - Perdona, Princesa, pero vuelvo a insistir en que todavía no está todo terminado. ¿Es Verdadero o es Falso que yo tengo una lesión cerebral producida por no sé cuál extraña enfermedad que ni ustedes saben lo que dicen qué es porque no existe ningún daño en mis neuronas? - Falso. Totalmente falso. Pero me obligaron... - Pues yo voy a especificarlo un poco mejor para dejarlo claro. Soy así de normal y de natural desde que nací. ¿Puede ser factible que un cerebro deteriorado sienta y escriba de tal manera que hasta los profesores y las profesoras de la Universidad te digan que eres el más brillante de sus alumnos? No es vanidad ni soberbia ni ninguna clase de prepotencia. Es sólo la verdad que muchos han querido ocultar... ¿por qué lo han querido ocultar?... quizás porque digo verdades como templos... Pero yo estoy investigando para descubrir a todos ellos. Y ahora continuemos con el Test de la Sinceridad. ¿Es Verdadero o Falso que cuando usted me conoció me dijo que no me pasaba nada pero que usted me necesitaba para que investigara lo que sucedía en la Residencia y le ayudara desde dentro para saber qué pasaba con las personas allí recluídas y algunas de ellas o bastante de ellas en contra de su voluntad? - Verdadero. Te pedí que me hicieras ese gran favor. Pero me obligaron a mentir. - ¿Los Águilas Negras? - Exacto. Los Águilas Negras liderados por Atilano Eros Amazote. - Quiero que siga contestando con total sinceridad delante de ella porque es la única persona de este mundo que quiero que conozca la verdad. Todos los demás y todas las demás me importan ya menos que un carajo cuando opinan lo que opinan siendo unos ignorantes. ¿Es Verdadero o Falso que Atilano me hizo un Test de Rohrbach o como leches que se llame para ver si podía demostrar que yo era un alcohólico cuando el verdadero alcohólico era él pero que le salió el tiro de la culata porque le dejé con la boca abierta cuando respondí todas las cosas que me dieron la gana menos las que quería él obligarme a decir? - Verdadero. Le diste un corte monumental. - ¿Me puede decir cuáles fueron las respuestas que le dije yo y cuáles fueron las respuestas que él dijo que yo había dicho mintiendo más que un cosaco borracho? - ¡Cielo Santo! ¿A qué te estás refiriendo? - Está muy claro. Me estoy refiriendo a que Atilano puso las respuestas que él quiso pero no las que yo contesté. - ¿Tan lejos llegó ese desalmado? - Pues ya esta usted viendo que sí. Atilano Eros Amazote dijo de mí toda las clases de mentiras contra mi persona para que me incluyeran de por vida en un manicomio y así no poder casarme con este bombón que él estaba deseando conquistar. - ¡Dios mío! ¡Hasta ese punto llegó ese canalla! - Y cosas aún peores. Pero ahora diga si es Verdadero o Falso que yo le conté a usted que estaba solamente enamorado de esta chavalilla y de ningunas otras fuesen quienes fuesen las otras. - Verdadero. Me lo confesaste gran cantidad de veces - ¿Y amar a una sola mujer y nada más que solo a una mujer es ser completamente sano y no como esos guarros que las engañan con las primeras que se les cruzan por el camino? - Verdadero. Eso es estar completamente sano en todos los sentidos. - Pues la fama que me iba echando por la espalda el dichoso Atilano Eros Amazote era lo contrario. - ¡¡Vaya sinvergüenza!! - Ha hecho cosas mil veces peores que eso. - ¡¡Dios mío!! ¡¡Me engañó!! - Engañó a muchas personas y en muchos asuntos, amigo Doctor. - Es totalmente cierto que es así, Juan Bautista. Y yo lo sabía. Por eso te pedí tu ayuda. Pero estaba atado... - ¿Es Verdadero o es Falso que nunca jamás hice nada indebido en la Residencia? - Es Verdadero. Repito por última vez que fui yo quien te pedí que me ayudaras a comprender los casos más