Cuando un breve momento, se transforma en una espera eterna y la vida nos pone murallas a nuestro alrededor, dejándonos en un laberinto lleno de relojes y con un As de póker bajo la manga, pero que no nos atrevemos a jugarlo, el tiempo pasa mas en nuestra contra y no sabemos si la vida tendrá una jugada mejor que la de nosotros que pueda arruinar  nuestros planes.

Miramos el pasado y nos damos cuenta que el "para siempre" fue demasiado escaso, nos dicen que cuando nos enamoramos "volvemos a nacer", pero cuando nos desenamoramos es lo mismo, se vuelve a empezar de cero, volvemos a nacer, a sentirnos desnudo, es un proceso en el que tratamos de aprender lo que ya sabíamos antes. El tiempo pasa y pasa y sigue pasando, los meses, años pasan en nuestra vida y sin darnos cuenta, fuimos mas fuertes de lo que pensamos, pero al estar viviendo tanto tiempo dentro de la oscuridad nuestra visión se habitúa a las sombras y nos acoplamos completamente en ella, pero cuando aparece un destello en medio de tantas tinieblas, nuestra  visibilidad se ve cegada por un momento, es una luz que ya conocemos, es la luz que nos dejo en plena oscuridad, sentimos miedo de volver extender la mano y ver que ahí detrás de ese resplandor nuevamente, pero a pesar de las dudas sin pensarlo dos veces nos volvemos a enrolar en un nuevo viaje, a una nueva aventura en un nuevo mundo, en el fondo es como cuando nos sumergimos en el océano por un tiempo y nos mantenemos dentro, por un instante estamos sin oxigeno alguno que nos pueda mantener con vida, pero cuando volvemos a emerger a la superficie volvemos a respirar con mas fuerza y necesidad. Lo mismo pasa cuando volvemos a creer, cuando volvemos a amar, todo lo que teníamos guardado lo desatamos de un solo golpe, es como despojarnos de una bomba que llevábamos en nuestro interior y al momento de salir a la deriva, se activa y muestra todo su potencial, toda su fuerza.