guilas Negras -47- (Novela y Guin para Cine).
Publicado en Apr 16, 2013
- ¡Estás monumental, Lina!
- Sólo lo he hecho como homenaje a tu Athletic. - Pues eres la chavalilla más sexy que he visto en mi vida... pero no te quedes ahí parada porque se les está cayendo la baba a todos y a todas. Síentate, por favor. Ángeles se sienta al lado izquierdo, muy juntada a Juan Bautista, y éste llama al camarero... -¡Antonio, por favor, un desayuno completo para este bombón que acaba de abrir el apetito a todos y a todas! El camarero se acerca... - ¡Claro! ¡Yo te conozco! ¡Yo te he visto en algún lugar! Me llamo Antonio Pulgar de Abajo y Gordillo. ¿Me conoces tú también? - Sí. Ya sé que te llamas Antonio Pulgar de Abajo y Gordillo y te recuerdo pero... - Pero tengo que contarte que soy el bajista de un grupo rockero al que le hemos puesto de nombre "Los Gordejuelas". - Ya. Muy bien. Pero ahora no quiero acordarme de nada más que estar al lado de este bombón llamado Ángeles aunque, cuando me entran las ganas, la llamo Angelina, y cuando me entran más ganas todavía la llamo Lina. ¿Algo que objetar? - Nada, nada, por mi parte no tengo nada que objetar y ahora mismo le sirvo el desayuno completo a ese bombón que está a tu lado. - Pues aprende que es propiedad privada. Sólo se puede mirar pero no tocar bajo peligro de muerte porque es una chavalilla de alta tensión. - De acuerdo. Antonio Pulgar de Abajo y Gordillo decide no intentar hablar más, de momento, con Juan Bautista y se marcha a cumplir con su obligación de camarero. - ¡Estás deliciosa de verdad, Princesa! Ella se encuentra contenta y canta muy bajito para que sólo lo escuche él... - Olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor, porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, ¿dónde voy a estar mejor?. En tus labios se divisa el nacer de una sonrisa que es preludio de perdón. Ya cumplí mi penitencia ten un poco de indulgencia aunque tú tengas razón. Olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor, porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, ¿dónde voy a estar mejor? Ya no hay nubes de tormenta, sale el sol que nos calienta y funde el hielo en nuestro corazón. Y de nuevo de la mano vamos al país lejano de los sueños de ilusión. La luz del Sol entra a raudales por el ventanal del Bar-Restaurante "El Paleto" y estalla en el rostro de Ángeles haciendo que esté más hermosa que nunca. - ¡Estás divina, Lina! - ¡Es que soy divina de verdad! En esos momentos llega el camarero Antonio con la bandeja. - Perdona, amigo... pero desde que hace una hora estás aquí me he estado fijando mucho y pensando que te conozco de algo. Ahora ya sé en dónde nos conocimos y pasamos unos agradables meses. Quizás tú lo recuerdes. - Te digo, Antonio, que sí lo recuerdo... - ¡Claro! ¡Estuvimos los dos juntos al servicio del general Gordejuela! ¡Es un gran hombre y un militar de los de verdad y por eso a mi conjunto rockero lo hemos llamado "Los Gordejuelas"! Yo sé que tú escribes muy bellas composiciones poéticas... claro que teniendo por novia a ese bombón latinoamericano es fácil de componer bellas canciones. ¿Te gustaría unirte al Grupo "Los Gordejuelas" como autor de las letras de nuestras canciones? ¡Tendríamos un éxito mundial si además este bombón de Latinoamérica... y perdone usted señorita pero he escuchado, sin querer, lo fantásticameente bien que canta... quisiera ser nuestra vocalista. - Escucha, Antonio Pulgar de Abajo y Gordillo, es cierto que fuimos compañeros en el Servicio Miilitar en la Jefatura de Ingenieros del Ejército, en el centro de Madrid, al lado de La Cibeles, pero no éramos amigos sino solamente compañeros. Estoy encantado de que te guste su voz y mi manera de escribir canciones pero en cuanto a este bombón de chavalilla latinoamericana no es señorita, a pesar de su enorme juventud, sino señora... - ¿Y qué hace contigo si está casada? - Lo que hace una casada con su esposo. - ¡Ah, ya! ¡Eso quiere decir que estás casado con ella! - Eso quiere decir. La puedes llamar, bajo mi responsabilidad, Lina. - ¡Formidable! ¡Si queréis formar parte de mi grupo de rock cambiaríamos su nombre por el de "Lina y Los Gordejuelas". A nuestro lado "Alaska y Los Pegamoides" no serían absolutamente nada. Seríamos el Grupo número 1 de los 40 Principales desde el primer momento porque, además de que su belleza es insuperable tiene una voz que nunca jamás había yo escuchado. - Pero resulta que ni a ella ni a mí nos atrae la música rock porque preferimos las baladas. - ¡Estupendo! ¡Genial! ¡Cambiaríamos nuestra manera de tocar música y nos pasariamos al pop! ¡Con vosotros dos en el Grupo lo del número 1 en las listas y en las ventas estaría totalmente asegurado! - Muchas gracias por tu invitación, Antonio... pero tenemos otras ideas en nuestras cabezas. - ¿No queréis alcanzar el éxito y la fama en el mundo de la música a nivel mundial? - Ni a nivel