difíciles porque tienes una gran cantidad de capacidad psicológica para comprender a las personas. - ¿Y eso lo puede hacer alguien con un cerebro dañado como, por ejemplo, una esquizofrenia? - Eso es imposible del todo. Actuar como actúas tú es ser lo más sano que se puede uno encontrar en este mundo. - ¿Y violento? ¿Es Verdadero o es Falso que fui violento en la Residencia? - Falso. Jamás he conocido un ser humano más manso y tranquilo que tú. - Pero usted estará de acuerdo en que una cosa es ser manso y otra cosa bien diferente es ser menso. - Si. Es cierto. Una cosa es ser pacífico y otra cosa es ser tonto. - Soy un hombre... ¿no es cierto? - Totalmente un hombre normal que se enfada cuando tiene que enfadarse. Me parece que hasta Jesucristo era así. - Le corrijo, amigo Doctor, Jesucristo no era así sino que es así... porque está vivo... ¿Verdadero o Falso? - Verdadero. Lo que sucede es que los científicos muchas veces somos más burros que la Bicha de Balazote o el Asno de Buridán. Cuando no entendemos lo que sucede enseguida sacamos un juicio de valor totalmente falso y lo damos como verdadero. - Asi está el mundo Facundo. Suceden cosas, como las acontecidas con Atilano Eros Amazote, que a muchos y muchas les hacen echarse las manos en la cabeza para solo decir ¡Dios mío, Dios mío, Dios mío! - Tienes toda la razón, Juan Bautista, más razón que un santo. - No, gracias. No necesito ser santo para estar completamente sano tanto en lo físico como en lo espiritual. He visto demasiadas mentiras en los considerados santos como para querer ser como uno de ellos. ¿Verdadero o Falso que un psicópata es siempre un ser violento? - Verdadero. - Pues si yo no soy violento... ¿qué quieren decir estos papelotes? - Mentiras. Podridas mentiras. Todo un cúmulo de falsedades. - ¿Y a quién le interesaba contar todas esas falsedades y obligar a que se incluyeran en mi informe médico? - A Atilano Eros Amazote. - Y yo digo que hay algunos más. - Es cierto, Juan Bautista... pero esos yo no sé quiénes son. Un profundo silencio se apodera del ambiente. Algo así como unas grandes ganas de llorar entran en el ánimo de Juan Bautista pero en estos momentos de nada sirve llorar aunque en sus ojos aparecen unas lágrimas... - ¿Por qué, Don Joao Manoel, por qué? - Te voy a decir la verdad porque mereces conocer la verdad. - Entonces dígamela, Don Joao Manoel Dias Gomes. - ¡¡Porque son unos cabrones!! - Son unos cabrones. Usted lo ha dicho, Doctor. Luego... ¿es Verdadero o es Falso que sufro de brotes psicóticos? - ¡¡Totalmente Falso del todo, Juan Bautista!! Totalmente Falso. - Entonces vuelvo a poreguntar ¿por qué Don Joan Manoel, por qué? - Ya te lo he dicho antes. ¡¡Porque son unos cabrones!! - ¿Comprende ahora por qué los tengo que descubrir y por qué los tengo que atrapar a los que todavía faltan por caer en manos de la Justicia? - Porque todo lo haces por ella. - ¡Exacto, Don Joan Manoel Dias Gomes, exacto! Todo lo hago por ella y nada más que por ella. No merezco la pena tener a una chavalilla como ella si no soy capaz de descubrirles a todos para demostrarle a ella que no me faltan huevos. Si me faltaran huevos no sería digno de tenerla como esposa. - ¿Es que estás casado con esta preciosidad de chiquilla? - Así es, Don Joao Manoel, y una de dos: o deja ella de seguir creyendo que es verdad que estoy enfermo o que me deje para siempre y se vaya con otro... ¡porque estoy hasta los huevos, Doctor, estoy hasta los huevos! - ¡Eres un verdadero hombre, Juan Bautista, y siempre te he admirado por ser tan hombre! Llevas la razón también ahora y te aplaudo. Yo estoy siendo totalmente sincero y estoy diciendo la verdad. ¡Todo lo que han dicho de ti es mentira, solo mentira de cobardes que no supimos