Sumidos en la penumbra
sombras en la oscuridad
ninguna luz nos alumbra
huyó toda claridad
no hay estrellas en el cielo
y la luna se ha ocultado
somos dos fieras en celo
que sus cuerpos han juntado
tu yaces sobre tu lecho
tratando de ver mi rostro
mi mano sobre tu pecho
no deja huella ni rastro
como no puedes mirarme
tus ojos por fín se cierran
tratando de adivinarme
mas las sombras nos encierran
yo respiro de tu aliento
tan cálido y agitado
y tu ansiedad tambien siento
como potro desbocado
tus manos y tu cabeza
se mueven con frenesí
sin armonía ni destreza
como quien está fuera de sí
tu cuerpo empieza a temblar
como si fuera a quebrarse
tus labios quieren hablar
pero no pueden abrirse
y cuando un gemido exhalas
y me pides desahogarme
tus manos tocan mis alas
al intentar abrazarme
hasta entonces te das cuenta
que no conoces mi nombre
tambien tocas mi ornamenta
que no tiene ningún hombre
y sacudes la cabeza
intentando despertar
y no tienes la certeza
de qué acaba de pasar
y la duda te consume
y no sabes si fué un sueño...
aunque un hombre te presume
en tu sueño fuí tu dueño.