Las penas del pecado concebido 1
Publicado en Apr 20, 2013
Noches desamparadas e inocentes
De los niños de nadie…de todas las calles… Bajo el lúgubre y hediondo refugio Debajo del techo inclinado De la escalera de un callejón. Acurrucado y abrazado a si mismo Espiando a medias Con sus temblorosos párpados También entreabiertos Inventándose un escondite seguro Por encima de sus brazos entrelazados. Asustado y herido De cuerpo y alma Triste y resfriado Con una mirada filosa y empañada De ríos de sal de lágrimas Estancados y cristalizados por la huerfanidad del tiempo Temiéndole a todo A los mínimos sonidos abruptos e improvistos Al macabro suspenso de la incertidumbre vulnerable A las luces y las sombras Amparado tan solo por la precariedad De la pobre claridad de la luz de la luna Mientras que el confuso destellar de las estrellas Desde lo lejos se empeña En distorsionar el tamaño de las sombras Mutando la deforme ampliación de la oscuridad De miles de monstruos del silencio negro. Llora y llora, lo más silencioso que le es posible Mientras que un piadoso roedor descubridor Redentor de paso, se queda a su lado Y lo entibia sereno hasta el alba Y cuando parten las sombras, descansan. Ambos por fin descansan o fallecen en un nuevo infierno De la luz y del estruendo de todos los sonidos que relevan al silencio… Esparciendo las condenas, en penas, del pecado.
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