Electricidad entrecortada,
Luces que vienen y van con un parpadeo frenético.
Te perdí.

La oscuridad se impone.
Olvide mi miedo, aquel que me obligaba
a imaginar un monstruo debajo de mi cama, 
el cual aprovecharía mi destierro de la noche
para reconcomer mi interior.

Ruidos.
Agudeza de los cinco sentidos.
Oigo latir mi corazón con agonía, 
siento miedo del miedo.
Sudor frio.
Parálisis.

Explosión de órganos, derrame del corazón.
Siento la sangre expandiéndose por mi cuerpo.
Mi mente me traiciona.
¡Yo soy el monstruo!

Latiguea mi piel la comezón de mis venas huecas.
Una corriente de frío me cala los huesos,
mi refugio en lo más profundo.

Permanezco entre mis sabanas, quieta, 
a la espera de otro extraño sonido, 
para arrancarme la cabeza
y dársela de comer a la aberrante criatura
que me observa detrás de la rejilla.


No soporto la esclavitud de una sensación.