Por eso no hay que morir jams (Reflexiones)
Publicado en Apr 20, 2013
Entre la idea de la vida y la idea de la muerte, elijo siempre la idea de la vida. Los cementerios sólo me sirven para jugar al fútbol cerca de sus tapias, fuera de su mortal recinto, para desarrollar la idea de la vida más allá de los cipreses que alargan sus sombras pero nunca me dan alcance. No me interesa más sombra que la del balón de fútbol cuando, al atardecer, acompaña mis ilusiones. Y me sumerjo en la sombra del balon de fútbol para seguir soñando con la victoria. Siempre hay una gran diferencia entre vivir o morir... y esa diferencia consiste en saber elegir con cual de las dos ideas nos implicamos en nuestra totalidad. El gol que introducimos en las redes de la existencia de la vida es una forma completa de existir. Fuera de eso, encerrados entre las tapias de los cementerios, los que eligen morir tienen su descanso. Yo, sin embargo, prefiero la actividad continua, la actividad presente, la eterna actividad de jugar en los espacios liberados, en los espacios abiertos, en los espacios donde puedo desarrollarme por completo y sintiendo que la Eternidad es esta forma de jugar a vivir dentro de las coordenadas del tiempo joven.
¿Cuánta cantidad de tiempo es necesario para sentir a la vida apoderarse de nuestros sueños juveniles? Soy inmensamente más feliz corriendo por los espacios liberados, abiertos, eternos, que se alejan de las paredes de los cementerios para escribir un grafitti, en el muro blanco de nuestra conciencia, que dice "Soy joven porque vivo joven". Porque allí, donde los cipreses alargan su sombra, sólo los desesperados buscan el descanso. Yo no. Yo no soy de los que acuden a los cementerios para ansiar el desarrollo de la idea de la muerte. A la muerte es mejor regalársela a quiene la aman tanto que no desean esta manera viva de seguir jugando... Me veo siempre como un líder de la Liberación. Y me libero en los espacios liberados, abiertos, llenos de Eternidad; allí donde no existe el olor a incienso rancio de las iglesias vestidas de luto. Yo no busco el olor seco de las flores podridas sino el olor fresco abiertas al sentimiento. No. No quiero, para nada, flores mustias que me acompañen. Esas se las regalo a los que aman la idea de la muerte. Si mi manera de pensar y si mi forma de vivir me llena de Felicidad es porque sé que mis grandes sueños no están dentro de los cementerios ni encerrados entre sus tapias, sino que siempre los vivo en el espacio de la Luz. Entre sombras y luces desarrollamos vivencias. Si sabes soñar puedes penetrar en el espacio luminoso de la vida persiguiendo siempre al horizonte que brilla cara al futuro. Quienes conseguimos marcar el gol de la victoria es, para mí, quienes conseguimos saber lo que es la síntesis del desarrollo de la idea vital. La idea mortal la dejamos para quienes han renunciado a soñar y sólo desean entrar en los cementerios para quedarse allí. Yo tengo demasiadas ganas de seguir viviendo eternamente porque sólo busco la eterna esperanza de la vida eterna. Por eso no hay que morir jamás. Como comprenderéis, hoy, a mis 18 años de edad, no puedo hacer otra cosa más que desarrollar la idea de la vida, Que me creáis o no me creáis ya me es indiferente. Hoy, a mis eternos 18 años de mágica existencia, no me preocupa para nada quienes desarrollan la idea de la muerte. Por eso hoy, a mis eternos 18 años de vida, conseguir, en un sólo intento, la cifra de 26 puntos es mucho más importante que estar pensando en la muerte. Juego. Sigo jugando como un niño de 18 años de edad y cuando salga la Luna esta noche, no pensaré en otra cosa nada más que en la Luz de mañana. A mis 18 años de edad estoy lleno de vida, de eterna exitencia. Por eso si me creéis o no me creéis me es indiferente. Yo estoy viviendo dentro de mi Gran Sueño y por eso no hay que morir jamás.
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