She's not afraid - Songfic, One Direction.
Publicado en May 02, 2013
Ella se escapa a mitad de la noche, trae un vestido de corte bajo. Es adicta a la sensación de nunca dejarlo ir.
A media noche ella comienza a prepararse, lleva una brillante minifalda y un top ajustado, quiere estar perfecta para él. Sabe que no le conviene, que debe olvidarse de su existencia pero desea verlo, más que a cualquier cosa; él es su droga. Camina por la habitación y las luces se encienden. Pero no quiere que nadie sepa que soy el único que la lleva a casa. Su aspecto es como el de un demonio fogoso y audaz, podría obligar hasta al más obstinado a besar sus pies si así lo desease. Con ella no hay necesidad de una luz, puesto que lo ilumina todo. —No le comentes a nadie sobre esto—susurra con voz jadeante mientras coloca uno de sus dedos en los labios del muchacho. Pero cada vez que le digo que quiero más, ella cierra la puerta. —Necesito más de ti, lo quiero—admite el joven mientras se deja llevar por los ardientes labios de su chica. Desconcertantemente la muchacha desasió fácilmente el beso y se volteó. Ella no le teme a llamar la atención, ella no le teme a correr salvajemente. Entonces, ¿Cómo es que tiene tanto miedo a enamorarse? Verónica es espontánea, sencilla, liberal. No le importa si la observan demasiado, ni tampoco el porque. Hace lo que quiere cuando lo quiere, no le importa el que dirán. Pero hay algo que él no ha logrado descifrar; su indudable miedo al amor. Ella no le teme a las películas de terror. A ella le gusta la forma en la que nos besamos en la oscuridad, pero tiene mucho miedo a enamorarse. Disfruta de ver películas terroríficas abrazada a él, besándolo completamente a oscuras, solo ellos dos y nadie más. Sin embargo, el amor no está permitido en su vida, volver a sufrir nunca más. Tal vez está tratando de probarme, quiere ver que tan duro trabajaré y si sabré valorarla. Cada vez que la besa de esa forma, de esa no tiene coincidencia con la pasión sino más con la ternura y el amor, ella retrocede y se esconde en su coraza imaginaria, resguardándose de todo tipo de daño. Pero él día a día intenta demostrarle lo equivocada que está; no la lastimaría, es demasiado especial. Quizás sus amigas le han dicho “no te acerques a él o te hará daño”. — ¿Son ellas verdad? Tus amigas te han dicho que soy un mujeriego y que te haré sufrir ¿no es así? Pero de cualquier manera, me mira y todo resulta tan difícil. Lo vio con ojos venosos pero al cabo de unos minutos estos se derritieron involuntariamente dejando al muchacho totalmente embobado en aquel marrón extraño de sus ojos inescrutables. Pero cada vez que le digo lo que siento, ella me dice que no es cierto. —Te amo, Verónica—expuso repentinamente con toda la sinceridad posible. —No, no lo haces. Es estúpido siquiera de pensarlo. Por dios, no—la idea la horrorizaba, el amor simplemente no podía llegar a ella, no la atraparía, no otra vez. ¿Qué pasa con las cosas que nos dijimos hablando por teléfono hasta tarde? No puedo dejar que se aleje de mí. — ¿Qué pasa con todas las cosas que nos dijimos?—indagó ofendido por su actitud. No dejaba de repetirse mentalmente lo estúpido que había sido. —No lo sé—desvió la mirada, no podía mentirle en la cara. Pero cuando digo que no puedo hacerlo más, ella está de nuevo en mi puerta. —Verónica, si así es como piensas, me rindo. No puedo más— lentamente fue desapareciendo de su vista, había sido estúpida y debía arreglarlo. Luego de unas horas, tomó la decisión, tocó el timbre y ahí estaba él. — ¿Qué haces aquí? — sin previo aviso, la joven tomó su rostro y lo besó intensamente. — Te amo— musitó mientras le daba pequeños besitos en la boca Ella no le tiene miedo. Ahora todo estaba claro, no volverían a romper su corazón, ya que se lo entregó a la persona correcta.
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