enfrentarnos a los Águilas Negras porque nos dio miedo, pero tú jamás les tuviste miedo a ninguno de ellos ni a todos juntos! Si esta mujer, por muy bella y escultural que sea, no cree que todo lo que yo he dicho es la verdad y sigue diciendo que estás enfermo lo mejor que puede hacer es alejarse para siempre de un hombre como tú y que se vuelva a casar con uno de esos muchos cabrones que te envidian por ser como eres. - Bien dicho, Doctor. Lo mismo digo yo. Pero estoy investigando para descubrir a todos ellos. Y ahora continuemos con el Test de la Sinceridad. ¿Es Verdadero o Falso que cuando usted me conoció me dijo que no me pasaba nada pero que usted me necesitaba para que investigara lo que sucedía en la Residencia y le ayudara desde dentro para saber qué pasaba con las personas allí recluídas y algunas de ellas o bastante de ellas en contra de su voluntad? - Verdadero. Te pedí que me hicieras ese gran favor. Pero me obligaron a mentir. - ¿Los Águilas Negras? - Exacto. Los Águilas Negras liderados por Atilano Eros Amazote. - Quiero que siga contestando con total sinceridad delante de ella porque es la única persona de este mundo que quiero que conozca la verdad. Todos los demás y todas las demás me importan ya menos que un carajo cuando opinan lo que opinan siendo unos ignorantes. ¿Es Verdadero o Falso que Atilano me hizo un Test de Rohrbach o como leches que se llame para ver si podía demostrar que yo era un alcohólico cuando el verdadero alcohólico era él pero le salió el tiro de la culata porque le dejé con la boca abierta cuando respondí todas las cosas que me dieron la gana menos las que quería él obligarme a decir? - Verdadero. Le diste un corte monumental. - ¿Me puede decir cuáles fueron las respuestas que le dije yo y cuáles fueron las respuestas que él dijo que yo había dicho mintiendo más que un cosaco borracho? - ¡Cielo santo! ¿A qué te estás refiriendo? - Está muy claro. Me estoy refiriendo a que Atilano puso las respuestas que él quiso pero no las que yo contesté. - Eso ya lo hemos aclarado antes. - Pero tengo que reconfirmarlo y por eso lo repito tantas veces sea necesario. Por ver si existe alguna contradicción en lo que usted me responde. - ¿Tan lejos llegó ese desalmado? - Pues ya esta usted viendo que sí. Atilano Eros Amazote dijo de mí toda las clases de mentiras contra mi persona para que me incluyeran de por vida en un manicomio y así no poder casarme con este bombón que él estaba deseando conquistar. - ¡Dios mío! ¡Hasta ese punto llegó ese canalla! - Y cosas aún peores. Pero ahora diga si es Verdadero o Falso que yo le conté a usted que estaba solamente enamorado de esta chavalilla y de ningunas otras fuesen quienes fuesen las otras. - Verdadero. Me lo confesaste gran cantidad de veces. - ¿Y amar a una sola mujer y nada más que solo a una mujer es ser completamaente sano y no como esos guarros que las engañan con las primeras que se les cruzan por el camino? - Verdadero. Eso es estar completamente sano en todos los sentidos. - Pues la fama que me iba echando por la espalda el dichoso Atilano Eros Amazote era lo contrario. - ¡¡Vaya sinvergüenza!! - Ha hecho cosas mil veces peores que eso. - ¡¡Dios mío!! ¡¡Me engañó!! - Engañó a muchas personas y en muchos asuntos, amigo Doctor. - Ahora me estoy dando cuenta de que dices la verdad y nosotros somos unos necios. - ¡Bravo, Doctor! No se ha contradecido en ninguna respuesta. Esto quiere decir que como todos los informes comienzan por uno en el que todo es mentira todo lo que se le va añadiendo es más mentira todavía. Una mentira conlleva a otra mentira y otra mentira conlleva a otra mentira más. Hasta que se produce un documento en el que todo es mentira. - Exacto, Juan Baustista, exacto. Eres tan