mundial y a nivel barrial; asi que haz el favor de cobrarte los dos desayunos, te quedas con el cambio y no vuevas a molestarnos más. - Pero si pasamos meses felices juntos cuando estábamos en la mili a las órdenes del General Gordejuela... - Ese pasado sólo me sirve para reír cuando me acuerdo y lo recuerdo todo pero ahora estoy mucho mejor con ella y además ya soy un profesional. - ¿De la música? - No. De free-lance. - ¿Y eso qué es? - ¡Toma este billete y quédate con el cambio pero no vuelvas más por aquí! !Esta chavalilla y yo tenemos muchas cosas que planificar juntos! - Lo entiendo... lo entiendo... yo también haría lo mismo teniendo una esposa así. La cuidaría tal como la estás cuidando tú. - Gracias por el piropo de parte de ella pero lárgate ya. Antonio Pulgar de Abajo y Gordillo, verdaderamente un tipo bajito, lanza una última mirada con disimulo al monumento de mujer que es la ecuatoriana española Ángeles, Angelina o Lina, y se marcha para servir a otros comensales. - ¿Por qué no has sido amable con él? Es un antiguo compañero tuyo del Servicio Militar. - Si. Compañero nada más. Pero no amigos. En el Servicio Militar había que tener mucho cuidado con los amigos porque algunos soldados pertenecían al SIM, el Servicio de Inteligencia Militar, y podías tener muy graves problemas si los altos cargos militares se enteraban de algunas ideologías políticas que no les gustaban. - Tú nunca has tenido ninguna ideología política. -Pero no me gustan ni los chivatos ni los soplones aunque no vayan conmigo esos problemas. Simplemente no me gustan ni los chivatos ni los soplones aunque yo no tenga nada que temer. Son falsos compañeros y traidores que usan la amistad para chivatearse a los altos cargos militares. - Pero... ¿estás tú seguro de que ese tal Antonio era del SIM? - Me da la sensación de que sí... o de que era alguien que conocía a otro que era del SIM y le pasaba informaciones; lo cual es todavía más traidor si cabe. - Pues yo he visto que nos ha hecho una proposición musical muy interesante. - Eso es. Muy interesante le has parecido tú nada más verte. - ¿Tienes celos acaso? - No son celos. Es que me molestan los salidos. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Qué quiere decir salido? - Que está continuamente empalmado cuando ve a una chavalilla como tú en minifalda. - ¡¡Jajajajaja!! Ya te comprendo. Pero Juan Bautista no está con ganas de reír sino que se le ve preocupado... - Princesa, mi investigación entra ahora en un terreno muy peligroso... Ángeles tensa todo su escultural cuerpo, lo cual la hace todavía más atractiva. - Me preocupas, Juan... ¿qué estás insinuando? - Como dijo Don Quijote a Sancho Panza: con la Iglesia hemos topado. - ¿Están los eclesiásticos pringados en el asunto del fallecido Atilano Eros Amazote? - Desde el primer momento en que me hice cargo del caso supe que sí, pero me lo confirmó Atilano pocos segundos antes de morir. Le prometí que haría justicia pero el asunto es grave porque los altos cargos eclesiásticos siempre intentan tapar la basura que les salpica a algunos de ellos. Por eso estoy investigando a un fraile que se llama Guillermo pero que ahora se hace llamar Jerónimo para que nadie le reconozca. - ¿Y? - Que he estado en la iglesia de los Jerónimos de esta ciudad, donde se ha refugiado desde hace unos años, y no me permiten hablar con él. - Juan... - ¿Qué te ocurre, Princesa? ¿Tienes miedo? Si tienes miedo no permitiré que me ayudes en esta labor. Lo haré yo solo. - A un chaval como tú jamás una chavalilla como yo le dejaría solo nunca ni en ningún momento de nuestras eternas existencias. No sólo te ayudaré sino que estaré siempre a tu lado si te sirvo para cazarles. Pero... - ¿Qué sucede? - No me encuentro nada nerviosa pero estoy muy tensa... Como están tan juntos ella y él, Juan Bautista, sin importarle para nada si le ven o no le ven los demás y las demás comensales del Bar-Restaurante pasa varios largos minutos besando a su monumental esposa en el cuello, en el rostro y en la boca. - Muchas gracias, Juan. Ha sido delicioso y me has puesto como una moto. Ahora estoy a tope. - Bien. Antes de meternos en el avispero de los eclesiásticos te invito a jugar tenis en la Casa de Campo. - Pero... ¿cómo vamos a jugar tenis vestidos así? - Vámonos en tu flamante Ferrari y, cuando pasemos ante alguna boutique de moda, nos compramos ropa deportiva de tenis completamente nueva. Quiero que estrenes hoy todo un equipo completamente blanco para atrapar a alguien a quien se la debo desde hace años... al cual las tenistas sexys vestidas todo de blanco le ponen más salido y empalmado que un chancho en época de celo. - ¡¡Jajajajaja!! Tú nunca puedes estarte quieto. - Él la sujeta suavemente por la cabeza, acerca su boca a la de ella, y la besa apasionadamente ante la sorpresa de algunos pocos y la envidia de muchos.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|