Una pena de cemento
Publicado en May 05, 2013
Tengo ganas de absolutamente nada.
La vida cansa y más cuando te empeñas en esconder las penas; penas de cemento, penas pesadas. Si de los veinte años que he vivido he llorado más a escondidas de lo que he comido, ¿merecía otros veinte más de sólo alegría, amor y olvido? O ya no merezco más que seguir así, encementada. Si al final estoy acostumbrada; acostumbrada a reír en público a carcajadas, a lamentarme por dentro cuando estoy en silencio y hacer torbellinos de histeria en las hojas de los cuadernos. Lástima no haber tenido la culpa de mis penas, así la desdicha al menos tendría razón de ser y no por acciones de terceros. Mas estoy cansada, pero nunca derrotada.
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Enrique Dintrans A:
Estas penas de cemento
invasoras y demandantes de atención.
¡Que bueno liberarse de ellas
al hacerlas expresión!
Saludos