lúcido y lucido que muchos te envidian. - Ya lo sabía. Pero Doctor, existe un estribillo que cantábamos en el Servicio Militar Obligatorio y del cual tengo mi propia versión. ¿Lo cuento? - Adelante, Juan Bautista, estás en pleno derecho humano y divino para hacerlo. - Pues se lo dedico a más de una si quiere escucharlo. Dice así: "Si me quieres dímelo y si no vete al carajo, que otras mejores que tú he podido tener yo debajo, pero no quise ser sacristán con badajo persiguiendo a las chavalas cuesta arriba y cuesta abajo. Si me quieres dímelo y si no vete al carajo que otras mejores que tú pude tener yo debajo". - Justo, legal y razonable Juan Bautista. - Por ser un tipo legal hasta hablan de uno mal. ¿Qué le parece este refrán que me acabo de inventar ahora mismo? - Propio de la mente de un sabio. - No me importa en absoluto ser sabio o no serlo; me basta con ser legal y noble, fuerte como el roble, y bailar un pasodoble cuando llega la ocasión de ser sólo una pasión con mi chica enamorada. Lo demás sólo es pasada. Si me convertí en pasota es por no usar la garrota. - ¡¡Jajajajaja!! ¡En verdad que siempre eres el mismo, Juan Bautista! - Entonces termino con este sencillo Test de la Personalidad para acabar con toda esta mierda que huele que apesta. Es necesario repetir algo que me viene ahora a la memoria para dejarlo todo claro y sin ninguna duda o sospecha. Repito para ver si usted me lo sigue confirmando o yo soy un mentiroso. ¿Es Verdadero o Falso que usted me dijo, desde el primer momento en que me conoció, que yo le ayudaraa usted a investigar para poder comprender lo que les pasaba a muchos de los enfermos allí recluídos? - Verdadero. Es lo que te pedí que hicieras y te doy las gracias por haberlo hecho. Siempre supe que eres un investigador genial, de los de la Primera Clase Especial. Supongo que también en la Universidad lo has demostrado. - Tengo datos veridicos y verdaderos, con profesores y profesoras como testigos, de que es verdad que también he sabido y sé investigar cuando trabajo como periodista. - Me lo creo. Me lo creo rotundamente porque sé que tienes una mente brillante como pocos seres humanos la han tenido a lo largo de toda la Historia. - Espere un momento, Doctor, y antes de darme las gracias o elogiarme, cosas que nunca jamás me han importado salvo que lo haga mi chavalilla porque el resto del mundo me importa ya menos que un pepino en vinagreta, quiero que ella sepa la verdad y toda la verdad. Así que ¿es Verdadero o es Falso que un Test Proyectivo, como ese tal de Rorbach o como leches se llame, no es nada efectivo a la hora de explorar y descubrir los aspectos afectivos de la personalidad de un ser humano? - Verdadero. No se consigue eso con ningún Test Proyectivo pero los psiquiatras tenemos algo que decir, aunque sea una mentira más grande que una catedral, para mantener nuestro prestigio. - ¿Es Verdadero o es Falso que un gran conjunto de Poesías escritas sí que demuestran los aspectos afectivos de la personalidad de un ser humano? - Verdadero. Efectivamente la Poesia y la Literatura en general demuestra cómo es la verdadera personalidad del autor o la autora que escribe. - Luego las Letras superan a las Ciencias para saber quiénes somos en verdad. - Por supuesto que sí. - Entonces digamos que son las expresiones humanas, las acciones que cometemos, las que nos definen de una forma u otra y no esos Test tan mierdosos que se manipulan al gusto y al placer de alguien que está interesado en contar mentiras. ¿Verdadero o Falso? - Verdadero. - ¿Me puede decir cuáles fueron las respuestas que di yo y cuáles fueron las respuestas que le contó Atilano ocultando que yo nunca vi en las figuras que me eneseñaba lo que él quería que yo viese y que