crnicas paranicas
Publicado en Feb 23, 2009
CRÓNICAS DE PARANÓIA
TOMO 1 "OBSESIONES" CAPITULO 2 "RECUERDOS" Lo extrañaba, realmente lo hacia, no tenia sentido distraerme, si por cada distracción pensaba en los momentos que había pasado con el. Era un hombre carismático, agradable y amoroso, compartíamos casi todo el día juntos, excepto por aquellos momentos en que nuestro trabajo nos separaba. Era mi mejor amigo, con el lo compartía todo, pero un día todo eso cambio y ese fue mi error. Lo quería tanto que en algún momento todo perdió su forma y adapto otra mucho más complicada, no era solo el amor entre hermanos y amigos, había algo más... El comenzó a comportarse de manera extraña, en cada momento del día me decía que me amaba, ya no como un hermano, amigo, si no como algo mas, "un amor que era imposible, que simplemente no debía ser". En efecto yo lo quería mas que a nada en el mundo, pero ese amor era el que una hermana le tiene a un hermano gemelo, que nació al par de el, que lo ama por ser eso un hermano de sangre. Pero el no pensaba de la misma forma que yo su amor hacia mi se había desvirtuado, no era el mismo que el mío. El pensaba que yo debía estar con el, no como simples hermanos, si no como algo más. "esposos, amantes, y mucho mas..."eso no era posible, no podía ser era un pecado, una obsesión por algo imposible. Cuando nacimos, lo primero que escuche fue su llanto que se volvía uno con el mío, en brazos de aquella mujer de tez blanca y cara sonrojada por el esfuerzo de crear y dar a luz una nueva vida, Dios había permitido que ella nos diera la vida, que llegáramos a este mundo. Un lugar magnifico lleno de amor, comprensión y una infinita paz. Sus deditos tocaron los míos, se entrelazaron nuestras pequeñas manitas la una con la otra, desde ese momento supe que siempre lo amaría y que nunca me podría separar de el. Nuestros ojos eran del mismo color, grisáceos y platinos y los mechones de pelo rubio cubrían nuestra cabezas, ese cabello fino, que no era liso, al contrario era rizado. Nuestra madre nos agarro y abrazo con ese amor que solo suelen mostrar las madres, nos dio un tierno beso en la frente, con esos labios suaves y carnosos. Yo la mire con mis ojitos brillantes y el me miro a mi, después cerré los ojos dormí un poco y así de esa forma paso el tiempo; cada día crecía junto a el, con el cuidado de mis padres con ese amor que se volvía mas grande a cada minuto, con el roce de cada ráfaga del viento.
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