di tantas variantes de visiones, inventadas por mí por supuesto, hasta que le convertí su mente en un lío porque los alcohólicos eran él y sus cuatro esbirros? - ¡¡Cielo Santo!! ¿A qué te estás refiriendo? - A Atilano Eros Amazote, a sus hermanos Bonaventura Eros Amazote y Maximiano Eros Amazote y a su tío Benito Agapito Pita de las Eras "El Molinero". Todos ellos contando mentiras contra mi persona y contra mi personalidad cuando tinenen menos de la centésima parte de cultura y de conocimientos sociales que yo. La intención de Atilano, manejando diabólicamente a sus esbirros, era intentar recluirme en un psiquiátrico por una muy larga temporada y así dejarme encerrado el tiempo suficiente como para encontrar a la verdadera Lina que es esta chavalilla con la que me he casado. - ¡Dios mío! ¡Repito que me engañó miserablemente! - Porque todos los Águilas Negras son solamente unos miserables. Pero dejando ahora de lado a todos esos apestoso cerdos, con perdón de los cerdos que no tienen la culpa, vamos a centrarnos en esta chavalilla. ¿Es Verdadero o Falso que le pregunté por ella porque sólo estaba ednamorado nada más que de ella? - Verdadero. Me preguntaste por ella porque solamente estabas pensando en ella y en ninguna otra. - Pero... ¿cómo reaccionó usted ante mi angustiosa pregunta? - Me entró la risa. Me burlé de tus sentimientos. Perdona. Te pido mil veces perdón. - Estoy hasta las narices de que todos y todas me pidan ahora perdón. ¿Es justo reírse y burlarse de los sentimientos de un joven hombre que ama a una sola joven mujer? - No. Es totalmente injusto y hasta cruel. Perdóname por favor. - Ya se me acabó el cupo de los perdones. He perdonado tantas veces a mis enemigos que ya no tengo más cupos ni más ganas de perdonar. Eso es lo que hacía Eros Atilano Amazote. Intentar burlarse de mis sentimientos mientras él se burlaba de los sentimientos de los demás y de las pobres chavalillas que quedaban hipnotizadas por él. Muchas veces tuve que deshipnotizar yo a bastantes de ellas para que volvieran a ser felices en sus vidas. - ¡Dime, por favor, dónde está ese tipo que lo voy a mandar encerrar para tan larga temporada que se le va a olvidar saber los que es la luz del sol! - Eso fue lo que él quiso hacer conmigo. Todos los Águilas Negras qusieron que se me encerrara para no volver nunca más a ver la luz del sol completamente liberado. ¿Y sabe usted por qué lo intentaron? ¡Para evitar que me casara con esta chavalilla! - Y ahora. ¿Cómo estás ahora? - Escúche bien, amigo Joan Manoel. Yo ahora estoy como siempre he estado desde el mismo día de mi nacimiento. Estoy muy bien del todo en lo físico y en lo psíquico... pero resulta que así estoy, repito una vez más, desde que nací. Sin embargo, Atilano, con la ayuda de sus esbuirros, se burlaba de todos los inocentes, de todos los que tenían defectos de los cuales ellos no eran culpables, se burlaba hasta de su propia madre, de su propio padre y de su propia abuela materna entre otros muchos seres humanos O sea, mentía descaradamente contra mi persona y mi personalidad desde que éramos solamente unos niños infantiles. - ¿También le insultó a su propia madre? - A su propia madre, a su propio padre y a su propia abuela materna. Influenciado por Benito Agapito a su propia madre la llamó prostituta y yo soy testigo de eso e, influenciado por Los Larrys, una pandilla de barriobajeros, afirmó que si pudiera se hubiese cambiado de padres y de familiares. No contento con eso dividió a la familia y arrastró con él a sus dos inocentes pero ignorantes hermanos pequeños. - Eso quiere decir... - No, no lo diga usted, Don Joao Manoel Dias Gomes, porque lo voy a decir yo para que todos sepan que nunca me engañaron. Eso quiere decir una de estas dos cosas: o no era la misma madre o si era la misma madre la tenia hipnotizada y hasta hechizada. - ¡Cielo Santo! Muy buena deducción. Una de las dos cosas debe ser cierta. Luego eso quiere decir que tiene poderes hipnóticos. - Diabólicos, Doctor, diabólicos además de hipnóticos. Atilano Eros Amazote dejaba sin voluntad propia a quienes lograba hipnotizar. - Otra muy buena deducción. - Por eso hizo que todas las chicas que le conocían y que, por no tener suficiente personalidad bien formada, caían presas en las redes de sus encantos donjuanescos y eran víctimas de sus poderes diabólicos. Algunas terminaron siendo asesinadas depués de haber sido torturadas y violadas al igual que algunos "viejos verdes" verduleros que encontró en su camino. Sabía usar la hipnosis que provoca sugestión y da lugar a un sometimiento y sumisión de la voluntad de los demás que puede ser utilizada para el bien o para el mal, para lo benigno o para lo maligno. Él lo utilizó siempre con fines diabólicos por culpa de la envidia, los celos y la avaricia de querer poseerlo todo. - ¡¡Cielo Santo!! ¡¡Estábamos todos hipnotizados!! - Todos no, Gracias a Dios; porque debe usted saber, como buen psiquiatra que dice serlo, que sólo puede ser hipnotizada la persona que se deja hipnotizar voluntariamente. Si un hombre o una mujer, de la edad que sea, se niega a ser hipnotizada no hay ninguna fuerza diabólica que consiga hacerlo. ¿Verdadero o Falso? - Verdadero. Lo reconocen hasta los propios hipnotizadores. - ¿Y sabe usted cómo se puede evitar que nos hipnoticen? - Supongo que no dejándose hipnotizar. - Pues supone muy bien, Doctor. Y para ello, por ejemplo, es necesario no hacer ni puñetero caso al hipnotizador, decir y hacer todo lo contrario que él quiere que digas o hagas y, si llega un momento en que te amenaza con usar la violencia, enfrentarse cara a cara con él y darle todos los guantazos que sean necesarios antes de que él te los de a ti. Todo menos acobardarse. A los que se chulean de los demás es mejor chulearse de ellos para que prueben de su misma medicina a ver si se corrigen y si no se corrigen inflarles a hostias antes de meterlos en las trenas. Yo utilicé el método de enfrentarme cara a cara contra elos, y estoy hablando de Atilano y de unos cuántos más y se les cortó de raíz sus chulerías. - ¿Eso has hecho? - Eso he hecho. A Atilano, por ejemplo, le paré los pies de inmediato y si no llega a ser por su madre le parto la cara de un solo guantazo mientras que él tuvo la cobardía de enviar primero a su chivato hermano Bonaventura y después, a su soplón hermano Maxiventura. Pero de nada le sirvió porque tuvo que enfrentarse cara a cara conmigo y se quedó más callado y más cortado que un fraile en una exposición de cuadros de mujeres pintadas desnudas. - ¡¡Jajajajaja!! - Ríase si quiere, Don Joao Manoel, pero es cierto y tengo testigos presenciales de que es cierto que lo hice. Le puse nerivioso yo a él y no él a mí. ¿Sabe por qué? Porque mientras él tenía la mente podrida por el diabolismo yo tengo la mente sana gracias a la Sangre de Jesucristo. ¿Me cree o no me cree? - Te creo, Juan Bautista. - Pues sepa usted que le mandé a hacer puñetas no una vez sino varias veces que me tentó para traicionar a la familia, cosa que los otros tres no hicieron y le siguieron como tontos útiles por falta de conocimientos superiores. ¿Verdadero o Falso? - Debe ser Verdadero - Es Verdadero. - ¡Dónde está ese tiparraco que lo voy a hipnotizar yo a él para el resto de su vida! - No, Don Joan Manoel, ya no es necesario... porque está muerto...ç - ¿Le has matado? ¿Has matado tú a Atilano Eros Amazote? - No me faltaron ganas de hacerlo pero yo jamás he matado a ningún hombre, mujer, niño, niña, anciano o anciana... ni a ningún ser vivo por puro placer sádico. Han matado a Atilano Eros Amazote pero no he sido yo. Yo quise darle la oportunidad de seguir viviendo para que se arrepintiera pero alguien lo evitó matándole. - ¿Quién fue ese animal? - Estoy investigando para descubrir qué hay oculto entre las sombras en todo este asunto. - ¿Entonces? - Entonces he terminado de hablar con usted. Muchas gracias por su atención. Era necesario que esta chavalilla lo escuchara de su propia boca porque, al parecer, no tiene suficiente confianza en mí. - Perdona, Juan Bautista... pero yo siempre he creído en ti... - Pues a veces no se nota y yo no quiero que confies solamente a veces en mí. O me crees siempre o no me creas nunca. No me interesa la tibieza. Como dijo Jesucristo, o ers caliente conmigo o eres fía conmigo pero que te quedes en medio no me interesa para nada. En ese caso prefiero seguir yo solo investigando Quizás con la soledad a cuestas se camina mejor que con la duda como compañía. - Te juro que no dudo de tú. - Pues las formas también son importantes, Ángeles. He aprendido al escribir Literatura que no sólo el fondo es lo único que importa sino también la forma si es que quieres ser de los mejores. Interviene el Doctor brasileño, de origen portugués, Don Joao Manoel Dias Gomes. - Estoy toalmente de acuerdo. En todos los órdenes de la vida, y no sólo en Literatura, las formas son tan importantes como los fondos. ¿Vas a escribir todo lo que hiciste? - Y todo lo que me queda por hacer... - Pero... ¿lo que hiciste en la Residencia porque yo te lo pedí? - Eso lo puede usted leer, despacio y midiendo cada párrafo, cuando salga al pñublico mi novela titulada "Setamor". Lo que hice allí y lo que hice al salir de allí está totalmente definido con total claridad, para que no haya duda alguna, en el argumento de esa novela. - ¿Y sigues escribiendo? - Es el don que me regaló Dios y no me queda otra obligación que utilizar ese don. Además de una obligación para con Dios es un derecho para con la Humanidad al cual no pienso renunciar jamás de los jamases. Ahora escribo más que nunca y tampoco olvide usted, Señor Doctor, que soy ya periodista. Pienso lo que tengo que pensar. Escribo lo que tengo que escribir. Y hago lo que tengo que hacer. ¡Se acabó la entrevista con usted! Tengo que seguir con mis investigaciones que para eso me ha pagado un suculento cheque el Jefe Superior de la Policia de Madrid. - ¿Has sido contratado por Don Diego Castillejo Rios? - Para este asunto sí. Y como todavía no se ha terminado este caso pues he decidido seguir siendo capitán de la policía madrileña hasta que acabe con todos ellos en el calabozo. - ¿Crees en Jesucristo de verdad? - Si. Pero ni soy ningún religioso porque no pertenezco a ninguna Religión ni mucho menos a ninguna Secta Religiosa de ninguna Religión aunque se llamen, pomposamente, Testigos de Jehová, Mormones, Hare Krishna, Bahais o incluso Niños de Dios... porque todos esos y mcuhos más ya sabemos quiénes son y cuántas mentiras predican. Yo trabajo sólo guiado por el Espíritu Santo. Si me cree me parece muy bien; pero si no me cree me da lo mismo; porque mi Fe no se doblega ante nadie. Yo sólo me doblego ante Jesucristo y Jesucristo me ha dicho que vivia siempre de pie y nunca de rodillas. - Estoy viendo la Verdad. Estoy descubriendo que tienes toda la razón. Sigue adelante, Juan Bautista. - Sigo adelante no porque usted me lo pida sino porque la Verdad lo necesita. ¿Tiene, por casualidad, usted una guitarra por aquñi? - Pues da la casualidad de que sí. Ha veces es un isntrumento que sirve de terapia. - Me la puede prestar por unos minutos para cantar algo a esta Princesa que tengo a mi lado. El Doctor Dias Gomes abre un armario que hay en su despacho, saca una guitarra española y se la entrega a Juan, quien canta acompñándose de unos sencillos rasgueos de las cuerdas. - Corazón, corazón. Corazón, corazón no me quieras matar corazón. Es inutil dejar de quererte. Ya no puedo vivir sin tu amor. No me digas que voy a perderte. No me quieras matar corazón. Yo que diera por no recordarte Yo que diera por no ser de ti. Pero el día que te dije te quiero te di mi cariño y no supe de mi. Corazón, corazón. Corazón, corazón no me quieras matar corazón. Si has pensado dejar mi cariño recuerda el camino donde te encontré. Si has pensado cambiar tu destino recuerda un poquito quién te hizo mujer. Si después de sentir tu pasado me miras de frente y me dices adiós te diré con el alma en la mano que puedes quedarte porque yo me voy. Corazón, corazón.Corazón, corazón. No me quieras matar corazón. Si has pensado dejar mi cariño recuerda el camino donde te encontré, Si has pensado cambiar tu destino recuerda un poquito quién te hizo mujer. Si después de sentir tu pasado me miras de frente y me dices adiós te diré con el alma en la mano que puedes quedarte porque yo me voy. Corazón, corazón. Corazón, corazón no me quieras matar corazón. - Nunca voy a abandonarte jamás, Juan Bautista. - Pues ya te has enterado de que amo a la Ciudad de Madrid porque soy madrileño total aunque me considere un ser universal. Pero en Madrid está mi Residencia. - Juan Bautista. - ¿Qué desea ahora, Doctor? - ¿Puedes definirme de verdad cuál es tu verdadera personalidad y no toda esta sarta de mentiras que hemos escrito contra ti? - Se lo voy a decir en pocas palabras porque no me importa que lo sepa usted ni que lo sepa el mundo entero. Nunca he ocultado mi personalidad aunque tantos se hayan hecho los sordos, los ciegos y hasta los mudos. Soy español. Madrileño por los cuatro costados pero nacido circunstancialmente en Badajoz. Joven. Casado con española-ecuatoriana. Mi verdadera patria es un pequeño rincón llamado Universo. Me encanta leer y escribir. Soy de profesión periodista. Me gusta la comunicación social en todas sus áreas. Siento la escritura como una pasión voluntaria que ejerce una atracción similar a la Ley de la Atracción Universal. También me gusta la música (compongo y toco a la guitarra música de cantautor). Me gusta el cine, el teatro, los viajes (muchísimo), las excursiones con amistades, las tertulias (de todos los temas habidos y por haber pues me chifla la comunicación interpersonal). También practico mucho deporte. Soy de cuerpo y de mentalidad sana. Me gustan como compañeros y amigos los gorriones y los jilgueros, y las gaviotas y las alondras. También me gustan los perros y otros animales de compañía como los conejitos, etcétera. Todo lo que somos es todo lo que vivimos, pensamos, sentimos, soñamos y escribimos. Soy en verdad cristiano de los comprometidos con el Camino, la Verdad y la Vida que es Jesucristo. Luego se levantó de su asiento, dejó la guitarra sobre la silla y solamente dijo. - Esta vez no te voy a dar la mano, Lina. Esta vez o me la tomas en serio o adiós para siempre. Ya sabes bien cuál es mi Destino. Si quieres estar siempre a mi lado es tu libre decisión estés o no estés casada conmigo. Y si quieres abandonarme no te quedes entre Pinto y Valdemoro y abandóname para siempre porque esta vez ya no voy a buscarte más. Ángeles no lo dudó ni un segundo, no dijo nada, se levantó de su silla y se agarró a la mano izquierda de Juan Bautista quien, sin despedirse del sorprendido Doctor Don Joan Manoel Dias Gomes, caminó por el pasillo de la la Clínica-Hospital hasta salir a la calle. - Todavía hay Luz... Fue lo único que exclamó mirando al cielo...
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